Hoy no madrugamos. Tranquilamente bajamos a desayunar (un desayuno normal) y después de asearnos y ponernos los bañadores decidimos ir a pasar el día a Long Beach. Nos lleva unos 20-25 minutos llegar hasta la playa y plantamos las toallas y nos bañamos.
La playa es muy tranquila, mucho relax y de vez en cuando llegan los long tail trayendo y llevando a pasajeros.

Disfrutamos de unas cervecitas a la sombra y decidimos comer allí en el restaurante de uno de los hoteles. Después de comer nos quedamos un ratito más de playa y volvemos al hotel por el mismo camino de vuelta.
Aprovechamos para comprar algo en el 7eleven (unas cerves y algo de merienda para los niños) y pasamos un ratito en la piscina del hotel (que realmente es un charco).
Al cabo de un rato se pone a llover y ya decidimos volver a la habitación y prepararnos para salir a dar un paseo y cenar tranquilamente.
El día de hoy cenamos en un restaurante que se llama “Toro” o algo así. Pedimos un pescado a la brasa (que lo hacen allí mismo) para compartir y pensando que los niños no iban a comer. Como se lo comieron ellos enterito, pedimos otro igual para mi marido y para mí. ¡¡Que rico!!
Después de cenar nos acercamos a la playa (la que está al otro lado del puerto) y vemos que allí hay mucha música y hay un espectáculo con fuego así que buscamos sitio entre la multitud, nos sentamos en unas sillas y vemos el jaleo. Pedimos unas cervezas y unos refrescos y pasamos la noche. En torno a las 23.00 h o así ya nos aburrimos y nos vamos al hotel a descansar aunque a mis hijos hay que sacarles con espátula porque les va la marcha.
