26 Mayo
Pues aquí estabamos ante nuestra última aventura por Budapest. Había varias opciones pero al final nos fuimos a lo práctico. Teníamos que dejar la habitación y era un poco más complicado dejar las maletas en algún sitio como hicimos en Viena, ya que perderíamos bastante más tiempo yendo a alguna estación que ésta vez no nos pillaba de camino. Así que la opción de ir a la isla Margarita, quedaba descartada. Así que nos fuimos con nuestras maletas a la zona de Vaci Utca, para terminar en el Mercado Central.
Arriba, en la entrada del metro había una máquina expendedora donde compramos nuestros billetes para el autobus 100E (da servicio desde julio 2017 y cuesta 900 florines), que lo cogeríamos en la plaza Deak Ferenc y va directo al aeropuerto.
Antes de llegar a la famosa calle comercial Vaci utca, nos pasamos por la Iglesia de Sta Ana. No la pudimos ver por dentro ya que se encontraba cerrada. A cambio, sí que pudimos entrar a la Iglesia de San Miguel (Váci u. 47/b). Preciosa por dentro cuando no teníamos constancia de dicha iglesia.
Pues aquí estabamos ante nuestra última aventura por Budapest. Había varias opciones pero al final nos fuimos a lo práctico. Teníamos que dejar la habitación y era un poco más complicado dejar las maletas en algún sitio como hicimos en Viena, ya que perderíamos bastante más tiempo yendo a alguna estación que ésta vez no nos pillaba de camino. Así que la opción de ir a la isla Margarita, quedaba descartada. Así que nos fuimos con nuestras maletas a la zona de Vaci Utca, para terminar en el Mercado Central.
Arriba, en la entrada del metro había una máquina expendedora donde compramos nuestros billetes para el autobus 100E (da servicio desde julio 2017 y cuesta 900 florines), que lo cogeríamos en la plaza Deak Ferenc y va directo al aeropuerto.
Antes de llegar a la famosa calle comercial Vaci utca, nos pasamos por la Iglesia de Sta Ana. No la pudimos ver por dentro ya que se encontraba cerrada. A cambio, sí que pudimos entrar a la Iglesia de San Miguel (Váci u. 47/b). Preciosa por dentro cuando no teníamos constancia de dicha iglesia.
Calle abajo llegamos hasta el Mercado Central. Había muchísima gente y en la planta de arriba no se podía casi ni estar. No nos llamó demasiado la atención (quizás deberíamos haber dejado las maletas en alguna consigna y haber ido a la Isla Margarita). Finalmente, hicimos hora y nos fuimos hacia la parada del autobus 100E. Esto se había acabado, pero nos había dado para mucho. Con ésta imagen dejamos Budapest.
[CONCLUSIONES]
Ciudad impresionante la de Budapest. La asemejamos mucho a Lisboa en el sentido de estar un poco en plan decadente, imaginándola en todo su esplendor con esos edificios tan impresionantes, que hoy día están abandonados o en rehabilitación. Y qué decir de su vida nocturna (nosotros vivimos el ambiente de la calle Kazinczy). En ese sentido la vimos muy parecida a Praga, junto con el precio de las cosas. Así que casi empate técnico entre ambas, aunque por los pelos (siempre para nosotros), nos ha ganado Praga.
¡Hasta el siguiente viaje!
Ciudad impresionante la de Budapest. La asemejamos mucho a Lisboa en el sentido de estar un poco en plan decadente, imaginándola en todo su esplendor con esos edificios tan impresionantes, que hoy día están abandonados o en rehabilitación. Y qué decir de su vida nocturna (nosotros vivimos el ambiente de la calle Kazinczy). En ese sentido la vimos muy parecida a Praga, junto con el precio de las cosas. Así que casi empate técnico entre ambas, aunque por los pelos (siempre para nosotros), nos ha ganado Praga.
¡Hasta el siguiente viaje!