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MAJULI
MAJULI
Ruta de Agoratoli (Kaziranga) a Majuli, tomando el ferry en Nimati-Ghat
para cruzar el río Brahmaputra.
Jueves, 12 de Diciembre, 2024, Mediodía.-
Nos subimos al coche. Teníamos una ruta de 100 kms hasta nuestro próximo destino (unas 3 horas en coche), con parada en Nimati-Ghat para coger el ferry y cruzar el río Brahmaputra. En la otra orilla está Majuli, de la que dicen que es la mayor isla ribereña del mundo, aunque yo en el mapa no lo veo muy claro.
El viaje lo hicimos sin contratiempos dentro de los estándares de tráfico de la India: estuvimos tres horas compartiendo éstas carreteras de Shiva con los locos conductores hindúes. Ya sábeis: Adelantamiento por aquí, adelantamiento por allá, motocicletas sobrecargadas de personas y cosas, destartalados tuc-tucs atiborrados de gente a velocidades vertiginosas, cacofonías de bocinas, vacas despistadas, desorientadas y desubicadas, algún que otro vehículo circulando en sentido contrario, camiones de dimensiones kafkianas realizando maniobras de cambio de sentido cruzando la mediana de la autovía en mitad de una nada también muy kafiana, obras por aquí, por allá y por acullá.... ¡Bah... Lo normal...!

Llegamos a Nimati-Ghat, donde está el muelle para coger el ferry. Había que esperar unos 40 minutos, asi que nos fuimos a comer a el único restaurante que hay en el lugar, llamado MK's Restaurent, donde comimos el biryani de turno con unos honey chilli potatoes (no estaban muy picantes), agua y cafés y nos cobraron ₹710 (unos 9 €) que pagamos en metálico.
Estábamos comiendo en la terraza que tienen cuando se nos aproximó una chica muy guapa de unos veintisiete años llamada Karabi presentándose como nuestra guía que nos iba a acompañar en Majuli. Terminamos los cafés y nos fuimos al coche pues el ferry se aproximaba. Subimos a bordo. El trayecto duró una hora y media y pudimos disfrutar de una muy bonita puesta de sol.

Llegamos al otro lado del río y subimos de nuevo al coche. Estaba ya cayendo la tarde y Karabi nos llevó en primer lugar a visitar un monasterio: El Satra Dakhinpat.
Satra Dakhinpat.-
Está situado en el extremo sureste de Majuli y fue establecido en 1654 por Banamali Dev Goswami, bajo el patrocinio del rey Ahom. Pertenece a la secta Brahmasamhati. El rey Ahom Jayadhwaj Singha otorgó extensas concesiones de tierras y disposiciones para el buen funcionamiento de este Satra, adquiriendo creciente prestigio.
En este monasterio se adora al ídolo Jadav Rai y jugó un importante papel en los asuntos políticos y administrativos durante el reinado de Ahom.
Los monjes de este Satra se llaman Bakhats y llevan una vida de celibato. Vimos a Karabi hablando con un niño de unos 7 u 8 años. Nos dijo que iba para monje. Hay además en este Satra una colección de manuscritos, muchos de ellos con pinturas, así como valiosos artefactos de la época del reinado de Ahom.


El cielo, al caer la tarde, tomó un color púrpura.
El día no daba más de sí. Estábamos literalmente donde Cristo perdió el mechero y me parece que aquí la gente vive de sol a sol, así que nos subimos al coche y nos fuimos a nuestro alojamiento llamado "Jyoti Home Bamboo Garden Lodge", que está a 22 kms del Satra Dakhinpat. Ya estaba oscuro cuando llegamos. Karabi envió un mensaje a su hermano para que fuese a recogerla en moto en el alojamiento.

Nuestra cabaña era la de la derecha y esa fue nuestra habitación
Cenamos en el mismo Lodge: Fish Curry. Muy bueno. Pescado local del río Brahmmaputra. Un té y a dormir, que al día siguiente habíamos quedado con Karabi a las... ¡6 de la mañana! pues teníamos que aprovechar el tiempo al máximo ya que a eso de las 10 tendríamos que salir para regresar a Guwahati para asistir a la recepción de la boda. Nos esperaban nueve horas de viaje en coche.
Viernes, 13 de Diciembre, 2024
Nos levantamos a las 6. Le preguntamos al dueño de resort sí podríamos desayunar tan temprano y nos dijo que no había problema. Así que, una vez arreglados, desayunados y tras hacer el check-out sólo quedaba esperar a que llegase Karabi, que me dejó un mensaje en Instagram diciendome que llegaría en diez minutos. Su hermano la trajo en moto. Nuestro conductor también había despertado así que comenzamos a recorrer la isla.
Esta isla fluvial tenía a finales del siglo XIX unos 1250 kms cuadrados pero ahora una gran parte de su superficie se ha perdido a causa de la erosión y hoy es tan sólo de unos 650 kms cuadrados. Majuli limita al sur con el río Brahmaputra, en el norte con el río Xuti Kherkutia -que es una sección del Brahmaputra- y con el río Sabansiri. Viven en la isla unas 150.000 personas pertenecientes a distintas tribus y castas. Luego también está la población hindú procedente de otros estados. Se habla asamés, deori y mising.

En primer lugar Karabi nos enseñó cómo es una casa típica de Majuli, así que nos fuimos.... a su casa. Es un edificio de dos plantas: Abajo tienen las estancias: Habitaciones, cocina, etc y arriba, en el segundo piso que está sin terminar pues sólo tiene las vigas y el tejado, se encuentra el taller de telas en el que la madre de Karabi nos mostró cómo tejen las gamusas típicas de la zona al estilo tradicional. Muy bonitas. Picamos el cebo y compramos un par de ellas.
Seguidamente Karabi nos mostró las tierras en las que trabaja su familia y el granero donde almacenan la cosecha. Tanto la casa como el granero están construídos sobre soportes para que no les alcance el agua en la estación monzónica de las inundaciones. Había también una canoa.

