TYPHOON LAGOON: SÁBADO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2016 ✏️ Diarios de Viajes de USA

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SÁBADO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2016

Ese día íbamos al Thyphoon Lagoon y llevaba apuntado el Happy Landings Ice Cream, con el helado del Sand Pail, que es un cubo de arena lleno de helado, y los mini donuts.

También el sándwich de cerdo a la barbacoa creo que del Leaming Palms.

Al final sólo probamos los mini donuts.

También teníamos la reserva del T-Rex a las 21.30.

Como ese día el parque abría a las 10.00, nos levantamos igualmente temprano para aprovechar el tiempo e ir a hacer fotos por el hotel Pop Century, y su vecino de enfrente, el Art of Animation.


Las fotos del Pop Century, ya os las puse en la etapa correspondiente, por lo que voy directamente a las fotos del AoA.

La distribución de este hotel es prácticamente la misma. Los dos hoteles están unidos por un puente que hay sobre un lago que los separa.

Al entrar en el AoA, lo primero que se ve es un play ground super bonito de buscando a Nemo, además de lo colorido de los edificios.






Un poco más adelante, está la piscina de adultos y la piscina de los niños, que como podéis ver, son las dos preciosas.

La piscina de adultos tiene música debajo del agua, una pasada.







Al girar a la derecha, nos encontramos con la zona del Rey León. Hay muchos personajes, y es muy divertido verlos posando con sus posturas más típicas.





También hay un play ground, del cementerio de elefantes, pero este me da un poco más de mal rollo.



Justo detrás, está la zona de La Sirenita, que como podéis ver, tampoco le falta detalle. Es aquí donde están las habitaciones de este hotel más asequibles, pero no suelen entrar en las ofertas, ya que a Disney no le hace falta para que la gente quiera alojarse en ellas. Ni que decir tiene, que esta es la parte más alejada del hotel, respecto a la recepción, buses, etc.








Justo en el otro lado, está la parte de Cars. Creo que esta es una de las zonas que más me ha gustado. Están todos los personajes, los niños lo tienen que flipar en colores seguro. También tiene su propia piscina y los conos que son como habitáculos que se pagan aparte para estar más relajados.















Una vez fotografiado el hotel, nos montamos en el bus para ir al Typhoon Lagoon.

Hay personas que no van a los parques de agua, porque piensan que no son tan interesantes como el resto, pero nada más lejos. Los dos acuáticos de Disney para mí son imperdibles, nada tienen que ver con los demás. Hemos disfrutado mucho en ellos, y aunque sea sólo para pasear por ellos si hay poco tiempo, hay que ir.

Llegamos antes de que abrieran, pero yo estaba sumamente preocupada, porque sé que este parque tiene pocas hamacas a la sombra, y no me quería ver achicharrándome al sol todo el día.

Al abrir, salimos rapidito hacia la parte derecha, frente a la piscina de olas, y cogimos dos hamacas que había entre sol y sombra, porque la gente se las pela, y las de sombra de esa zona ya estaban cogidas.














Dejamos las toallas, para guardar el sitio, y nos fuimos a dejar todas las cosas a las taquillas. El alquiler son 15 dólares el día, (qué majos…), pero a ver, no vamos a dejar todo fuera para que nos quiten las cosas.

Una vez cerradas las taquillas, fuimos a meter los pies en la piscina de olas, pero me pareció un poco fría, así que nos dimos una vuelta por el parque para curiosear.

Nos pusimos los escarpines, y nos fuimos andando, pero vimos la entrada del Lazy River con varios flotadores solos, y decidimos entrar. Es un paseo suave, que atraviesa cavernas, y de vez en cuando te cae un chorrito.

Ahí, mi marido perdió sus gafas de sol, y con la conrrientaza que hacía en el río, me costó un montón poder recuperarlas, pero lo hice. Yujuuu, vaya viaje de “casi” perder cositas llevaba Alejandro.








