DOMINGO 3 DE AGOSTO
Ya se ha cumplido un mes desde que comencé el viajecito! Creo que aún podré estar unas dos semanitas más (aún no he mirado vuelos de regreso).
Hoy es mi último día en la región de Zilina y, como comenté ayer, no toca senderismo. A cambio pasearé un poco por la ciudad (aún no lo he hecho de día) y me desplazaré hasta el famoso Castillo de Bojnice.
Como el autobús para Bojnice lo tengo a las 10:15, dispongo de 1 hora para andar por el centro de Zilina, básicamente por donde estuve ayer a la noche y poco más.
En Zilina hay dos plazas centrales, al rededor de las cuales se encuentran las calles más interesantes, además de peatonalizadas. Ambas plazas son de paso, grandes, sin apenas jardines o zonas verdes.
Plaza de Andrea Hlinka, donde está la oficina de turismo.
Plaza de Santa María, donde tuvo lugar el concierto de ayer noche.
En la primera destaca, sobre todo el resto, la Catedral de la Sagrada Trinidad:
Por supuesto, no puede faltar el típico edificio, grandote, moderno, del Centro Comercial
En la otra plaza, hay más terrazas para tomar algo y se encuentra el edificio del viejo ayuntamiento
Si te parece que necesita un poco de cirugía estética, mejor no veas otros edificios emblemáticos (en su momento) como el palacio Rosenfeld, que da pena:
Me ha llamado la atención que se mantienen, también en otros pueblos, monumentos conmemorativos de la "liberación" soviética de 1945.
Lo dicho, que a las 10:15 he cogido un autobús que me ha llevado a Prievidza (75', 3€). Se trata de una población situada a 3 kilómetros de la aldea de Bojnice, donde se encuentra el castillo tipo "Walt Disney" que quería visitar. No tiene acceso en tren.
Para no hacer andando los 45' que me llevaría llegar a Bojnice he esperado al autobús urbano nº3, pero al ser domingo no pasa a la hora prevista (hay poquísimos). Por esto, sin que sirva de precedente, he roto mi norma de evitar los taxis y he parado uno en la carretera . El recorrido me ha costado 2'5€ (En Bilbao es lo que te cobran por abrir la puerta).
Me ha dejado justo en frente del castillo, que realmente impresiona por fuera. Se ve enseguida que ha sido restaurado en fechas no muy lejanas, pues está demasiado bien.
Casualmente hoy la entrada al castillo era gratuita (por desgracia). De principio, la entrada cuesta 8 euros.
Digo por desgracia porque la visita era guiada (en eslovaco), haciendo grupos de 35 personas cada 20 minutos. Pues se ve que la gente lo sabía y me ha tocado esperar en la cola dos horas (!). Jodé, qué a gusto hubiera gastado los 8 euracos.
Por dentro el castillo es atractivo, a pesar de que el guía (muy monótono) ha tardado más de una hora en hacer el recorrido. No obstante, de los castillos visitados hasta la fecha en este viaje, me quedo con el de Peles sin lugar a dudas.
La broma de las dos horas de espera ha hecho que todos los autobuses que tenía contrastados para volver a Zilina ya hayan partido. Por supuesto, volver a Prievidza con el bus local es improbable, así que, sin saber si hay más medios para volver a Zilina, me paro otro taxi (ya he cubierto el cupo para mis viajes de los próximos siete años) que me deja en la estación de autobuses... jodé, pues tengo suerte porque en 15 minutos sale el último directo a Zilina (3'40€, 80')
Y hasta aquí el día de hoy. Toca terminar las compras (huevos fritos con patatas) en la cocina del hostel, actualizar el diario y estudiar el plan de Bratislava para mañana.