Viernes 19/10
Hoy toca levantarse, temprano. Muy temprano. Íbamos a tener nuestra primera experiencia de vuelo en globo aerostático, aquí, en Capadocia. Mejor sitio que este, difícil de encontrar. La verdad es que dudamos al principio de si hacerlo o no, no tanto por el miedo a volar, sino más bien por el miedo a que vuele tan rápido una buena pasta de dinero. Pero una vez lanzados, tengo que decir que ha sido bien invertido. Y es que si, aunque es caro, la experiencia es inolvidable, la recomiendo a todo el mundo. Hay numerosas empresas en Capadocia dedicadas a esta actividad, y nosotros la hicimos con Butterfly Balloons. A primerísima hora de la mañana (sobre las 5), te recogen del hotel y te llevan a un lugar donde concentran a todos los turistas a desayunar. Tras el desayuno, nos llevaron al punto de comienzo de la aventura, que va variando en función de la dirección de los vientos. En nuestro caso, nos llevaron a la zona próxima al Museo al Aire libre de Zelve, en una explanada.
Paseo en Globo
Cuando llegamos a la explanada, ya tenían las cestas en el suelo, pues las transportan en una especie de camión, e iban extendiendo los globos. Comienzan a llenar los globos de aire caliente a través de una gran llamarada, y una vez los globos listos y elevados, toca subirse a las cestas. Hay cestas de varios tamaños. En nuestro caso, fue de 16 personas. Una vez todos instalados, comienza la aventura de poco más de 1 hora. Elevándose sobre el cielo de Turquía, y ya amaneciendo, comenzamos a disfrutar del viaje. Lo primero que divisamos es la entrada al Museo de Zelve. Mientras se va elevando aún más, divisamos el Valle de Pasabag. Seguimos avanzando y ya divisamos decenas de globos en el aire, yo diría casi que cien. Nos acercamos a Cavusin, un pueblo que parece fantasma. Continuamos el viaje y nos acercamos al Valle del Amor, el cual ibamos a visitar más adelante, ya a pie. Y a lo lejos, el imponente castillo de Uchisar. El cual cada vez se ve más cercano. Finalmente, aterrizamos cerca de Uchisar, en una explanada. Toca quitarle el aire a los globos. Nos dejaron ayudar a desinflar los globos. Un momento muy divertido. Después, un brindis de champagne con el capitán y el correspondiente diploma de vuelo. Está última parte, para mi, sobra. Pero bueno, ya que estamos. No obstante, repito, la experiencia es inolvidable. Sin dudarlo, lo recomiendo a todo el mundo.
Al fondo, el Museo al Aire Libre de Zelve
Valle de los Monjes o Pasabag
Valle del Amor
Valle Blanco. Al fondo, Uchisar. Y a la izquierda, el Valle de las Palomas.
Valle del Amor
Tras dejarnos el vehículo de la empresa Buterfly Balloons en el hotel, cogimos el coche y pusimos rumbo al Zemi Vadassi. En turco, la verdad, no te dice nada. Pero si lo traducimos, se llama Valle del Amor. Este valle tiene una peculiaridad que hace que se denomine así, y es que sus chimeneas de hadas, parecen enormes figuras fálicas, repartidas por el valle, aunque hay una alta concentración de ellas en un lugar concreto. Esta fue nuestra primera parada de un sendero que se iba a alargar hasta llegar la hora del almuerzo. Estuvimos aquí sobre unas 3 o 4 horas, y es que el Valle del Amor se enlaza con otro valle no tan conocido pero que queríamos visitar: el Valle Blanco.
Valle Blanco
En realidad es una continuación de la zona que denominan Valle del Amor, por tanto, es el mismo valle. Con la única diferencia que la zona más abierta es donde se encuentran las formaciones fálicas, y en la zona del valle más estrecha, se acercan más las laderas blancas del valle, y el camino del sendero se realiza atravesando túneles y estrechos pasadizos con el blanco como telón de fondo. Es un lugar maravilloso, sobre todo porque en el lugar no había nadie y disfrutas más del paseo.
Hora de volver al coche. Es hora de almorzar. Decidimos ir a Goreme para probar el auténtico testi kebab turco. Es un plato muy típico de Capadocia, que consiste en la realización de un guiso de cordero cocinado en un recipiente de barro cerrado a la brasa. El cordero va acompañado de tomate, pimiento, ajo, cebolla, mantequilla, comino, pimienta, pimentón, harina y agua. Una vez listo y cocido en las brasas, se rompe el recipiente para sacar el delicioso contenido. Riquísimo. Tras el almuerzo, una breve visita por las tiendas de souvenirs para llevarnos algún recuerdo del lugar, y regreso al coche para continuar con las visitas. Próxima parada: el Museo al Aire Libre de Goreme, a tan solo
Museo al Aire Libre de Goreme
Situado a escasos 2 kilómetros de Goreme, digamos que es el lugar donde las pinturas rupestres se encuentran en mejor estado de conservación. Es un lugar donde hay también una importante concentración de iglesias y monasterios. Para acceder al museo, hay que pagar, al igual que en el monasterio de Selime, en Kaymakli y en el museo de Zelve. Pero he de reconocer que si bien admito la importancia del lugar, a mi no me llamo mucho la atención. No se si porque estaba saturado de turistas, o por las restricciones para hacer fotos o acceso a determinadas iglesias. No se, pero no tengo un bonito recuerdo del lugar. Si, si vas a Capadocia, debes pasar por aquí, es de obligado cumplimiento, pero a mi, no me lleno. Creo nuestro error fue dejarlo para las últimas visitas. Así que voy a obviar cualquier comentario más al sitio y ahí van mis fotos.
Valle Rojo y Valle Rosa
Situado a muy pocos kilómetros de Goreme se encuentra este inmenso valle… o valles? Unos dicen que el Valle Rojo, otros que el Valle Rosa, y otros que hay un valle rojo y un valle rosa. Personalmente, yo no se si es por el daltonismo que tengo, que yo solo veía un valle de un solo color, solo que dependiendo de como incidía el sol en él, se veía rosa o rojo. Eso si, habrá otros, pero este lugar es espectacular para ver una puesta de sol en Capadocia. De hecho, sobre una meseta decenas de autobuses aparcan, y cientos de turistas con champagne en mano se acercan a ver el espectáculo. Nosotros, antes de la puesta del sol, queríamos aventurarnos por el valle y descubrir rincones. Tras un par de horas de camino, subimos al mirador para ver el atardecer, y de esa forma, despedirnos de Capadocia. Mañana salimos del medio rural y la naturaleza caprichosa, a introducirnos en un mundo más urbano, pero que igualmente no te deja indiferente: Estambul.