Café con leche y pastas. En el hotel Atlas no se desayuna, así que pasta en la plaza y café también. Pastelería de alto standing a precio de chuchería. Nos reencontramos a nuestros amigos de la CTM y nos llevan a Marrakech. El gran Atlas está blanco y la carretera con hielo para cubatas. El bus hace eses para desgracia de Bilbao. Repostamos en las cumbres. Un pueblo sin nombre con piedras y fósiles. Salgo por la puerta de atrás del bus directo al mostrador del chiringuito de Mohamed “el coleccionista de direcciones”, a su té, sus piedras, los quesitos, los chuches y su cara de almendra arrugada. Detrás del mostrador tomamos té y servimos chuches, Le compro un huevo de piedra relleno de luces y le pago esto y el té con un euro suelto. Estan bonitas las montañas, y arribamos a salvo.
Leemos, encontramos y nos quedamos. Hotel Tolousain, más o menos escrito.
http://www.hoteltoulousain.ma/homepage
190 DH la habitación, al lado de nuestro mercado de Guéliz y su tajine en las primeras posiciones del ranking. Como no olvidamos, vamos a repetir, pero nuestra tajine a esas horas baila en alguna tripa marrakchi, y nos conformamos con lentejas (lentilles), alubias (haricots), patatas con pollo (pommes de terre avec poulet), aceitunas (olives), y la compañía de un gato pedigüeño. Les dejamos fregados los platos, té, 40 DH de cuenta, y a reposar al banco de un parque.
Vagabundeo, charla, y terraza frente a la Koutoubia. El capricho: un helado y un café con helado de vainilla. El precio del capricho: lo mismo que la comida. La amortización del capricho: dos horas en la terraza y 100 clics a la giralda marrakchi. Vertical, horizontal, inclinada, con luz azul, naranja, roja, morada, con y sin palmeras, encendida y apagada. Alguna saldrá.
Paseo por Guéliz. Los bien marrakchis se hinchan en el Mac Donalds y hacen más rico al gallego de Zara. Hotel, frutos, frutas, todo sin zapatos. Las piernas duelen algo, pero las despedidas duelen más.

Leemos, encontramos y nos quedamos. Hotel Tolousain, más o menos escrito.
http://www.hoteltoulousain.ma/homepage
190 DH la habitación, al lado de nuestro mercado de Guéliz y su tajine en las primeras posiciones del ranking. Como no olvidamos, vamos a repetir, pero nuestra tajine a esas horas baila en alguna tripa marrakchi, y nos conformamos con lentejas (lentilles), alubias (haricots), patatas con pollo (pommes de terre avec poulet), aceitunas (olives), y la compañía de un gato pedigüeño. Les dejamos fregados los platos, té, 40 DH de cuenta, y a reposar al banco de un parque.

Vagabundeo, charla, y terraza frente a la Koutoubia. El capricho: un helado y un café con helado de vainilla. El precio del capricho: lo mismo que la comida. La amortización del capricho: dos horas en la terraza y 100 clics a la giralda marrakchi. Vertical, horizontal, inclinada, con luz azul, naranja, roja, morada, con y sin palmeras, encendida y apagada. Alguna saldrá.

Paseo por Guéliz. Los bien marrakchis se hinchan en el Mac Donalds y hacen más rico al gallego de Zara. Hotel, frutos, frutas, todo sin zapatos. Las piernas duelen algo, pero las despedidas duelen más.