Tras nuestro agradable desayuno, nos vamos hacia Taormina, en este trayecto nos toca autopista, el tramo Catania-Taormina es el único de peaje que encontramos en nuestro viaje, el sistema es el mas tradicional de coger el ticket cuando entras y en la salida pagar lo que corresponde en cabina con personal, el precio fue de 1,70€.
Aparcar en Taormina es si o si en parking, hay varias opciones , las más cómodas son la de porta Catania ,que está más cerca del centro de la ciudad, y el de Lumbi mas alejado, desde el primero vas andando y en 5 minutos estás enpleno centro y en el segundo tienes un bus que te acerca.
Nosotros como llegamos temprano había sitio en el de Porta Catania fue el que elegimos, el precio fueron 11 € pero es muy curioso como calculan el precio una hora 2€, 2 horas 9€ y luego el precio va bajando, si estás bastante tiempo te sale a precio razonable pero si estas solo un rato es una auténtica clavada.
Si Sicilia en general nos ha gustado mucho, Taormina me ha enamorado, cuando me toque el euromillón quiero una villa con vistas a esa bahía, jajajaja.
Desde el parkíng en 5 minutos estábamos en el inicio del Corso Umberto, la calle está llena de tiendas, restaurantes, etc y es de lo más agradable para pasear.
Paseando, camino del Teatro, nos fuimos encontrando con distinto monumentos, la catedral, la plaza con la fuente de la quattro fontane en la que está en la parte alta el símbolo de la ciudad una pequeña figura. También son curiosos los cuatro caballos con cola de sirena.
El calor empezaba a ser duro y decidimos hacer un alto en el camino en el Bam Bar, en el que para muchos sirven las mejores granitas de toda Sicilia, y claro había que tener opinión propia, jajaja. La cola era significativa, después de un buen rato de espera llegó nuestro turno y nos dispusimos a probar estas delicias, y realmente mereció la pena, pedimos una de almendra y otra de melocotón y limón, con sus brioches correspondientes, no me atrevo a decir que sean las mejores de la isla, pero que estaban de muerte, el precio fue 4€ cada granita.
Con el ánimo reconfortado continuamos nuestro camino hacia el Teatro, precio de la entrada 12€, es una preciosidad, bien conservado
Cuando terminábamos la visita, se empezó a nublar y en pocos minutos la lluvia hizo si presencia, por lo que decidimos aprovechar para comer, mientras esperábamos en el Bam nos gustó el restaurante que había justo enfrente el Myle y fue un acierto, un antipasto de fruti di mare, una pizza, dos botella de agua grandes y al cubierto correspondiente, fueron 46€ todo muy rico y bien servido; hay que tener en cuenta que Taormina tiene fama de ser la ciudad mas cara de Sicilia.
De camino al coche aprovechamos para hacer alguna compra, si seguir disfrutando de la ciudad
De regreso a Catania decidimos pasar por el Etna.
Desde el inició no teníamos intención de subir en el teleférico, por lo que nos daba un poco igual a que hora llegar ya que no dependíamos de los horarios, para lo que nosotros queríamos hacer que era patear la zona alrededor de la zona de aparcamiento fue perfecto, ya que cuando llegamos la mayoría de la gente se marchaba y pudimos aparcar sin problemas.
Las vistas son magnificas y el número de cráteres junto al aparcamiento mas que suficientes para una paseo sencillo , tras un buen rato pateando la zona y sintiéndote muy pequeñito ante una naturaleza tan impresionante, decidimos iniciar el camino de regreso ya que se levantó un viento muy fuerte que en algún momento hacía difícil mantenerse en pie.
Cruzamos por un par de pueblos en el que estaban preparando las procesiones, era el día 15 de agosto, y todo el mundo estaba listo con sus mejores galas.
La hora de la cena se nos complicó ya que al ser ferragosto estaban todo cerrado, lo único que encontramos abierto, después de mucho buscar, fue una pizzería para llevar, compramos un par y el nuestro jardín las disfrutamos, no eran las mejores del mundo, pero están ricas.