BUSCH GARDENS: LUNES 5 DE SEPTIEMBRE ✏️ Diarios de Viajes de USA

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Lunes 5 de Septiembre de 2016

Hoy también había que levantarse tempranito para reservar la plaza en el autobús que al día siguiente nos llevaría al Sea World.

Para ir al Busch Garden sólo hay un bus diario, pero para ir al Sea World había varias horas, por lo que le pregunté a la muchacha por la hora a la que abría el parque, y me indicó que las 9, por lo que le dije que me diera la primera hora a la que se podía ir que era a las 8.30.

Al llegar a los andenes dónde teníamos que coger el bus, me di cuenta de que aún era temprano, así que lo mejor era acercarme a por mi chapita que se me había olvidado pedirla los días anteriores.

Como es costumbre, hice alguna foto de más por el City Walk.










Fijaos en la frase de la furgoneta que tiene en la parte inferior derecha, jajaj.


Por fin mi chapitaaaa.


Os dejo una foto de dónde se paran los autobuses. Es en el mismo lugar en el que os dejaría el bus del Cabana Bay, sólo que hay que andar un poco para adelante.




Los autobuses no tienen confusión.



Al llegar el bus, le enseñas la tarjeta, y subes. El recorrido es una hora y cuarto más o menos, así que nos pusimos a dormir. Durante el recorrido te ponen en las pantallas minidocumentales del Busch Garden y su labor en el rescate y recuperación de animales.

Antes de bajarnos del autobús, el conductor dijo que volvería a las seis y media, y para que no hubiera confusión, repitió la hora en un español algo regulero.

Para poneros en situación, este parque es un parque de emociones fuertes y muchas montañas rusas. En un principio, puede parecer que sólo es adecuado para adolescentes o más viejunos como nosotros a los que les guste este tipo de cosas, pero no es así.

En este parque vamos a poder encontrar una muestra de casi todos los tipos de atracción, ya sean las típicas en las que montas en un vehículo en el agua, atracciones de feria, o montañas rusas invertidas, con tirón inicial, serpenteantes…

Es verdad, que en comparación con sus hermanas de otros parques, la decoración o tematización de las mismas va a ser escasa, no obstante, lo compensan con versiones más fuertes o adrenalínicas, por decirlo de alguna forma.

Tiene una zona de niños, ambientada en Barrio Sésamo muy bonita (no tanto como la de Port Aventura, es que esa la adoro, jejej), y a lo largo del parque, también tiene atracciones menores, como autos de choque, barco vikingo, carrusel.

No obstante, se puede decir que el otro punto fuerte de este parque, aparte de las montañas rusas, son los animales.

Cualquier niño y no tan niño, alucinará con lo cerca que pueden verse los animales.

A nivel de decoración, está bastante lejos de Disney o Universal, no porque la decoración que tiene sea fea, que no lo es, todo lo contrario, sino que es escasa, y con lo grande que es el parque, hay zonas que se ven algo vacías.

Es verdad, que este era uno de los parques que peor llevaba preparado y se notó. Perdimos mucho tiempo en cosas que se podían haber evitado, y la información que tenía no estaba actualizada.

Para empezar, pensaba que la montaña rusa de madera Gwazy, que tenía dos recorridos distintos, uno llamado león y otro tigre, estaba abierta, y que también lo estaba la atracción de barcazas de agua, Tanganyika Tidal Wave, que era asimilable al tipo de atracción de Parque Jurásico. Las dos han cerrado de forma definitiva.

Una vez que os he puesto un poco en situación, os sigo contando el resto del día.

Al bajar del autobús, te reciben varios animadores montados en grandes zancos.




Al llegar a la puerta, cogimos nuestra entrada, en la que se indicaba una “C” grandota, y nos pusimos en esa misma cola para entrar.




Yo iba andando, mirándolo todo con cara de empanada y hablando con Ale, y de repente me doy cuenta que la gente me mira mal, con cara de enfado y todo el mundo está callado con la mano en el pecho.

Entonces escucho que está sonando el himno, y la gente está muy propia con la mano en el pecho mirando la bandera.

Supongo que no caí en la cuenta de la solemnidad del momento, se lo toman muy en serio, y yo haciendo el chorra…


Después del pequeño incidente, pasamos el control de seguridad y entramos. Comprobamos que en el cartel sólo se informaba de una atracción cerrada, cosa que como ya os comentaré no fue del todo así.



