Después del palizón de ayer, el cuerpo bien merece un poco de descanso. Aunque seguimos levantándonos temprano, a las 5:50, sin despertador, que estaba a las 6, ya nos estamos acostumbrando a esto de despertarnos de madrugada, abrimos el ojillo y… oooooh!, el Sol, como una inmensa bola roja se asoma al borde del lago, vemos un bonito amanecer mientras seguimos enroscados en la cama, ¡¡¡sí, señor!!!.

Tras asearnos un poco, y digo esto porque nos hemos dado cuenta de que estos últimos días apenas hemos tenido tiempo siquiera de ducharnos tranquilamente, la necesidad de aprovechar el tiempo prima por encima de todo, jeje, ¿ha sonado todo lo guarro que parece o no tanto?, jeje, bajamos a esperar al autobús que nos bajará al puerto, y nos informan de un terremoto de 6 grados en Richter en la zona de Pucallpa, lo primero que pienso es en Gustavo y compañía, espero que no haya pasado nada aunque parece ser que hay daños materiales, intentaremos ponernos en contacto con ellos.
Bueno, pues bajamos al puerto y nos meten en un barco a toda prisa. Con esta agencia visitamos la isla de los Uros y la isla de Taquile, aun no sé cómo se podría hacer sin agencia, aunque también supongo que se necesitaría algo más de tiempo, pero seguro que bajando al puerto y preguntando (recordad hay que preguntar 3 o 4 veces y quedarse con la respuesta más repetida, si no, os lían (y tener cuidado y desconfiar de según que personas) hallareis la forma de ir a vuestro aire.
El barco avanza entre totora (juncos) hacia las islas flotantes de los Uros. Lo cierto es que al llegar, da la impresión de estar en un parque de atracciones, sus casitas, sus vestiditos, todas las islas unas enfrente de otras, sus habitantes saludando con la mano, la verdad es que es muy curioso, esta chulo. Rosa, "ura" de pro, nos enseña a contar del 1 al 10 en aymara, el grosor del suelo, todo hecho de totora, de la isla flotante y la profundidad del lago en ese sitio, también aprendemos algunas cosas más. Después damos un pequeño paseo por la isla, y digo pequeño porque la isla es diminuta, debe tener 100 metros cuadrados.


Y nos vamos en un barco hecho de totora hacía otra isla. Este barco es, aunque en pequeño, como aquel de Kontiki que, tripulado por un noruego, viajo para demostrar que pobladores de Sudamérica podían haber llegado hasta la Polinesia, y que pude visitar el pasado año en Oslo (atando cabos, jeje, pero eso es una historia que os contare mas adelante).

Mi sensación, la que se alza por encima de todas las demas, aparte de lo bonito o diferente que pueda parecer el lugar es de sentirte incómodo, porque parecen monitos que están haciendo las gracietas para que les eches cacahuetes, pregonan subsistir por sus propios medios en estas islas, pero lo cierto es que viven aquí (los que vivan, porque la mayoria residen en Puno) por y para el turismo, y en 2 horas de trabajo, pues luego el turismo marcha a visitar Taquile, sacan bastante soles, es por esto que han cambiado por completo su forma de vida y sus costumbres, quizá en alguna de estas islas no vayan turistas… y quizá sean las verdaderamente interesantes. Aun así es un buen lugar para visitar, aunque entremos, como siempre, en el eterno debate del turismo sostenible.


Después, como decía, se parte hacia Taquile, por el camino disfrutamos del navegar por el Titicaca a 3900 metro de altitud, da la sensación de navegar por mar, hay momentos que el horizonte se pierde.
Llegamos a la isla de Taquile, y empezamos a subir tranquilamente por un sendero cruzándonos con muchos de sus habitantes, algún niño, que sin ningún pudor, pide 1 sol directamente.


