"Tanto apuramos, que a Creta casi no llegamos"
Meteora – Atenas - Creta
Último día en el Peloponeso / Grecia continental. Por delante varias horas de coche para llegar a Atenas y coger el vuelo a nuestro próximo destino, la isla de Creta.
Aun así, como viene siendo habitual, buscamos aprovechar lo máximo posible el día.
Tras el rico y completo desayuno y la enésima carga de maletas nos sacamos de la manga una visita antes de dejar Meteora.
Siguiendo las indicaciones de una forera, fuimos a buscar las casas-cueva de San Antonio, o similar.
Nos guiamos en principio por esta indicación: goo.gl/maps/G6DPUaRVUsCZr4s57
Pero tras dar alguna que otra vuelta por los alrededores y preguntar a los simpáticos vecinos, no dimos con el acceso en concreto. Al enseñarle la foto a una de las vecinas directamente nos mandaba a Kastraki.
No lo consideramos tiempo perdido, ya que nos sirvió para conocer una joya de iglesia que jamás hubiéramos visitado, al estar fuera del circuito más conocido: Byzantine Church of the Dormition of the Virgin Mary (goo.gl/maps/pduYZQZUQBiGdFd68).
odysseus.culture.gr/ ...bj_id=1703
Aunque no se ponen muy acuerdo sobre su fecha de construcción, sí que coinciden en que esta iglesia bizantina se erigió sobre los cimientos de una basílica paleocristiana anterior.
El interior de la iglesia está completamente decorado con frescos de finales del siglo XI y principios del XII, bastante bien conservados. Lo más recientes son del siglo XVI.
Incluso aún se conserva un trozo de mosaico original.
Si estáis por la zona merece la pena dedicarle media hora de visita. El coste de la entrada es de 2 €, y tiene una pequeña tienda para comprar algún recuerdo.
Teníamos anotada la visita de este punto de interés: Panagia Church, Agios Nikolaos of Badovas (goo.gl/maps/Vv1bpPyw5MqQgom46)
Pues bien, creemos que era justo lo que andábamos buscando. Resultó ser un monasterio en activo, pues vimos a un monje asomado a la terraza. Hay un acceso asfaltado a pie, pero no se permiten visitas.
Desde allí hay pudimos ver lo que parecía ser otro monasterio: Hermitage (goo.gl/maps/7FJbM1tSe2YNjHiH6)
Ya sí que parecía que partimos hacia Atenas...o no
En nuestra ruta teníamos previsto parar en el paso de las Termopilas y conocer un poco más sobre la vital batalla (que todo el mundo conoce gracias a la película 300) que allí tuvo lugar.
es.wikipedia.org/ ...C3%B3pilas
Para desviaros de la carretera/autovía que lleva a Atenas tendréis que pasar por un pequeño peaje de unos 2 € de coste, para que no os extrañe.
Como puntos de interés de obligada visita:
Epitafio
goo.gl/maps/Dv3cgbqunuM8epUD6
Homenaje a Leónidas y los 300 espartanos
goo.gl/maps/Mbbzmz6JxDCDxFqK8
Homenaje a los 700 tespianos (los grandes olvidados de la batalla)
goo.gl/maps/KiR8HBCDDEtAsWhv8
Manantial
goo.gl/maps/NcpMfNj7t3of7Hy5A
Ya que estáis allí, ¿por qué no meter los pies en aguas termales recién salidas del averno? Azufre por doquier.
Terminada la parada en las Termópilas retomamos el camino a Atenas
Pero como no dejamos de inventar, se nos pasó por la cabeza buscar otra parada intermedia. La elegida fue Tebas.
No teníamos referencias actuales en el foro, pero allí que nos plantamos para visitar su museo arqueológico (goo.gl/maps/Fs1ZJ9NCUugtnSFP8).
Hemos de reconocer que se nos fue el santo al cielo a pesar de tener que coger un avión…nunca mais, prometido.
El museo de Tebas está muy bien organizado. Entendimos muy bien los diferentes periodos históricos de Grecia, ya que la vista comienza con un gran mural a modo de esquema cronológico y las salas están igualmente ordenadas, con un recorrido muy bien diseñado.
Tuvimos que visitarlo rápido, lamentablemente, en poco más de una hora. Si no, no llegaríamos a tiempo al aeropuerto.
No es tan espectacular como otros grandes museos griegos, en parte por no haber destacados asentamientos cercanos (porque el material más preciado está en los principales museos), pero resultó ser muy completo, interesante y didáctico.