Como es día de fiesta y encima hemos tenido la puntería de venir a Tampa donde creo que es el único parque de atracciones que hay, la cantidad de gente que se espera es medianamente considerable. Estuvimos considerando coger el fast pass, que es mucho más barato que en Universal, pero al final lo dejamos. Nos dio tiempo de montarnos en las montañas rusas que queríamos, pero no pudimos repetir, y menos mal que algunas estaban cerradas, sino, no creo que hubiéramos podido subir en todas.

Al entrar, todo el mundo se dirigía a la derecha, pero nosotros por ir un poco a contracorriente, giramos para la izquierda.

Como la cosa estaba chunga por la amenaza del zika, en los parques había puestecillos, en los que gratuitamente se ofrecía repelente de mosquitos.


En el parque hay algunas estatuas y topaires muy bonitos, y como ese día íbamos un poco a lo loco, no se de qué zona son, así que os los pongo todos aquí:

























Después de la entrada, pasamos algunas estatuas, y el Café Zagora de inspiración marroquí, una zona con pájaros, hasta que llegamos a la zona de los canguros.






Como había poca gente, y coincidía con uno de los turnos en los que le puedes dar de comer a los canguros, pagamos 5 dólares y nos dieron un vasito con pienso. Los primeros canguros estaban algo desganados, y no tenían muchas ganas de comer, pero al ir andando, se animaban y se acercaban.














En este mismo sitio, hay estanques con peces y zonas con algo parecido a un avestruz.




Es una experiencia que merece la pena vivirla. Es poco probable que tengas tan cerca un canguro por sólo 5 dólares.

A la salida, tienen un grifo con jabón para que te laves las manos.



Mirad el cartelito para los pokeadictos jaja.


Seguimos andando, y decidimos que como iba a llover por la tarde, le íbamos a dar prioridad a las montañas rusas y después de comer, veríamos los animales que pudiéramos antes de que lloviera.

Como íbamos un poco contrareloj, apenas tengo fotos de las montañas rusas, así que os voy a poner mis fotos y otras que me he bajado de Pinterest.

Aquí, también hay un sistema de taquillas, pero varía ligeramente de las de Universal. Puedes pagar cada vez haces uso de una taquilla, o comprar un ticket más caro (5 dólares), válido para todo el día, usando la taquilla las veces que desees.
En la taquilla, eliges el idioma, tecleas un número secreto y te indica el número de la taquilla. También te imprime un papel con dicho número, lo que es un detalle, después de los percances que habíamos tenido en Universal, porque los dichosos numeritos se nos olvidaban.

Compramos sólo un ticket, y metimos las dos mochilas en la misma taquilla.








A estrenar la primera atracción, Sheikra.

La verdad que lo primero que nos sorprendió es que en toda la atracción sólo había dos personas, una a la entrada que te decía que no podías entrar con mochila, y otro dentro de la atracción. Es decir, que ese chico organiza quién se sienta en cada sitio, tú te tienes que bajar la seguridad, él te la comprueba, le da al botón para ponerla en marcha y tras la atracción, él te abre la puerta para que salgas antes de que los otros entren.

Yo me estaba poniendo nerviosa, porque sé que esta atracción, te deja unos cinco segundos colgando en una bajada de 90 grados, y encima me tocó en primera fila en un extremo. Es también una de las montañas más rápidas de Florida.

He de confesar que cuando nos quedamos colgando me asusté y empecé a decir tacos. Menos mal que nadie se enteró, que si no seguro me echan del parque.

Una vez pasado el susto primero, he de reconocer que es una de las más divertidas y originales de todas las montañas en las que me he montado.














Al bajarnos, tuvimos el primero de muchos encontronazos con ardillitas superdescaradas que te piden comida. Que monas son.


Por cierto, no os podéis imaginar cómo olía la comida que estaba preparando este hombre.


Después de Sheikra, continuamos andando y como necesitaba relajarme un poco, propuse montarnos en el Sky Line, que no sé porqué leches pensé que era circular. ERRORRRR. No es circular, le deja en la entrada, y si quieres volver, tienes que hacer la cola, que para ese momento estaba hasta arriba.















Como ya estábamos en la entrada, decidimos montarnos en el Cheetah Hunt. Intentamos meter la mochila en las taquillas y no nos deja. No sabemos qué pasa, y de repente nos damos cuenta de que hay un botón rojo, que no hemos apretado al sacar la mochila en la taquilla anterior. Desesperados, decidimos volver otra vez a Sheikra, a ver si el señor que atendía las taquillas puede explicarnos que pasa.

