Las ganas de empezar a conocer casi no nos dejan ni dormir así que a las 7 estábamos desayunando en el buffet del hotel. Entre los zumos nos llaman la atención dos, uno de color rojo intenso (Bisap) que nos recuerda a la exquisita agua de jamaica mexicana y otro de color caqui claro (pan de mono fruto del baobab). A las 8 en punto estábamos en la recepción con las maletas esperando a Sam, al vernos se sorprende porque dice que siempre tiene que esperar por los turistas. Nos comunica que solo nosotros 3 iremos en el viaje y como hemos madrugado aprovechamos para dar un paseo por Dakar en el 4x4 antes de ir al muelle a coger el ferry a la Isla de Gorée.
Nos lleva a la plaza central donde se encuentran muchos edificios administrativos y la mayoría de las oficinas de los bancos.
De ahí continuamos hacia el palacio presidencial, custodiado por un guardia uniformado inmóvil, se ve que es una tradición reminiscente de la época de los franceses, tras hablar con la patrulla del ejercito que ahí se encuentra Sam nos dice que podemos tomar fotos al palacio pero no a los militares. Mientras lo visitamos desde fuera (no se puede visitar el interior) Sam nos comenta que el actual presidente no vive en el palacio por temas de supersticiones esta esperando a que se "limpie".
Del palacio presidencial nos dirigimos al muelle del ferry para visitar la isla de Gorée (5200 FCFA ida y vuelta). El trayecto es corto apenas una media hora escasa, desde el barco se puede ver un pequeño puerto deportivo, astilleros y un gran puerto que según nos comenta Sam es propiedad de Mali, ya que no tienen mar Senegal les deja utilizar ese puerto para abastecerse.
Antes de llegar a la isla Sam nos comenta que hasta las 10:30 no abren la casa de los esclavos y que si queremos hacer todo lo que teníamos pensado para hoy no nos dará tiempo a visitarla ya que el ferry sale a las 11 y el siguiente no sale hasta las 12:30. La verdad que no nos da más por visitarla, ya que solo es una cas y la mayoría de la gente comenta en los foros que no es gran cosa.
Al desembarcar nos quedamos maravillados por la isla con las calles de arena y sus preciosas casas coloniales, mientras las recorremos Sam nos cuenta la historia de la época de la esclavitud y las cosas horribles que se practicaban, la verdad que no se como han perdonado aquellas atrocidades, como dice Sam esta isla hay que conservarla porque África ha perdonado pero nunca olvidara.
Nos detenemos en varios edificios emblemáticos, a los pies de grandes baobabs y en un taller de cuadros tradicionales de arena donde nos explican como se hacen y nos animan a comprar uno disimulamos interés por cortesía y nos vamos sin comprar nada (es un buen sitio para comprar ese tipo de cuadros si se tiene interés en uno ya que por lo general en el resto de sitios son mucho mas baratos pero no son de diferentes arenas son arenas pintadas).
Con el tiempo justo de deshacer el camino andado no sin antes atravesar el campo de futbol con baobabs en el medio y de pasear por la pequeña playa de la isla regresamos para coger el ferry. Según nos comenta Sam en la isla solo hay el hotel que se encuentra cerca del embarcadero y suele estar lleno y hay que reservar con mucha antelación.
De regreso a Dakar Sam nos dice que antes de salir para el Lago rosa visitaremos un mercado en Dakar. El mercado se encuentra cerca de donde habíamos dormido la noche anterior, era un viejo edificio en forma de círculos concéntricos donde las frutas y verduras se encontraban en los anillos exteriores y el pescado en los interiores. No nos resistimos a comprar un melón por el que pagamos 1200 FCFA nos pareció carísimo pero no hubo regateo posible. En la parte exterior del mercado hay muchos puestos de artesanía que conviven con pequeños negocios de barberos y zapateros.
Salimos en dirección al Lago rosa y Sam nos pregunta que si nos apetece conocer su barrio que nos queda de camino, no lo pensamos dos veces y fuimos a verlo
Al ser domingo las calles del centro de Dakar están desiertas, pero los barrios periféricos rebosan vida, todo el mundo esta en la calle, comiendo, charlando jugando al futbolín, etc. Cuando pasamos por el barrio de Sam todo el mundo lo saluda y en la conversación siempre se escucha una misma palabra TUBAB. Le preguntamos si es un tipo de saludo y riéndose nos contesta que es la forma que tiene la gente de Senegal de llamar a los extranjeros (es una forma cariñosa y no grosera de llamar a los extranjeros y proviene de una palabra francesa que se utilizaba para referirse a los médicos). Los TUBABS éramos nosotros jajajjajaja. Todo el mundo le preguntaba que a donde nos llevaba. Paramos un segundo justo delante de su casa, la pena era no tener tiempo, por que nos hubiera encantado pasar ahí mismo un par de horas, tus ojos están continuamente abiertos viendo cosas interesantes, tras unos 15 minutos retomamos el camino hacia el Lago Rosa, atravesamos muchísimos barrios, algunos de los que si entras no sales según decía Sam, ni el se atrevía a entrar, es una cosa poco común ya que el país y su gente son encantadores pero como en todos lados hay barrios que por culpa de las drogas son peligrosos.
