JUEVES 1 DE SEPTIEMBRE ✏️ Diarios de Viajes de USA

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JUEVES 1 DE SEPTIEMBRE

El viaje por carretera, muy tranquilo, aunque se nos hizo algo oscuro y acabamos por carreteras secundarias.

Unos 20 minutos antes de llegar al aeropuerto, llamamos al número de la empresa Parking 10 y nos esperamos con el coche en la terminal 2, tal y cómo decía el correo que nos habían enviado.

Como no aparecían, les volvimos a llamar, y parece ser que estaban en la terminal 3, porque en la 2 la policía multa si estás mucho tiempo parado con el coche. En unos minutos ya estaban en la terminal 2 a por nuestro cochecito.

Hizo una revisión del coche por dentro y por fuera, marcó los golpes y arañazos en un dibujito que tenía del coche y cuando me facilitó el resguardo autocopiativo para firmarlo, me dio un ataque de risa al ver que había marcado todos los sitios posibles en el dibujo del coche como desperfectos.

Corroboramos la fecha y hora de recogida, y que el pago se hacía con la retirada del coche. Pues estupendo, le doy las llaves de mi coche a un desconocido y bye, bye.

Entramos en el aeropuerto de Málaga y con las horas que eran, aquello estaba supermuerto. Nos dimos unas vueltecillas y sólo vemos un Starbucks abierto y un par de máquinas con precios desorbitados y cosas como sándwich de cangrejo. Que asquillo.


Pues nada, volvemos a subir y nos vamos al Starbucks. Yo ceno un muffin de arándanos con agua, y mi marido un bocata calentito de jamón york, queso y huevo frito, con coca cola. Al final él ha salido ganando con la cena.

Con el estómago lleno, intentamos buscar un sitio donde acomodarnos las 5 horazas que nos quedan. Había señores con carros supercargados durmiendo en los huecos dejados por los cajeros y en los huecos de las ventanas. Parecía un buen sitio, pero no iba a empezar a tirarme por el suelo a estas alturas jejeje. Nos quedamos sentaditos a ver como las horas pasan lentamente.


Yo me pongo a colorear un librito mini que me compré para el viaje, me aburro. Me pongo a escuchar música, me aburro. Me levanto a por chocolatinas a la máquina. Jo que pronto nos las hemos comido. Leo mis guías, me vuelvo a aburrir.


Mi maridín se lo monta mejor que yo.



Saco los colores de nuevo, doy vueltas, salgo, entro yyyyyy anda, ya son las cuatro. Ala, a levantarse del asiento que ya mismo van a abrir los mostradores de Norwegian.

Salida Málaga: 6.50, llegada a Oslo: 10.55.
Salida de Oslo: 17.30, llegada a Orlando: 21.00 (03.00 de la madrugada aquí).


Pues cojo mi mochila de 10 kilos y mi maleta grande y andando, rezando porque no me la pesen, y porque no me la vayan a abrir, porque la cara de idiota que se me puede quedar cuando vean los trajes de boda y le destripe la sorpresa a mi marido…

Pues resulta que sólo nos piden los pasaportes. Ja, y yo que llevaba tres copias de todos los papeles importantes, billetes, correos, resguardo de compra…sí, tres copias, una en mi mochila, otra en la de Ale y otra en la maleta grande. Ya voy escarmentada y prefiero prevenir, que siempre me pasan “ese” tipo de cosas. Pues no que me dio hasta coraje que sólo me pidieran el pasaporte.

Afortunadamente sólo nos pesan las maletas grandes, que ya van facturadas hasta Orlando directamente, y de las mochilas pasan totalmente. Nos dan los billetes de avión, y nos dirigimos a pasar el control de seguridad.

Pasamos el control sin problemas, bueno, “a alguien que no era yo y no quiero señalarrrrrr” se olvidó su riñonera de seguridad con la documentación importante en la bandeja blanca. Menos mal que se dio cuenta rápidamente y fue a preguntar acojonadísimo porque estaba allí su pasaporte. Discretamente se acercó un chico de seguridad que le mostró dónde podía ir a recoger su “reloj”, con cara de ya os vale. – Ale le dice-No es el reloj son los…- Y le interrumpe el policía-He dicho reloj por ser discreto hombre…

Ufff, primer susto superado. Qué suerte, que la podíamos haber liado antes de salir de Málaga.

Ya más tranquilos, andamos hasta encontrar nuestra puerta de embarque, e intentamos dormir un poquillo.


Como el vuelo a Oslo son cuatro horas y algo, y no tiene comida, compro un bocata a compartir entre los dos, y así pasar un ratillo entretenidos.


Anda mira, si está ahí el avión!!!!


Llega la hora, y montamos en el avión. Hay mucho espacio para estirar las piernas, aunque justito con el de al lado. Tiene wifi, pero como no quiero gastar la batería, me hecho a dormir.

Una cosa que me llamó mucho la atención, fue que la ventanilla tenía un botón para regular la tonalidad del cristal, para que no te entrara la luz, no había cortinilla . Es que me asombro con poco jejej.




Por el camino, vemos un paisaje precioso, lleno de lagos y mucha vegetación.


Antes de darme cuenta ya habíamos llegado. Al bajar del avión nos sorprendió un sol espléndido. El aeropuerto es muy del estilo Ikea, todo de madera, minimalista, es muy bonito. También tienen muchos enchufes para cargar los aparatejos.





Lo malo de este aeropuerto, es que para la cantidad de viajeros que tiene es muy pequeño y tiene poco sitio para comer. Se forman colas largas y a veces no hay sitio para sentarte a esperar.





