Hoy pasamos de largo la desviación al parking de la carretera al lago O’Hara, no vamos a intentar lo que parece imposible. Nos dirigimos directamente a Lake Louise Village. Otra de las empresas que organiza excursiones al lago O’Hara tiene su domicilio aquí. Aquello es pequeño pero muy disperso y no sabemos por dónde empezar. Aparcamos en Samson Mall y nos disponemos a preguntar en algún comercio. Pero a las 8 de la mañana no es mucho lo que está abierto. En la oficina de la Góndola de Lake Louise nos atiende estupendamente la chica que se encarga de ella. De allí salimos con un plano impreso y detallado del itinerario a seguir. Llegamos a una zona residencial con grandes viviendas separadas bastante unas de otras. Aquello no tiene pinta de que haya ningún comercio u oficina.
Veo a un señor que se encuentra junto a su vivienda, en bañador, con su periódico y un café, dispuesto a pasar un ratito tomando el sol de la mañana. Me dirijo a él pidiéndole mil perdones por molestarlo, pero es que no vemos a nadie más, y le pregunto dónde puede estar lo que buscamos. Y, casualidades de la vida, resulta que es el mismo que andamos buscando. Nos dice que es su hogar.
Tampoco hay suerte, no sólo en las fechas que le indico, tiene completo todo el verano. Fue muy amable y me anotó el nombre de otras dos empresas, que eran las que ya tenía anotadas. Mi marido dice que a cabezona no me gana nadie. Total, para lo que me sirve.
Sin más dilación nos vamos al lago Moraine. Ya conocemos el camino. Una vez se pasa Lake Louise Village y transitando por la Lake Louise Road, al poco hay que desviarse a la izquierda, a la Moraine Lake Road. Son solo 14 km. desde Lake Louise Village.
El lago Moraine fue descubierto en 1894 por Samuel Allen. El dio nombre a los picos del valle, más bien los enumeró del 1 al 10, pero en lenguaje de los indios Stoney. Dado que el primer pico, Heejee, se reflejaba en el lago, nombró al lago como Heejee. Poco después su amigo Walter Wilcox lo cambió por el de Moraine, morrena.(Quizá lo cambió porque el primer nombre suena a risa). Con el paso del tiempo el nombre de los picos fue cambiando, a uno de ellos incluso le dieron el nombre del propio Allen. Solamente quedan dos con el nombre original, Neptuak (9) y Wenkchemna (10). Sin embargo el nombre del valle sigue siendo el mismo, Valle de los diez Picos. Allen y Wilcox se quedaron por la zona durante dos años, descubriendo entornos, fotografiando, escribiendo, cartografiando. Poco tiempo después comenzaron a llegar los primeros visitantes. Ahora se cuentan a miles.
Lo primero que hacemos es subir por el corto sendero hasta Rockpile, (montón de rocas). Es la colina que hay que subir para hacer las mejores fotos del lago. Grandes bloques de piedra que han sido reconducidos con escalones para mayor facilidad de los visitantes en subir a la colina. Y no escalándolos por el lateral que vierte al lago, como algunos hacen. Es una de las vistas más codiciadas de todas las Rocosas. También llamada “twenty dollar view” porque estuvo impresa en los billetes de veinte dólares canadienses.
Apenas queda un hueco para hacer una foto, y eso que aún no es hora punta.
Y no es para menos. La vista del lago con los picos elevándose en su lado izquierdo, realmente es sublime, de las que no se olvidan. Y qué decir de su color?. Su brillante color puede ser verde, azul, turquesa… dependiendo de la hora del día, de la estación y del clima. Las aguas que entran al lago son de un color gris lechoso pero al extenderse las partículas de polvo de roca glaciar en el agua en combinación con la refracción de la luz dan lugar a su colorido. El que un lago tenga un tono más fuerte que otro depende de la cantidad de polvo glaciar que tiene en suspensión.