De camino, vimos que iba a empezar la exhibición de Cheetah Run, en la que se monta un mecanismo que mueve muy rápido una presa para que el guepardo la persiga haciendo quiebros.

Antes de la exhibición, un hombre habla largo y tendido, supongo que de la misma, pero no nos enteramos de nada.

El guepardo salió corriendo, pero apenas estuvo haciéndolo, porque es tan rápido que tardó muy poco en cazar a la presa. Después, el cuidador le dio comida para que soltara a la presa y poder pasearla por la zona. La verdad es que parecía un gatito grandote muy manso. Mirad la carita que le pone a la comida.












Al terminar la demostración, nos dirigimos andando otra vez a las taquillas. He de decir, que el camino se nos hizo larrrrrgo.

Al llegar a las taquillas, intentamos comunicarnos con el hombre, pero la verdad es que no nos entendíamos para nada con él, así que una persona que hablaba español nos hizo de interlocutores.

Al final era una tontería, y es que aunque hubieses comprado el ticket para todo el día, para usar una taquilla, no te servían los datos metidos la primera vez en la máquina de la entrada, sino que cada vez que querías usar la taquilla, había que hacerlo todo de nuevo. Ainssss, otra vez un montón de tiempo perdido para nada.

Como estábamos casi al lado del Stanley Falls Flume, nos montamos. Es la típica atracción de los tronquitos, parecida a la que hay en Port Aventura o en IOA de Dudley do Right. El recorrido está poco adornado, pero tiene varias caídas.


Justo en la última caída, que es muy empinada y larga, se me levantó el poncho tapándome la cara y me mojé enterita. Una señora que nos estaba mirando se partió de la risa.




La próxima parada era para los Congo Rapids, que es similar a Popeye de IOA o Kali Rivers de Animal Kingdom, pero sin duda, es la más fuerte y la que más moja de las tres.

Dejamos las mochilas en las taquillas, pero nos olvidamos de coger los ponchos. Me puse la sudadera para no mojarme tanto, pero fue un error. Nos pusimos chorreando al máximo, mojando también las sudaderas que era lo que me servía para no pasar frío…





Fijáos en mis pantalones completamente chorreando, buuuuu:



Ahora era el turno de Kumba, una montaña rusa con 7 giros, parecida al Dragon Khan. Vibra un poco, y al salir estaba un algo mareada de tanta vuelta, pero había que montarse.






Al salir, nos fuimos a montar en el Scorpion, que por lo que podía ver desde abajo, es parecida a Indiana Jones de Disneyland París. Tiene un recorrido poco intenso, pero una vuelta cerrada. Después de esperar un largo rato, se estropeó, así que nos fuimos por dónde habíamos venido.




Muy cerca de allí, está la Serpiente de Arena que es similar al Ratón Vacilón de las ferias o a Privameral Whirl, pero sin que el vehículo gire sobre sí mismo. Es más infantil. Peeeero, nos dimos cuenta de que estaba cerrada por reformas, al igual que el Falcon´s Fury.

Éste último, lo llevaba como reto porque me dan mucho miedo las caídas libres, y esta que es tan altísima y te pone cara al suelo, es de las más famosas. Qué pena máaaaas buena que estuviera cerrada jajajaj. Nada más verla desde abajo da vértigo.






Luego nos metimos en Cobra Curse, y no sabíamos que era una cola cerrada. La verdad que la cola se diferencia mucho del resto del parque porque está muy bien decorada con motivos egipcios. Tardamos casi una hora en la cola, con el aire a tope y chorreando. Menos mal que no nos resfriamos.

Al principio, subes en un vehículo, que te lleva a un ascensor. Al ascender, te suelta delante de la cabeza de la serpiente, pero la vía gira y pasas por al lado. El vehículo gira sobre sí mismo, así que hay momentos de curvas, en los que giras el doble, y ya casi al final, el vehículo gira varias veces sobre sí mismo. Mareito, mareito. Con todo es muy original y bastante divertida.












Después tocaba Montu, que es una montaña rusa invertida, es decir, que la vía está sobre tu cabeza, y los piés van colgando, como el Dragon Challenge de Universal o el Jaguar de Isla Mágica. Dicen que es más fuerte que la de Universal, pero yo a estas alturas ya no estoy para distinguir entre montañas invertidas, jajaja.






