El desastroso anillo de Kerry ✏️ Diarios de Viajes de IrlandaOtra enorme decepción, el famoso y, supuestamente maravilloso Anillo de Kerry, se queda en bisutería barataDiario: IRLANDA CABREADO⭐ Puntos: 4.2 (29 Votos) Etapas: 7 Localización: IrlandaEl día siguiente amaneció nublado, frío, gris, húmedo y lluvioso. Estupendo, pensé. A pesar de mi enemistad con el Altísimo, que tan mal se estaba portando conmigo en este viaje regalándome un tiempo más propio de Groenlandia, fui a visitarle en la catedral de Killarney. Es neogótica, es decir, moderna, pero grande y con bonitas vidrieras imitando el estilo medieval. Si sobra tiempo… Killarney es un pueblo agradable y poco más. Para dar un paseo de 20 minutos, salvo que vayas muy lento por algún problema en las piernas, que entonces te puede llevar unos 22 o incluso 24 minutos. Y si no vas porque prefieres quedarte en la habitación viendo el sorteo de la primitiva, pues la verdad que no te pierdes nada. A continuación venía uno de los momentos culminantes del viaje, el famoso Anillo de Kerry. Yo, pobre de mí, tenía mucha ilusión por hacer esta ruta, sobre todo después de tanto fracaso y pensaba que esto compensaría los momentos de sufrimiento que estaba viviendo en Irlanda. Pues bien, esta excursión de un día fue una de las mayores decepciones, no solo de este viaje, sino de buena parte de mi vida viajera, y no solo por el nefasto tiempo. Veamos paso a paso, o rueda a rueda, porque iba en coche: Comencé por el “Gap of Dunloe”. Calificado por la guía Trotamundos con la máxima nota por su interés, es todo un fiasco. Tiene cierto encanto por lo solitario, lo aislado del resto al ser un estrecho entre montañas y por ser la carretera más “de juguete” que nunca he visto…Pero las “fabulosas” vistas del lago superior son de lo más insulsas, ya que en realidad no recorre una zona alta, como pensaba, con lo que no hay buenas panorámicas. Las numerosas curvas y la extrema estrechez de la carretera, casi justa para un coche, la hacen poco recomendable para conductores bisoños, que no es mi caso, pero de cualquier forma, no vale la pena. La casa de O´Connell, un político del siglo XIX, llamada Derrynane House, en Caherdaniel, es otra gran decepción, solo he visto un par de muebles atractivos; el resto, totalmente prescindible, es decir, no vale la pena. Quizás lo más útil son los servicios, para ir a echar una meadita. Me gustaron más los jardines, pero, qué novedad, estaba lloviendo sin tregua, con lo cual me retiré sin poderlos disfrutar… Entrada gratuita con la tarjeta. Menos mal que no pagué por ver esto. La siguiente parada es Waterville. Ohhhhhh, un sitio mítico con mayúsculas por un superfamoso de veraneo. El que Chaplin pasara aquí unos veranos y tenga una simpática estatua suya en el paseo de la playa, no es para mí suficiente aliciente para justificar la visita a este pueblo, que me ha parecido bastante insulso. Salvo que uno nunca haya visto el mar, claro, entonces sí. Pero viajando por Irlanda, una isla, será difícil no verlo en cualquier otro lugar lugar. La gente lo incluye en sus rutas por el país, como si fuera, no sé, Toledo o Santiago de Compostela… En resumen, no vale la pena, no alcanzo a comprender el interés de un poblacho como éste, salvo que no haya otra cosa mejor, que debe ser el caso. Paisaje costero. El que la guía lo considere fascinante es una cosa, y el que realmente lo sea, es otra muy distinta. Reconozco que con buen tiempo, el recorrido ganaría mucho, pero no calificaría este tramo de costa como especialmente llamativo, aunque tiene algunos puntos que se merecen una foto. Con lluvia y niebla, ni eso. Desastre absoluto. Llegamos al Skelling Ring, otra rutilla más cortilla dentro del anillo de Kerry. La Trotamundos considera que el paisaje agreste es asombroso. A mí me parece asombroso decir eso. Ballingskellis no tiene nada de especial, salvo la playa y las ruinas de un convento en plena orilla, pero todo suena mejor de lo que realmente es, sobre todo con lluvia. De camino a la isla Valentia unas fuertes pendientes llevan a un punto de cierta altura desde donde las amplias vistas de ambas bahías con la isla mencionada, la recortada costa, las