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Después de un paréntesis en 2018 forzado por problemas de salud, hemos retomado este año nuestra actividad viajera.
Este el relato de nuestro viaje a la TOSCANA de 11 días entre el 16 y el 26 de junio de 2019. Como siempre, viajamos con nuestro hijo Alejandro de 14 años. Por si queréis echarles un vistazo, aquí tenéis el resto de mis diarios.
Nuestro itinerario fue el siguiente:
• Dia 1 (16 jun, domingo): Vuelo Madrid – Pisa. Visita de Pisa y Lucca
• Dia 2 (17 jun, lunes): Valle de Elsa (Volterra, San Gimignano y Monteriggioni)
• Dia 3 (18 jun, martes): Valle de Chianti (Greve, Montefioralle, Passignano, Panzano, Radda, Castellina)
• Dia 4 (19 jun, miercoles): Siena
• Dia 5 (20 jun, jueves): Termas de Saturnia, Orbetello y Porto Ercole
• Dia 6 (21 jun, viernes): Valle de Orcia 1 (Montepulciano, Monticchiello, Pienza, Vitaleta)
• Dia 7 (22 jun, sábado): Valle de Orcia 2 (Montalcino, Abadía San'Antimo, Radicofani, Termas San Filippo, Bagno Vignoni, San Quirico)
• Dia 8 (23 jun, domingo): Arezzo y Florencia
• Dia 9 (24 jun, lunes): Florencia
• Dia 10 (25 jun, martes): Florencia
• Dia 11 (26 jun, miercoles): Florencia y Vuelta a Madrid
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La Toscana es la región central de Italia, ha sido la cuna de su idioma y de su carácter y es internacionalmente conocida por su historia, arte, paisaje y gastronomía. Históricamente rivaliza en importancia con Venecia al norte y Roma al sur. En la Toscana nació el Renacimiento, ha sido siempre un centro artístico de primordial importancia y cuna de innumerables artistas. Los paisajes toscanos son inconfundibles con sus suaves colinas sembradas de cereales y salpicadas de cipreses, con villas y pueblos en las elevaciones del terreno, y han servido de inspiración a numerosos artistas.
Mapa de la Toscana:
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Como en todos mis diarios os resumo en esta etapa información útil para el viaje añadiendo algunas nociones de gastronomía y de historia de la región.
DATOS PRÁCTICOS
PASAPORTE Y VISADO: No se necesita. Se puede viajar con DNI en vigor
SEGURO DE VIAJE: Cuando viajamos por Europa no lo contratamos. Sí que viajamos con la tarjeta sanitaria europea que se solicita aquí aunque no la necesitamos.
BILLETES DE AVION: Los vuelos los encontramos como siempre en Skyscanner. Volamos a Pisa con Ryanair a precios imbatibles y volvimos a Madrid desde Florencia con Iberia. Mucho mejor el primer vuelo que el segundo y por la mitad de precio
HOTELES: Reservamos todos los hoteles con antelación en Hotels y en Booking.
Para viajar por la región decidimos quedarnos 7 noches en un agriturismo (el equivalente italiano a una casa rural) llamado La Torre di Monsindoli a unos 7 km de Siena. Es una casona solariega de por lo menos 2 siglos, con muros gruesos y escasas ventanas dividida en varios apartamentos completamente equipados con cocina y baño nuevos y rodeada de un jardín fantástico en mitad de la campiña, con piscina y con vistas nocturnas de Siena. Los dueños fueron amabilísimos y nos parecieron muy buena gente. Por poner alguna pega la cama era algo pequeña y como la casa es muy vieja el apartamento era algo oscuro. Precio ajustado para los que se manejan en la Toscana en verano: 822,5€, desayunos pantagruélicos incluidos.
