Este día nos levantamos menos temprano que el anterior. A las 8 nos levantamos y cogimos las maletas sin deshacer. El dueño del hotel nos preguntó si habíamos dormido bien, y que qué íbamos a hacer ese día. Le contestamos que iríamos un par de días al istmo y que ya le contaríamos a la vuelta (nos alojamos en el mismo hotel antes de partir a Palanga9). También se mostró sorprendido de que estuviéramos dos semanas por su país ("but only Lithuania?"), algo que vimos frecuentemente, desde la guía del primer día, hasta un chico joven que quiso invitar a mi novio a algo en Kaunas.
Me dio pena que lo preguntaran, aunque luego se sintieran realmente contentos...¿Será por la forma de viajar hoy en día?. Siempre me ha gustado conocer bien los sitios donde voy, sea en este caso país o, en el caso de lugares más grandes como España, Francia...por regiones (provincias, departamentos...). No me importa ver menos trozo si lo que visito , seleccionando antes lo que creo que es más interesante, me gusta aunque no sean tan conocido (y soy consciente de que de esta forma veré menos mundo que otros viajeros

Volviendo al diario. No desayunamos porque teníamos que ir al ferry...fuimos andando porque estaba cerca del hotel...y cuando llegamos, el ferry no salía a la hora prevista

A las 12, fuimos al Máxima del pueblo a comer algo para engañar el estómago (chocolate "ruta", unos palitos que era tipo espetec pero de cerdo, unos zumos y frutos secos...ese día comimos algo de eso pero no todo...¿Sabéis que cuando viajo adelgazo?

Creo que entiendo porque Thomas Mann tuvo una casita de verano por estos lares. Supongo que la vida en el día a día sería repetitiva, que la gente joven deseará irse a la ciudad para poder tener más ambiente o servicios...ver a otra gente, ampliar miras,...pero seguro que al final lo echan de menos. No he estado en la costa Letona o Estona, quizá sean similares (tendré que hacer diario cuando vaya!) pero como es la primera vez que lo he visto, realmente me encantó.
Pasamos por un paseo, unos bosques, un parque infantil labrado de madera...y llegamos a la súper duna con el espantoso reloj de sol


Una vez que había atardecido, exigí cenar en condiciones

Al día siguiente tocaba 30 km de bici, así que volvimos al apartamento y nos echamos pronto, a eso de las 23h (además ya no había nadie por la calle...).