Hicimos tiempo, y comimos en uno de los sitios más baratillos. Tuvimos suerte de encontrar en un rinconcillo una mesa libre, que ya me veía comiendo de pie. La comida nos costó 491 NOK o Coronas noruegas, casi 55 euros, vamos, caro de narices, porque era como un wok de comida rápida.




Como ya llegaba la hora, pasamos un control en el que sólo nos pidieron el pasaporte, esperamos un poquito más, y sin darnos cuenta nos vimos haciendo cola para entrar en el avión a Orlando. Yo estaba un poco nerviosa porque no llevo muy bien los aviones, y era la primera vez que me subía a un avión taaaantas horas. Si ya ir a París se me hace eterno.



Al entrar nos emocionamos mucho porque el avión era muy grande. Los asientos estaban distribuidos en filas de 3-3-3 y podía estirar las piernas completamente. Ya no había wifi, pero teníamos otros entretenimientos.



Había muchas películas, documentales, dibujos etc, en español, aunque también llevábamos las tablets por si nos aburríamos, pero en realidad, casi que no nos hizo falta. Yo llevaba las pelis de Harry Potter para entrar en calor, y ni siquiera terminé la primera. Tienen puertos USB para que puedas recargar los aparatos eléctricos, y un mapita donde puedes mirar por dónde va el avión.





Al poco tiempo de despegar, nos pusieron la cena, y nos entretuvimos otro ratillo comiendo. La pinta de la comida no es muy buena, pero era tragable.



Fue estupendo cuando pasamos por encima de unas montañas nevadas, supongo que sería Canadá.


Las últimas dos horas se hicieron algo pesadas. En total el vuelo fueron unas nueve horas. Menos mal que entonces nos dieron un bocata pequeño, y un zumo.


Al retirar la comida, ya pasaron con el papelito azul. Había alguna cosilla que no sabía muy bien como rellenarla, menos mal que al lado había una chica muy amable que nos echó un cable. Si llevas cámaras de fotos y tablets, no es necesario que lo declares.


Y Por finnnn llegamos. Salimos del avión casi de los primeros, pero como en 9 horas no nos habíamos movido, necesitábamos ir al servicio antes de pasar los controles. Errorrrrr, al salir estábamos de los últimos, y debía haber gente de varios aviones. La chica que iba a nuestro lado, estaba ya pasando los controles y nosotros con millones de personas delante. Así que por ir al servicio, casi tardamos una hora en salir de allí.


CONSEJO aduana: ir al servicio después o antes de bajar del avión.


En la cola había un chico supermajo, que si tenías el Esta y habías ido más veces, te llevaba a unas máquinas para que hicieras el trámite allí sin esperar cola. Nosotros, aunque llevábamos el Esta, como era la primera vez, tuvimos que chupar cola.

Para hacer el control, nos tocó un chico muy serio, pero de habla hispana, nos pidió los pasaporte y el Esta, nos preguntó el motivo de la visita y poco más.

Al salir de esa sala, ya se podían recoger las maletas, y como habíamos tardado tanto, ya estaban las nuestras en las cintas. Las recogimos, hice fotos, pero me di cuenta que había un cartel que indicaba que allí no se podían hacer fotos Upsss :secretor: , menos mal que no me dijeron nada.


Pasamos otro control mucho menor en el que sólo nos pidieron los pasaportes, subimos las escaleras mecánicas y nos montamos en el tren que te lleva a la otra terminal. El camino es unidireccional, casi que no puedes ir a otro sitio, por lo que no tiene pérdida.

Al salir a la sala grande ya vimos carteles de publicidad de las atracciones de los parques, ainsss se me ponían los pelos de punta. Después de tanto tiempo, ya estábamos en Orlando.

Ahora tocaba llamar al chófer que nos estaba esperando en una sala especial que tienen , y sorpresa, salta el contestador de lo que parece una especie de oficina, indicando que están sólo hasta las nueve y son las diez y media. Volvemos a llamar, y nada. Como me dijeron que si tenía problemas contactara por Skipe, lo hicimos y ERRORRRRR, por menos de un minuto que es lo que duraba el contestador nos llegó un mensaje de Orange, en el que se me cobraba por el uso de internet 60 euros, sablazo. Por supuesto, saltaba el mismo mensaje, evidentemente.

Me recomendaron que llamara desde información, pero la chica ya no estaba. Llamamos a algunos números de teléfono más y nadie nos cogía. No me lo podía creer, con lo cansada que estaba, que llevábamos más de 30 horas de viaje.

CONSEJO móviles:
Lo mejor es que al llegar, se desactiven los datos, ya que cobran muchísimo. Por supuesto, haber activado el roaming antes de salir de España.

Ala, a recorrer el aeropuerto de arriba abajo con las maletas cargadas, a ver si veíamos a alguien con un cartelito con nuestro nombre. Tras una hora de andar de un lado para otro, decidimos irnos y coger un taxi o lo que fuera, y a eso que nos topamos con los microbuses de Mears. Le pregunto si llevan al Cabana Bay y nos contestaron que sí, pero que teníamos que ir dentro a comprar el ticket. Así que vamos dentro y por 21 dólares cada uno, tenemos nuestros tickets. Inmediatamente llega un microbús, y nos subimos. El camino se me hizo corto y eso que pasamos por varios hoteles, pero he de confesar que pegué alguna cabezada. Al bajar, estaba tan contenta que le dimos a la chica 5 dólares de propina.

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