Fue el día que más tarde nos levantamos, serian como las 9 y media.
Después de desayunar, nos fuimos caminando de nuevo hasta la colina de Wavel, ya que el día anterior en el tour lo vimos todo muy rápido y por encima.
Primeramente fuimos paseando por la parte baja, paralela al rio, hasta ver el famoso dragón escupir fuego.

Después, nos subimos al castillo y entramos a visitar la Iglesia de Sta. Maria. La entrada es gratis. Si luego quieres ver determinadas salas hay que pagar.


La verdad es que es interesante.
Una vez salimos, nos fuimos de nuevo hasta el patio del castillo. En principio íbamos con la idea de visitar los apartamentos reales, pero el guía, el día anterior, nos dijo que si habíamos visitado el Escorial, que no merecía la pena, ya que la mayoría de lo que había en los museos del castillo, eran replicas, puesto que todo lo original, se lo llevaron en alguna de las invasiones a Cracovia.

Seguimos con el paseo matutino bajando la colina, camino de Kazimierz. No sabíamos si ir a las minas de sal o visitar la fábrica de Schindler.
Puesto que no nos iba a dar mucho tiempo a ver las minas, fuimos a dar una vuelta por Kazimierz, tomar unas cervecillas y luego nos fuimos a comer.
Comimos en un restaurante que nos recomendaban en el mapa que nos dio el guía el día anterior, allí mismo, en el barrio judío. Y no nos gustó nada. Era súper barato, pero la comida no nos agradó.
Comimos poco, así que acabamos rápido. Cogimos el tranvía y nos bajamos en la plaza de los héroes del Ghetto. Desde allí, caminando, son 5 minutos a la fábrica de Schindler.
No me digáis por que, yo tenía entendido que era un museo de la fábrica, pero no, es un museo del ascenso nazi, la guerra y pasa muy por encima por el tema de Schindler.
La verdad es que está muy bien ambientado. Esta todo en polaco e inglés, pero no hay audio guías, hay que leer y ver videos.

Es una visita para hacer guiada, sin duda. Por eso nos arrepentimos de no haber entrado el día anterior cuando acabo el tour de la Cracovia Judía. Así que si teníais pensado visitar la fábrica, yo os recomiendo que entréis justo después del tour. Además, os evitareis una larga cola para coger las entradas…
Cuando acabamos la visita, volvimos al tranvía y de nuevo a la plaza del mercado. Últimas compras en el mercado de los paños y a tomar unas cervecillas.

Queríamos haber subido a la torre del reloj a ver la plaza desde las alturas, pero se nos hizo de noche y ya no nos dio tiempo.
Para cenar, habíamos elegido un restaurante que estaba cerca de la plaza, pero al llegar allí, vimos que solo se podía pagar en efectivo, y no teníamos.
Estuve tentado de sacar dinero, pero me daban 3,80 zl por euro, así que muy a nuestro pesar, entramos en un restaurante que había en frente ya que se hacía tarde. No estaba mal, pero nos quedamos con las ganas de entrar en el otro, puesto que lo ponían muy bien en los comentarios y la carta tenía un gran aspecto.
Después de cenar, nos fuimos a tomar nuestras últimas cervezas y chupitos.
No nos queríamos liar puesto que había que levantarse a las 6… pero hasta las 3 estuvimos por ahí de jarana…jajajajaja