DIA 13 (10-08-10) Jaipur – Agra ✏️ Diarios de Viajes de India

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Partimos a las 09.15 hacia Agra, el camino se hace un tanto monótono, sobre todo porque Jackie decide no pasar de 70 Km/h en todo el trayecto y encima cuando nos quedamos dormidos nos para el a/a del coche y claro, despertamos del calor y cuando le pedimos el por qué lo hace nos dice que si lo tiene mucho tiempo se hace un placa de hielo y deja de funcionar, en fin, no valoraré esta teoría y no diré a donde estuve a punto de mandar al chofer y su aire acondicionado.

Jackie nos dice que estamos a punto de llegar a Bharatpur y que nos pararemos para hacer un par de horas por allí dentro andando o en bici, Bharatpur es un parque nacional en donde se pueden ver muchas especies animales, pero el calor de fuera es asfixiante y solo el pensar que tenemos que caminar durante un par de horas bajo ese sol nos pegan los mil males, así que decidimos declinar esa invitación y continuamos hasta nuestra siguiente parada, Fatepur Sikri.

A las 13.45 cruzamos la frontera en donde dejamos Rajastan y entramos en Uttar Pradesh. A 40 Kms de Agra llegamos a Fatepur Sikri, una ciudad amurallada que dejó de estar habitada hace siglos, se cree que por falta de agua. El coche nos deja en un aparcamiento y desde allí se coge un Bus, que es el único autorizado a circular por ahí que te deja a las puertas de la ciudad. Una vez allí vimos a otra pareja española (de Terrasa) y decidimos compartir un guía de habla española, en concreto un chico bastante majo y amenizó nuestra visita. Los exteriores de las viviendas están muy decoradas y muy bien conservadas, en cambio los interiores dejan un poco más que desear, aunque es muy bonito de ver, además la decoración es muy variada ya que el Maharajá tenía tres mujeres: una musulmana, otra Hindú y una tercera cristiana, y cada una de ellas tenía su palacete decorado para tal religión. Una vez visitada las estancias se pasa a una zona sagrada entre la que destaca una Mezquita en la que tienes que entrar con la cabeza y piernas tapadas, si no tienes gorra (aconsejable por el clima) ellos te prestan una especie de frutero de colores que te tienes que poner en la cabeza. Por Dios! Levaros gorra o tendréis que sucumbir y poneros eso tan horroroso en la cabeza. Casi desde el comienzo de la excursión nos acompañan dos chavales muy simpáticos que nos hablan y juegan con nosotros, son de lo más simpáticos y parece que lo hacen por el simple placer de jugar y no por la propina, tan típico en la India, uno es musulmán y el otro hindú, cada uno va ataviado con trajes propios de su religión y no miden más de medio metro del suelo, pero ir vestidos y rezar a dioses diferentes no les impide jugar y reír entre ellos. Cuanto debemos aprender de los niños…. Nos lo pasamos genial con los chicos haciéndose fotos y poniéndose nuestras gafas de sol. Una visita muy bonita que por nada se debe perder.

Llegamos a Agra a las 18.00, el hotel está a 5’ del Taj Mahal por la puerta Este, el hotel se llama “Bhoomi Residency” y es el más europeo hasta el momento, todo son pasillos largos y habitaciones simétricas, algo que no estamos acostumbrados desde nuestra llegada a este país. El hotel está bastante bien y es muy céntrico. Desde la azotea, en donde hay una piscina pequeña y muy sucia se ve la espectacular cúpula del Taj Mahal y ya te haces una idea de lo impresionante que es.

Cuando salimos del hotel ya ha oscurecido y nos adentramos en las callejuelas de al lado del Taj, está muy animado y los tenderetes siguen abiertos, unos policías nos dicen que las puertas Este y Oeste, abren a las 5.30 y la del Sur a las 08.00, pasear por allí parece bastante seguro, el Taj Mahal no se ve nada debido a las altas murallas que la rodean además al no estar iluminada deja un poco que desear por no decir de las entradas, un tanto cutres, desde luego no están a la altura de lo que allí dentro hay, los comercios se han ido comiendo terreno y llegan justo a las puertas de acceso del santuario. Esa noche vamos a cenar a un restaurante que sale en la guía llamado “Yash café”, según la guía un bonito restaurante para comer pasta, el restaurante es bastante cutre pero la pasta es buena, así que si no hay nada más, no es un mal sitio para pararse. En Agra hace mucho calor, la ciudad más calurosa hasta el momento y al acabar de cenar, sobre las 21.30 nos vamos hacia el hotel ya que se ve poca gente en la calle y ya estamos advertidos que después de Delhi es la ciudad más peligrosa, es decir, según nos dicen son las dos únicas ciudades peligrosas. El Taj Mahal, al ser musulman está lleno de Indios musulmanes por todos lados y eso no molestaría si no fuera porque por todas las calles hay unos altavoces que a la hora de llamar a rezar empiezan con una música ensordecedora que no nos deja pegar ojo, es horrible lo alto que suenan estos altavoces por toda la ciudad, al menos en el barrio donde estamos nosotros. A las 4 de la mañana se vuelve a poner en marcha “el karaoke” y ale, otra vez despierto y esta vez para más inri se va la luz y con ella nuestro querido a/a pero lo más alucinante es que los altavoces siguen a toda mecha, así que muertos de calor y con la música de fondo intentamos inútilmente pegar ojo, es lo que tiene irse a un país tan diferente, que te tienes que adaptar a lo que allí hay, por lo menos no nos levantan para ir a rezar, sería lo máximo, ¿no?

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