Comenzamos nuestra ruta bordeando el lago por su parte derecha. A los pocos pasos se encuentra el desvío para los trails a Larch Valley y Eiffel Lake. Ambos comparten subida durante 2,4 km. En estos kilómetros hay que salvar un desnivel de 385 m. Una subida algo exigente distribuida en una larga cuesta inicial y varios zigzag que no parecen acabarse nunca. El sendero va entre bosques de pinos y abetos, ya maduros, con algún que otro claro que permite entrever el bonito colorido del lago. Al ser común a los dos senderos, este tramo está muy concurrido. No me extraña que no haya alerta de osos, con la cantidad de gente que vamos subiendo, parece una romería. Bueno, verdaderamente no sé cómo funciona la alerta por osos. Antes de viajar no tenía muy seguro el poder hacer esta ruta. En el centro de visitantes del parque de Banff nos comentaron que no era necesario formar grupo para andar por el sendero y aquí lo hemos confirmado.
En la confluencia con el sendero al lago Eiffel nosotros torcemos a la derecha y seguimos subiendo algunos zigzag más. Mucha gente sigue recto hacia el lago. Conforme vamos subiendo van apareciendo algunos ejemplares del alerce alpino, que da nombre al valle, mezclados con abetos y pinos. Más arriba los alerces son dominantes, muchos de ellos ejemplares jóvenes y en crecimiento. Poco a poco se va abriendo el bosque para dar paso a unos prados subalpinos preciosos, alfombrados de flores silvestres de distintos colores y forma. Estos alerces son muy preciados porque no suelen ser frecuentes y porque pierden sus hojas en invierno. Lo que quiere decir que en otoño son la mayor atracción al alcanzar sus hojas, (son como agujas), su color dorado y bronce antes de secarse y caer.
Y en cuanto los árboles disminuyen y los espacios se abren, comienzan a asomar los picos de los “diez picos”. Son cada vez más visibles cuánto más altura vamos ganando. Aunque quedan a nuestras espaldas, vamos echando la vista atrás de vez en cuando, porque no se pueden perder estas maravillosas panorámicas.
Los prados siguen alfombrando la tierra a los lados del sendero, con vegetación cada vez más baja y adaptada a la altura y condiciones climáticas. Las marmotas de gran tamaño hacen acto de presencia y cuando no, las oímos silbar.
Llegamos hasta uno de los denominados lagos Minnestimma. Palabra en lenguaje indio que significa “agua durmiendo”. Hermoso nombre y hermosos lagos que no se les presta mucha atención. Es un buen lugar para hacer una pequeña parada. Contemplar este lago y alguno más en una hondonada cercana, rodeados de bonitos prados de flores.
El fascinante telón de fondo de los diez picos, todos de más de 3.000 m. de altura, con sus restos glaciares colgando, es una imagen difícil de olvidar. El monte Fay con su cima cubierta por un atractivo y brillante glaciar. Los escarpados riscos de Wenkchemna Peaks, el monte Bowlen, el Allen, el Babel…. También podemos ver ya las curvas cortadas en el pedregal de rocas que conducen hacia arriba, hacia Sentinel Pass. Aunque desde aquí bien parece una alta pared difícil de escalar.
Estamos ya en la base de Pinnacle Mountain (3067 m.), a la izquierda, y de Mount Temple (3544 m.), a la derecha. Entre las verticales paredes de ambos se encuentra el elevado paso de Sentinel Pass (2605 m.). El estrecho sendero transita por encima de materiales de derrubio de ambas montañas. Se inicia por una prolongada cuesta sobre la baja ladera del monte Temple. Hay restos de neveros sobre el sendero, pero se pasan sin dificultad. Cuando aún queda como un km. el camino comienza a zigzaguear y a elevarse para superar los 200 m. de desnivel hasta la cima. Me maravilla comprobar que aún en terreno tan inhóspito algunas plantas y flores luchan por sobrevivir. Como el Selene morado, casi invencible ante la adversidad.
Cuando llegas a la cima el cansancio se te evapora en un instante. En cuanto pones el primer pie ya estás viendo al otro lado Paradise Valley. El valle que hace honor a su nombre se extiende allá en lo hondo. Accesible desde este punto mediante una empinada bajada de 500 m. de desnivel a través del pedregal de roca que conforma la otra vertiente de Sentinel Pass. El valle también se encuentra rodeado de altas y escarpadas montañas.
