El despertador hizo su labor y nos pusimos en marcha. Bajamos a desayunar algo, ya que estaba incluido (pan, frutas, cereales, algo de zumo…) y de nuevo arrastramos las maletas por todas las instalaciones para tomar el shuttle. “¿A qué terminal?” Dijimos Delta claro, no nos iban a dejar en Dollar, ¿no? Jejeje De nuevo en la terminal buscamos el shuttle de Dollar y fuimos a buscar el coche de alquiler.
Después de las cinco personas de la cola y de una hora de espera conseguimos que nos atendiesen. Perdimos un montón de tiempo, además del dinero de las tasas y la gasolina que no estaba incluido. Nos dieron a elegir el coche entre los de un sector, pero no estaba el Dodge Charge que habíamos reservado. Nos gustó un Victoria Crown blanco, recién salido de una peli de gangsters. Comprobamos que no se hubiesen dejado el cadáver en el maletero y metimos todo el equipaje. Tengo que reconocer que en ningún otro coche han cabido las cuatro maletas tan sobradamente.

Estuvimos otro buen rato para averiguar como funcionaba el coche automático. Nadie vino espontáneamente a ayudarnos así que tuve que salir en busca de alguien que quisiera hacerme caso. Después de cuatro instrucciones por fin nos pusimos en marcha, habiendo perdido casi toda la mañana, 11 y media pasadas. Encima teníamos reservada la visita a la Warner (a las 3 hay que estar allí para recoger las entradas) así que disponemos de unas tres horitas para hacer alguna visita.
Queríamos subir a ver las letras de Hollywood y luego ir al teatro Kodak antes del Warner, pero como aun no controlábamos las distancias, no estábamos orientados y temíamos las caravanas… no sabíamos si nos daría tiempo de las dos cosas. Los puntos de interés del GPS no nos daban ninguna pista para llegar al teatro Kodak, ni paseo de la Fama, ni Walk of Fame… Luego resultó que ahora se llama teatro Dolby!!! Qué fuerte, ¿no? Total, como la dirección del cartel sí que nos la encontraba pues cruzamos la ciudad y subimos hasta Hollywood (luego resultó que esto, Burbank -el barrio de la Warner- y el Paseo de la Fama están por la misma zona).

Típicas fotos, ruteo por aquí y por allí y fuimos a hacer la primera comida en un Fat Burger. Aquí las hamburguesas van como las tallas de ropa: S, M… Si pides una XXL te hacen una foto que cuelgan en un tablón. Ya estábamos metidos en el ambiente americano totalmente, ¡todo a lo grande! Vimos unas cabinas telefónicas, así que con una tarjeta que habíamos comprado (de esas que rascas y pones un código antes del número) aprovechamos para llamar a casa, decir que habíamos llegado bien y que nuestra aventura había comenzado.
Aún nos quedaba algo de tiempo así que revisamos la lista de cosas por ver y decidimos acercarnos al Parque Griffith, a dar una vuelta y ver la ciudad desde el observatorio. No tardamos nada en llegar al parque pero el GPS nos mandaba por un camino que indicaba prohibido el paso hacia el observatorio. No nos atrevimos a subir así que nos quedamos con las ganas de verlo. Debía ser por otro lado…

Llegamos al Warner, aparcamos en la puerta (gratis, fuera del parking) y fuimos a buscar las entradas. Nos entretuvimos un buen rato en la tienda de regalos, al final, entre eso y la cola en el mostrador casi nos falta tiempo. La visita es entretenida pero vas un poco “a golpe de pito”. Supongo que depende del guía pero nosotros estuvimos menos de dos minutos en el Central Perk, sin derecho a sofá, y no nos dio tiempo apenas a hacernos fotos en la nave de los coches. En cambio pasamos mucho rato por los exteriores y en el museo. Ese mismo día en los estudios estrenaban la peli de Batman, el guía no paraba de hacer broma a nuestro grupo “qué bien, hoy voy a ir, tengo 14 invitaciones, pero no conozco tanta gente, no sé qué haré con tantas… ”.

Salimos pasadas las 17.30 y decidimos ir a hacer el chek in al nuevo hotel en Santa Mónica. La idea era ver Venice y el Pier, pero pillamos una súper caravana y llegamos a la playa a las tantas, ya eran las siete. Así que después de subir las maletas fuimos andando hasta el Pier (con los Beach Boys y Los Vigilantes de la Playa como banda sonora en el MP3). Íbamos a pasear, ver la puesta de sol y cenar algo. Todo el día había estado nublado, con fresquito, y a última hora empezó a chispear. ¿Resultado? Un cielo espectacular, con arco iris incluido, y una puesta de sol increíble. Nos encantó el Pier, ¡es como las películas y las series de la tele!

Gastos del día (321 $)
Tarjetas telefónicas 20$
Gasolina y tasas en Dollar 122$
Almuerzo en Fat Burguer 27$
Entradas Warner (tour y guía en castellano) 94$
Recuerdos del Warner 30$
Cena en un fast food del Pier 28$
MÁS VISITAS…
Al día siguiente recogimos las maletas y salimos hacia el Teatro Dolby (al volver el día anterior pasamos por allí y nos quedamos con el camino). Antes bajamos caminando hasta la playa a ver a los típicos patinadores, ciclistas… pero me quedé con las ganas de quedarme una horita a descansar en la arena, tomar un poco el sol y meter los pies en el Pacífico. Esto también queda pendiente. Pero nos quedaban muchas cosas por ver y ¡muy poco tiempo!