Ya por último, sólo nos quedaba la estrella de Cheetah Hunt. Había bastante cola, pero decidimos que había que ver si merecía la fama que tenía. Después de un rato largo, sólo nos faltaba un turno y se puso a llover a mares.

Total, como no teníamos nada que hacer, me senté en el suelo, y más fresca que una lechuga, escurrí los calcetines y los “tendí” en las barras que separan las filas junto con la sudadera. Total, hasta las seis y media no venía el autobús, y al menos no nos estábamos mojando.

A los cuarenta minutos dejó de llover y pudimos probarla. Y sí, merece toda la fama que tiene. Sin ser una atracción que te ponga el estómago de corbata, es superdivertida. Sales con un gran acelerón, el recorrido es muy largo, y luego tiene otros dos acelerones más y un slalom, todo conjugado con una gran suavidad en el recorrido, nada de traqueteos.
Bravísimo por ella.








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Ya completada la ruta de las montañas rusas, decidimos parar a comer, ya que estábamos muy cerca del sitio en el que quería hacerlo, o eso pensaba.

Estaba buscando un sitio llamado the Crown Colony o algo así, porque se podía comer observando la llanura del Serengueti desde el tercer piso, con sus jirafas, y demás animales. Pero no había nada que se llamara así. Supuse que le habían cambiado el nombre por el de Serenguety overlock.


Entramos y pedimos en la barra, pasamos por la caja con nuestras bandejas, y cuando subimos la escalera no nos dejan pasar. Nos dicen que es un pub, y que no se puede entrar con bandejas de comida Eh????. Sólo nos permiten comer en la terraza que tiene vistas al parque y no a la llanura, y estaba lloviendo otra vez, así que bajamos de nuevo.

Nos sentamos en una mesa al lado de la cristalera que daba a la llanura. Las vistas no eran seguramente las mismas que las que hay en la tercera planta, pero oye, tampoco estaban mal, por el precio de un restaurante de comida rápida, comimos observando a las jirafas, los rinocerontes, etc, y un paisaje precioso.


Pizza 7.39
Patatas fritas 3.39
Ensalada garden 3.79
Tarta de chocolate 3.79
Pudin de chocolate 2.99




La comida no nos pareció mal, aunque íbamos en ayunas para no liarla, así que tampoco estábamos muy exigentes, jaja
Nos quedamos un ratito bueno allí, esperando que escampara, para empezar nuestra ruta por la parte de los animales.

De esta parte, confieso que apenas había leído nada y estaba totalmente desubicada.

Íbamos con la idea de hacer el Rhino Rally, que pensaba que era algo parecido al del Animal Kingdom, pero ya lo habían quitado. Sólo hay un safari particular que costaba unos 80 dólares, creo recordar, de lo cual pasamos.


Nos montamos en el tren que te da una vuelta por la zona del Serengueti. Va muy lento y se pueden ver los animales muy de cerca. Es un paseo muy agradable, en el que puedes hacer fotos muy bonitas porque hay muy poco movimiento. Choca bastante verte los animales con las montañas rusas de fondo, pero creo que tienen cara de resignación.


















Mientras íbamos andando habíamos hecho fotos a las hienas, tigres, elefantes, pero no tenía claro ni que había ni dónde estaba, así que literalmente le lancé el mapa a mi marido y le dije- guía tú.

La zona de los tigres es bastante grande, por un lado los puedes ver a través de una malla y por otro a través de un cristal. Pasa como con el Animal Kingdom, que hay zonas en las que hay corrientes de aire frío cerca de los cristales para que estén más tiempo allí.

Uno de los tigres es un tigre de bengala blanco, que es una auténtica preciosidad.








También hay leones, pero sólo pude echarle fotos a la leona, que el león estaba de espaldas.




También hay un pequeño estanque cerrado con un cristal para que puedas ver los pingüinos nadar.


Hay una zona de animales que viven en cavernas, y todo está muy oscuro y húmedo.






Hay un lugar llamado Lory landing dear, donde por cinco dólares, se le puede dar de comer a los loros varias veces al día, y también hacen un show. Estas dos cosas nos las perdimos.

Los elefantes se encuentran en un recinto con enriquecimiento ambiental, palos, pelotas, etc, y puedes ver cómo interactúan con ellos. También a ciertas horas del día, salen los cuidadores a hacer alguna pequeña demostración. Tampoco lo vimos.


