25 FEBRERO 2024

03:20 y ya los ojos como platos. Paula también está despierta y Ana solo tardó un poco más. El que mejor llevaba el cambio horario era Carlos que dormía feliz.
Desayunamos con el café que hay en la habitación y con lo que habíamos comprado y a las 06:57 estaba listo para hacer la cola virtual de Tron.

El proceso es súper sencillo y nos tocó el grupo 28, aunque no fui capaz de ver a qué hora aproximada sería nuestro turno.
Queríamos que el primer día fuese Magic Kingdom porque tiene su encanto ver el castillo nada más llegar, pero el autobús al parque se hace de rogar. Todos los demás pasaban sin problemas, pero el nuestro no había manera de que llegara.
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Además, había obras en la carretera y el viaje duró casi 40 minutos, pero poco importaba, porque por fin llegábamos a Disney.

Nos hicimos las fotos de rigor frente al castillo, aunque Paula salió en todas con los ojos cerrados y dimos una vuelta de reconocimiento hasta que a las 11:30 nos mandaron un mensaje que nos avisaba que ya podíamos ir a Tron.

Paula estaba un poco asustada mientras hacíamos la cola, pero la fui animando poco a poco mientras que Ana y Carlos se fueron a Tomorrowland Speedway. No tuvimos que esperar nada para montarnos. Está bien, es rápida, pero se me quedó un poco corta.
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Al salir, vimos que Space Mountain solo tenía 20 minutos de cola y nos fuimos directos para allá. No llega al nivel de Tron, pero para mi es una atracción muy especial, porque es uno de los pocos recuerdos que tengo de cuando visité Disney por primera vez cuando tenía 7 u 8 años (ha llovido un poco desde entonces).
Desde allí, fuimos todos juntos a la zona infantil para montarnos en Dumbo y también lo intentamos en Barnstormer, pero una avería de la atracción cuando ya estábamos en la cola cambió nuestros planes.
Desde allí, fuimos a Enchanted Tales with Belle, para que Paula pudiese presumir de vestido. Como en la anterior ocasión, también le tocó salir a actuar, esta vez de tetera. Aquí, no se necesita nada de inglés, ya que todo es muy intuitivo.



En la zona de Aladdin nos pedimos un Dole Whip Float de piña para que Ana lo probase y no defraudó (sabe a Sugus de piña).

Visitamos la casa en el árbol de la familia Robinson y desde aquí continuamos hasta Piratas del Caribe.


Al salir, se acercaba la hora de nuestra reserva el Liberty Tree Tavern y fuimos para allá dando un paseo. En la app te dan la opción de avisar cuando estés llegando y así te vayan preparando la mesa. La última vez que estuve allí me sorprendió para bien la comida, y por eso decidí repetir.

A los niños les costó un poco más, pero comimos muy bien aunque no fuimos capaces de acabar con todo.
Tras del postre, esperaba una nueva sorpresa, que esta vez iba dirigida a Ana.
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Después de más de tres años juntos, tocaba tirarse al río y hubo petición de mano.

Me esperaba el SÍ, pero con lo que no contaba es que, a pesar de estar en una mesa más o menos retirada, el resto de comensales (incluida una mesa de españoles que teníamos justo enfrente), se dio cuenta de la jugada y nos acabaron aplaudiendo.
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Menos mal que dijo que sí. Si no, hubiese sido un viaje un poco incómodo.

También nos invitaron a una copa de champán para brindar que, viendo el precio de las bebidas alcohólicas, fue un detallazo por parte del personal.


Fuimos al hotel a descansar un poco con la idea de regresar por la tarde, pero nuestro cuerpo dijo basta. Nos dimos un chapuzón en la piscina que tenía el agua a una temperatura muy agradable.
A los niños les regalaron unas tarjetas para jugar en los recreativos del hotel donde estuvimos un rato y de ahí fuimos a asar unas nubes una hoguera que ponen los de animación, pero más allá de echar un rato divertido y diferente al lado del fuego, ninguno salió encantado con el sabor.

Mientras estábamos allí, todos los móviles empezaron a pitar. No sabíamos muy bien que pasaba, hasta que vimos que se trataba de una Alerta Amber por la desaparición de una chica en Palm Beach.
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A nosotros, que no estamos acostumbrados, nos sorprendió bastante.
Dimos un paseo para conocer el resto del hotel y nos volvimos para la habitación.






Cenamos unos perritos calientes (fríos), y nos acostamos.
16097 pasos. No son muchos, pero ya no dábamos para más. Mañana será otro día, pero este no ha salido del todo mal.