Después de la ruta del día anterior, este día nos lo decidimos tomar con calma. Nos levantamos a eso de las 9h y tomamos el desayuno en el hotel. Era un buffet sencillo con algo de dulce , y algo de salado. El comedor era muy acogedor con cortinas blancas y techo alto. Tras desayunar y hacer el check-out, el dueño nos llamó a un taxi que nos llevaría a la estación de buses de Klaipeda. Tomamos el autobús de las 10h y en media hora nos plantamos en Palanga. Aproveché para comprar una mochila en el Máxima porque se me había roto la que tenía y tomamos otro taxi al hotel (Hotel Kerpé,*** . 60 E -noche, recomendable. No tiene ascensor pero las habitaciones son nuevas y muy grandes, y está a 5 minutos del museo del ámbar y el parque Birutes, que son los elementos más importantes de la ciudad).
Salimos por el pueblo dirección al paseo marítimo. Primero visitamos la iglesia principal. Era agradable pero la subida a la torre fue una pérdida de tiempo. Después, yendo hacia la calle principal que salía al paseo,nos encontramos con Información y Turismo, de forma que entramos a coger un mapa y a que nos señalaran los puntos más importantes, por si nos habíamos dejado algo que no nos hubiésemos anotado previamente. No nos dijeron nada nuevo, así que fuimos por la calle Jono Basanaviciaus hasta el mar. Al ser octubre, casi todos los restaurantes/ salas recreativas estaban cerradas, pero se nota que en verano tiene una gran actividad. Así como la zona de Nida se ve como una región de veraneo más tranquila (e incluso quizá más elitista), creo que casi todos los lituanos conocen Palanga. Es la típica ciudad donde confluyen familias y grupos de amigos. Aún así, no han hecho rascacielos horrorosos destruyendo la costa como en el levante español cosa que agradezco, y de hecho, no me hubiese importado estar ese día pero en agosto viendo el ambiente. Llegamos al paseo y nos hicimos una foto frente al mar. La familia que nos la hizo era peculiar, parecía sacada de una novela del siglo XIX. El hombre iba con ropa larga y sombrero, vestido de negro, y tenía una barba blanca, bastante larga. La mujer era bajita y también vestía de negro, con unas pieles. El chico era alto y quizá era el que más informal vestía.
Tras dar una vuelta por el paseo, fuimos al parque Birutes (estaba al lado). No me deja de sorprender los parques tan frondosos que tiene este país. Aunque tengan caminos que no son de tierra, las lindes tienen una hierba y unos árboles que es difícil encontrar en España...tan frondosos en medio de la ciudad. A lo largo del parque hay salidas directas a la playa.
En el parque se encuentra el museo del ámbar. Es un antiguo palacio y el museo está muy bine. Aunque en todo el Báltico hay ámbar , en Lituania, el ámbar y el lino (elemento principal en la re conversión cristiana de los lituanos), está por todas partes. El ámbar nace fruto de sedimentos de los bosques primarios que actualmente están cubiertos por el báltico. Por eso el propio mar "escupe" trozos de ámbar en las orillas, Siempre ha sido una piedra codiciada, pero quizá tuvo su mayor repercusión en el neolítico, creándose una ruta comercial bastante importante (el ámbar era símbolo de poder,no era raro que los jefes de las aldeas tuvieran piezas de ámbar).
En el museo se mostraban tipos de ámbar (también había de colores diferentes al amarillo o naranja), trozos de ámbar con insectos petrificados y figuras de ámbar muy interesantes (espejos, relojes, un tren...). Además, el palacio tiene unos jardines bien mantenidos que en otoño se realzan bastante.
Por último, tomamos un taxi a Kretinga (ida y vuelta 10e) porque había u palacio que en Tripadvisor ponían muy bien,....en fin , lo más chulo del palacio fue el invernadero. Constaba de dos plantas,y una fuente con peces. Además, tenía muy muy buena pinta el restaurante. pero el palacio en sí estaba casi vacío o con carteles en lituano...Fue la primera decepción del viaje. (la primera de tres

Al volver a Palanga, fuimos a cenar. Al lado del hotel había una pizzeria ( pizzeria Joda). Bien de precio, y muy buena pizza. O al menos así me supo porque desde el buffet de la mañana apenas habíamos comido...



**Aclaración taxis: Son muy baratos y muchas veces merece la pena cogerlos para moverte de un sitio a otro. Además, para las ciudades grandes recomiendo al app ETAKSI, un ejemplo, el último día en Vilnius, desde el centro de la ciudad al aeropuerto nos cobraron 3,5 euros. Tan solo pagamos algo más para las excursiones de Siauliai y Moletai, y el día de senderismo, que creo que el taxista realmente se aprovechó....**





