23 Mayo
Simplemente dar algunos detalles de la llegada a Budapest. El tren llegó puntual a las 20:20h. Hablando del tren, se veía bastante más moderno que el que cogimos de Praga a Viena, pero en cuanto a comodidad y limpieza estaban a la par. Los precios eran los equivalentes a Viena.
Cuando llegamos a Budapest, cambió radicalmente nuestra percepción ya que veníamos de la riqueza de Viena y aquí, ya veíamos mucha pobreza, con mucha gente pidiendo incluso en la misma estación (Budapest-Keleti). Como era muy tarde, todas las casas de cambio que había visto que daban buen cambio ya estaban cerradas, por lo que para salir del paso, miré las dos casas que hay dentro de la estación, pero como era de suponer era nefasto el cambio, así que sacamos de un cajero (cambio de 1€ - 290 florines). Tened cuidado porque hubo varias personas que estaban esperando junto a las casas de cambio para decirte que daban muy mal cambio (cosa que es cierta), pero como es natural no os fiéis de nadie que quiera cambiaros en la calle. He leído que casi siempre los billetes que te dan son de otro país que no tienen valor alguno (también pasaba en Praga que te intentan dar billetes de Bielorrusia).
Nuestro B&B no estaba lejos, algo más de 15 minutos andando así que directamente nos fuimos dando un paseo para ir conociendo algo la ciudad. Lo primero que nos llamó la atención fueron los trolebuses, que no los habíamos visto jamás. ¡Un puntazo! Lo segundo que nos llamó la atención eran la cantidad de edificios abandonados / en obras que en su día tenían que ser unos palacetes. Nos recordó algo a Lisboa. En el B&B nos estaban esperando para darnos las llaves. Nos pegamos una ducha y con la hora que era, preferimos descansar a incluso comer algo.
24 Mayo
Empezamos el día tomando un buen desayuno (aquí había algo menos de opciones que en los otros hoteles que estuvimos, pero a cambio te hacían in situ huevos revueltos o tortilla , a tu elección, y los crepes buenísimos). Nada más salir, nos fuimos directos a la estación de metro de Kodály körönd y nos compramos 2 billetes simples en una garita que hay. Ya os puedo decir que mientras en las dos ciudades anteriores nunca hemos visto revisores en el metro, aquí los hemos visto en la mayoría, así que no arriesgaros.
Nos paramos en Bajcsy-Zsilinszky út, para empezar en la plaza de Erzsébet. Aquí estuvimos echando un vistazo en los puestos que hay en el lateral y ya compramos algunos imagenes (¡incluso pudimos pagar con tarjeta!). En ésta plaza se encuentra la noria gigante, pero en lo que sí nos paramos fue en una fuente ya para refrescarnos. ¡Cómo podía hacer tanta calor! Y nosotros con los chubasqueros a cuestas, porque ponían agua por la tarde. Seguimos para adelante, y llegamos justo al Puente de las Cadenas.
Simplemente dar algunos detalles de la llegada a Budapest. El tren llegó puntual a las 20:20h. Hablando del tren, se veía bastante más moderno que el que cogimos de Praga a Viena, pero en cuanto a comodidad y limpieza estaban a la par. Los precios eran los equivalentes a Viena.
Cuando llegamos a Budapest, cambió radicalmente nuestra percepción ya que veníamos de la riqueza de Viena y aquí, ya veíamos mucha pobreza, con mucha gente pidiendo incluso en la misma estación (Budapest-Keleti). Como era muy tarde, todas las casas de cambio que había visto que daban buen cambio ya estaban cerradas, por lo que para salir del paso, miré las dos casas que hay dentro de la estación, pero como era de suponer era nefasto el cambio, así que sacamos de un cajero (cambio de 1€ - 290 florines). Tened cuidado porque hubo varias personas que estaban esperando junto a las casas de cambio para decirte que daban muy mal cambio (cosa que es cierta), pero como es natural no os fiéis de nadie que quiera cambiaros en la calle. He leído que casi siempre los billetes que te dan son de otro país que no tienen valor alguno (también pasaba en Praga que te intentan dar billetes de Bielorrusia).
Nuestro B&B no estaba lejos, algo más de 15 minutos andando así que directamente nos fuimos dando un paseo para ir conociendo algo la ciudad. Lo primero que nos llamó la atención fueron los trolebuses, que no los habíamos visto jamás. ¡Un puntazo! Lo segundo que nos llamó la atención eran la cantidad de edificios abandonados / en obras que en su día tenían que ser unos palacetes. Nos recordó algo a Lisboa. En el B&B nos estaban esperando para darnos las llaves. Nos pegamos una ducha y con la hora que era, preferimos descansar a incluso comer algo.
