Comienza el día clave para mí: a las 8:00am tenemos la excursión de “Contrastes de Nueva York”. Hemos quedado en el hotel Reinassance de Times Square, que queda un poca más lejos que el Row, con lo que decidimos desayunar en el Hotel para no perder tiempo.A las 6:45 ya estamos en la cafetería del hotel (donde hemos degustado los mejores desayunos de nuestro viaje). Desayunamos lo de siempre (café late pequeño , napolitana y croassant) y directos al destino . Cuando llegamos nos encontramos un chico que viaja solo que hace la excursión con nosotros. Reservó el vuelo el martes por la noche para salir el miércoles por la mañana... flipante. Y tirado de precio.
Una vez acomodados en el autobús (somos unas 40 personas) y después de pagar cada uno lo que le toca, nuestro amable guía, un uruguayo llamado Daniel comienza con sus interesantes explicaciones conforme vamos haciendo el recorrido. Subimos Manhattan por el lado este de la isla, pasamos los barrios de Harlem y “El Barrio” (Harlem Latino) para llegar a la primera parada: el estadio de Beisbol de los New York Yankees, que se encuentra en el barrio del Bronx. Junto al estadio hay una serie de alucinantes graffitis de algunos de los jugadores históricos del equipo, de los que Daniel nos cuenta su historia.

Aquí nos encontramos a nuestros amigos de la otra excursión, que están haciendo también esta pero con otra agencia, una lástima. De todas formas ya hemos quedado para mañana ir juntos a la misa Gospel.
Tras dar una vuelta por los alrededores del estadio y hacer las consiguientes fotografías, seguimos el tour por el Barrrio del Bronx, pasando por todo una serie de grafittis en memoria de personas asesinadas por las bandas. Aquí Daniel se luce contándonos infinidad de interesantes historias. La siguiente para es una estación de metro antigua al lado de un famoso grafiti que dice “I Love Bronx”. En este punto es interesante pasear por la zona y observar .

Seguimos el camino hacia la famosa comisaría de la calle 42 del barrio del Bronx, donde dos amables policías atienden a los turistas que se quieren fotografiar. Tras esta interesante experiencia amenizada con las historias de Daniel, partimos de nuevo hacia nuestro próximo destino: El barrio de “Corona”. Al entrar en este barrio tienes la sensación de estar en cualquier barrio de Colombia, Ecuador, Perú o México. Todos los comercios se anuncian en castellano y todas las personas que los regentan o caminan por la calle tienen origen latino. Aquí realizamos una parada de 45 minutos para tomar algo e ir al baño. Daniel nos recomienda un par de locales y entramos a uno de ellos, una especia de pastelería donde tomamos unos cafés y unos donuts. Todo muy bueno y la atención super rápida (unos 15 dólares). Aquí volvemos a coincidir con nuestros amigos donostiarras, por lo que se ve todas las compañías hacen el mismo recorrido.

Continuamos la excursión hacia el barrio de Queens, pasando por una zona plagada de casas y mansiones. Bonito paseo donde Daniel nos cuenta curiosidades sobre la zona. Pasamos a la zona de Flashing Meadows, también en Queens, donde se encuentra el estadio de tenis donde se celebra el Open Usa y un bonito parque donde hacemos otra parada. Ya de vuelta hacia Manhattan pasamos por un cementerio gigantesco que no recuerdo el nombre. Tiene quilómetros de extensión y es bastante impresionante. Pero aún nos quedaba la parte estrella de la excursión, el barrio de Wiliamsburg en Brooklyn, donde se encuentra la comunidad de judíos ortodoxos de Nueva York. Es “sabat” y los comercios están cerrados pero al ser el día de culto podemos observar a todas las familias por la calle con el “traje” de los festivos. Impresiona bastante verlo, creo que vale la pena esta excursión. Quedamos con Daniel siete calles más abajo para que podamos ver el ambientillo del barrio.
Esta excursión si que la recomendamos, ya que te da la opción de visitar todos estos lugares en sólo una mañana, cosa que no seria posible si la hicieses por tu cuenta. Además los guías tienen una gran cantidad de experiencias e información que comparten con todos nosotros lo que enriquece muchísimo la experiencia.


Una vez finalizada la excursión, sobre las 13.00h nos dan dos opciones para dejarnos, en Brooklyn (puente de Manhattan) , zona que ha hemos visto, y en el Barrio Chino. Escogemos la segundo opción para continuar por nuestra ruta del día. El barrio Chino es muy interesante para callejear, ya que te encuentras comercios de todo tipo. ES un reguero de gente arriba y abajo, pero sin demasiado agobio. Entramos en algunas tiendas para curiosear y Silvia acaba comprando más camisetas y algún recuerdo en un comercio, muy barato.


