Este día se presentaba intenso de nuevo. Desde Egilsstadir teníamos que ir hasta Husavik, donde dormiríamos las siguientes noches, y por el camino teníamos unas cuantas cosas por ver, así que teníamos que madrugar. Nuestra primera parada fue en una gasolinera a la salida de Egilsstadir. Al poco de repostar pasamos junto a un coche de policía que estaba a las afueras de la ciudad, justo donde pone el típico cartel de salida de población. Cuando pasamos puso las luces y nos siguió, tuvimos que parar ya que tenía pinta de que era para nosotros, parecía una escena de una película americana. Paramos en el arcén y el coche paró justo detrás, se bajó un policía y nos dijo que circulábamos a 70 Km/h en un tramo de 50 Km/h y que teníamos que pagar una multa. También nos dijo que si pagábamos en el acto (con tarjeta) había un descuento del 30%, pero aún así fueron 200 euros de multa. No sé si por ser domingo o por otra razón, pero ese día vimos más coches de policía que ningún otro y a alguno de ellos también los vimos poniendo multas.
La primera parada del día era la Deifoss, la cascada más potente de Islandia y la segunda de Europa. Para llegar desde nuestro hotel teníamos algo más de dos horas, y salvo la parada para repostar gasolina y la multa del policía, lo hicimos del tirón. En este tramo la Ring Road transcurre por el interior del país, alejándose del mar. Es un tramo bastante monótono, con un paisaje que ofrece pocos contrastes. La mayor parte del recorrido vas viendo colinas bajas y poca vegetación. También es notoria la falta de pueblos, tan solo pudimos ver algunas granjas diseminadas, así que conviene repostar en Egilsstadir como hicimos nosotros.
La Detifoss se encuentra en el cauce del río Jökulsá á Fjöllum, uno de los más caudalosos de Islandia, ya que recoge las aguas del glaciar Dyngjujökull, que pertenece al sistema del Vatnajökull. Tiene 260 Km de largo, lo que le convierte en el segundo más largo del país y a su paso va creando algunos de los enclaves naturales más famosos del norte de Islandia como la propia Detifoss, la Selfoss o el cañón de Asbyrgi, antes de desembocar en el océano Ártico. Para visistar la Detifoss se puede elegir entre su lado este o el oeste, en ambos hay un parking que te permite dejar cómodamente el coche. Nosotros elegimos el lado oeste, al cual se accede por la carretera 862, en muy buenas condiciones. La ventaja de este punto es que ves la cascada más de frente, un poco más alejada que desde el lado este, pero la vista es mejor. De todas formas han puesto unas pasarelas de madera con barandillas desde donde se puede ver la cascada, aunque debido al inmenso caudal de agua que lleva hay una neblina permanente y el agua te salpica. Pese al enorme caudal que lleva la cascada no fue de mis favoritas del viaje, quizá porque no ves la cascada completamente, sólo la parte superior, y eso le resta espectacularidad compara con otras cascadas que son mucho más fotogénicas. Es posible visitar también la Selfoss desde la Detifoss, ya que hay un camino que te permite llegar a pie en pocos minutos, pero nosotros no lo hicimos. En la zona del parking hay baños de uso gratuito, pero no hay ningún tipo de servicio tipo cafetería o restaurante.
El siguiente punto de nuestra lista lo teníamos a 40 minutos en coche: el volcán Krafla. El volcán de fisura Krafla da nombre a toda la zona que se encuentra sobre una enorme caldera magmática todavía activa. Ya en el año 1724, los colonos fueron testigos de una gran erupción que durante 5 años sumió toda la zona en enormes campos de lava que, con mayor o menor regularidad, han seguido dándose hasta la última erupción que fue en 1984. Para aprovechar toda esta energía se instaló una planta geotérmica, Kröflustöð, que provee de energía a gran parte del país. Cuando circulas por la carretera que pasa junto a la planta atraviesas un arco que han creado con los tubos que transportan el gas, que han tenido que colocar formando una especie de puerta por donde pasan los coches. El primer punto que vimos fue el cráter "Viti", un cráter creado en la erupción de 1724 que contiene un lago en su interior. Se puede bordear todo su perímetro gracias a un sendero.
