Arriba a las 6, no queríamos que nos pasase como el viaje de Los Ángeles a las Sequoias, así que sacamos el coche del parking y a tirar millas. Según te vas acercando a Yosemite el paisaje va cambiando y empiezas a parar el coche a cada rato para hacer fotos,

a las 12 estábamos entrando en el Parque Nacional de Yosemite,

buscamos nuestro alojamiento Curry Village, check in con muchas advertencias sobre los osos y la comida. Nos acomodamos en nuestra tienda, que por cierto nos dieron la más alejada de todo y más cerca al bosque. La tienda muy grande y en alto, con el suelo de madera y una repisa con una caja fuerte, un espejo y su gran cama en el centro, en el exterior estaba la famosa caja para osos, en esa caja enorme había que dejar toda la comida, bebida y todos los productos que desprendieran algún olor, así lo hicimos, en el momento de cerrar nos dimos cuenta que no tenían cerradura, candado, teclas, pero como pudimos comprobar nadie coge nada de tu caja, ni los osos. Dentro de la tienda está prohibido comer, así que almorzamos fuera, llenamos las botellas de agua, nos echamos protección solar y a hacer el Trail duro que teníamos preparado, Nevada y Vernal Falls, una ascensión muy dura de unas 3 horas a pleno sol, fue extenuante, pero cada vez que concluíamos un tramo la naturaleza te agradecía el esfuerzo con unas vistas espectaculares del Half Dome, El Capitán y el Valle de Yosemite.


Perdí la cuenta de las ardillas que nos cruzamos, jugueteaban alrededor de los turistas, pájaros de distintos colores

y tuve la mala fortuna de ver hasta a una serpiente de cascabel

muy cerca del sendero por donde los visitantes íbamos transitando, me dan escalofríos de solo recordarlo. Bueno las cascadas son un espectáculo, arriba de cada cascada se puede descansar

y mojarse las piernas cansadas en la gélida agua del río. La bajada la hicimos siguiendo otra ruta, un poco más larga pero que nos llevaba por la falda contraria a la que habíamos subido y nos daba unas vistas muy distintas de los dos grandes referentes del parque y del camino que habíamos recorrido en la subida. Llegamos a las 18:30 a la tienda y sabiendo que el día siguiente también era muy largo, decidimos no parar. Cogimos el coche y pusimos rumbo a Glacier Point para ver el atardecer, de camino paramos y sacamos las maravillosas fotos desde Tunel View,

espectaculares. Tardamos unos 40 minutos en llegar a Glacier Point, es una carretera que está cortada 5 meses al año, así que tiene mucho tránsito de animales y cuando bajábamos vimos la figura a contra luz de un ciervo, paramos en el arcén y corriendo fuimos a acercarnos y fotografiarlo,

atardeciendo y a esas alturas empezaba a hacer frío, así q seguimos hacia Glacier Point, donde había unas 30 personas sentadas en silencio disfrutando de aquella postal, Impactante.
Lo disfrutamos y con bastante frío vuelta al coche en peregrinaje, saliendo del parking y entre 2 coches nos aparece un ciervo mayor al que habíamos visto antes, ya había más gente haciendo fotos y observando como el ciervo se paseaba tranquilo entre los coches y su bosque. Llegamos de noche a la tienda, ahora tocaba ducharse en unas instalaciones muy buenas y a intentar descansar y sobretodo esperanzados de no tener una visita nocturna del oso.