A las 8:30 nos recoge Sam y nos dirigimos hacia el lago de agua dulce más grande del sudeste asiático (Tonle sap lake), donde allí se encuentran las casas flotantes. Compramos un ticket por 20$ cada uno, por el cual te dan una vuelta de hora y media en barca. Recomiendo hacer este recorrido porque a nosotros nos dejó perplejos.
El recorrido de esta etapa, lo hicimos con coche, y como ya dije anteriormente, menos mal, porque en tuk-tuk se hubiese hecho demasiado largo. Además, el aire acondicionado no venía nada mal. El templo de Beng Mealea está a 70 km de Siem reap. Sam nos dijo que hasta hace poco, visitarlo era un peligro porque había muchas minas en su perímetro, pero que se ha conseguido hacer una "limpieza" de los alrededores. Al llegar a Beng Mealea pagamos 5$ cada uno por la entrada.
Cuando acabamos de recorrer el templo, le dijimos a Sam si podíamos comer en algún sitio. Nos dijo que allí mismo. Justo en frente del templo, hay unos puestos donde puedes comer algo, y nosotros comimos en uno donde lo llevaban una mujer y su hija. ¡Nunca habíamos comido unos noodles tan buenos!
Dos platos de noodles + 2 coca colas = 10$
Dos platos de noodles + 2 coca colas = 10$
Volvimos al hotel y pasamos la tarde en la piscina. Cuando anocheció fuimos de nuevo a la zona del Night Market. Compramos un par de camisetas y nos sentamos a tomar unas bebidas en The Sun. Nos gustó este establecimiento porque hace esquina y sentado en la terraza puedes ver todo el ambiente. Como no teníamos mucha hambre, acabamos cenando de un pancake con banana y chocolate, estaba buenísimo.
Nos fuimos hacia el hotel y nos metimos pronto en la cama, mañana nos tocaba el madrugón para contemplar el amanecer de Angkor Wat.