Muy cerca se encuentra el campo de lava de Leirhnjúkur, originado en las erupciones de 1724 durante los conocidos como "Fuegos de Myvatn". Desde el parking hay que recorrer un sendero llano entre lava solidificada. Al final de éste, llegas a una zona donde hay que subir unas pasarelas de madera no demasiado bien cuidadas y donde empieza lo más interesante: un recorrido entre pozas de barro y agua ardiente, tierras rojizas, respiraderos, vapores sulfurosos... y algunos cráteres semiderrumbados.
El paisaje de esta zona nos gustó mucho, se puede palpar la desolación. Era el lugar ideal para rendir nuestro particular homenaje a otra de las canciones de la película de Eurovisión, "Volcano man", así que grabamos un nuevo vídeo para nuestra colección. El vídeo original está grabado en la zona sur de Islandia, en los acantilados Dyrhólaey y la Skogafoss, pero dado el título de la canción esta zona nos pareció que ni pintada.
Depués de esta visita era ya la hora de ir buscando un sitio para comer. El pueblo más cercano era Reykjahlíð, ya en las horillas del lago Myvatn, a unos 15 minutos en coche. La verdad es que no hay muchas opciones, así que nos decantamos por el restaurante Gamli Bærinn, que tenía buenos comentarios. Aquí se pueden probar platos típicos de la gastronomía islandesa, así que probamos sopa de cordero, pescado, etc. Fue una buena elección. El restaurante está situado muy cerca de la iglesia del pueblo, que estuvo a punto de desaparecer bajo la lava de alguna erupción. Tras la comida aprovechamos para comprar cosas para desayunar y comer al día siguiente en un supermercado que hay junto a la gasolinera N1. Por desgracia no fuimos los únicos que debimos pensarlo y faltaban muchas cosas, entre ellas el pan. Acabamos comprando unos panes de pita y queso y embutido para hacernos sandwiches para la excursión que nos esperaba al día siguiente, y leche algunos dulces para desayunar. Tras esto fuimos a ver la Grjótagjá, una cueva famosa por haber salido en "Juego de Tronos", en concreto es el lugar donde se produce el encuentro amoroso entre John Nieve e Ygritte. Bañarse en ella está totalmente prohibido actualmente, pero hasta el año 1975 sí se podía. Pero tras las erupciones del año 1975 y 1984 la temperatura subió hasta alcanzar 50ºC y se consideró que no era seguro permitir el baño.
En esta zona ya pudimos comprobar que el nombre del lago está muy bien puesto. Myvatn significa "lago de las mosquitas", y es que está plagado de unas pequeñas mosquitillas que te rodean y se meten por las orejas, nariz, boca... no son peligrosas pero son muy molestas, tanto que vimos gente con sombreros con redes alrededor para tapar toda la cabeza y la verdad es que me dieron envidia por no tener yo uno. En estos momentos fue cuando agradecimos llevar mascarillas porque al menos evitaban que se metieran por boca y nariz, pero se metían por las orejas, entre las gafas y los ojos... un suplicio.
