Hace muchos años veraneábamos en Andorra. Por aquel entonces nos alojábamos en el Camping Casal, en Canillo. Ahora las cosas han cambiado y más viajando con un niño de 17 meses. Decidimos alojarnos en Andorra la Vella, en un apartamento de 3 habitaciones y 2 baños alquilado por Airbnb.
Andorra la vella es la capital del país, la capital más alta de Europa, a unos 1.050 metros de altitud.

El apartamento está justo enfrente del Puente de París. Es un puente blanco muy moderno que pasa sobre el Gran Valira. Está formado por enormes tubos y tiras de hierro y culminado con una bola.
Al otro lado del río encontramos la escultura Noblesse du temps, de Dalí, en la Plaza de la Rotonda. Se instaló allí en 2010. La escultura había sido donada en 1999 al estado andorrano. Su propietario era Enric Sabater, colaborador y confidente del artista catalán durante el período comprendido entre 1968 y 1982, coleccionista especializado en la obra de Dalí y residente en el Principado.

Según las autoridades de Andorra, Sabater mostró en su día la voluntad de donar a la ciudad una escultura de Salvador Dalí y escogió «Noblesse du temps», una obra fechada entre 1977 y 1984 y realizada en bronce, con unas medidas de 4,90 metros de altura por 1,70 y 2,60 metros de profundidad y longitud y un peso total de 1.400 kilos .
La escultura pertenece a una de las series de relojes derretidos que fueron creadas por Dalí para simbolizar el paso del tiempo. El reloj, que se funde en torno a un tronco de árbol, luce encima de el una corona, que según el artista representa el dominio del tiempo sobre la humanidad.
La escultura está en una plaza de apariencia moderna pero que es histórica. Data del siglo XII.
Al lado está la Oficina de turismo.
De allí parte la comercial Avinguda de Meritxell, con supermercados, tiendas, cafeterías, etc.
Si seguimos por la Avinguda Dr. Mitjavila, donde está nuestro apartamento, encontramos más tiendas. Más adelante la calle se transforma en Avda. Meritxell. Encontramos comercios, el gran centro comercial Pyrénées (una especie de Corte Inglés) y algunos hoteles.
Más adelante está el Comú de Andorra la vella.
Muy cerca del Comú está la Iglesia de Sant Esteve. Sant Esteve es la iglesia parroquial de Andorra la Vella. El edificio actual es el resultado de varias modificaciones y ampliaciones de la iglesia románica, las más importantes realizadas en el siglo pasado, y entre las que destaca la portada de poniente, obra del arquitecto catalán Josep Puig i Cadafalch.

De la iglesia primitiva, del siglo XII, se conserva muy poco. Lo más destacable es el ábside semicircular. También se conservan una parte de las paredes de la nave y una absidiolo. El ábside es el más grande y rico en decoración escultórica de los conservados en Andorra de época románica. Tiene dos ventanas y su cubierta se hizo con piedra pómez.
Todas las paredes del ábside y del presbiterio estaban decoradas con pinturas murales, probablemente del siglo XIII, que se conservan en parte en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Era el conjunto más elaborado del Principado; los fragmentos conservados representan diferentes escenas de la vida de Jesús, y también arquitecturas figuradas y motivos vegetales y geométricos. De la misma época es la viga policromada que atraviesa el ábside de lado a lado y que debía sostener un baldaquín, hoy desaparecido.
En el interior se conservan varios retablos barrocos: el dedicado a San Juan Bautista (fechado en 1707), el de Santa Lucía, el del Santo Cristo y el retablo mayor consagrado al santo titular, así como la pintura llamada Cuadro de las almas, igualmente del siglo XVIII.
Por detrás está la Plaça del Poble. Es la azotea del edificio del gobierno. ¿Qué decir?. No es la Plaza más bonita del mundo. Hay algunos juegos para niños y una estatua de 2010 llamada Homenaje al inmigrante. Es un personaje con una maleta. Le hace un homenaje a los extranjeros acogidos y los andorranos que se fueron.
Más pequeña es la Plaça de la Consòrcia, en el casco antiguo. Allí encontramos un monumento de 1977 dedicado al contrapàs, un baile parecido a la sardana.
Nuestro paseo no tarda en llevarnos a la Casa de la Vall, visita imprescindible. Tenemos visita guiada concertada.
La Casa de la Vall es un edificio precioso, quizás el más bonito de Andorra la Vella. Se construyó en 1580 para ser la vivienda de la rica familia Busquets. Así lo atestigua la fecha escrita sobre la puerta. En 1702 la compró el Consejo General a fin de disponer de una sede donde tener sus reuniones. Se hicieron las modificaciones pertinentes para tal efecto.