Ya adentrándonos en Little Italy (que únicamente se compone de dos o tres calles llenas de restaurantes), empezamos a buscar algún sitio para comer. Los precios más o menos son parecidos en todos sitios y acabamos entrando en un restaurante italiano con buenas críticas; “Da Nico”. Tenemos suerte y nos dan mesa enseguida, que era lo que queríamos. La comida es correcta, yo pido Espaguetis Carbonara y Silvia una lasaña de carne. Está bueno. Nos sale todo más la bebida 36 $ propina incluída.
Una vez eliminada el hambre comienza nuestro largo paseo de la tarde. Sin darnos cuenta nos adentramos en el Barrio del Soho. El paisaje urbano cambia drásticamente y entramos en una zona más moderna, llena de comercios Chic. Se respirar el ambiente bohemio en este barrio. Nos gustan mucho las construcciones de las viviendas así como el ambiente de las calles.




Callejemaos hasta Houston Street (que da nombre al barrio “south houston”), arteria que seguimos hasta llegar a Beckler Street, puerta de entrada al barrio de Greenwich Village. Esta zona es mucho más tranquila, parece un pueblecito apartado de la gran ciudad. Enseguida nos encontramos con la casa más estrecha de la ciudad, y un poco más adelante con la fachada de la casa de la famosa serie “Friends”. Un par de calles más adelante, ya cansados, decidimos parar a descansar en el Sheridan Square Garden, un bonito parque ubicado en la zona “gay” de la ciudad. No lo sabíamos pero nos fuimos percatando con el paso de los minutos y al ver la decoración de los edificios de los alrededores. Experiencia interesante.
Tras el breve descanso, andamos algunas calles más a través de Beckler Street y nos encontramos con la zona que podemos ver en muchos de los capítulos de la serie “Sexo en Nueva York” y otras muchas películas. En la esquina de Beckler con la 11th street nos encontramos con el lugar adecuado para merendar: Magnolia Bakery, donde tras una cola considerable nos hacemos con dos de sus famosos “Banana Pudding” que degustaban las protagonistas de la serie, 2 pequeños por 7 dólares que disfrutamos en el parque de la esquina. En el interior del establecimiento podemos ver fotos de Sarah Jessica Parquer ante las que las fans de la serie no paran de hacerse selfies.


Silvia está cansada, pero aún nos queda un buen rato para llegar a nuestro destino final. Al final la convenzo para llegar hasta el famoso Higline, en el barrio de Chelsea, donde mientras ella descansa ante el animado ambiente yo aprovecho para dar un paseo por estas antiguas vías del tren convertidas en un paseo tres metros sobre el suelo.

La experiencia es interesante pero debemos partir si queremos llegar antes del anochecer a nuestro destino. Cogemos la 14th street y vamos callejeando por la zona. Vemos que vuelve a cambiar bastante el decorado urbano, estamos volviendo a la “gran ciudad”. Tras callejear un rato en esta zona de comercios y grandes edificios nos volvemos a encontrar con la 5a. Avenida. Ya casi anoche y de pronto, casi sin querer nos encontramos de lleno con nuestro objetivo final: el Flatiron Building.
Como su propio nombre indica se trata de un edificio en forma de plancha situado justo enfrente del Madison Square Park. Aprovechamos la última hora de luz para realizar fotos desde todos los ángulos posibles. La situación del edificio así lo permite. Además la situación del parque, plagado de ardillas, permite un breve descanso con espectaculares vistas.



Sin duda un magnífico lugar para finalizar la jornada. Tras una breve visita a la tienda oficial de Lego nos disponemos a volver al hotel hotel con 21 km en nuestros pies. Dejaremos la cena en una de las terrazas elevadas de la zona para otra ocasión porque estamos muy cansados. Al entrar en el metro nos encontramos un auténtico espectáculo típico americano. Un joven afroamericano está dando una especie de concierto de música electrónica. Resulta espectacular, todo el mundo hace fotos y graba vídeos (nos incluimos) y por supuesto dejamos la propina correspondiente. Al salir del metro pasamos por Times Square en “hora punta”, casi no se puede ni andar. La sensación es bastante agobiante. Aprovechamos para realizar las fotos de este lugar en pleno apogeo. Eso si, el lugar está repleto de policías que te hacen sentirte muy seguro.

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Estamos tan agotados que no damos para más. Silvia incluso se acuesta sin cenar, yo necesito energía y voy al puestecillo de la esquina del hotel para probar el kebab de pollo que tienen por 6 dólares. La verdad es que pica muchísimo pero me quita el hambre. Mañana será otro día.