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Las 3 noches en Florencia las pasamos en un apartamento en pleno centro situado en un palacio del siglo XVII con techos de madera altísimos pero completamente reformado con un baño moderno, aire acondicionado y todas las comodidades. Se llamaba Residenza del Borgo. No tienen recepción 24h ni dan desayunos y funciona un poco como un AirBnB pero hacen las camas a diario. Situado a 5-10 minutos a pie de todos los hitos históricos de la ciudad. Como todo alojamiento en el centro de Florencia, escandalosamente caro: 445€+ tasa turística de 5€/persona/noche (45€)
GEOGRAFIA: La Toscana es una región de 22.994 km2, aproximadamente igual que la Comunidad Valenciana. Al oeste tiene casi 400 km de costa. Es una región con un terreno muy accidentado, abundantes colinas y montañas aunque de baja altura, y escasas llanuras que conforman su característico paisaje. Es una zona con actividad volcánica y sísmica. Su principal río es el Arno que pasa por Florencia y Pisa.
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CLIMA: Continental, muy frio en invierno y muy caluroso en verano, similar al centro de España pero con más lluvias en invierno.
POBLACION Y RELIGIÓN: En la Toscana viven casi 4.000.000 de habitantes. Las ciudad más poblada es Florencia con 370.000 habitantes. Aunque Pisa, Arezzo y Siena son muy turísticas, son ciudades muy pequeñas de menos de 100.000 habitantes. Obviamente la mayoría de la población es cristiana.
ECONOMIA: Su principal industria es el turismo seguido de la minería, la industria del cuero y la agricultura (principalmente cereales, vino y aceite)
IDIOMA: Italiano aunque en la zona se habla un dialecto toscano que es la base histórica de la lengua italiana.
HORA: En Italia es la misma hora que en España todo el año
ELECTRICIDAD: La electricidad es de 220 voltios y 50 Hz, igual que en España. Los enchufes son también los mismos
MONEDA: Euros. Se aceptan tarjetas en todas partes y hay cajeros por doquier.
COMPRAS: Las compras habituales son productos gastronómicos, sobre todo vinos y quesos. En Florencia también productos de cuero (bolsos, ropa, etc) y objetos de arte y de anticuario. Y por todas partes una impresionante variedad de artesanías y recuerdos turísticos. En Volterra son famosos los objetos de alabastro.
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PROPINAS: La propina en Italia no es obligatoria ni habitual ni en bares ni en taxis. En los restaurantes ya te cobran el coperto que varía entre 1 y 4 € por persona.
HORARIOS: Los toscanos son europeos en sus horarios. Las tiendas abren de 08.30 a 13.00 y de 15.30 a 19.30. Se come a la 1 de la tarde y se cena pronto (8-9). No obstante en Florencia las tiendas y restaurantes abren hasta muy tarde.
COMUNICACIONES: Activando el roaming desde 2018 los móviles funcionan en cualquier país de la Unión Europea con las mismas tarifas y condiciones que tengas contratadas en España sin ningún recargo.
LOS TOSCANOS: Los Toscanos son gente muy tradicional y noble con costumbres muy arraigadas y bastante acostumbradas a lidiar con turistas, con lo bueno y lo malo que eso supone. En general nos parecieron bastante más amables que los italianos del norte y que los romanos auqnue como buenos italianos, son bastante chulos.
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Italia en general y la Toscana en particular nos pareció un poco cáotica. Como buenos mediterráneos, son un poco desorganizados e improvisadores pero bastante más que el nivel hispano. Por ejemplo los horarios y precios de los monumentos son innecesariamente complicados (dias de cierre y horarios distintos para monumentos incluidos en la misma visita y cosas así) y te puedes encontrar cerrado cualquier monumento si no lo revisas previamente. Las propias visitas están mal gestionadas con mucha desorganización. Eso sí, tambien como buenos mediterráneos son alegres, vitales y optimistas y no tienen prisa para nada.
