De Cocachimba a Chachapoyas pasando por el Cañón del Sonche ✏️ Diarios de Viajes de PeruUn día sin prisas, disfrutando del último día del espectáculo del cañón del Gocta desde la cama, después desayunando, más tarde desde la terraza………La danza de las nubes………..¡no nos queríamos marchar!!! Las estrellas habían inundado el cielo...Diario: Por el norte de PERÚ. De los glaciares a la selva⭐ Puntos: 5 (31 Votos) Etapas: 23 Localización: PeruUn día sin prisas, disfrutando del último día del espectáculo del cañón del Gocta desde la cama, después desayunando, más tarde desde la terraza………La danza de las nubes………..¡no nos queríamos marchar!!! Las estrellas habían inundado el cielo nocturno, y la sonoridad del chorro de agua acompañaba el misterio de la noche, dividiendo nuestros pensamientos entre realidad o ficción. Parece mentira que unas noches tan estrelladas den paso a unos días tan nublados. Es cierto que muchas son las posibilidades de excursiones en la zona de Chachapoyas, y sin embargo, nos los tomábamos como un día sin planes, sin objetivos, dejándonos llevar. Incluso sin salir del valle del Gocta, disponiendo de más tiempo, uno podría distraerse con otras alternativas. Según nos comentaron, un sendero permite recorrer otras cascadas de esta quebrada. Otro camino conduce hasta la laguna de nacimiento de Gocta, pasando por el pueblo antiguo de San Pablo, en lo alto de la montaña, dentro de las nubes, poblado que ha quedado abandonado y trasladado a una zona más baja y mejor comunicada. Cuando uno está abierto a la improvisación, no tardan en surgir oportunidades. En nuestro paseo matutino por Cocachimba, sin pretensiones, únicamente saludando a los lugareños, nos topábamos con Alejandro. Saliendo a nuestro encuentro, nos invitaba a conocer algunos emplazamientos de los alrededores. “No les voy a cobrar nada, sólo les quiero mostrar algunos lugares, porque son mis amigos”. Bueno, sin creérnoslo del todo, nos dejaremos llevar. Junto con su prima, tomábamos rumbo a la planta de procesado de caña de azúcar. Como era día de descanso y la fábrica estaba cerrada con candado, buscaron a la mujer que guarda la llave, para enseñarnos las rudimentarias instalaciones, y explicarnos el proceso de principio a fin, hasta convertir la planta de caña en panela, un azúcar muy puro. Allí, Alejandro le hizo abrir los sacos para que lo probásemos, y la verdad es que nada tiene que ver con el que compramos en el supermercado, por muy integral que sea. Una bolsa de un kg de panela era el regalo que recibíamos de nuestros amigos cocachimberos. Una mujer con un peque se nos unía en el coche de camino a Coca, donde se quedaba la mujer junto con la prima, en la plaza que servía de campo de juego a los niños. Coca era la aldea original, en la que la palabra turismo no existe en su vocabulario. Su nombre procede de la compra de unos terrenos a cambio de un saco de coca. Después, unos cuantos se trasladaron al otro lado de Coca, a Cocachimba (chimba = al otro lado, en quechua). Alejandro nos llevaba hacia lo alto de la montaña. Allí vive una solitaria mujer que destila aguardiente de caña, probablemente en el alambique con mejores vistas del mundo. Tan tímida que ni se atrevía a mirarnos, aunque sí a invitarnos a degustar su aguardiente. La improvisada excursión no terminaba, sino que continuaba subiendo hasta el mirador natural de Shashil. Si las vistas desde Cocachimba me parecían maravillosas, me quedaba sin palabras para describir la panorámica desde lo alto de la montaña. El valle del río Gocta, Cocachimba, el cañón del Uctubamba, y todo ello rodeado de verdes montañas danzando con las nubes. Alejandro es buena gente y nos quería mostrar su casa natal, solitaria sobre el cerro, en Huara Tricana (el lugar donde el aire se voltea), la cual alcanzamos caminando desde su mirador natural secreto. Su familia era numerosa y su casa amplia, en semi-abandono, con un bonito balcón de madera y un gran horno al aire libre que su mamá usaba para cocer el pan de yuca. Seguían creciendo plátanos, piñas, yucas, tabaco………….Recorrimos su huerto buscando una piña madura, que peló para que la probásemos…..