Destacan los restos y objetos de la antigua Beocia. Ahí se incluyen las ciudades de Tebas, Platea (donde se produjo en el año 479 a. C. la última batalla de la segunda Guerra Médica: liga panhelénica vs las tropas del imperio persa de Jerjes) y Tespias (lugar de origen de los compañeros de batalla de los espartanos que antes comentamos en la batalla de las Termópilas).
Si pasáis cerca, un dudéis en dedicarle una vista de 2 horas al menos.
Llegamos al aeropuerto de Atenas con el tiempo justo de dejar el coche en la misma terminal de salidas, facturar maletas (ya sin colas, éramos los últimos) y acceder a la puerta de embarque.
Nos encontramos con un bonito retraso de una hora, así que de poco nos sirvió el agobio de la vuelta corriendo.
Por casualidad vimos que, con nuestro billete (como explicamos en la etapa 0 del diario) teníamos acceso a una salda de descanso (lounge) de la compañía Sky Express.
Allí pasamos tranquilamente la hora de retraso descansando, comiendo y bebiendo.
En el aeropuerto no se dignaron a actualizar el estado del vuelo en pantalla (seguía embarcando…), así que nos fuimos a la puerta de embarque con algo de antelación por lo que pudiera pasar. No fuera a ser que saliera antes el vuelo y nosotros dándole al ouzo…
Entre una cosa y otra llegamos al aeropuerto de Heraklion pasadas las 20:30 horas. Es decir, noche cerrada.
Tras recoger maletas facturadas (que tardaron lo suyo), el coche de alquiler y repostar combustible aún teníamos por delante 2 horas, dirección Rétino, hasta llegar a La Cánea. Esta sería nuestra base durante 4 días/noches para visitar el oeste de la isla.
Fue una experiencia única conocer, sin anestesia, las sinuosas carreteras de montaña cretenses en plena noche y casi sin ninguna farola o luz auxiliar. Esto no era el Peloponeso ni la Grecia continental con sus autovías de peaje, sino la jungla. Y encima plagada de radares, como nos advirtió el hombre de la empresa de alquiler de coches. Paciencia y poquito a poco.
Llegamos La Cánea pasadas las 23 horas, entre una cosa y otra.
En los últimos kilómetros de carretera nacional (algo más decente) nos encontramos una cosa súper rara. Multitud de coches aparcados en doble fila en plena carretera y un atasco monumental. Y mucha gente andando por los arcenes y con bolsas.
Y más adelante empeoró la cosa, cientos de personas, organizadas en pequeños grupos, haciendo lo que parecía ser senderismo nocturno junto a la carretera sin apenas luz. Vamos, un peligro.
Luego nos fuimos a enterar que ese día, el 27 de agosto, era la festividad de Agios Fanourios, un santo mártir muy venerado a quien se encomiendan cuando algo se pierde.
Las familias celebran una especie de verbena en torno a una iglesia cercana (goo.gl/maps/gBV1wowCVgK7AYvq9), situada en pleno bosque. Allí acuden con una fanouropita, un pastel típico que cocinan en honor al santo y que degustan en comunidad.
Prescindimos de la cena, ya que hicimos un buen almuerzo/merienda en el aeropuerto. Y, la verdad, estábamos deseando de coger la cama por banda y descansar.
Elegimos una zona que dista bastante de la que suelen usar otros viajeros: Kalyves.
Este pueblo está, para que os hagáis una idea, a más de 20 minutos del centro de Chania.
No nos importó, y menos teniendo coche, ya que encontramos unos apartamentos con vistas al mar que tenían muy buena pinta: Porto Kalyves Aparthotel (goo.gl/maps/vhrbvkvwExCUH8946)
Pagamos unos 70 € la noche en régimen SA, pero le sacamos bastante partido. Bonita terraza para desayunar y cenar, amplio, buena cama, moderno y limpio. Incluso aprovechamos una lavadora comunitaria para lavar algo de ropa acumulada de la semana.
Justo al lado está el restaurante de los dueños de los apartamentos, Cactus (g.page/cactuscoffeekalyves) que tiene muy buena fama por sus desayunos. Allí fue donde nos recibieron y entregaron las llaves. El chico fue muy amable y atento durante toda la estancia.
Queríamos tranquilidad, facilidad para aparcar y no tener que dar muchas vueltas para salir los cuatro días que estaríamos por allí. En nuestra opinión, fue una muy acertada decisión quedarnos aquí.