Lo siguiente que teníamos planificado era una visita a los baños Mývatn Nature Baths. Son como una pequeña "Blue Lagoon" pero algo menos masificados, aunque sí había gente cuando estuvimos nosotros. Al igual que ocurre en el resto de baños del país es necesario ducharse antes de entrar en las piscinas, y una vez duchado ya te puedes meter en el agua calentita y relajarte un par de horas disfrutando de las vistas y las sensaciones. Las instalaciones constan de menos servicios que las de la Blue Lagoo, pero están bien para desconectar un rato y reponer fuerzas. Es conveniente reservar con antelación ya que en días de mucha afluencia se puede completar el aforo con facilidad y sin reserva no te dejan entrar. Además, aquí no llegaban las moscas del Myvatn!!! (Foto de Internet)
Al salir de los baños nos acercamos al área geotermal de Hverir, con varias pozas de agua hirviendo, aguas sulfurosas, fumarolas, etc. Una zona con un color muy peculiar y atractivo. Tras esto nos dirigimos de nuevo a la orilla del lago Myvatn para visitar Dimmu Borgir, una zona de formaciones de lava de hace 2000 años con aspecto de castillos, de hecho su nombre significa fortalezas oscuras y que en la mitología islandesa es una puerta al infierno.De camino pudimos ver la impresionante silueta del cráter Hverfjall, que preside toda la zona este del lago. Dimmu Borgir es relativamente extenso, y se pueden seguir tres recorridos diferentes.
Nosotros llegamos ya casi a la hora de cerrar así que no teníamos mucho tiempo y optamos por visitar solamente la zona donde supuestamente viven los "Yule Lads", una especie de Papa Noel del folclore islandés. Aún así, vimos unas pocas formaciones muy llamativas, aunque no la más famosa del parque, la Iglesia. (Foto de Internet)
Durante toda esta visita no dejé de tararear mentalmente este tema del grupo noruego Dimmu Borgir, temazo:
Como ya se nos hacía tarde y teníamos que ir hasta Husavik aún, no perdimos mucho más tiempo por el lago Myvatn, porque encima con las moscas tampoco es algo que apeteciera mucho. Sólo hicimos una breve parada en Skútustaðagígar. Aquí se concentran una serie de pseudocráteres. Se llaman así porque aunque parecen cráteres nunca ha salido lava por ellos, sólo grandes explosiones de vapor de agua. El conjunto de los psudocráteres forman un parque donde se puede dar un paseo para recorrerlos, pero nos conformamos con tener una vista panorámica desde un mirador, y la verdad que con la luz del atardecer quedaban una vista muy agradable.
Desde aquí teníamos una hora de camino hasta Husavik. El camino es fácil y discurre por terrenos agrícolas, donde también se podían ver caballos. Como ya he dicho en el diario en varias ocasiones, los 4 que conformamos este viaje somos fans de Eurovisión, y disfrutamos muchísimo la película de Netflix. Ya he puesto en algunas etapas algunas canciones de su banda sonora, pero sin duda la canción más bonita de todas ellas es la que está dedicada a Husavik. La película trata de una pareja de músicos oriundos de Husavik que quieren representar a Islandia en Eurovisión, y parte de las escenas se rodaron en esta localidad islandesa, por lo que para nosotros, además de ser el pueblo donde ver ballenas, era también la meca eurovisiva del viaje, también por algo que contaré más adelante. Así que cuando entramos conduciendo en el pueblo pusimos como banda sonora en el coche la canción de Husavik de la película. Fue momento muy emotivo, era como llegar al final de una larga peregrinación, al lugar donde tanto tiempo habíamos estado esperando ir y donde conseguimos llegar pese a los problemas que pudieron surgir. Esta canción fue nominada a los Óscars como mejor canción original en la ceremonia de 2021, y aunque no ganó, conectaron en directo con el pueblo donde la cantante que la interpreta (que no es la actriz de la película, es una sueca llamada Molly Sandén), la cantó acompañada de un coro de niños islandeses.
En Husavik pasaríamos las siguientes tres noches, y para alojarnos habíamos reservado un apartamento. La verdad es que estaba de lujo, con un salón grande, dos dormitorios y baño. Estaba muy bien decorado y con muchos detalles, y a un paso de la iglesia y del puerto, así que una situación inmejorable. Es el Skjálfandi Apartments, muy recomendables para una estancia en esta parte de Islandia. Al llegar cenamos en el apartamento y enseguida nos fuimos a dormir, que al día siguiente nos esperaba un buen tute, una excursión de 12 horas al interior del país.