La cima de Sentinel Pass es un paso estrecho, cubierto de piedras de distintos tamaños y colores, verdes, rosadas, grises..Dado que dichas rocas han caído de las dos montañas entre las que se encuentra el paso, son un claro testimonio de los distintos estratos y composición de los mismos, que configuran estas moles montañosas. Aquí arriba ya no hay tanta gente, 10 – 15 personas. Todos hemos buscado alguna roca en la que sentarnos para comernos el bocadillo e ir asimilando el grandioso espectáculo de la naturaleza que tenemos a la vista, en ambas vertientes del paso. El camino que nos ha traído hasta aquí, los lagos Minnestimma, minúsculos en la distancia, el valle de los Diez Picos, picos a los que, por la altura que estamos, ya podemos tutear.
Sobre nosotros se eleva, imponente, la cara sur del Mount Temple, considerado como uno de los más importantes en las Rocosas. Desde aquí se puede subir a su cima. En la distancia distinguimos a unos cuantos que lo están intentando. La erosión ha creado extrañas formas rocosas como pináculos que se elevan sobre la vertiente al Paradise Valley de la montaña Pinnacle. De ellos precisamente deriva el nombre de la montaña, Pinnacle. Y también de estas altas torres rosadas, pináculos, chimeneas, o como quiera verlas cada uno, el paso recibe su nombre. La más alta de ellas tiene el nombre de Grand Sentinel. No quiero olvidarme de otra figura rocosa similar que olvidada y solitaria se alza en la ladera erosionada del Mount Temple. Ella sí que otea sobre el paso, vigilando en solitario a todo el que ha tenido la osadía o la buena idea de subir hasta aquí.
Y así me siento yo. Como un centinela afortunado y ocasional que otea el horizonte, a izquierda y derecha, delante y detrás y sobre los precipicios de vértigo que se extienden bajo mis ojos. Tendrá que pasar muchísimo tiempo para que yo pueda olvidar estos mágicos momentos.
![Lake Moraine. Larch Valley y Sentinel Pass. Eiffel Lake. 4 de julio - LAS ROCOSAS DE CANADA. YELLOWSTONE Y GRAND TETON. (32)](https://lh3.googleusercontent.com/-bjPa56iS5pg/Vjd2jXm7h0I/AAAAAAAAAgM/tIdOL6tyK4c/s640-Ic42/20150704_121752.jpg)
Comenzamos el regreso, muy contentos con todo lo que el día nos está ofreciendo. Con cierta nostalgia. Pero nos queda por delante toda la bajada por entre los lagos, los prados de Larch Valley, la vista de los “picos” delante y presente en gran parte del camino, sin tener que girar la cabeza, fijándonos en más detalles pequeños.
En el cruce con el sendero que lleva a Eiffel Lake hay un banco de madera. Como no está ocupado nos sentamos un ratito a echar un trago de agua. Me pregunto cómo estará este sendero. Parece que lo que queda del mismo es en llano. Serían las tres de la tarde. Propongo adentrarnos en el sendero para investigarlo un poco y recorrerlo en su primer kilómetro. Acabamos haciéndolo completo, 3,2 km. desde el cruce y otros tantos de vuelta.
El sendero discurre a media altura, enfrente de los Ten Peaks, con espacios abiertos que muestran las montañas, el valle, las brillantes y azules aguas del lago Moraine. Las montañas se aprecian más cercanas, con más detalle de sus escarpadas laderas, de sus cimas, de los glaciares que cuelgan de ellas y los que tienen a sus pies. También se atraviesan preciosos prados repletos de flores vistosas.
Entre estos glaciares, mirando hacia el valle, se ve muy bien el glaciar Wenkchemna como acomodado y amoldado a los pies de las montañas. El hielo se distingue en algunos de sus extremos, pero la mayoría de su superficie se encuentra cubierta por los grandes taludes de roca y arena caídos de los acantilados que sobre el mismo se elevan. Esta cobertura de arena ha protegido el hielo de los rayos solares y ello ha propiciado que estos glaciares hayan soportado mejor la recesión que otros muchos han sufrido en el último siglo.
