28 de julio
La costumbre me despierta inconscientemente a las 6 de la mañana, y aprovecho para tomar el desayuno en la terraza, con un café hecho en la habitación que me podría haber ahorrado. Una llamadita a casa para dar noticias y recibirlas, y después de la conferencia y una ducha, subo al coche y salgo de Page lo justo para llegar a la gran P pintada en una pared de roca que indica que HORSESHOE BEND está justo al otro lado de la carretera. Hay un pequeño aparcamiento, y luego hay que andar como 20 minutos por una especie de playa, os recomiendo no ir en chanclas, la arena está ardiendo.


La vista desde la cima del acantilado es abrumadora, el río Colorado forma una U perfecta justo enfrente de nosotros, con sus aguas verdes (en contraste con el color normal, más bien marronoso) reflejando los rayos del sol que ya empieza a calentar de lo lindo. Además no hay nadie más aparte de un asiático que va solo y al que uso para sacarme unas fotos. De regreso al coche ya estoy empapado en sudor. Regreso al centro de Page, para obtener información sobre el Antelope Canyon, pero no contrato nada, sino que voy directamente al Upper Antelope Canyon, a ver qué horas quedan libres. El turno de las 10 está completo, así que reservo para las 11, mejor, a ver si sale el sol del todo y obtengo buenas fotos. Para no esperar como un pasmarote en el aparcamiento, me acerco un momento hasta la orilla del LAGO POWELL, para encontrarme con una especie de club náutico para los habitantes de la zona, ya que prácticamente todos tienen una barca que llevan arriba y abajo en enormes remolques.

Vuelvo al UPPER ANTELOPE CANYON para el tour. Al ver que llevo el trípode colgando de la mochila intentan hacerme pagar un plus por el tour fotográfico, pero les digo que no lo voy a usar, y al final pago la entrada normal, creo que 40$ (es parque tribal, no nacional). Organizan en grupos, asignan un guía (inevitable), y subo a la parte de atrás de unos camiones semidescapotables para un trayecto de 10-15 minutos entre baches y polvo, hasta un callejón sin salida, en el que sólo se ven camiones aparcados y una grieta en la pared. Tras unas breves explicaciones por parte de la guía, entramos todos. La primera impresión es de claustrofobia, un pasillo estrechísimo con paredes de casi 30 metros de altura a ambos lados y mucha gente. Al poco me acostumbro a la oscuridad (no absoluta), y empiezo a flipar, y mucho más cuando la guía empieza a tirar arena para ver los rayos de luz que entran desde arriba. Las palabras no bastan para describirlo:














La visita es corta, no llega a la hora, creo, o tal vez es que el tiempo pasa volando...Regreso al párking y tengo un pequeño incidente con las maderas que delimitan las plazas de aparcamiento, puesto que no me acuerdo de ellas e intento salir por delante cuando tenía que dar marcha atrás, resultado: quedo colgando sobre una madera con el coche atascado, y tengo que ir a pedir a uno de los indios que hacen de guía que me socorra. Trae un gato y levantamos el coche lo suficiente para sacar la madera. Le doy una pequeña propina, y avergonzado, salgo rápido de allí. Me dirijo al LOWER ANTELOPE CANYON. También espectacular, pero para mi no comparable al Upper. Tras una breve caminata hasta la entrada, bajo por una escalera metálica situada en una grieta por la que apenas paso con la mochila a cuestas. Aquí hay mucha más luz y se aprecian mucho mejor los fantásticos colores que adopta la arenisca, desde amarillo a rosado, pasando por todos los tonos de naranja. Aquí el guía no da explicaciones, sólo indica los mejores lugares para sacar fotos. En ambos cañones existe la posibilidad de inundaciones súbitas en caso de tormenta, o sea que hay que estar preparado para salir corriendo, pues el lugar se inunda en un momento.





La visita tampoco es muy larga, pero la caminata de regreso al párking se hace pesada por el calor sofocante, así que una vez en el coche decido ir a darme un baño al lago Powell. Encuentro un recodo en el que hay una pequeña playa y me doy un par de chapuzones. Tras una rápida comida en un restaurante italiano en el centro de Page, dedido el siguiente paso. No tengo nada programado para la tarde, así que miro la guía (Trotamundos de PN Oeste + Las Vegas, imprescindible!), y voy a quemar gasolina hasta los BALANCING BOULDERS, piedras gigantes en forma de seta, camino del río COLORADO; después los VERMILLION CLIFFS, donde quería ir a visitar Cathedral Wash, pero el riesgo de riadas por la lluvia ha hecho cerrar el acceso a los senderistas, así que regreso al motel, a repasar los cientos de fotos sacadas hoy. Después una cena rápida a base de bocadillos y a dormir, mañana tengo tela de kms para ir al NORTH RIM.