Cuando llevábamos un buen rato a remojo, nos salimos cerca de las cascadas con flotadores de donuts. Nos montamos en las Mayday Fall, pero tenía unos resortes en el tubo, y me dolió mucho el trasero. Me dio una paliza, y eso que no parecía que fuera muy extrema.

Después nos fuimos a los toboganes Humunga Kowabunga que son tres toboganes muy inclinados que pasan por una cueva. Es como si hicieran una carrera los tres toboganes. Como esta atracción es fuertecita, te hacen quitar los escarpines y llevarlos en la mano.

Desde allí arriba, las vistas son impresionantes.







La bajada fue durilla, y me acordé del consejo que me distéis de llevar un bañador, que lo llevaba, pero vamos, que se me metió hasta la garganta, y eso que llevaba las piernas cruzadas. Es la versión un poco light del Summet Plummet del Blizzard Beach.

Como no me habían hecho mucha ilu las dos experiencias que habíamos tenido con los toboganes, nos fuimos a buscar el Coral Reef, pero quedaba bastante tiempo para que lo abrieran, así que nos volvimos a la piscina de olas.

La piscina de olas no funciona todo el tiempo, pero sí que tiene olas asiduamente. Y sí, las olas son fuertes, mucho cuidado si os arrastra al suelo porque raspa muchísimo.


Después del bañito, me quise ir a dormir un poco a la hamaca, que en teoría este día era para descansar, pero mi marido se fue a montarse en más toboganes mientras yo dormía.

Cuando volvió, nos fuimos a comer al Leaning Palm.

Yo me pedí una ensalada con una super cooky y él una hamburguesa hawaiiana con una ensalada de frutas. La verdad que no estaba mal.





Me resultó muy curioso, que la señora que nos atendió era supermayor, no sé, tendría como ochenta años, y un tembleque de aúpa. La pobre se equivocó con nuestro pedido, se puso nerviosa, y cuando nos trajo el correcto, casi lo tira. Que penita me dió ver a alguien tan mayor trabajando.

Después de la comida, nos fuimos al Shark Reef. Allí te dan un chaleco salvavidas, para que puedas flotar sin molestar mucho a los peces del arrecife, y gafas con un tubo para respirar.

A mí me daba un poco de miedo, porque sabía que el agua estaba muy muy fría, para que los bichitos pudieran estar a gusto, y la verdad es que me costó bastante meterme, pero oye, que experiencia más bonita y corta.

Es la primera vez que noqueaba, y los peces se veían muy bien, pero es muy corta, se acaba pronto, y si no te mueves para que dure más, se encarga la corriente de agua de moverte.


Al salir, como había poca gente, nos volvimos a meter de nuevo. Una pena, porque nos hemos enterado después, que lo van a cerrar. Si lo sé, me hubiera montado alguna vez más, total, ya estaba muerta de frío, jejej.



Después nos fuimos un rato a la piscina de olas, pero llegamos cuando ya la estaban parando, así que nos fuimos al Crush "N" Gusher.


Como veis en la foto, Alejandro se quedó con la camiseta porque ya había empezado a quemarse, y es que aunque os echéis crema, con los flotadores y los toboganes se os va.

Sin duda, nuestra atracción favorita del parque. Nos pareció muy divertida, es como una montaña rusa de agua, y vas en flotadores de dos personas. Tiene tres recorridos y nos montamos en todos. Lo malo es que tienes que subir muchas escaleras cargado con el flotador, pero merece la pena un montón.

Nos reímos muchísimo y te dejan grabar con la cámara acuática.

Pasamos de camino por la piscina de los niños que como veis no se van a ahogar.



Después, nos fuimos a Gangplank Falls, que son flotadores redondos a modo barca, para que se monte junta toda la familia. Ainsss cómo pesaba el maldito flotador, jejej, pero bueno, merece la pena, es un paseíto por los rápidos.