CONDUCIR Y APARCAR EN LA TOSCANA:
La mejor forma de recorrer la Toscana es en coche de alquiler. Alquilamos un coche con GoldCar en Rentalcars. Pedimos un Corsa y nos dieron un Citroen C3. El precio era imbatible (150 € por 7 dias) pero nos cobraban además 85€ más por devolverlo en otra ciudad -lo devolviamos en Florencia para ahorrarnos los 3 ultimos días de alquiler-). Sin embargo, como es habitual
, para eliminar la franquicia de seguridad tuvimos que coger un seguro a todo riesgo por lo que el total nos salió por 300 euros 
. En 7 días recorrimos 1348 km y nos gastamos 114€ en diesel. Las carreteras toscanas son espantosas
. La inmensa mayoría son carreteras comarcales, sin arcén, con las rayas medio borradas, con un trazado con curvas interminables que no se ha modificado desde que eran caminos etruscos y con un mantenimiento lamentable, llenas de baches y badenes. Tampoco saben lo que es una rotonda y los cruces son mortales. Luego hay una “autovía” de Florencia-Siena-Roma con una velocidad máxima limitada a 90 km/h, también sin arcén, con cruces a nivel, construida solo en algunos tramos y que da vergüenza ajena. Y por ultimo una autopista de peaje de Roma a Florencia y de ahí a Pisa a la que no se le puede poner pegas. *** Imagen borrada de Tinypic ***
Los desplazamientos se hacen interminables con medias que no sobrepasan los 50 km/hora. Porque no es sólo que las carreteras sean malas sino que en verano hay muchísimo tráfico sobre todo de turistas pero también de locales. Hay dos trampas mortales en las carreteras toscanas: primero el turista centroeuropeo con coche de alquiler alemán que respeta escrupulosamente los limites de velocidad (y hay muuuchos tramos de 30 km/h) al que es imposible adelantar porque en las carreteras toscanas no hay rectas. Y segundo, el paisano toscano que conduce un Panda (habitualmente de primera generación) que no tiene ninguna prisa y que no pasa de 40 km/hora simplemente por limitaciones técnicas de su vehículo (y al que obviamente tampoco se puede adelantar).
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Esta sería la excusa perfecta para ir disfrutando del maravilloso paisaje si no fuera porque no puedes despegar los ojos del parabrisas porque las carreteras toscanas están atestadas de ciclistas sin ningún apego por su vida ya que, como no hay arcén, van por el medio de la calzada con los sentidos mermados por la deshidratación que supone pedalear a 35ºC y que suponen también otro gran peligro mortal.
Por si esto fuera poco, una vez formada la caravana por el Panda autóctono o el Audi foráneo por detrás de ti empiezan a aparecer los “nerviosos”, habitualmente jóvenes locales con coches tuneados que intentan adelantar 5 coches a la vez en tramos de 100 metros agotando más si cabe la escasa paz de la conducción toscana.
En definitiva, comprenderéis que os recomendamos encarecidamente tomar el seguro a todo riesgo. En 7 días vimos varios accidentes, nada grave, pero darse toques es habitual.
Y para terminar, hay que aparcar. Y cada pueblo, ermita, balneario o bodega del lugar tiene un aparcamiento de pago. Por no hablar de aparcar en Pisa, Siena o en el centro de Florencia, que directamente es una ruina. En el viaje nos gastamos unos 70 euros en aparcamientos y tiquets de la ORA. Además como los pueblos tienen restringido el tráfico por el centro (salvo para los locales, claro está), hay que aparcar habitualmente en el quinto pino normalmente en la parte más baja del pueblo por lo que luego hay que salvar unos considerables desniveles a pie a temperaturas cercanas a la fusión del titanio en verano. Todo muy saludable
. 
GASTRONOMÍA TOSCANA:
No creo que merezca la pena hablar sobre la cocina italiana en general. En cualquier lugar las pizzas, la pasta, los risottos y los helados son fantásticos. Sin embargo la cocina toscana tiene algunas peculiaridades que conviene repasar.
Los entremeses toscanos por excelencia son los CROSTINI, unas tostas que se sirven untadas con queso, tomate, panceta, etc. Pero la más local es la que se sirve con fegatini, una especie de foie de hígado de pollo muy oscuro con aspecto de morcilla.