Los orangutanes los vimos de pasada.

También había un estanque con un hipopótamo, y se podía ver cómo nadaba bajo el agua perfectamente.


Había una zona también dedicada a los reptiles.













Por último, hay un show que ese día tenía dos pases, pero el primero se me pasó y el otro no nos daba tiempo porque el autobús se iba. Se llama Iceploration y tiene muy buena fama. Son patinadores sobre hielo, con bailarines, supongo que algo del estilo del festival del Lion King. También me lo perdí y me dio mucha rabia, porque tenía muchas ganas de verlo por lo que había leído de él.

Os dejo algunas fotos sueltas más:



































A nivel general, creo que para ver este parque como me hubiera apetecido, me faltó tiempo. Una excusa más para volver y esta vez llevármelo mejor preparado y con información mucho más actualizada!!!!!.

Como se iba acercando la hora, fuimos despacito a la salida y vi unos globos que me encantaron. Así en la foto no son tan curiosos, pero en vivo, se le movían las patitas de una forma muy divertida, y flotaban muy bajito, como si anduvieran.




Cuando salimos, había varios autobuses, pero ninguno donde nos habían dejado, y encima no nos acordábamos de la cara del conductor. Nos acercamos a uno y le preguntamos si el había dicho la hora en español y dijo que no, pero como la hora de irse se nos echaba encima, nos montamos en él sin saber muy bien dónde nos dejaría. Tardamos unos 20 minutos en salir porque le faltaban dos personas, pero como no aparecían, los dejó en tierra.

Afortunadamente para nosotros, una hora y cuarto más tarde, sí que nos dejó en los aparcamientos de los buses del City Walk. Importante detalle, recordar la cara del conductor, o la matrícula del bus.

Como aún era temprano, decidimos ir a bichear la Chocolate Emporium Toothsome, por ver dónde nos íbamos a tomar el postre, si aquí, o en el Hard Rock.

Os dejo un montón de fotos que hicimos. Hay tres zonas distintas, en las que sirven distintas cosas, pero tampoco nos enteramos muy bien de qué iba.























Después, nos fuimos a comer al Hard Rock Café. Me encanta el rock y por tanto estos restaurantes. Es genial poder comer escuchando y viendo videoclips que nos gustan tanto y andurrear para ver objetos de nuestros artistas favoritos. Además de ser el más grande del mundo, tiene muchas cosas que ver si te gusta este tipo de música. De hecho, tienen una sala enterita dedicada a Elvis.

Al entrar te hacen una foto con una guitarra, que después te la pasan y si quieres la pagas junto a la cuenta. La nuestra como quedó graciosa, la compramos, total, de perdidos al río.

Os pongo unas cuantas de fotos.















En la comida, volvió a pasar lo mismo. La comida de Ale estaba genial, y la mía no tanto, y eso que me había pedido esta vez chasca.

Hamburguesa de queso 16.95
Coca cola 3.79 x 2
Sándwich de barbacoa 14.50
Foto 20.00



Casi al terminar la comida, empezó a sonar la canción de YMCA, de los Village People, y el camarero se puso encima de la barra a bailar superemocionado. Dos clientas, lo acompañaron una a cada lado. La verdad fue un rato divertidísimo, no me lo esperaba, y más viendo el ambiente que se había creado en un momento, con muchísima gente desde sus mesas bailando la canción como el camarero.


A la salida, por supuesto pasamos por la tienda a llevarnos una camiseta de recuerdo, afición carísima que hemos tomado por costumbre cada vez que pisamos un Hard Rock Café.

Como estábamos muy llenos, decidimos ir a dar una vueltecita en barco al hotel Hard Rock Hotel, que nos encantó, es muy glamuroso, y como dicen, te sientes como una auténtica estrella andando por allí.




Al volver, quisimos entrar en la Chocolatería para el postre, pero estaba cerrada, ohhhh, así que ese día nos quedamos sin postre, aun hoy mi marido pierde a veces la mirada recordando esos batidos que no pudo tomarse, de 12 dólares…
Os dejo algunas fotos de Pinterest de estos postres adelgazantes:







Al volver, el City Walk que supuestamente está abierto hasta las 2.00 de la noche, estaba superdesierto, con tiendas abiertas, pero sin nadie, y serían las 23.00 horas.

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