
Fin de año en Egipto. Relato de un viaje especial. 2015/16
4to. Día. Edfu - Kom Ombo - Aswan
Después de una navegación tranquila, despertamos en la ciudad de Horus, que diferencia con la que visitamos estos últimos años, los barcos llenan su puerto. Hace frio, mucho frio, la ropa que pensábamos solo usaríamos en la salida y al regreso a casa, es el vestuario habitual, parece mentira, pero buscamos el sol, ese sol que hemos evitado en nuestras visitas de años anteriores.



El pequeño trayecto entre los muelles y el templo a Horus el Viejo de Edfu, como casi siempre lo hacemos en calesa, calesa que nos lleva por el centro de esta ciudad sureña y provinciana del Egipto mas verdadero, quizá mas arisco, actitud probablemente generada por la brevedad de las visitas de turistas y viajeros, a los que se ve pasar como centellas, escarmentados por el agobio y la pesadez de los vendedores, no giramos nuestras miradas hacia el verdadero “día a día” de esas gentes, a la lucha diaria y a las inquietudes de los herederos de la que fue la mas grande de las civilizaciones.



Aquí se repiten en mayúsculas, la percepción de colores, olores, ruidos, gentío, gritos, mercado con paradas llenas de fruta del tiempo, naranjas y fresas, las llenan de vida, trasiego de panaderos, policías, niños hacia la escuela, hombres fumando sus shishas en los destartalados cafés, fuentes que no funcionan, asnos por doquier, escribanos o amanuenses modernos que con sus fotocopiadoras escriben cartas o todo tipo de documentos a egipcios que no han tenido la ocasión de ser escolarizados, de la misma manera que sus antepasados lo hicieron antaño en papiro u ostracon.





Edfu, aunque tardío, ptolemaico, guarda la esencia del antiguo Egipto gracias a que las arenas cubrieron el templo durante centurias. Las sombras producidas por el sol de invierno hacen sus relieves, sus capiteles, diferentes, con otros matices, quizá mas majestuosos.











Continua...