El paseíllo esta interesante, tenemos buenas vistas del lago de las islas y penínsulas que nos rodean y avistamos la cordillera Real, ya en Bolivia.
Terminamos la subida y se llega a una plaza donde hay más turistas que locales. De nuevo el circo, volvernos a sentirnos incómodos, aunque tratamos de escapar del bullicio y perderos por alguna callejuela. ¿Qué queréis que os diga? es un pueblo, un pueblo en una isla, vale que no hay coches, no hay carreteras o cosas así, pero que no os engañen diciéndoos, como a nosotros, que no tienen TV ni luz, porque no es cierto, si tienen, pues las antenas de TV se ven y mas de una, que conste que no me parece mal, al contrario, ¿por qué no van a tener TV o luz? lo que me parece mal es que nos engañen y traten de hacer de esta “falsa incomunicación” o de esta forma de vivir un filón turístico.

La pregunta es…… ¿por qué hay que visitar un pueblo en el que viven peruanos como los hay millones en este país, que solo ofrece una plaza y vistas al lago, y unas callejuelas como las de cualquier pueblo en el campo? yo tengo mi respuesta, porque se ha montado un circo para el turista. Mi reflexión es que se quiere sacar dinero y ya está. Si no se promocionara este lugar como un sitio estupendo para visitar
seguramente si sería estupendo visitarlo, pero así, irían menos personas y no sacarían tanto dinero. En definitiva, una visita quizá prescindible, cuestión de gustos una vez más.
Como a muchos, me molesta que me mientan, y es que atención. Nos llevan a un “restaurante” y no nos podemos escaquear como siempre porque nos dicen que no te atienden si no vas con un grupo, y aunque intentamos comprar algo no lo conseguimos. Resultó ser una casa con patio, muy bien atendido y muy rico todo, con vistas geniales… pero una pasta. El guía nos dice que el dinero se lo queda la familia… aaaaishhh no se que pensar!!!.
De vuelta al barco bajamos los 560 escalones famosos y después 2,5h hasta el puerto de Puno, en el que sigue el acoso infame y sin piedad para vendernos millones de cosas, si hubiera contado las personas que se nos acercaron en los 100 metros de trayecto desde el barco hasta la furgoneta hubiera perdido la cuenta 5 o 6 veces, ya empiezo a estar un poco harto de esto. Me siento como un famoso al que le piden autógrafos y al que llevan en volandas hasta la furgoneta con las lunas tintadas… jeje, de hecho es hacia donde íbamos, hacia la furgoneta. La cual se supone que nos tendría que haber dejado en el hostal. Pero el conductor no se entera del nombre, ni de la calle que le decimos, al final nos deja unas calles más abajo… como a nosotros nos parece todo igual… menudo jeta y que kamikaze.
Como es pronto, vamos a preparar nuestra llegada a Cuzco, tenemos que pagar el Inka exprés, que teníamos reservado pero no pagado por si no llegábamos a tiempo y así no perder dinero, luego vimos que no estaba lleno el autobús y no hubiera hecho falta hacer reserva pero bueno…. Teníamos un montón de dudas, pues yo vi que costaba 40 dólares en internet, la reserva que me enviaron ponía 45$ como precio, y finalmente la chica nos dijo 30$ por cabeza, evidentemente, solo nos falto ponernos a silbar y a mirar al techo para disimular, jeje, ¿veis? La contra información peruana, jeje, ¡cómo funciona!. Una cosa menos.
Búsqueda de alojamiento en Cusco. En el Duque Inn, aparte de simpatía y buen trato nos ofrecen un alojamiento de un amigo igualmente por 40 soles por noche, aunque buscamos algo más interesante no encontramos nada, asique nos hacen la reserva sin problemas. Además mantenemos una conversación muy interesante sobre el turismo en esta zona, y el porqué se promociona mucho unas zonas y nada otras bastante más interesantes. A bote pronto, y basándome en lo expuesto sobre Taquile no puedo estar más de acuerdo en lo que Ricardo nos expone ¡¡que buen hombre!!, no dudeis alojaros en el Duque Inn.
Bueno, ya tenemos alojamiento en Cusco, asique por fin voy a poder confirmarles el hotel a los cansinos de Perú Chasquitur, que llevan pidiéndome que les diga el alojamiento meses, y vaya, ahora no hay forma de hablar con ellos, y solo eran las 19h ¿será posible?.
Poco más, paseamos un rato por los alrededores de la Pza. de Armas, hay muchísima gente. Y buscamos un sitio para cenar, tras esto a dormir pronto, mañana madrugamos… una vez más, para viajar hacia Cuzco.