Empezamos la visita en la planta baja, donde se dejaban las monturas. Allí vemos sillas de montar. Els consellers lo hacían a la amazona debido a sus largas capas que permitían no establecer las diferencias entre las clases sociales. Ya abajo empezamos a ver pinturas murales, que también hay en el primer piso.
En la planta baja se hicieron reformas para adecuar las dependencias de la administración de justicia. Allí estaba el tribunal civil y el penal (precioso, con mobiliario de madera).
La casa incorpora elementos defensivos en una construcción destinada a usos civiles: la atalaya de la fachada, el matacán sobre el portal, así como la torre adosada, con matacanes y aspilleras en la parte superior. Sobre la puerta, encima de la fecha de construcción, está el escudo de Andorra.
En el salón noble, antiguo comedor, se pueden admirar unas pinturas murales de finales del siglo XVI, que representan escenas de la pasión de Cristo; estas pinturas ocupaban originariamente la totalidad de los muros del despacho del síndico, que está justo al lado. Enmedio hay una enorme mesa con marcas de apoyar los codos.
En el despacho del síndico, al que no podemos entrar, vemos las capas protocolarias.
Pasamos a la Sala de reuniones del Consejo General, en cuyo fondo está la capilla dedicada a San Ermengol, con un retablo sobre tabla, y el Armario de las Siete Llaves, en el que se guardan los documentos más importantes del Principado y que solo puede ser abierto con la presencia de consejeros de las siete parroquias. En la capilla se celebraba antiguamente una misa antes del inicio de las sesiones. En la sala, muy pequeña, vemos los asientos, los dos retratos de los copríncipes (hechos expresamente para este lugar) y una campana para el inicio de las sesiones.
En cuanto al armario, no es el único caso de este tipo de armarios. En Vielha vimos otro similar. En este caso en origen había seis parroquias. Cuando se creó la nueva parroquia, tuvieron que mover las cerraduras para poner una más.
Al lado entramos en la cocina. Cuando el Consell general se reunía, en los meses de invierno porque en verano se dedicaban de los campos, tenían que quedarse a dormir allí. Venían de todas las parroquias y sin carreteras, por abruptos caminos.
La cocina es una de las mejores partes de la casa.
El segundo piso, antigua buhardilla, se ha acondicionado como sala multiusos. Antes estaba allí el Museo postal pero se cambió de ubicación.
En el año 2011, el Consell General se trasladó al nuevo edificio, justo al lado. Tampoco está allí ya la cárcel.
La visita cuesta 5 euros. Si quieres hacer visita guiada vale 1,5 euros más. Comprando un pass que vale 2,5 euros te hacen una reducción del 50% en tres museos a elegir. Elegimos esta opción con visita guiada.
Enfrente se abre una plaza. Delante de la casa hay una estatua de una pareja bailando el contrapàs, de Josep Viladomat. A un lado, el monumento a los 700 años del primer Pariatge.
En enormes palos se sientan siete estatuas de color crema. Son monjes “estilitas” de Constantinopla que en el siglo V se retiraron a la montaña para orar. Son una metáfora de las siete parroquias andorranas. Los hizo Jaume Plensa y se iluminan de colores por la noche.

Plensa es el autor de la enorme y preciosa cabeza que hay frente al Palau de la Música Catalana de Barcelona, "Carmela".
Al lado de la Casa de la Vall está el Tribunal constitucional de Andorra.
Si bajamos con el ascensor encontramos el edificio del gobierno de Andorra. Un poco más allá está la embajada de España.
El parque más grande de la ciudad es el Parc central. Encontramos muchos juegos infantiles, un estanque... Allí también está el museo Roques al carrer. No se limita a las piedras del parque sino que en varios edificios de la ciudad hay placas explicativas sobre el uso constructivo de distintos tipos de rocas.