Al salir, nos pasamos por el puestecito de minidonuts que por cierto, están muy buenos. El helado en el cubo de playa no lo compramos, porque con los créditos y snacks teníamos muchísima comida, y no quería gastar el dinero en más comida, que no me iba a poder comer, pero me dio mucha penica, porque hubiera sido una experiencia.

Ya por último, nos fuimos a la piscina de agua que está en el Crush "N" Gusher, que aunque es poco profunda, nos dimos cuenta de que el agua era más calentita allí. Estuvimos retozando un poquito muy tranquilitos.


Se acercaba la hora de irnos, porque queríamos ir al Disney Springs y entrar en el Disney Quest, ya que sabíamos que lo iban a cerrar definitivamente.

Recogimos las toallas, fuimos a las taquillas y cogimos las cosas para ducharnos. Estas duchas me gustan más que las del BB, ya que tienen una entrada para cambiarte, y en el mismo habitáculo individual, la ducha. También tienes jabón y gel.

Este parque nos ha gustado mucho, porque la vegetación del parque se confunde con la de alrededor, y cuando subes a los toboganes altos, parece que estás en un parque de atracciones en medio de la selva.

Una vez duchaditos y vestidos, nos fuimos al Disney Springs, que está muy cerca.

Entramos en una tienda de Star Wars, y a mi marido casi le dio algo, pero al pagar, otra vez problemas con la tarjeta. Estábamos superhartos.
Hicimos algunas fotos desde fuera a la tienda de dulces, quien los pillara.


Cuando entramos en la tienda de navidad, que está unida con otra más, como yo quería comprar varias cosillas, decidimos comprar una tarjeta regalo y meterle 300 euros directamente, para no tener los problemas que nos daba la tarjetas de debido y las de crédito. Y eso fue un grandísimo error.



Primero intentamos pagar con la pulsera, pero no conectaba, tuvieron que llamar al hotel para corroborar la habitación, y tras 15 minutos esperando, le dije que por favor, nos cobrara con la tarjeta de débito. Tampoco funcionaba, otros taytantos minutos de espera, y cuando ya iba a hacer media hora que estábamos en la tienda, y el último nervio a punto de partírseme, consiguió cobrarnos los 300 dólares, y nos dió la tarjeta regalo.

Yo muy contenta, me voy mirando todos los adornos de la tienda, porque colecciono algunos de los zapatitos de navidad que venden, y alguna figura graciosa, y cuando voy a pagar con la tarjeta regalo me dicen que está vacía. Ehhh?????.

Volvemos al mostrador en el que habíamos pagado la tarjeta y la señorita no entiende lo que ha pasado. Llama a su superior. Otro rato esperando. Viene, se pone a hablar con la de la tienda de navidad, seguimos esperando, y a mi marido le da por mirar en el móvil el banco, y resulta que no es que nos hayan cobrado 300 dólares, es que nos han hecho dos cargos de 300 dólares, más las comisiones claro, por el cambio de moneda. Más de 600 euros…

El tiempo pasa, nosotros de pie en la tienda sin saber qué ha pasado, la encargada, dice que va a llamar a otra persona más superior aún. Joooo.

Yo ya desesperada, llamé a la prima de mi madre, que trabaja en una tienda del Animal Kingdom, para que nos echara un cable, porque no me estaba enterando de nada, y me estaba poniendo nerviosa porque era mucho dinero.

La pobre prima de mi madre, llegó, y era la primera vez que nos veíamos en nuestra vida, y vaya marrón.

Estuvo hablando con ellos, y por fin llegó el ser más superior que había en ese momento en WDW para decirme chorreando de sudor, que era la primera vez que les pasaba, que se le cobraba dos veces a una persona, y que no quedaba constancia en sus cuentas. Había habido un error en el sistema. Por más que buscaban, no veían que se me hubiera cobrado nada, Ahhhhh.

