2 de Octubre. Dar es Salaam ✏️ Diarios de Viajes de Tanzania

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Llegada a las 7:30 de la mañana en un vuelo de Qatar Airways. El vuelo me costó 550€ cogiéndolo con un mes de antelación. Fue bastante improvisado el viaje, cosa que no recomiendo hacer por tema vacunas y más si es la primera vez que se viaja, pues en vacunación internacional me daban cita para dentro de un mes y pico.

Tras hacer escala en Doha, llegué temprano a la capital económica de Tanzania (la política es Dodoma). Es recomendable hacer el visado online, te agiliza mucho el paso de la aduana en el aeropuerto. También rellenar el formulario de salud online (yo no lo hice), y llevar impresa la PCR (no la revisan y diría que no tienen forma de revisarla, pero por 70€ vale la pena no jugarse la entrada al país).
A la salida de la terminal estaba esperándome Yuma, un conductor que en mi primera experiencia en el país nos había hecho de chófer. Nos subimos al coche y me llevó al hotel en poco más de media hora.

Contar como anécdota, que nos paró una policía y comenzó a pedirle documentación. Me saludo en suajili, y yo que me sé un par de palabras le contesté. Le debí hacer gracia y me preguntó que de dónde venía. Al decirle que había volado desde España ese mismo día, se disculpó conmigo infinidad de veces por habernos parado y le dijo al chófer que dejase de buscar papeles y me llevase al hotel que debía estar cansado. Con esto quiero hacer ver cuánto cuidan a los turistas en un país que vive principalmente del turismo.

Tras dejarme en el Chelsea Hotel (30 USD la noche, muy buena habitación, váter y ducha caliente), me dijeron en éste que no podía entrar hasta las 14h. Por lo que dejé las maletas y fui a comprarme una tarjeta SIM.

Por 20000 chelines compré una de la compañía Vodacom con 12GB válida para un mes. Entre medias, como me dijo que no podía pagar con tarjeta, me fui a cambiar dinero. Cambié en la primera casa de cambios a 2600 chelines por euro, lo cual significa una comisión cercana al 2,8%. De otros viajes y otros países tengo al experiencia de que suelen cambiarte entorno al 3,5-4, por lo que me pareció buen cambio. Seguro que si hubiese buscado hubiese encontrado mejor.

Con la tarjeta SIM y con dinero, me fui al Mwenge Woodcarvers market. Por lo que había estado leyendo y lo que conozco de Dar es Salaam de la vez pasada, salvo la lonja de pescado(que quería dejar para otro día) y algún museo, no hay mucho más que hacer.
Me descargué la aplicación Bolt, que es como Uber, para tener precios de referencia y que no me tomasen el pelo demasiado. Para ir al mercado me pedían 15000 TZS y la aplicación me decía 6500. Conseguí tras regatear con varios Tuk Tuk llegar allí tras media hora por 8000.

El mercado consta de numerosos puestos (30 – 40) donde te venden desde la típica máscara de madera, hasta troncos tallados que simbolizan el árbol de la familia (que no se el que lo compre cómo se lo llevará de vuelta) y numerosas pinturas y pulseras.
Los vendedores te invitan a pasar, pero una vez dentro no te agobian como en mercados de Asia o de África del norte. Una vez acabas, les das las gracias y te sonríen aunque no hayas comprado nada.


Tras pasar un rato en el mercado, me fui a uno de los restaurantes indios que recomendaba la Lonely Planet Ali’s Kitchen & Barbaque y la verdad es que cumplió lo que esperaba.
Por 20000 TZS comí pollo en salsa korma, arroz, pan na’am y una botella de agua. Podían haber comido dos personas perfectamente de las raciones, pero al ser uno sólo, hice un esfuerzo por comer todo lo que podía y no parecer mal educado y me fui al hotel a descansar.


Se había hecho la una ya, y me dejaron entrar en el hotel. Como buen español hice siesta sin despertador, y me levanté a las 16h de la tarde.
Me duché y me fui al puerto a un bar llamado SlipWay Waterfront. El tuk tuk de ida me costó 7000 TZS. Me tomé una cerveza y cogí una mesa en primera fila para ver el atardecer. Me supo mal estar ocupando una mesa toda la tarde y consumir sólo una cerveza, así decidí cenar allí. Mi error fue pedir el T-Bone de ternera. 35000 TZS por un pedazo de carne que no se podía masticar.


Finalmente la cuenta de la cena me costó 50000 TZS, que viendo lo que había cenado, me pareció que me tomaban el pelo, pero que se podía esperar de un sitio tan turístico.
Cogí un tuk-tuk de vuelta al hotel y me fui a dormir que el día siguiente venía cargado de actividades. El tuk-tuk por cierto me costó 9000 TZS. Los conductores sabían que era difícil encontrar tanta oferta por esa zona y se permitían subir precios.

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