24 Mayo
Empezamos el día tomando un buen desayuno (aquí había algo menos de opciones que en los otros hoteles que estuvimos, pero a cambio te hacían in situ huevos revueltos o tortilla , a tu elección, y los crepes buenísimos). Nada más salir, nos fuimos directos a la estación de metro de Kodály körönd y nos compramos 2 billetes simples en una garita que hay. Ya os puedo decir que mientras en las dos ciudades anteriores nunca hemos visto revisores en el metro, aquí los hemos visto en la mayoría, así que no arriesgaros.
Nos paramos en Bajcsy-Zsilinszky út, para empezar en la plaza de Erzsébet. Aquí estuvimos echando un vistazo en los puestos que hay en el lateral y ya compramos algunos imagenes (¡incluso pudimos pagar con tarjeta!). En ésta plaza se encuentra la noria gigante, pero en lo que sí nos paramos fue en una fuente ya para refrescarnos. ¡Cómo podía hacer tanta calor! Y nosotros con los chubasqueros a cuestas, porque ponían agua por la tarde. Seguimos para adelante, y llegamos justo al Puente de las Cadenas.
Cruzamos hasta la antigua ciudad de Buda y fuimos subiendo por el lateral del Castillo, en lugar de subir por el funicular. Ya en el complejo del Castillo, fuimos intentando indagar por cada recoveco, pero claro, lo que más llama la atención es la fuente del Rey Matthias. Es impresionante, pero no dejeis de buscar el resto de esculturas y fuentes que hay por el lugar. Seguimos nuestro paseo y nos paramos a tomarnos una cerveza fresquita en Korona Kávéház. No nos gustó para nada ni la actitud de los camareros ni que incluyeran en el ticket la propina a dar. Cuanto más nos ibamos acercando a la zona del Bastión de Pescadores, veíamos más y más turistas. Pero en vez de ir directos hacia allí, tiramos por la calle Uri hasta llegar a la iglesia de Sta Maria Magdalena, aunque ya sólo quede la torre de Buda. Cerca de allí, se encuentra el Archivo Nacional de Hungría, otro edificio que es precioso (me recordaba a un hotel encantado). Toda esta zona nos estaba gustando muchísimo, porque en cada rincón de cada calle había algo interesante en el que pararte, una iglesia, un pórtico de piedra, una escultura, bares con sus terracitas, etc. Y de ésta manera, llegamos por fin a la Iglesia de Matías y al Bastión de Pescadores, nada que decir que no se haya dicho ya de estas dos maravillas.
Un simple consejo. Si queréis os podéis ahorrar el pagar por subir al Bastión, ya que en la lado izquierdo puedes acceder gratuitamente y las vistas no tienen nada que envidiar. Fuimos bajando, pasando por la plaza Corvin tér y llegando al paseo junto al río. Cruzamos por el puente de las Cadenas de nuevo y nos dirigimos hacia donde teníamos pensado comer, Hungarikum Bistro. Os podéis creer que había un cartelito en la puerta, diciendo que ¡estaban llenos hasta el lunes siguiente! Impresionante. La idea era quedarnos cerca del Parlamento, porque teníamos las entradas compradas online (sólo fiaros de la pagina oficial) para la visita guiada en español a las 16h. Nos llamó la atención uno de los bares por el que pasamos, Grey Goose (Nádor u. 36), y ahí mismo nos paramos. Había menú a buen precio pero nosotros nos pedimos un plato cada uno, y la verdad que estaba todo bastante bueno y los camareros muy simpáticos. Terminamos de comer, y como estabamos a la vuelta de la esquina, nos pusimos a ver el Parlamento desde la plaza Kossuth Lajos. También nos dió tiempo a asomarnos a éste lado del Danubio. Y si las vistas desde Buda eran impresionantes, desde este lado eran más si cabe. La visita guiada empezó puntual, y la verdad que es recomendable porque te cuentan bastantes cosas interesantes sobre el edificio y su historia. Tan sólo dura unos 45 minutos y se hace muy amena. Y también recomendable comprarlas desde casa, así no tienes que esperar ningún tipo de cola y puedes llegar casi a la hora fijada. Al salir, nos fuimos de nuevo a la orilla del río en busca de nuestro nuevo destino que no sería otro que el puente de Elisabeth. Pero antes pasaríamos por el Monumento de los Zapatos, y con sólo pensar en lo que representa, te sobrecoges un poco. Mientras tanto veíamos cómo se iba acercando la tormenta que predijeron para la tarde.
