Según lo previsto, los operadores del tour pasaron a recogernos muy temprano por el hotel y después de recoger a otros turistas por hoteles cercanos, nos pusimos en marcha hacia las afueras de Melbourne.
La guía del tour era al mismo tiempo la conductora del autobús, de manera que, cuando utilizaba el micrófono para explicar algo, conducía con una sola mano.
Pusimos rumbo a la ciudad costera de Torquai, donde paramos para tomar un desayuno rápido y se nos explicó la ruta que íbamos a seguir.
A poco de iniciar la ruta costera, se encuentra el Memorial Arch, que tiene un monumento dedicado a los soldados que la construyeron y que se considera el inicio de la Great Ocean Road que es Monumento Nacional de Australia.

El primer tramo de la carretera discurre completamente pegado a la costa, que es de acantilados rocosos con vegetación abundante y playas de arena fina, como la Addis Beach. El autobús hacia paradas breves en los miradores de estas playas.
La primera parada larga la hicimos en Kennet River, donde hicimos un sendero por la orilla del río en el que pudimos ver fauna endémica de Australia, como Koalas, la Cacatúa Roja o el único canguro que vimos en todo el viaje, que estaba tranquilamente sentado al final de una pradera y que nos quedaba un poco retirado.

Continuamos la marcha hasta la localidad de Apollo Bay, ciudad muy turística con su playa y su puerto. Allí nos dieron una hora para comer por nuestra cuenta, ya que sólo iba incluido el desayuno de primera hora.
La guía conducía a gran velocidad, se veía que había hecho la ruta centenares de veces, de tal manera que éramos nosotros los que adelantábamos a los turismo y no al contrario, como suele ser habitual.
Cuando utilizaba el micrófono hablaba en un inglés demasiado coloquial para que nosotros, que éramos los únicos no angloparlantes, la pudiéramos entender, así que, en buenos tramos fuimos completamente desconectados de lo que explicaba.
Una vez dejada atrás Apollo Bay, nos adentramos en el Parque Nacional Great Otway, donde pensábamos que íbamos a hacer otra caminata para ver los koalas, muy abundantes aquí. Quizás debido al retraso acumulado en las paradas anteriores, lo cierto es que sólo paramos cuando la guía o algún pasajero veía koalas a través de la ventanilla.

En esta parte del itinerario la carretera se separa de la costa y se adentra en el bosque. El parque tiene zonas de vegetación de bosque lluvioso primario que no tuvimos oportunidad de apreciar. Atravesado el parque, se llega a una zona de cultivos y la carretera vuelve a acercarse a la costa.
La última parte del recorrido se adentra en el Parque Nacional Port Cambelt, con sucesivas paradas en miradores en la costa donde la erosión marina en la roca caliza a dado lugar a la formación de acantilados, arcos, agujas, gargantas y estrechas bahías a lo largo de más de 30 kilómetros.
Las más famosas de estas formaciones son las agujas denominadas Doce Apóstoles, algunas de las cuales ya han colapsado.

Otro de los lugares más espectaculares es el Desfiladero de Loch Ard, donde los acantilados forman una pequeña playa con arcos y cavernas producidos por la erosión marina y los colapsos.

Las paradas se fueron sucediendo en los distintos miradores para ver otras formaciones como La Isla Mutton Bird o The Razorback, también con muy bonitas vistas. En mi blog tengo fotografías de estos lugares.
Cuando ya atardecía, hicimos una bajada por unas escaleras en el acantilado hasta la playa Gibson Steps, por donde estuvimos paseando y tomando las últimas fotos de la excursión.

A partir de aquí, iniciamos el retorno por una ruta interior, con una sola parada en un área de servicio para el que quisiera cenar comida oriental servida de manera rápida. Ya muy anochecido nos volvieron a dejar en nuestro hotel en Melbourne, algo cansados de tantas horas de viaje en autobús pero contentos porque la excursión nos pareció muy bien aprovechada.