¡deliciosa!....también probamos sus plátanos y otras frutas…… Incluso nos presentó al gigante halcón metálico que construyó hace años para colgar sobre los cultivos y ahuyentar a los loros. Menudas vistas gozaba el listillo. Historias de duendes que viven en la selva……de la sirena encantadora de la cascada Gocta…….. Alejandro nos relataba minuciosamente todos los detalles de regreso al coche, con absoluto convencimiento de su existencia. “Si van al bosque por la noche, podrán oir los sonidos de las duendes, diferentes según su estado de humor”. La leyenda de Gregorio también parecía adquirir vida, desde su desconfianza a creer en los espíritus de Gocta hasta su desaparición con la sirena. Entre historia e historia llegábamos al Gocta Lodge para el check-out………-¡qué pena marcharnos!-, y tomar rumbo a Chachapoyas con Alejandro. Cuando viajas con él nunca sabes cuándo llegarás, porque un traslado se convierte en una excursión en sí misma, con innumerables paradas. Aparte de aquéllas para saludar a sus conocidos, que deben de ser todos los de los alrededores, tampoco quería dejar de mostrarnos los petroglifos de Pitaya, el valle sembrado de chirimoyas, las extrañas formas de algunas rocas, o algunos árboles frutales escasos. El cañón del Uctubamba nos encerraba, hasta que tomamos la subida a la ciudad de Chachapoyas. Nuestro hotel, el Villa de París, se ubica a las afueras de la ciudad, en arquitectura colonial, rodeado de jardines floridos. Al Cañón del Sonche llegamos en un momento perfecto. Iluminado por el sol de la tarde. Las luces y sombras originaban bonitos efectos. Un lugar bastante desconocido de Perú y según podíamos comprobar, muy poco visitado, lo cual incrementaba su atractivo. No queda lejos de Chachapoyas, únicamente hay que trasladarse hasta Huancas, población cuya tradición alfarera perdura hasta la actualidad. Los sábados realizan exhibiciones de modelado de arcilla. Un cañón de más de 1000 metros de profundidad formado por el río Sonche. En el pueblo se han organizado para cobrar una entrada de pocos soles, y han acondicionado senderos y miradores para disfrutar de las vistas. Un lugar en el que imperaría el silencio absoluto, si no fuera por el sonido del río que fluye por el fondo del cañón. En el Sonche, el silencio es veterano, capaz de hacerte creer que más allá de aquellas montañas se acaba el mundo. Yo diría que la tarántula del tamaño de un puño que se paseaba por el suelo no tenía intención de hacer daño a nadie, o al menos, eso aprendimos en Chaparrí. Sin embargo, él no opinaba igual. Ella fue la causa del frenazo brusco al regresar a Chachapoyas. A pedradas la emprendió Alejandro contra la araña gigante. La debía de considerar una maldición. Yo creo que nuestro colega conductor tenía vocación de guía turístico, porque su circuito incluía paradas continuas, como en un mirador desde el que divisábamos Chachapoyas, pasando por unos barrios por los que sólo pasan los de allí. Paseando por Chachapoyas me sentía a gusto. Una ciudad colonial fundada por los españoles, que, salvando las distancias, me recordaba a Cuzco. Tan cuidado y ordenado estaba el centro que no parecía Perú. Sus calles empedradas desprendían vida. Las casas de arquitectura hispánica, con paredes encaladas y balcones de madera, componían un agradable marco. Alejándonos del centro, el aspecto cambiaba: casas coloniales decadentes u otras recientes de ladrillo sin recebar, calles polvorientas, y desaliño por doquier. Ya nos habíamos dado cuenta de que el caos urbano y el ruido son proporcionales al número