playas de fina arena y los campos brillantes de un luminoso verde parece que configuran un magnífico panorama que emocionaría al más crítico viajero, a mí incluido, ávido de encontrar algo bonito o interesante, aunque ya a punto de tirar la toalla, una toalla de bidé, además, no me quedaba otra cosa moralmente. Pues bien, aun lloviendo, este persistente conocedor del mundo al que le encantan las vistas desde las alturas, tenía la esperanza de poder ver algo desde el mirador. Una pequeña dosis de belleza natural que me animara un poco en aquella desoladora situación, una vista sublime o por lo menos simplemente atractiva, que, contemplada desde un punto alto, siempre hace que la gente con la autoestima muy baja, y yo la tenía por los suelos en aquel momento, sienta un chispazo de euforia, positividad, optimismo y energía que te eleva el espíritu a las más altas cotas de bienestar, sin tener que recurrir a uso de sustancias peligrosas como esnifar pegamento, por ejemplo. Así, recuerdo maravillosos momentos de éxtasis místico desde las alturas, como contemplando los 7 lagos desde lo alto de St Gilgen, cerca de Salzburgo, las vistas de la Lagoa de Sete Cidades en las Azores o el increíble Preikestolen de Noruega. En fin, dejando las comparaciones, realmente odiosas en este caso, y empezando la fuerte subida, tanto que tuve que meter primera, una espesísima y de lo más cabreante niebla, impide ver absolutamente nada más allá de 5 metros. Nooooo...Si ya me estaba decepcionando la ruta e Irlanda en general…esto fue una buena estocada, me sentí mal, me faltaba el aire, creo que estuve varios minutos sin respirar… Bueno, no creo, serían un par de segundos, pero angustiosos. Si sufriera ataques de ansiedad seguro que me daba uno, pero, por suerte, no me da de eso, aunque la situación lo merecía. El caso es que ese viaje, por más oportunidades que le daba, no había forma de arreglarlo. Tras bajar los pocos metros que había subido, que aquello tampoco es el Himalaya, no se vayan a pensar, se despeja un poco la niebla, ya la visibilidad alcanzaba por lo menos los 10 metros, y llego al rato a la isla de Valentia. Bonito nombre, lugar famoso por su paella. Ya desmoralizado, todo tiene un límite, mi ilusión estaba destrozada, solo crucé el puente, hay carretera y paré en una especie de centro de visitantes. Es de pago, no es barato y no se incluye en la tarjeta. El hecho de que la guía lo califique solo de “muy interesante” ya me hizo sospechar… dudo mucho que valga la pena. La única ventaja es que dentro no llovía ni había niebla. Supongo. Del resto de la isla, para no ver nada del paisaje, ya prescindí, me habría frustrado y cabreado aun más. Todavía me quedaba un cartucho, un balín más bien en este caso, las ruinas de un castillito en Cahirsiveen, el de Ballycarbery. Me acerqué a verlas, es un pequeño desvío desde la carretera general. Recuerdo que me puse a rezar, desde el Padrenuestro hasta el Señor Mío Jesucristo, pasando por el Jesusito de mi vida, para que no hubiera una espesísima niebla, el castillo no se hubiera derrumbado del todo o los campesinos hubieran cortado la carretera en protesta por los precios del nabo.... Bueno, tuve suerte, no ocurrió nada de eso, las ruinas no son gran cosa, pero tienen su encanto, y están cerca del pueblo. En un día tan frustrante es de lo poco positivo que me encontré. Pude explorarlo sin lluvia, está en un prado solitario, entrada libre, siempre abierto. Del resto de la ruta, nada que comentar, salvo una torre en ruinas, como yo en ese momento, de camino a Killarney. En definitiva, esta ruta supone 235 km de carretera de curvas y baja velocidad, más paradas, hay que dedicarle una jornada completa y aprovechando el tiempo. Y con una meteorología adversa como la que yo he padecido, no recomiendo este recorrido. Es decir, una vez más, no vale la pena. Al menos para mí, este anillo que parecía de oro con diamantes finos, se ha quedado en bisutería cutre para una choni. Con buen tiempo, pues mejor, claro, pero tampoco me parece que sea gran cosa, en general diría que está en la línea media de Irlanda, que se mueve entre el 6 y el 6,5. 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