Llegamos a un punto en el que la carretera principal esta cortada, por culpa de las inundaciones de la estación de las lluvias, nos metimos por pistas de tierra para continuar, las pistas eran un laberinto entre casas a medio construir, calles cortadas por lagunas de las inundaciones y calles sin salida. Después de varios rodeos conseguimos salir, no sin que algunos adolescentes nos gritaran algunos insultos (lo normal es que la gente sea muy amable y te salude todo el rato por donde pasas, en este barrio no, desconocemos la razón)
Un poco antes de llegar Sam nos dice si vamos a querer hacer la excursión en 4x4 por las dunas cercanas al Lago Rosa, dijimos que si, entonces deberíamos parar a comer en el restaurante del sitio que tenia los todo terreno (no se si es una cosa normal o que ellos llevan comisión pero luego la comida nos salio algo cara).
Una vez en el restaurante, que es hotel también, y es claramente un sitio para turistas y no un restaurante local, que era donde habíamos acordado comer. Esperamos a que viniera nuestro 4x4, Sam se reía y nos dijo que era un 5x5, no entendimos sus risas hasta que vimos nuestro vehiculo, una especie de camión 4x4 que debía ser de la época de la segunda guerra mundial. Montamos y nos dirigimos primero a ver las salinas del Lago Rosa.
Como hacia mucho viento la superficie del agua del lago estaba rizada y no se aprecia el color rosa, no se si de verdad se vera rosa o es mas una leyenda, al haber tanto viento en las orillas del lago se acumulaba una gran cantidad de espuma que daba la sensación de nieve o de una sal muy blanquecina, pero era solo espuma.
Bajamos a ver la explotación de sal mientras Sam nos cuenta todo lo referente al lago, nos llama la atención que la explotación de la sal del lago sea gratuita cualquiera puede ir, eso si para sacar la sal hay que pagar al jefe del poblado.
Continuamos con nuestro camino y nos detenemos en una esquina del lago y Sam nos muestra los huertos que hay a la orilla y los pozos de agua con los que los riegan, nos parece imposible porque el Lago Rosa esta a 10 metros, entonces es cuando nos explica que la sal no se extrae del agua, el agua es dulce, sino que la sal es una capa en el fondo depositada por el océano antes de retirarse (el mar esta a pocos metros del lago)
Nos subimos al todo terreno el conductor se baja para quitarle presión a los neumáticos y comenzamos a rodar por las dunas. El paisaje es espectacular, el momento en el que coronas las primeras dunas y ves un pueblo cercano en medio de ellas es único, y cuando coronas las siguientes para ver el embravecido océano no tiene palabras.
El 5x5 se dirige hacia la playa para ir a todo lo que da por la orilla del agua, según nos dice Sam se podría ir así por la playa más de 100km en dirección al norte. Mas adelante vemos 3 4x4 parados y muchos turistas bañándose, la mayoría de las mujeres en Topless. Siendo Senegal un país mayoritariamente musulmán encontramos de mal gusto esa clase de comportamientos, vamos a su país y deberíamos de cumplir con sus tradiciones y normas.
5 minutos después se oye una pequeña explosión y el conductor para, nos asomamos y vemos que habíamos pinchado. Aprovechamos para pasear por la playa y meternos un poco al agua para refrescarnos de los casi 35º que había.
Sobre las 3 de la tarde llegamos a comer al hotel, como habíamos puesto muy mala cara cuando Sam nos dijo que comeríamos en el hotel, mientras esperamos a que trajeran la rueda de repuesto, había llamado para que nos prepararan un plato de comida senegalesa en vez de la comida que había, pizzas y filetes con patatas fritas. Nos prepararon unas empanadillas de pescado riquísimas, una salsa de cebolla y pescado para comer con pan de gambas y pollo Yasa. Después de comer se disculpo por lo ocurrido, la verdad que al final comimos muy bien pero eso si tuvimos que pagar como si hubiéramos comido el menú de turistas 10.000 FCFA por persona, unos 15 euros.
Con las tripas llenas salimos en dirección a nuestro siguiente destino Lompoul donde cenaríamos y haríamos noche, íbamos retrasados y ya no nos daría tiempo a llegar a ver la puesta de sol en el desierto (atardecía sobre las 6:30 mas o menos).
Cuando llegamos al pueblo donde debemos cambiar de coche, porque solo están permitidos los coches de la gente del poblado, ya era de noche.
Fuimos durante 15 minutos por un camino entre dunas y arboleda hasta llegar al campamento.Es totalmente de noche y en el campamento no hay luz eléctrica, solo las luces de los carburos (es muy importante llevar una buena linterna). Nos llevan hasta nuestra habitación y nos encanta, una jaima sobre un suelo de madera con un baño exterior, con un par de cubos de agua del pozo cercano para ducharse y demás necesidades. Nos quitamos lo mejor que pudimos el polvo y nos fuimos a la jaima central del campamento donde esta el restaurante a cenar. La cena estaba riquísima una ensalada con salsa de pimienta, cuscus con pollo y un guiso de verduras y como no todo ello regado de Gazelle una de las cervezas del país, también hay posibilidad de beber el vino senegales aunque preferimos cerveza. La cena transcurre en una calma muy agradable apenas hay otras 5 personas más aparte de nosotros. Como colofón, unos de los encargados encendió una hoguera, los juegos de luces y sombras sobre la arena del desierto de las llamas daban un toque mágico al lugar
Sin más que hacer nos vamos a dormir pronto, mañana queremos madrugar para ver la salida del sol en el desierto, sobre las 7 de la mañana.