MIÉRCOLES 30 DE JULIO
Ayer miré varias web sobre el tiempo para hoy, coincidiendo todas que a partir de las 12:00 aumentaba la probabilidad de precipitaciones. Además, esta mañana lo he comprobado otra vez. Así que vuelvo a madrugar.
Alguna información útil. Para ir al Paraíso Eslovaco se puede hacer en autobús o en tren. Tiene dos entradas principales Podlesoc y Cingov, ambos en la zona norte. Cuesta 1'5€ entrar un día (bono de 3'5€ tres días).
Hoy he accedido desde Podlesoc. Tiene parking en la entrada. Si se va en transporte público, desde Poprad hay autobús directo a Hrabusice (un par de kilómetros antes), pero como tenía que madrugar por el riesgo de lluvia, no podía esperar al bus de las 10:30. He encontrado una conexión de dos autobuses que me dejan en Podlesoc directamente. El transbordo hay que hacerlo en un sitio llamado Spisska Stvrtok (con una sola vocal, sí). Tenía 12 minutos para hacer el transbordo, así que iba confiado.
Ingenuo de mí.
La parada está en medio de una recta de dos kilómetros, en la nada, en un polígono industrial. Supuestamente bastaría con pasar al otro lado de la calzada para cambiar de autobús... si hubiera marquesina. Total que un poco acojonado (la siguiente combinación era al de unas dos horas) decido avanzar en la búsqueda de la parada. Nada. Veo un par de chicos jóvenes tuneando un automóvil y les pregunto, más con señas que con otra cosa (en Eslovaquia no hablá inglés ni el pupas). Me mandan de vuelta al punto de partida
Jodé, ya lo veo, no hay ni una cafetería para hacer tiempo... y en esto que el coche tuneado me para y me dice que me lleva hasta encontrar la parada. Le digo que es en dirección a Hrabusice y al de unos 500 metros se desvía y voilá... media docena de personas esperando. Como casi todos llevan mochila y bastones para senderismo, le digo que creo que es aquí (tampoco había marquesina ni poste con horarios). Le doy las gracias al chaval y consigo coger el bus (porque viene con unos 7 minutos de retraso, si no hubiera llegado tarde).
Ya tenía estudiado el mapa, por lo que tenía decidido un recorrido circular de unas 3 - 3'5 horas con inicio y final en Podlesoc. En realidad puedes combinar una ruta tan larga como quieras a partir de múltiples senderos que se cruzan de 1 hora aproximadamente.
El recorrido no está hecho para cualquiera. Si bien he visto muchas familias jóvenes y, menos, personas mayores, a mí no me parece que sea senderismo sencillo (al menos esta ruta planificada). De hecho, se sube por una garganta durante unas 2 horas, que sólo está permitido en una dirección, debido a su estrechez en ciertos tramos.
Está, eso sí, muy bien planificado: tienes piedras o troncos para vadear el río; cadenas fijadas a la roca para sortear escollos imposibles; puentes de madera en zonas resbaladizas; hasta escaleras increíbles para superar ciertos tramos verticales.
El esfuerzo, no obstante, merece la pena sin lugar a dudas.
Como recompensa, a la vuelta me he parado en una caseta a comer... dulce, claro. Esta vez ha tocado Palacinky, una especie de crepes rellenos de mermelada o sirope de frambuesa exquisitos.
El tiempo aún no se ha puesto feo... más bien hace un día espléndido. Así que decido arriesgarme, una vez recuperadas las fuerzas, para hacer otra segunda ruta circular de 3 - 3'5 horas.
Esta bordea el río en su primera mitad, subiendo y bajando el bosque en la segunda mitad. No es más sencilla que la anterior. Hay tramos que pasas por encima del río atravesando unas rejillas que hay que vivirlo para apreciar el acojone del personal.
Había tramos en los que pensabas... puff, igual como que me doy media vuelta; que por aquí no paso; que me caigo al río,...
De hecho, me he pegado una hooooooooostia del copón en la segunda parte del tramo (el de color verde). Jodé, que durante unos segundos he llegado a pensar, Iñaki, te has tenido que sacar el hombro de lo espectacular del hostión. Gracias a Dios no ha sido para tanto, aunque eso sí, no podía mover el brazo (sólo la mano y los dedos), de lo inflamado que se me ha quedado.
Una vez de vuelta en Podlesoc, he optado por ir andando hasta Hrabusice donde he cogido un autobús directo hasta Poprad (40 minutos, 1'10€).
Lo primero que he hecho nada más llegar a la estación de autobuses ha sido buscar una farmacia para comprar ibuprofeno, porque el dolor iba en aumento (por supuesto, seguía sin poder mover el brazo).
Una vez he llegado al hostel me he duchado (todo un show) para ver si tenía morado el hombro (no, sólo muy hinchado) y me he dopado con el ibuprofeno (1200 mg, sí ya sé que me he pasado,... y a mí qué). A la noche otra dosis.
JUEVES 31 DE JULIO
Bueno, pues he dormido relativamente bien (mirando hacia arriba) y aunque aún no me puedo duchar, desde luego está mucho menos inflamado que ayer. Por supuesto, sigo con el ibuprofeno, porsiaca.
El día de hoy estaba pensado para acceder al Parque Natural por el otro camino (cingov), pero cuando me he levantado a las 8:00 estaba diluviando. Así que toca cambiar de planes. Cojo un autobús en frente del albergue que me lleve al centro, para hacerme con el mapa de Mala Fatra (próximo destino) en la oficina de turismo o en alguna librería. Por supuesto, con la excusa de la lluvia, qué mejor que desayunar una tartita.
Parece que ya escampa un poco, así que me dirijo a la estación de tren. Se me ha descuadrado el horario, pero no el plan. Para llegar a Cingov hay un horario muy raro en autobús, por lo que opto por acercarme en tren, bajando en el apeadero de Smizany, a unos 40 minutos de la entrada principal.
Una vez he llegado a la entrada al parque el tiempo ya había cambiado, haciendo un solcete muy agradable, que se ha mantenido en todo el día. El plan era hacer sólo un recorrido, pero más largo que los de ayer.
El recorrido es durillo, sobre todo por lo embarrado que están algunos tramos (me he vuelto a caer, pero esta vez sin consecuencias mayores a las de poder pasar por un competidor de las de "lucha en el barro". No he echado en falta los tramos de escaleras de hierro o de pasarelas sobre el río.
Hay momentos en los que se abre el campo de visión y te quedas con la boca abierta
En total, teniendo en cuenta los dos tramos a añadir hasta el apeadero, han sido seis horas de pateo. Para no deshidratarme me he tomado al final 2'5 litros de cerveza (con limón, no penséis mal... qué invento)
Una vez en el apeadero, me ha tocado esperar una hora, porque el tren que tenía previsto ha decidido no pasar. No había nadie para preguntar (era un apeadero) y no me quería mover por si venía con retraso. Típica imagen de los documentales de Trotamundos de La2.