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Son famosos los EMBUTIDOS toscanos: salsiccia (un salchichón picante), la finocchiona (un salchichón grueso con hinojo), lomo, salami, bresaola y el prosciutto (jamon serrano). En mi humilde opinión son bastante normalitos pero se suele pedir un surtido en una tabla (tagliere) como entrante.
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Es habitual encontrar PORCHETTA, carne de cerdo (normalmente un cerdo entero deshuesado) que se asa al horno y luego se corta en lonchas que se comen en bocadillo o en tosta. No apto para veganos.
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Los QUESOS toscanos sí que son otra cosa. Destaca especialmente el PECORINO del que hay múltiples variedades todas exquisitas. El mejor sitio para probarlo es Pienza.
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Hay una pasta muy típica de la región llamada PICCI que es una especie de espagueti grueso. La forma más habitual de prepararlo es al CACIO E PEPE (con queso y pimienta).
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Una ensalada toscana muy frecuente es la PANZANELLA hecha con tomate y otras verduras muy picadas y miga de pan duro ablandada con aceite y vinagre. Es una especie de gazpacho sólido.
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La RIBOLLITA es un contundente guiso de verduras y alubias más propio del clima invernal.
Por su abundancia en la zona es habitual es uso de TRUFAS y BOLETUS en tortilla o aromatizando las pastas y de carnes de caza, especialmente el JABALÍ.
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La estrella de los platos toscanos es la BISTECCA ALLA FIORENTINA, una especie de chuletón de vaca de raza Chianina que se hace a la brasa en corte muy grueso y que está buenísimo aunque el precio es bastante elevado (45-50€/kg).
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El PAN toscano es de corteza gruesa y sin sal y se suele servir ya cortado en rebanadas. Para mi gusto es bastante insulso pero acompañado del excelente aceite italiano se puede comer.
En cuanto a los dulces son habituales los CANTUCCI, una especie de galletas crujientes con almendras que se suelen remojar en VIN SANTO (vino dulce) y el PANFORTE de Siena, un pastel muy denso hecho con miel, chocolate, harina, fruta y almendras.
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Pero los reyes de la gastronomía toscana son sus VINOS TINTOS. En su campiña hay 3 denominaciones de origen de fama mundial. El más conocido es el Chianti pero también destacan el Brunello de Montalcino y el Vino Nobile di Montepulciano (que son un poco mas recios).
HISTORIA DE LA TOSCANA
La Toscana formaba parte de Etruria, la región del centro de Italia habitada por los etruscos, un pueblo de origen oriental. Estos vivían principalmente del comercio con los griegos y construyeron caminos, fundaron ciudades. Alcanzaron su máxima expansión territorial en el siglo VI a.C. hasta que en el siglo V a.C. fueron derrotados por griegos y cartagineses y se retiraron a su territorio original. Los principales restos etruscos de la región se pueden visitar en Volterra.
Etruria fue conquistada por Roma en el 395 a.C. Etruria, Tuscia para los romanos, dio origen el nombre actual de la región: Toscana. En el siglo I a.C. se fundaron Florencia y Siena como colonias para ex-combatientes romanos. Tras una lenta decadencia cultural y económica, en el 90 a.C. se concedió la ciudadanía romana a los etruscos acelerando la dilución cultural etrusca en la cultura romana. No obstante Etruria aportó a Roma muchos de los rasgos distintivos de su religión tales como los sacrificios o los oráculos.
Tras la caída de Roma, la Toscana soportó el asedio de tribus bárbaras del norte como los godos y de los bizantinos pero finalmente los lombardos conquistaron el norte de la Toscana en el año 570 convirtiéndola en un Ducado con capital en Lucca.
Poco a poco fueron expandiéndose por la región hasta que el Papa pidió ayuda a Carlomagno que expulsó a los lombardos en el siglo VIII y como recompensa fue coronado como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en el año 800. Durante el periodo carolingio la región se vio obligada a defenderse de las incursiones sarracenas. En la zona surgieron varios condados que se unificaron como un Marquesado que se independizó del Imperio Germánico bajo el poder de la familia Attoni.