29 de julio
Me levanto pronto para variar, y tras un ligero desayuno empiezo la ruta hacia el NORTH RIM del GRAN CAÑÓN. Tengo que atravesar el Colorado y entrar otra vez en Utah, para después regresar a Arizona, es un jaleo. Paro al cabo de casi 2 horas de conducción en Jacob's Lake, último sitio en que se puede poner gasolina, más vale prevenir. A partir de aquí, entro en zona de parque nacional, que como siempre, viene precedido por un National Forest, en que la vegetación es espectacular y hay ciervos correteando al lado de la carretera.

El día vuelve a estar muy nublado y amenaza lluvia otra vez. Tendré que repensarme la posibilidad de eliminar la visita a las Havasupai Falls, en el fondo de un cañón secundario, por el riesgo de inundaciones...Ya veremos.
Aunque no da esa impresión, el borde norte del Gran Cañón se encuentra a unos 2500 metros sobre el nivel del mar, y la vegetación es típica de montaña. En la entrada, el ranger me da los mapas e información varia del parque, y paro a decidir qué hacer. Voy a un par de miradores (Walhalla Overlook, Cape Royal), hago un par de paseos cortos, saco montones de fotos del cañón bajo la niebla...gozo de la naturaleza, en parte quemada por recientes incendios, aunque no ha perdido un ápice de su belleza.




Tras varias paradas, muchas fotos y algún sendero, paro a comerme los bocadillos, con unas vistas geniales de una de las maravillas naturales del mundo. Después, con energía renovada, se me va la olla y empiezo el descenso por el camino que atraviesa el cañón y sube por el South Rim, el NORTH KAIBAB TRAIL. El trail entero sólo se puede hacer en un par de días, pues más de una persona bien preparada ha muerto en el intento, como recuerdan varios letreros en el lugar. Tras unos centenares de metros bajando, llego al SUPAI TUNNEL, y doy la vuelta. El tramo de subida ha sido la peor experiencia de mi vida, jamás he sufrido tanto... El camino da mil vueltas, es estrecho, empinado, y está lleno de barro. Aparte, de vez en cuando, tengo que apartarme del camino para dejar pasar a los convoys de mulas que suben o bajan por el mismo trail. Al cabo de casi una hora, llego arriba, empapado en sudor y medio muerto, así que decido dar por finalizada la visita al North Rim y regresar a Page.

Creo que he visto lo más representativo, aunque no he estado en todos los miradores. El trayecto de vuelta se hace pesado, ya que en lugar de regresar por la carretera 89, lo hago por la 89 ALT (alternativa), para ver paisajes diferentes. Es un poco más larga y mucho menos transitada.
Llego a Page sobre las 5 de la tarde y voy a un steak house a comer, estoy hambriento y hubiera acabado con las existencias del restaurante. Suerte que los plato suelen ser muy abundantes, que si no, me arruino! Voy al súper a reponer provisiones para días venideros y regreso al motel. En la puerta encuentro una nota comunicando que tengo que cambiar de habitación puesto que la que estoy estaba reservada para una familia, ya me lo habían avisado. Ellos mismos han trasladado mis cosas, y me entregan las llaves de la nueva habitación... pero no logro abrir la puerta. Se ha roto la cerradura y ni el propietario puede abrir, así que tengo que esperar a que cambie el mecanismo entero. Una hora casi de espera...pero lo consigue. Angustiado, el hombre se ofrece a pagarme la cena, pero lo veo tan apurado que le doy las gracias y rehuso la oferta. Una ducha y recojo la ropa sucia para ir a la lavandería del pueblo. A estas horas ya están las dos cerradas. Ya iré otro día, al menos lavaré calcetines y ropa interior a mano, aprovechando que puedo tenderla en la terraza. Voy al centro del pueblo a tomar un helado y vuelvo para preparar la ruta de mañana, antes de caer exhausto en la cama.
30 de julio
A las 6 en pie, ducha y a ver qué tiempo hace hoy. Salgo a recoger la ropa tendida y está seca.o Es pronto pero parece despejado. Dejo Page y llego hasta Cameron, donde paro para hacer gasolina. Llueve otra vez. Compras de algún souvenir y sigo ruta hacia la entrada este al GRAND CANYON SOUTH RIM.

Nada más detenerme en la entrada, como algo que quedó de ayer, mientras el cielo se va despejando. Me meto en la torre de observación con decoración india, saco unas fotos y voy con el coche de mirador en mirador. De momento la lluvia me respeta.