Aparcamos en el mismo teatro y subimos a desayunar a una cafetería, creo que fueron los croissants más caros que he visto. Luego recorrimos toooodas las estrellitas. De veras que iba atenta pero no encontré ni la de George Clooney ni la de Will Smith, pero deben tenerla, ¿no? Estuvimos un par de horas bien buenas y luego salimos para Beverly Hills. Callejeamos con el coche entre palmeras y mansiones, vimos el famoso hotel, el cartel del barrio… y llegamos a Rodeo Drive. ¡Madre mía! La zona es muy pija pero hay que reconocer que es muy bonita. Una vez más, de película.

Luego conducimos hasta Carroll Avenue, haciendo una parada rápida, y finalmente nos dirigimos hacia El Pueblo, en Olvera Street. Aparcamos cerca, en un parking. Quería comprar allí los sombreros de Cowboy porque tenía entendido que son más baratos (y así fue). Paseamos por allí y comimos una especie de burritos y helado.

Antes de ir hacia el aeropuerto dimos una vuelta con el coche por el Downtown, entre rascacielos y gente trajeada, el Concert Hall, etc.

Esta vez no pillamos nada de nada de caravana. Estaban todos los coches de Los Ángeles atascados en el otro sentido, así que llegamos en un periquete. Como nos sobraba tiempo para devolver el coche y yo me había quedado con mono de playa decidimos ir en busca de esta, que está justo al lado del aeropuerto. Pero no encontrábamos forma de acceder a ella, así que conduciendo llegamos hasta El Segundo, un pueblo encantador. Pero la playa estaba adornada con algún que otro barco gigantesco, y una central térmica, así que mucho no apetecía quedarse. Ya nos fuimos para Dollar y luego al aeropuerto. Sacamos las tarjetas en una máquina, facturamos las maletas, pasamos los controles sin contratiempos y esperamos tirando del wifi gratuito. También llamamos al hotel para avisar que llegaríamos bastante tarde, pero que nos esperasen. Compramos algo de provisiones y… ¡volando hacia a Las Vegas!

Dejé la ciudad con la impresión de haber perdido mucho tiempo en los trayectos, yendo de un lado para otro sin un orden, de haber preparado poco las direcciones en esta etapa y de haber visto la mitad de lo que deberíamos, aunque en realidad tachamos todos los must visit de la lista. ¿Quizás fue por creer que LA tenía poco que ofrecer, por el jet lag, por sus dimensiones gigantescas…?? No sé, pero a mi me ha encantado este sitio, y me ha quedado un montón por ver y por hacer. ¡Habrá que volver!
LLEGANDO A LAS VEGAS
Llegamos a Las Vegas tarde, sobre las 21.30. Solo el aeropuerto ya es un show, con máquinas tragaperras, un montón de luces, un montón de gente, y ¡un frío! El aire acondicionado está en modo pingüino. Encima cuando sales te llevas una ost… de campeonato. Un calor de esos que te falta el aire, horrible. Recogimos las maletas (¡de nuevo llegaron las dos!) y nos pusimos a la cola del shuttle en busca de la oficina de Dollar.
Después de algo de cola nos atendieron y bajamos a buscar el coche. De nuevo no estaba el que habíamos reservado, el Grand Cherokee, pero nos ofrecieron otros que también estaban chulos. Días más tarde nos enteramos que los coches que les quedaban eran todos de gama inferior a lo que pagamos, y los muy canallas se lo callaron.

Salimos dirección a Pahrump, un pueblo a una hora de Las Vegas. Pero después de poner la dirección del hotel en el GPS y dar un par de vueltas a ver si cogíamos satélite… nos dimos cuenta que nos enchufaron un cacharro defectuoso. Empezamos a dar vueltas para regresar a Dollar, pero estábamos en un polígono y nos liamos. A alguien le cogió medio ataque de histeria. Yo intenté mantener la calma y razonar… si vamos hasta el aeropuerto que se ve allí al fondo podemos llegar a Dollar siguiendo un shuttle o las indicaciones de los carteles. Así lo hicimos, y perdimos algo de tiempo pero tampoco fue tan terrible, o yo lo veía muy claro y me lo tomé con mucha calma… Total, que al final llegamos a la oficina, nos cambiaron el cacharro y tras comprobar que funcionaba y liarnos otro poquito más… nos pusimos en el buen camino. Eran las once de la noche y todavía nos quedaba una hora para llegar. La idea era ganarle tiempo al calor al día siguiente, aunque fuese una hora, ya que queríamos cruzar el Death Valley.

Nuestro flamante Captiva nos permitió poner nuestra música en el coche, y el viaje se hizo más ameno. Además estaba todo tan oscuro que nos distraíamos imaginando el paisaje por el que conducíamos. Llegamos bien entrada la medianoche, fuimos a hacer el chek in cruzando nuestro primer casino (un poco decadente, por cierto) y cargamos las maletas hasta la habitación. Por primera vez estaba en una planta baja, eso que nos ahorramos (bueno, yo no personalmente, jeje, aquí el amigo que es un galán). Tras revisar la habitación (las críticas de Trip Advisor asustan) y deshacernos de un único habitante ya sin vida, nos fuimos a dormir.
Gastos del día (298 $)
Desayuno en el teatro Dolby 15$
Parking teatro Dolby 6$
Aguas, varias 6$
Parking “El Pueblo” 7,5$
Sombreros cowboy y cinturones 115$
Almuerzo en El Pueblo 18$
Provisiones de snacks en aeropuerto 6,5$
Tasas y gasolina Dollar 124$