Hoy tocaba el segundo glaciar del recorrido, tras el buen sabor de boca del día de ayer.
Hoy sí que estaba todo ya abierto, así que aprovechamos a primera hora para comprar provisiones. Hasta el glaciar teníamos unas 2 horas de camino, bordeando siempre el Jostedalsbreen, y parando en el Boyalbreen. Aquí, tras las fotos de rigor, se me ocurrió ir bordeando el lago hacia el glaciar, pensando que sería una ruta corta hasta el pie del glaciar (abajo, ya que el glaciar está muy alto), pero empezó a subir, subir,... por un camino de piedras muy duro pero muy divertido. A mitad de camino me di la vuelta porque ya llevaba 20 minutos subiendo y con una sudada importante (aunque me había quitado tanto cortavientos como camiseta) y volví al centro de visitantes, donde me estaba esperando mi chica tomándose un café, no sin antes lavarme un poco en el río... Mirando después un panel informativo creo que es una ruta "negra" que te va subiendo hasta cerca del glaciar. Pero es realmente dura.

Llegamos al parking del Briksdalbreen y allí un chico nos ofreció compartir ticket, ya que vale para todo el día (50 NOK) y ellos ya se iban, así que le di 25 NOK y tan contentos.
La subida no es nada comparada a Nigards, y no recomiendo en absoluto, salvo problema físico, coger los cochecitos, ya que sólo hacen un tramo, que no es especialmente exigente, y aún queda otro tramo bastante largo. Y andando se pasa por esta cascada. Hacía tan buen día que ni nos mojamos.


Aquí sí que coincidimos con gente de un crucero, muchos grupos de españoles (de hecho en el centro de visitantes había un cartel en español anunciando descuentos en ropa).
Llegamos al lago y estuvimos un buen rato haciendo fotos y comiendo, una vez más, el embutido que nos habíamos llevado.

Volvimos al parking e iniciamos camino hacia nuestro destino de esa tarde, el Strynvatn camping Mi opinión en Tripadvisor(1050 NOK), pero la cabaña era de lujo,