![Lake Moraine. Larch Valley y Sentinel Pass. Eiffel Lake. 4 de julio - LAS ROCOSAS DE CANADA. YELLOWSTONE Y GRAND TETON. (37)](https://lh3.googleusercontent.com/-fQATTwFmQyI/Vjd3AwqtfBI/AAAAAAAAAgY/7ajiJT88ZgM/s640-Ic42/20150704_143326.jpg)
En el último tramo se atraviesan laderas de enormes taludes caídos de las montañas que se elevan a la derecha del sendero. Los árboles y la vegetación casi han desaparecido. Pero alguna se mantiene, luchando por sobrevivir en estos pedregales. En este entorno se llega al punto desde el que ya se comienza a ver el lago y continúa hasta que casi estamos encima de él. Al borde del lago no se llega. Se ve desde arriba. El lago se encuentra en una depresión 200 m. más abajo del sendero, rodeado de rocas y montones de piedras, en medio de un panorama duro e inhóspito. Rocas que se rompieron y deslizaron masivamente desde Neptuak Mountain. Nada que ver con la formación de la mayoría de los lagos alpinos al ocupar la bien formada cuenca horadada por un glaciar.
Sus aguas son de un color gris metálico. A mí que me da por inventar cosas, pienso que su nombre quizá se deba a este color metálico. Pues no. El lago y el monte Eiffel, que se alza por encima de él, reciben su nombre porque en el monte, cerca de su cima, hay una formación rocosa que recuerda a la torre de París.
Cuando Walter Wilcox y sus compañeros llegaron hasta el lago quedaron impresionados por lo duro del paisaje. Le pusieron de nombre Desolation Valley. El escribió que era muy difícil encontrar un lago de pequeño tamaño en un asentamiento tan salvaje. Que sus orillas eran los bordes angulosos de las piedras en perfecta armonía con las salvajes montañas que lo rodean. Y, que salvo una pequeña ladera verde, el rugoso terreno era completamente inapropiado para que crecieran plantas y árboles. Ya ha pasado más de un siglo y aquello tiene parecido con lo que él escribió. Pero, no del todo…. Como ya he dicho antes, en algunos lugares, árboles pequeños y otras plantas se empeñan en crecer.
El sendero continúa hasta el Wenkchemna Pass por otros 4 km. más. Este paso se encuentra a la misma altura que Sentinel Pas, 2605 m. Pero el día ha sido completito, así que nos volvemos por dónde hemos venido.
La ruta hasta la cima de Sentinel Pass es de 5,8 km., de ida, con un desnivel de subida de 725 m.
La ruta a Eiffel Lake es de 5,6 km., de ida, con un desnivel de 385 m. que se hacen en los primeros 2,4 km. compartiendo sendero con Larch Valley.
Este sendero también merece mucho la pena hacerlo pues, aunque decepcione un poco el último tramo y la vista del lago, transcurre en medio de unas vistas cercanas e instructivas del Valle de los Diez Picos.
A las cinco llegamos al lago Moraine, al que echamos un último vistazo. Es de lo mejorcito que se puede ver en las Rocosas de Canada. Pero eso ya lo saben todos lo que quieren viajar allí.
Queríamos haber subido en la góndola de Lake Louis, en realidad es como un telesilla, porque en la mañana cuando visitamos su oficina vimos que no era una atracción tan turística como creíamos. Aunque su precio es alto, $31,95, desde el punto que alcanza se pueden hacer algunas rutas hasta el Kicking Horse Pass Viewpoint, de 1,7 km. y al Ptarmigan Valley Viewpoint, de 3,4 km. Además en su publicidad asegura de que verás osos y otros animales salvajes desde el telesilla. Pero cerraba a las 5:30. Así que nos tomamos algo en una cafetería del Samson Mall, hicimos algunas compras en el super y para casita. Era nuestra última noche en Field.