Durante varios siglos se sucedieron varias dominaciones en la región y la Toscana se fragmentó en pequeños estados hasta que en el siglo XI Pisa se convirtió en la ciudad más importante de la región estableciendo una República Marítima que extendió sus dominios por toda Toscana, Córcega, Cerdeña e incluso las Baleares.
El siglo XII fue el del largo conflicto entre güelfos, partidarios del Papado y predominantes en Florencia, y gibelinos, leales al Sacro Imperio y fuertes en Pisa, Siena y Lucca. A partir del siglo XIII las Repúblicas de Florencia y Siena dominaron la región que prosperó con la agricultura, las manufacturas textiles y el comercio y se desarrolló la banca moderna haciendo ricas a muchas familias como los Peruzzi o los Medici.
En el siglo XIV la República de Florencia se impuso sobre los territorios vecinos, Pisa y Siena iniciando su edad dorada bajo el gobierno de los Medici que alcanzaron el poder en Florencia en 1434 con Cosme I el Viejo y llegó a su plenitud bajo el dominio de Lorenzo el Magnífico (1469-1492). Durante los 350 años que duró el gobierno de los Médici, Florencia disfrutó de un largo periodo de relativa paz y prosperidad. En esta región surgió el Renacimiento que en esta región se denominó Quattrocento. Hubo un florecimiento de las artes, las ciencias y el humanismo y se produjo la recuperación de los ideales clásicos en las artes. Aparecieron figuras artísticas como Boticcelli, Donatello, Brunelleschi, Giotto o Masaccio, el matemático Fibonacci introdujo las cifras árabes en Occidente, Dante escribió la Divina Comedia y Boccaccio y Petrarca crearon sus mejores obras. Los banqueros y mercaderes levantaron palacios y costearon edificios religiosos que se construyeron siguiendo los ideales del Renacimiento como el Duomo y el Palazzo Vecchio de Florencia. La moneda de oro de Florencia, el florín, sería la dominante en Europa en lo siguientes 300 años.
En 1494 el Médici Pedro II fue expulsado del poder por una revolución instigada por un fanático religioso llamado Savonarola que finalmente fue quemado en la hoguera en 1498, proclamándose de nuevo la República. Juan de Medici recobró el poder para su familia en 1512 y en 1513 fue elegido Papa con el nombre de Leon X quedando Florencia bajo la influencia de Roma.
En 1523 accedió al papado Julio de Médici con el nombre de Clemente VII quien se alió con Francia, Inglaterra, Venecia y Milan para librarse de la tutela del emperador español Carlos V. En respuesta las tropas españolas saquearon Roma y encarcelaron al Papa y los Medici fueron de nuevo desterrados de Florencia en 1527. Para reconciliarse con el emperador, Clemente le coronó emperador de Italia en 1530 y Carlos le devolvió Florencia. En esta época Miguel Angel trabajó en Florencia y Maquiavelo publicó El Príncipe en 1532.
En Florencia gobernó Cosme I de Medici entre 1537-74. Bajo su mandato Florencia alcanzó su apogeo en Italia conquistando Lucca y Siena y unificando políticamente el territorio bajo el Gran Ducado de Toscana. En esta época se adoptó el palacio Pitti como residencia ducal y se levantó la Galería degli Uffizi.
Los Medici gobernaron la región hasta 1743 cuando el último de su estirpe murió sin descendencia. Galileo vivió en Florencia en el siglo XVII bajo la protección medicea donde fue excomulgado tras proclamar que la Tierra giraba alrededor del sol.
El Ducado de Florencia fue heredado por los Duques de Lorena, de origen austriaco, que se mantuvieron en el poder hasta 1860 con un corto paréntesis de dominio napoleónico hasta 1814. En esta época se construyeron las primeras líneas de ferrocarril y se modernizó la región bajo los ideales de la Ilustración.
En 1860 el Gran Ducado de Toscana se anexionó al naciente Reino de Italia tras un plebiscito incruento bajo la influencia del Risorgimento. Durante un breve periodo de 5 años Florencia fue la capital de la nación hasta que en 1870 se proclamó capital a Roma.
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