A medida que me acerco al Village, hay algunos miradores y aparcamientos en obras, así que aparco en uno de ellos y sigo a pie por el borde del cañón, hasta bastante después del Village, sacando muchas fotos y sintiéndome minúsculo ante la grandeza del cañón. Es tan profundo que apenas se ve el río Colorado al fondo.



El village creo que desentona bastante en el entorno tan natural y salvaje, es como una pequeña ciudad llena de restaurantes y tiendas. A partir del visitor center sólo se puede continuar a pie o en los buses que pasan cada 15 minutos en ambas direcciones. Sigo andando hasta 3 o 4 miradores después del village, luego vuelvo en el bus gratuito hasta el village y deshago lo andado antes hasta donde dejé el coche. Se ve alguno de los caminos que descienden hasta el fondo, pero no repetiré lo de ayer, ya tuve suficiente...



Las horas han pasado volando. Tenía la idea de acercarme a Flagstaff para ver el Meteor Crater, el cráter de meteorito más grande del mundo, pero sé que cierran a las 6 y no daría tiempo, pues hay más de una hora y media de trayecto hasta allí y son las 4. Tengo que ir a pasar la noche a Seligman, en plena Ruta 66, a pocos kms de Williams, en la I-40, así que voy tirando y decido parar a comer algo en Tusayan, en la entrada sur del parque. Veo que hay un Imax en el que proyectan un documental sobre la historia del Gran Cañón, así que pago la entrada y paso un buen rato en el cine. Me quedo sin cenar en Tusayan, y tiro un ratito más hasta Williams, donde ceno en un restaurante recomendado por la guía. Muy bueno y barato. Además, las calles principales están cerradas por un espectáculo de vaqueros e indios del que disfruto gratuitamente. Salgo del restaurante y vuelve a llover. El tiempo está loco...
En unos pocos kms he llegado a Seligman, en plena RUTA 66, cuatro casas, un par de bares y un par de tiendas es todo lo que se ve del pueblo. Me registro en el Romney Motel, con coches de la década de los 60 aparcados en el patio.


Una vez registrado, la amable recepcionista me hace el favor de llamar al lodge de las cascadas Havasupai, donde teóricamente tengo que pasar la noche mañana, para ver cómo está la cosa: no han abierto en toda la semana, pero dicen que puedo ir, puesto que abrirán justo mañana, aunque la previsión meteorológica no promete. Decido pasar, puesto que la reserva no está pagada ni tienen número de tarjeta. El camino de 15 kms de bajada (y posterior subida) estará demasiado encharcado para andar por él. Tengo que cambiar el recorrido sobre la marcha. Llamo al motel que tenía reservado en Laughlin (NV), para pasado mañana, pero es imposible cancelar la reserva. Lo doy por perdido, iré un día antes a Los Ángeles. Tras todo este jaleo, salgo a dar un paseo y me meto en un bar cercano, llamado Black Cat a tomar unas cervezas. El ambiente es típico de película de Ruta 66, moteros, mesa de billar, poca luz, música country... Tras un ratito de hacer país, regreso al motel y a la cama, mañana toca paliza en coche.
31 de julio
A las 6 me pongo en marcha tras la ducha. El tiempo continúa lluvioso, así que definitivamente salto las Havasupai, con las ganas que tenía de verlas (ya tengo excusa para volver)... Continúo por la antigua ruta 66, en el tramo original que une Williams con Kingman, no el que se ha convertido en I-40. La calzada se ve más vieja que en la interestatal, pero continúa estando mejor asfaltada que muchas carreteras principales españolas. Las únicas marcas de la famosa RUTA 66 son algunos letreros de vez en cuando o pintadas en el asfalto. Por lo demás es como cualquier otra carretera, sin mucho tráfico. El rodeo que se da al pasar por aquí en lugar de la I-40 no es muy desmesurado, aunque tampoco creo que valga la pena.
Me detengo a desayunar un montón de calorías en Kingman, concretamente en el MR D'Z, recomendado en la guía y posiblemente uno de los locales más visitados por los turistas de la costa oeste, a juzgar por los diarios que he ido leyendo...El desayuno hipercalórico viene acompañado por café y agua gratuitos (como en casi todo USA), y rodeado del mosaico a cuadros en el suelo, la máquina de discos años 60...Como en la película "Grease"!



Reanudo la marcha hacia el oeste mientras por teléfono intento conseguir la devolución del importe de la noche que tenía reservada en Laughlin. Imposible, demasiado tarde.