Las noches siguen sin mejorar, aunque como comenté antes, no es que nuestra hija duerma genial en casa, pero si es verdad que la manera en la que desvela sólo puede deberse al jet lag, pero lo llevamos lo mejor que podemos entre los tres.
No tengo nada anotado y fotografiado sobre el desayuno de hoy, así que me inclino a pensar que algo habríamos comprado en el combini la noche anterior y parece que me suena de tomar otro café del hotel.
Mañana nos vamos a Jeonju, y como no somos nada arriesgados, decidimos ir hoy a la estación de autobús para comprar los billetes, y de paso ir a visitar Gangnam que está bastante cerca.

Según Naver, la mejor opción para llegar a la estación, que está en el centro comercial Shinsegae, es el autobús, os recomiendo que hagáis uso de esta app para ver cualquier trayecto. Hay varios tipos de autobuses en Seúl, unos son como cualquier autobús urbano, en el que podremos subir el carrito por las puertas del medio sin necesidad de plegar, y otros son como los autobuses de media distancia de España, en los que sí tenemos que plegar el carro. El primero que pasa es de este tipo, aunque nosotros no lo sabíamos en ese momento, lo tendremos en cuenta para las siguientes ocasiones, no recuerdo cual era cual, pero en la app salen de diferentes colores.
Una vez en el centro comercial, hay dos terminales Honam Express Terminal y Gyeongbu Express Bus Terminal, cada una es para salidas a ciudades diferentes, lo mejor es que preguntéis, pero si no otra manera de saberlo es en las taquillas automáticas, si no aparece vuestro destino, será en el otro lado. Si no recuerdo mal, la de Jeonju era la Gyeongbu Express.
Según nos acercamos a la máquina viene una señora voluntaria a ayudarnos, así que rápidamente tenemos los billetes y pagamos con tarjeta sin problema.
Aprovechamos para visitar la tienda de snacks y comida para bebés del centro comercial que os indicaba en la etapa de consejos, y le compramos a la peque una especie de gusanitos después de asegurarnos bien que son sin azúcares ni sal, que le fliparán durante todo el viaje.
Con los deberes hechos, nos vamos hacia Gangman en metro, aunque parece cerca, nos lleva un buen rato. Lo bueno es que como la peque está tan cansada, se duerme sin mucha resistencia en la mochila y así podemos centrarnos bien en las salidas del metro.
Según llegamos a Gangnam, paramos a tomar un café ya que el desayuno quedó algo lejos, entramos en una cafetería muy chula y nos tomamos dos capucchinos y una cookie por 14400 wones.
37°30'49.0"N 127°03'34.9"E

La primera visita que hacemos es al centro comercial COEX con la famosísima Starfield Library, que además está engalanada con decoración navideña, la verdad es que es muy chula.


Después nos damos una vuelta por el exterior, pero es una zona muy ventosa y enseguida cambiamos de rumbo, eso sí, vemos antes la estatua de las manos del archiconocido PSY que puso Gangnam y el K-Pop en la escena mundial, y también unas decoraciones navideñas espectaculares en una de las fachadas del COEX.



Nos vamos después a visitar el templo Bongeunsa, que está muy cerquita caminando y había visto bastante recomendado, y es que es todo un acierto, después de todo el follón del centro comercial enorme, que hasta nos costaba encontrar las salidas (la falta de sueño también nos pasa factura), nos encontramos al aire libre en un remanso de paz, y pasamos un buen rato recorriendo el recinto.

Hay muy pocos turistas en este templo, pero hasta aquí encontramos turistas españoles, me pareció muy curioso durante todo el viaje, la cantidad de turistas occidentales que nos encontramos y en particular españoles, ya que es un destino que está despuntando todavía y no es precisamente temporada alta, y en cambio en Japón en 2017 apenas vimos turistas occidentales.




No queremos meternos otra vez en el centro comercial para comer, así que decidimos cambiar por completo de rumbo y nos vamos al Gwangjang Market. Esta era una visita que si o si queríamos hacer, y por su situación temíamos que se nos quedara colgado, así que decidimos ir aunque nos quede una buena tirada en metro.
Aprovecho una de las estaciones para comprar un snack, suele haber puestecillos en todas las grandes, delimanjoo, un pastelito con forma de mazorca de maíz que estaba en mi lista, y la verdad es que están deliciosos, 3000 wones.

De camino la niña se vuelve a dormir así que llega al mercado lista para comer.
Este mercado se hizo muy famoso por el programa de Street food de Netflix, y la especialidad son los pajeon, las sopas de mandu y los propios mandu.


A nosotros nos encantan los mercados y este no es una excepción. El puesto famoso tiene bastante cola a pesar de ser tarde, así que vamos a uno de los cercanos y la verdad es que comemos genial, aun un poco apretados con el carro, merece la pena por lo que le gustan a la niña los noodles y los mandu, y la gracia que les hace a las señoras del puesto como come con los palillos.
Nos cuesta todo 13000 wones, y no se puede pagar con tarjeta, no nos queda efectivo, pero ya me indican que en la salida hay un cajero, así que sin problema saco dinero, eso sí, con la correspondiente tasa.



Después de comer, el plan era hacer alguna visita cercana a esta zona, como la plaza Dongdaemun Design Plaza, pero decidimos cambiar un poco el plan de tardes a ver si conseguimos que la niña duerma mejor. Nos vamos callejeando hacia Myeongdong, y vamos al hotel.
Decidimos estar un poco tranquilos, que duerma una siesta tarde y salir a cenar a un restaurante, a ver como funciona, mientras la niña duerme, la idea de llevarnos la maleta grande los días de Jeonju y Busan empieza a pesar como una losa, así que contactamos con el siguiente hotel que tendremos en Seúl, y les preguntamos si podemos dejar allí la maleta, nos dicen que sí, así que decidimos ir en taxi, llevar la maleta y quitarnos ese peso de encima. Desde casa había mirado si existía algún tipo de empresa de traslado de equipaje como el Yamato en Japón, pero la información que encontré no era muy concreta y no parecía algo muy extendido así que lo descarté.
Así que nos ponemos a organizar el equipaje con lo que nos vamos a llevar.
El viaje en taxi, que por cierto, nos lo llaman desde la recepción del hotel actual, nos cuesta 5 euros, aunque es dentro del mismo barrio hay mucho tráfico, el taxista se pasó todo el viaje chapurreando en inglés que hay mucha gente en Seúl comprando y haciendo fotos, y que hace mucho frío, no se cuantas veces nos llegó a decir esas dos frases, la verdad es que era muy gracioso.
Cuando salimos del taxi ya notamos que la temperatura en Seúl es bastante más baja que el resto de los días, aquí se marcó un cambio en el tiempo que ya nos acompañaría todo el viaje.


Volvemos callejeando por el barrio, porque este hotel queda justo en el lado opuesto, para ir a un restaurante de pollo frito que habíamos visto al lado del hotel. El pollo frito en Corea es una institución y en los locales suele haber mucho ambiente, por cierto, lo típico es tomarlo con cerveza o soju.
Temíamos que no fuese un ambiente muy de niños pero no tenemos problema y todo el mundo le hace monadas a la niña, pedimos un poco de pollo con salsa y otro sin salsa, y además ponen para picar una especie de cortezas que están de muerte. La cena nos costó 16 euros con agua y una cocacola, y la verdad es que lo pasamos genial.
37°33'35.6"N 126°59'08.2"E

Menos mal que hemos cenado cerca del hotel porque a esas horas hace un frío que pela. Nos vamos a dormir esperando que esta noche si, sea la definitiva para dejar atrás el jet lag.