Tras el paseo, llegamos al puente de Elisabeth, y nada mas cruzarlo te encuentras de frente con el monumento de Gerard of Csanád. Y de ahí a subir la cuestecilla que hay para llegar hasta la cima del monte, para ver la Estatua de la Libertad que está junto a la Citadella. ¡Qué vistas tienes de toda la ciudad desde aquí arriba! Merece la pena, aunque necesitas un rato arriba para tomar aire. La bajada la haríamos por el lado contrario por el que habíamos subido, ya que teníamos pensado visitar la pequeña iglesia Rupestre que hay en la cueva de Gellert. Pasamos justo al lado de los famosos Balnearios Gellert, pero nosotros entraríamos mañana a los Szechenyi. En cuanto a la iglesia, cuesta unos 2€ e incluye audioguía en español, y está abierta hasta las 19:30h. Para nosotros, fue un descubrimiento, es una de las cosas que más nos gustó de la ciudad. Totalmente recomendable.
Era momento de abandonar Buda para no volver (por lo menos en éste viaje), y lo hicimos cruzando el puente de la Libertad. La verdad que éste puente es precioso, no tiene nada que envidiar al tan famoso de las Cadenas, cuestión de gustos. Hubo algo que nos llamó mucho la atención, vimos varias parejas montadas en las vigas del puente tomando un pequeño picnic, seguramente buscando un recuerdo más romántico.
Después de tanta caminata, estabamos algo cansados y nos detuvimos en un pub enfrente del Mercado Central (ésta visita la dejaríamos para la última mañana), llamado For Sale Pub, para tomarnos unas pintas que nos supieron a gloria. El pub llama muchísimo la atención ya que recrea una cantina del antiguo Oeste, con todo el suelo lleno de paja e iluminado con una especie de candiles. En cada mesa hay un cubo enorme lleno de cacahuetes. Para nosotros todavía era temprano para cenar, aunque nos dieron unas ganas enormes de hacerlo porque salían platos, más bien bandejas, con muy buena pinta. Un punto a tener en cuenta (que nos terminó de echar para atrás) es que no aceptan pagos con tarjeta. Nada más acabar con nuestro cervezón, seguimos nuestro camino por la calle de los Museos hasta llegar a la calle más famosa por albergar los Ruin Bar (calle Kazinczy). Ya allí si nos dio algo de hambre y probamos las baguettes del Bors Gastro Bar. Están increibles, para qué decir otra cosa. Dentro hay bastante temática Star Wars y cada vez que dan una comanda gritan los 3 "personajazos" de una manera bastante curiosa. Teneis que tener en cuenta que cierran a las 21h. Y ya que estabamos allí y cenados, cómo no ibamos a entrar al Szimpla Kert. Todos habremos leído muchas cosas sobre este bar, pero hasta que no entras no te das cuenta de lo grande que es, en todos los sentidos. ¡Nos llegamos a sentar hasta en una bañera! Cerveza barata y en una de las salas un conciertazo, donde el cantante era un hombre que los 70 años los había sobrepasado ya, pero nos deleitó con un espectáculo toda la banda.
Aguantamos lo que pudimos porque el día había dado para mucho y mañana tocaba más, aunque por la tarde nos relajaríamos en el balneario.
Después de tanta caminata, estabamos algo cansados y nos detuvimos en un pub enfrente del Mercado Central (ésta visita la dejaríamos para la última mañana), llamado For Sale Pub, para tomarnos unas pintas que nos supieron a gloria. El pub llama muchísimo la atención ya que recrea una cantina del antiguo Oeste, con todo el suelo lleno de paja e iluminado con una especie de candiles. En cada mesa hay un cubo enorme lleno de cacahuetes. Para nosotros todavía era temprano para cenar, aunque nos dieron unas ganas enormes de hacerlo porque salían platos, más bien bandejas, con muy buena pinta. Un punto a tener en cuenta (que nos terminó de echar para atrás) es que no aceptan pagos con tarjeta. Nada más acabar con nuestro cervezón, seguimos nuestro camino por la calle de los Museos hasta llegar a la calle más famosa por albergar los Ruin Bar (calle Kazinczy). Ya allí si nos dio algo de hambre y probamos las baguettes del Bors Gastro Bar. Están increibles, para qué decir otra cosa. Dentro hay bastante temática Star Wars y cada vez que dan una comanda gritan los 3 "personajazos" de una manera bastante curiosa. Teneis que tener en cuenta que cierran a las 21h. Y ya que estabamos allí y cenados, cómo no ibamos a entrar al Szimpla Kert. Todos habremos leído muchas cosas sobre este bar, pero hasta que no entras no te das cuenta de lo grande que es, en todos los sentidos. ¡Nos llegamos a sentar hasta en una bañera! Cerveza barata y en una de las salas un conciertazo, donde el cantante era un hombre que los 70 años los había sobrepasado ya, pero nos deleitó con un espectáculo toda la banda.
Aguantamos lo que pudimos porque el día había dado para mucho y mañana tocaba más, aunque por la tarde nos relajaríamos en el balneario.