El día anterior a este viene del diario de Panamá. De AQUÍ
Por la mñana temprano he pillado un Uber al aeropuerto de panamá. Puntual ha salido el avión hacia Sao Paulo y a las 15 estábamos aterrizando. Desde el avión se puede ver la animalada de cemento y asfalto que es la ciudad. Rascacielos extendiéndose hasta el infinito sobre un campo de casas bajas, contrastando enormemente con la visión del Darién que he podido ver desde el avión al salir.
Al bajar del avión la migración ha ido muy rápida. Me he topado un poco con la barrera del idioma. Yo me creía que entendería algo pero es imposible, y eso que llevo un mes dándole al duolingo, si hablan muy muy lento pillo bastante pero como hablen normal poco, leído se entiende perfecto al menos. He conseguido hacerme una tarjeta de datos y me he pillado el bus al centro, aun apesar de tener dificultad para comunicarnos ha ido todo muy fluido y a las 16:30 estaba en el hotel.
En el bus por Sao Paulo ya me he dado cuenta que aquí la gente estaba de fiesta pero de la buena. Con el miedo en el cuerpo, de todo lo que uno lee sobre la inseguridad en Brasil, en cuanto he llegado al hotel he dejado todo y, con el equivalente a 10€ y el móvil, me he ido a ver el pampaneo. El carnaval es muchísima gente por la calle bebiendo, se acumulan en barras y en autobuses con música. Ayer estaba en la selva del Darién y hoy de carnaval en Sao Paulo, parezco un alien recien llegado a otro planeta. Hoy es domingo y está hatas arriba todas las calles, no me quiero imaginar cómo estaría esto ayer.
El disfraz típico es la tía en bikini con peluca y brillibrilli y los tíos en calzoncillos con gorros varios y también brillibrilli, hay gente que prácticamente va desnuda. Mucho ambiente LGTB y gente desfasadísima consumiendo en plena calle. He llegado cuando esta gente lleva ya muchas horas (o días) de fiesta.
He empezado por un paseo por la Avenida Paulista donde la gente estaba relativamente tranquila con sus skates y me he metido en todo el follón. La ciudad en sí es objetivamente fea. Edificios viejos y todos llenos con un graffiti que es único de Sao Paulo, el Pixaçao.
El Pixação es un estilo único de graffiti en São Paulo, caracterizado por letras angulosas y altas que suelen aparecer en lugares inaccesibles, como la parte superior de edificios. Esta forma de arte urbano refleja descontento social y exclusión, emergiendo como una expresión de identidad contracultural en la ciudad. Yo lo catalogaría más como vandalismo, ya que estéticamente no hay por donde cogerlo, pero se ha hecho un hueco en la identidad cultural. Le da a la ciudad un toque distópico como sacado de una película postapocaliptica tipo Blade Runner. Menos mal que la he visto con el ambientazo del carnaval. Música de reguetón en español mezclada con música brasileña. Policía por todas partes y helicópteros sobrevolando de forma constante. Llegar así a una ciudad es un buen choque, he estado andando hasta el anochecer y se me ha pasado volando.
He estado recorriendo las calles del centro hasta que el ambiente era el típico de fin de fiesta con toques chungos y alguna pelea incluida. Cayendo la noche un ejército de barrenderos y policías han despejado las arterias principales. Una norma básica es que a la noche en Sao Paulo uno tiene que estar recogido y encima yendo solo tú me dirás a dónde voy. Me he pillado un kebab y para el hotel.
Aquí lo bueno es que amanece muy temprano, como a las 5:15 y está anocheciendo casi a las 19:00. Yo creo que como día de llegada está más que bien. No tenía ni pensado ver Sao Paulo del miedo que me habían metido y al final lo he visto en plena bacanal. Mañana huyo de la ciudad para ir hacia la costa. Las distancias son enormes así que hay que ir parando en pueblitos interesantes antes de llegar a Río. Mañana a las 6:30 cojo un bus a Ubatuba.
Te mandé estrellitas anteriormente, pero había olvidado dejarte comentario