de combis y de motos que circulan por las calles. Esto no ocurre en esta ciudad, donde, para preservar el orden, han prohibido la circulación de los ruidosos moto-carros. Chachapoyas, a 2360 m de altura, fue fundada por los españoles en 1538, aunque su emplazamiento ha cambiado varias veces. Inicialmente fundada en La Jalca, a 3000 m de altura, demasiado alto y frío para los españoles, que no pudieron soportarlo. No sé porque en todas partes tenemos fama de poco resistentes. Pronto fue trasladada a Levanto, que posee destacados recintos arqueológicos, y posteriormente a su ubicación actual. No está de más pasarse por el centro cultural, en una esquina de la Plaza de Armas, para ver una pequeña exposición de cerámica antigua. Y a continuación, arreglar excursiones para los siguientes 2 días. Cena: El Batán de Tayta. Muy bueno. Tanto nos gustó que repetimos 3 noches. Wantanes rellenos de confit de lechón bañados en salsa de algarrobo con vainilla. Sudado de trucha, aeropuerto chachapoyano de arroz y frijoles con verduras y carne. Índice del Diario: Por el norte de PERÚ. De los glaciares a la selva
01: De nuevo en Perú, en marcha para un recorrido por el norte
02: Huaraz. Trepando a la Laguna Churup. De 0 a 4500 en 10 horas
03: Excursión al Pastoruri, un glaciar lloroso. PN Huascarán
04: Laguna Llaca: diosa de los paisajes. Y ruinas Wilcahuaín
05: Huaraz. Laguna Wilcacocha. La vida andina en las montañas
06: Alcanzando aguas turquesas de la Laguna 69. PN Huascarán
07: Lago Parón y Laguna Artesoncocha, misma agua, distinto color
08: Empacho arqueológico en Trujillo
09: Trujillo, paseando entre el colorido esplendor de su pasado colonial
10: El lujoso camino a la eternidad del señor de Sipán. Museo Tumbas Reales Chiclayo
11: Chiclayo: Saludando a los ojos de anteojos en Chaparrí
12: Catarata Gocta. Colosales cascadas entre nubes que abrazan montañas
13: Yumbilla. Cataratas en el bosque primario de Cuispes
14: De Cocachimba a Chachapoyas pasando por el Cañón del Sonche
15: Revash-Leymebamba, entre tumbas y momias
16: Kuelap. Antigua capital de los Chachapoyas, entre lo práctico y lo simbólico
17: Huayla Belén y Wanglic: un valle aterciopelado y una vista al pasado
18: De Chachapoyas a Moyobamba. Un río de chocolate con cascarón verde
19: Tingana. Navegando en canoa entre melodías y aromas
20: De Tingana a Moyobamba. Orquídeas y colibrís
21: Tarapoto. Indignación en Lamas
22: Tarapoto-Chazuta. Ceramistas y cacaoteras en la selva
23: Lima. De paseo por Miraflores. Burguesía peruana
Total comentarios: 50 Visualizar todos los comentarios
📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 0 (0 Votos)
Últimos comentarios al diario: Por el norte de PERÚ. De los glaciares a la selva
Total comentarios: 50 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN LA ETAPA
Diarios relacionados Mi viaje a Perú: Un abanico de Civilizaciones, Historia y Naturaleza
Recorrido por libre durante veintitrés días por algunos de...
⭐ Puntos 4.87 (15 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 303
Sur de Perú (de Lima a MachuPicchu) + Cordillera Blanca + Amazonas - 2017
Mi viaje por Perú - Impresionante
⭐ Puntos 4.73 (11 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 156
18 días en Perú por libre en verano 2023
Además del circuito típico, también hemos añadido un par de días en la Selva. Puedes...
⭐ Puntos 4.88 (8 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 126
Mucho Perú: cultura, aventura, gastronomía y naturaleza... impresionante!
26 días recorriendo el norte y el sur del país por...
⭐ Puntos 4.96 (26 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 121
PERÚ CON ADITIVOS: IGUAZÚ E ISLA DE PASCUA
Viaje por el sur de Perú, visitando Lima, Arequipa, Valle de Colca, Titicaca...
⭐ Puntos 5.00 (4 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 115
Galería de Fotos
|