Nos acompañó a una tienda y nos sentó en una mesa, diciendo que consumiéramos lo que quisiéramos, que ellos se encargaban de la cuenta, pero yo estaba tan nerviosa que no quise comer nada.

La pobre prima de mi madre, nos estuvo contando cosas de su trabajo de Disney, y de su hijo que también es Cast Member, pero la verdad que tampoco me acuerdo mucho, porque mi nivel de inglés no es muy completo, y estaba tan nerviosa que tampoco me enteraba de mucho y de lo que me enteraba, pues tampoco lo puedo contar, porque me lo decía como si me estuviera contando el mayor secreto del FBI, mirando para todos los lados y muy bajito. Tienen que ser buenos en Disney amaestrando a los CM para que no vayan contando los secretos que hacen que la magia se pierda.

Al rato largoooooo, volvió el ser superior de ese momento y tras pedirnos disculpas mil veces, nos dijo que en realidad como era sábado no había nadie en el departamento de economía que pudiera solucionar mi problema y que como era la primera vez que pasaba, no tenían protocolo para seguir, y básicamente no sabía qué hacer.

Nos dio un número de teléfono al que teníamos que llamar el lunes a las 7.00 y como la prima de mi madre se puso a rogarle un poco, consintieron en regalarnos una tarjeta regalo de 150 dólares para que no nos quedáramos sin dinero.

La tarjeta la tuvimos que ir a recoger al guest service del Spring.

Allí, nos dijeron que si se aclaraba todo, cómo queríamos la devolución del dinero, y le dijimos que en tarjetas regalo no, porque no íbamos a gastarnos tanto dinero en Disney, (quería el resto de mi dinero para pagar mis cosas ordinarias en España, no para dejar toooodo en Disney, qué listos ellos), pero que por el banco tendríamos que pagar otra vez las comisiones del cambio de dinero.

Allí la prima de mi madre su portó de lujo, y consiguió para nosotros otra tarjeta de 150 dólares, por las molestias, y por las comisiones que se nos iban a cobrar. Así que hasta el lunes por la mañana, no podíamos hacer nada más.

Ya era muy tarde y no podíamos ir al Disney Quest, ni tampoco ver el Disney Spring. Me dio mucho coraje, porque lo llevaba todo organizadito muy bien, y esto había hecho que perdiéramos toda la tarde.

Mientras hacíamos tiempo para nuestra reserva en el T-Rex, fuimos a la tienda más grande que vimos a dar una vuelta corta.
Es gigantesca. Los platos de la Bella y la Bestia se movían y sonaba la música.

Pongo también una foto de la prima de mi madre y sus hijos. Casimiro tiene también una foto del chico, que como es CM, cuando fue él, estaba en la cola de Dumbo. Ahora ha ascendido y trabaja de personaje, sobre todos los altos, pero no se puede decir en cuales. Política de Disney.





La reserva del T-Rex la teníamos a las 21.30 con el pensamiento de que nos diera tiempo de exprimir bien el Disney Quest, pero no pudimos.

Cuando se acercaba la hora, fuimos al restaurante, que por cierto, teníamos esa hora por cortesía de Kittycat, que como ella al final no pudo ir, nos cedió su reserva. Gracias!!!!.

El restaurante es impresionante, algo ruidoso, pero nos ha gustado mucho. Está decorado al máximo, los servicios, son los mejores que hemos visto, está genial todo. El camarero un poco soso, pero todo lo demás estupendo.

Como estaba un poco lleno, tardaron en ponernos la comida, pero nos sentaron al lado de un mamut pequeñito que no dejaba de mover la trompita, que monoooo era.

Sin duda, este restaurante lo repetiría, por la decoración, el detalle, la comida, los postres, es genialllll.

















Yo me pedí una ensalada de pasta y Ale una hamburguesa que tenía aros de cebolla y postre para compartir que estaba bueno, bueno.

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