Era nuestro último día en Nueva York y era domingo así que había un objetivo claro: la misa Gospel. Como nos levantamos un poquito tarde, tras desyunar cogimos un taxi para ir a Harlem y no perder tiempo.
Queríamos ver una misa gospel. Aunque era pronto, entrar a la Abyssinian Church resultaba imposible. La cola daba la vuelta entera a la manzana y ya nos avisaron de que probablemente solo pasarían hasta la primera esquina... con lo cual decidimos no hacer la cola e ir entrando en otras iglesias de la zona, que había muchas.
La primera estaba frente a Abyssinian. Era la Zenon Church o algo así. En esta iglesia el coro gospel era muy muy pequeñito y casi en su totalidad compuesto por personas mayores. Lo que impresionaba era el cura dando el sermón: ¡Jesus, Jesus!. No paraba de dar gritos y la verdad es que nos resultó increible. Tras ver cantar un poco a los viejecitos y dejar algo en la cesta que pasaban cada dos por tres decidimos cambiar de iglesia.

Fuimos caminando por Harlem y entramos en otra. Én esta había muchas señoras vestidas de blanco y bastantes más turistas que fieles pero el coro estaba bien y el cura muy majo. Además se le entendía un montón el sermón. llegado a un punto, preguntó que de dónde éramos los turistas. Nadie contestaba así que me animé y dije en voz alta: ¡Spain! A lo que él respondió: ¡Spain is in the house! y así todos los turistas empezaron a decir sus nacionalidades, el cura a darnos la bienvenida y luego volvieron a cantar la misma canción y todos los fieles se levantaron a darnos la mano y saludarnos. Tras pasar un buen rato allí y ver que la misa no acababa decidimos salir discretamente.
Encontramos otra iglesia y, entusiasmados como estábamos, decidimos entrar. Esta estaba a llenita de fieles y de señoras negras super arregladas con sus trajes y pamelas. Además de que tenían un coro muy grande que además de cantar se movía por toda la iglesia. Aquí ya nos quedamos hasta el final de la misa y nos sentaron en medio de los fieles, que hasta hubo un momento que nos cogimos todos las manos.

Todo fue muy bonito y emocionante. A esta hora ya estarían todas las misas acabadas así que dimos una vueltecilla por la zona y nos acercamos hasta el Teatro Apollo. Había toda una pared con un mural de plástico en el que la gente dejaba sus dedicatorias a Michael Jackson y nosotros también firmamos.
De aquí ya nos fuimos hacia Times Square que queríamos ver como estaban las entradas para los musicales de esa noche. Vimos que los precios estaban tan bien para la sesión de las 3 que como ya estábamos un poco cansados decidimos comprar las entradas y ver Chicago (por no ver todo de Disney que si por mí hubiera sido...).
Nos comimos unas brochetillas de pollo de esas y luego como postre compramos una NY Cheesecake (que por cierto era enorme) y nos la comimos allí sentaditos en las mesitas de Times Square.
Con la tripa llena fuimos a v er Chicago que, al verdad, gracias a los sitios tan buenos que tuvimos nos gustó yo creo que hasta más. Hacía de Mamma una actriz de Anatomía de Grey (Chandra Wilson) una chica negrita que lo hizo genial.
Al salir, echamos a andar hacia Macys ya que queríamos ultimar las compras y el resto de la tarde lo pasamos curioseando por allí y por tiendas de Times Square que aún no habíamos visto a fondo (Toys'r'us, M&M´s...) y fuimos a darnos un último baño a la pisci del hotel.

De ahí nos pusimos guapos (era la última noche) y fuimos a cenar al Hard Rock Cafe que nos encanta y que visitamos en todas las ciudades a las que vamos. este nos pareció muy chulo ya que era un antiguo teatro (al Bubba Gump no fuimos a cenar, aunque sí a comprar algunos recuerdos, pq habíamos estado hacía muy poquito en el de San Francisco).
Ya estabamos molidos y al día siguiente había que organizarlo todo para volver así que nos despedimos de Times Square y fuimos para el hotel.
Al día siguiente: desayuno tranquilo y taxi para el hotel. De regreso a españa: cansados pero muy felices.