VIERNES 4 MARZO 2022
Es nuestro último día entero en Nueva York y por primera vez en el viaje, hoy no hay nada programado. Solo sabemos que vamos a ir a un par de sitios de compras y tenemos pensado dónde comer y cenar. El resto lo iremos improvisando sobre la marcha.
Yo me levanto a las 07:30, pero Ana, que el día anterior en el bus no había pegado ojo, no se despierta hasta las 09:00.

Entre el Compeed y que los últimos dos días han sido más relajados, nuestros pies parece que han revivido y están en buena forma. Quizás no al 100%, pero tampoco andan muy lejos.
Como no hay prisa, desayunamos con calma y salimos del hotel dando un paseo en dirección a la tienda TJ Maxx de la 6ª Ave.


Shooooooping
Habíamos estado en otra cerca de Wall St, pero estos establecimientos tienen sus
cosas. Normalmente, la primera visita siempre es un poco caótica y no se le termina de coger el punto y siempre es mejor ir por la mañana a primera hora que es cuando la mayoría de las prendas están colocadas en el sitio que les corresponde y por lo tanto son mucho más fáciles de encontrar.
Yo iba buscando un cinturón y lo encontré rápido, pero Ana hizo mucho más gasto y apañó algo de ropa, así como algunos regalos para familiares y amigos.

Desde allí, continuamos hasta Chinatown para comprar los últimos souvenirs, pero la verdad es que me defraudó un poco. Los precios no son mucho mejores que en otras zonas e incluso había cosas más caras. Eso sí, si queréis comprar algo, hay que regatear un poco y así a lo mejor se consigue algo decente.

Chinatown

Cambiamos de continente

Mi chino está un poco oxidado, pero creo que se vende Opel Corsa
Las tiendas de regalos las llevan en su mayoría indios o pakistaníes y solo nos cruzamos con chinas que tenían catálogos de bolsos de imitación, pero como no íbamos buscando eso, no les hicimos mucho caso.

Entramos en un par de sitios y salimos con algunas compras y nos dirigimos hacia la calle Mulberry para ver Lilltle Italy antes de seguir con nuestro camino por Bowery hacia el norte en busca de un sitio dónde almorzar.

Benvenuti

Bella Italia

En caso de incendio
Mientras subíamos, tuvimos una situación surrealista. Un vagabundo nos pide algo de dinero para comer (como tantas otras veces nos había pasado), y nosotros seguimos caminando hacia delante sin hacerle mucho caso, cuando de repente se pone a gritar como un energúmeno diciéndonos que por qué no le contestamos, que somos unos hijos de tal y se acordó de toda nuestra familia. La verdad es que yo pasé algo de miedín, sobre todo porque hubo un momento que pensé que iba a salir detrás nuestro, pero por suerte todo quedó en un susto.

En la 35 St con la 3ª Ave, llegamos a nuestro destino para comernos unas hamburguesas en el Jackson Hole Burgers.

Uno más

Vamos para dentro


El lejano oeste

Tócala otra vez, Sam

Para combatir el calor

Pedazo ensalada

Esta tampoco está mal

Algo pequeñito
El sitio está muy bien y las hamburguesas también, pero para mi gusto tienen un defecto: son demasiado grandes. Parece mentira que sea por su gran tamaño en lugar de por ser muy pequeñas, pero es que son un poco incómodas de comer. Terminas con las arterias luchando por sobrevivir, las manos perdidas de salsa y es un poco un guarreteo.

Salimos de allí hasta arriba de comida y nos vamos acercando peligrosamente a uno de los momentos más temidos del viaje. Toca patinar sobre hielo. O como lo llamo yo: Intentar no hacer el ridículo en exceso y salir de allí con todos los huesos enteros.

Teníamos pendiente entrar en la Biblioteca Pública de Nueva York y ese nos pareció un momento perfecto para hacerlo. Accedimos por la entrada principal y fuimos en busca de la sala de lectura, pero no está permitido el acceso a no ser que seas estudiante. No es que pusieran muchas pegas en la entrada, ya que solo preguntaban si ibas a estudiar y no vi que necesitasen enseñar identificación alguna, pero a nosotros se nos veía a kilómetros que éramos turistas, así que nos conformamos con ver el resto.

Totalmente de acuerdo
Habíamos mirado lo del patinaje en Rockefeller Center y salía por unos 75$ los dos, pero ya que estábamos ahí al lado, nos apetecía probar en Bryant Park , así que eso fue lo que hicimos. Se necesita reserva previa (que hicimos online en el mismo momento) y nos costó 45$ más o menos, lo que nos daba derecho a patinar durante 55 minutos y nos regalaron una bolsa para guardar nuestros zapatos. También nos dieron un ticket con un número y un color para que te salgas de la pista cuando te digan que se ha acabado tu tiempo.
Era la primera vez en mi vida que me ponía unos patines y, parecerá una tontería, pero no esperaba que resbalase tanto. Todos han de patinar en el mismo sentido y este va cambiando aleatoriamente de día a día. Mi primera vuelta fui íntegramente agarrado a la barandilla como si me fuera la vida en ello, pero al completar ¾, ya no había dónde agarrarse y tuve que poner en práctica mis mejores cualidades, que no son precisamente el equilibrio y la destreza. De todas formas, creo que con un par de veces más puedo llegar a los próximos Juegos Olímpicos de Invierno.

Yes We Can

Veremos cómo salimos de allí
Creo que de un total de 5 vueltas y al final fui capaz de ir casi siempre suelto. Solo me caí una vez y, en mi defensa, tengo que decir que dos chicas de Bangladesh que entraron a la vez que yo no habían avanzado más de un par de metros en todo ese tiempo, así que los hay peores que yo.
Yo no sé si es normal, pero del esfuerzo por no caerme, me dolían bastante las piernas, así que no patiné más de 20 minutos. Podía dar el reto por superado y no había hecho mucho el ridículo, así que podía estar satisfecho.
Nos queríamos hacer una foto en la escultura de “Love”, pero por lo visto se encuentra en fase de limpieza y no se sabe cuándo volverán a instalarla así que nuestro gozo en un pozo, pero aún quedaba otra que habíamos visto y que también nos gustó y era la de “Hope” que se encuentra en el cruce de la 53 St con la 7ª Ave.

Esperanza
Queríamos descansar algo antes de la cena así que nos fuimos caminando al hotel y paramos en un par de tiendas de suvenires para rematar las compras de regalos.
Aprovechamos esos momentos para hacer el check in online del vuelo de vuelta y… adivina adivinanza… Nos habían tocado los mismos asientos que en la ida, pero 7 filas más adelante. Otra vez nos tocaban 2 desconocidos a los lados para seguir haciendo amigos.

Tocaba cenar en Shake Shack y la verdad es que andábamos algo escasos de hambre, pero de todas formas, me apetecía probar su hamburguesa. Ana pidió un perrito y yo una hamburguesa sin patatas ni bebida que nos costó 12.06$

De tranquis

Última hamburguesa

El menú

Psé

Mucho mejor
Al llegar al hotel preguntamos si podíamos dejar el equipaje allí hasta que tuviésemos que salir hacia el aeropuerto, y nos dijeron que sin problemas. Me parecía haber leído en algún sitio de internet que te cobraban 18$ por maleta por este servicio, pero no nos dijeron nada de pagar, así que había esperanza después de todo. También pregunté si tenían algún acuerdo para ir al aeropuerto y una chica me comentó que no y que un taxi nos saldría por unos 90$.

Hoy había que sumar 28865 pasos para un total de 189782