Samaguri Satra.-
Nos subimos de nuevo al coche para hacer la segunda visita del día: Samaguri Satra. En la entrada del monasterio hay un cartel que dice lo siguiente:
"Desde la antigüedad la tradición de confección de máscaras ha sido llevada a cabo por los satras, los centros institucionales del vaisnavismo. Se observa que las máscaras tienen diferentes formas y colores, lo que hace que cada personaje sea fácilmente reconocible en los Bhaonas, que son un tipo tradicional de entretenimiento típico y propio de Assam, siempre con contenido religioso en forma de obra de teatro dramática que tiene un climax en el que la verdad vence. En los Bhaonas hay reyes y reinas ficticios o mitológicos, demonios, dioses, soldados, etc.
Los satras en Assam son escuelas religiosas donde personas de diferentes castas, credos o comunidades pueden unirse y practicar la religión. Iniciados por Srimanta Sankaradeva, los satras se convirtieron en centros populares de educación religiosa, cultural y de estilo de vida y el neovishnavismo tomó un giro revolucionario entre todos los sectores de la población. En la actualidad sólo unos pocos satras participan en la fabricación de máscaras: Samaguri Satra y Kamalabari Satra.
Las máscaras del Satra de Samaguri son famosas por su creatividad artística. Samaguri satra fue establecido en 1663 por Sri Sri Chakrapani, nieto de Srimanta Sankaradeva. Este arte de máscaras ha sido transmitido a través de generaciones de sacerdotes (bakhats) y ha atraído el interés de miles de personas, llegando a hacerse exposiciones en el Museo Británico al respecto"
Al entrar nos quitamos los zapatos y en una de las salas, sentaditos en el suelo como buenos niños, el monje artesano nos explicó el proceso de creación de máscaras:
Se talla un marco de bambú con la forma de la cara de un personaje. Se hace un barro especial con una mezcla de tierra del Brahmaputra mezclada con estiércol de vaca. Se unta este barro sobre el marco de bambú
Se envuelve con una fina tela de muselina alrededor de la máscara y se deja secando al sol. Una vez seco, se le aplican los toques de color. Estos colores se obtienen de hojas, raíces y cortezas de distintos árboles. Finalmente se hace el cabello con fibra de coco, heno y otros materiales naturales.

(esa no era su cara: os lo aseguro

Tras la visita al satra de máscaras, subimos al coche. Nuestra visita a Majuli llegaba a su fin. Karabi vino con nosotros hasta la orilla del río para ayudarnos a tomar el ferry de regreso. La verdad es que es una chavala majísima y hemos estado muy a gusto con ella.
El ferry de vuelta es un caso aparte. El que tomamos para la ida era muy grande. Había espacio de sobra. Y, aunque estaba bastante sucio, era relativamente moderno... Pero el ferry de vuelta.... ¡¡¡Ay, el ferry de vuelta...!!!...da para escribir un libro. Karabi, tras darnos los billetes nos llevó al compartimento de pasajeros que está en la parte de abajo de la embarcación, que era toda de madera con los chalecos salvavidas colgando, como si fuesen jamones en un bar o en un supermercado español. Nuestro conductor aparcó en uno de las cuatro plazas que hay disponibles porque el barco no da para más. Ahí fue, antes de partir, donde Karabi se despidió de nosotros.
Hay que decir que si bien el trayecto de ida duró una hora y media, el de vuelta en este ferry bastante más cutre que el de ida, fue de tan sólo media hora ya que navegamos con la corriente del río a nuestro favor.
con la calidad de los materiales. Este es un pilar del puente, que no se llegó a terminar.
Una vez llegados a la otra orilla del río, subimos al coche y emprendimos el viaje de regreso a Guwahati: Nada menos que 9 horas.
Hicimos una parada a medio camino para comer en un restaurante que nos gustó. Fue quizá el mejor restaurante de toda nuestra estancia en la India. Se llama Choupal y está en Jakhalabandha, Assam. Tomamos dos biryani al azafrán: uno de pollo y otro de cordero con pan naan de ajo, dos cafés y dos botellines de agua. Total: ₹1171.00 (unos 13 €). Pero el lugar es muy agradable, impecable y bien presentado. Un chavalín de unos diez años que estaba dos mesas más allá con su familia vino a nuestra mesa a preguntarnos de dónde éramos y pedirnos hacerse una foto con nosotros.
Continuamos nuestro viaje de regreso sin contratiempos... o así, que estamos en la India


Cuando nos aproximábamos a Guwahati contactamos con la cuñada del novio para pedirle que nos enviase al "make-up artist" al hotel para ayudar a Salus a peinarse, maquillarse y más acicalamientos. Yo por mi parte me puse de nuevo el modelito de la kurta... erróneamente... Debería haber ido a la recepción con traje y corbata que era como iban todos los hombres... pero no fue mi culpa: ¡No! porque yo pregunté al hermano del novio por la vestimenta adecuada y el me respondió que era flexible, que como yo quiera, que todo era muy relajado y muy "laid-back"
Entre el atasco de llegada, check-in en el hotel, maquillaje, peinado, aderezos personales, pitos y flautas llegamos a la recepción a eso de las 9 y el evento se acababa a eso de las 10.30, así que tuvimos el tiempo justo para saludar, hacernos fotos con los novios, cenar picando aquí y allá del completísimo buffet que había, charlar y despedirnos de la mayoría de la gente. Estuvo muy bien. A eso de las 11 estábamos de vuelta en el hotel. El viaje se aproximaba a su fin: Mañana regresábamos.