Nos levantamos con el tiempo justo de organizar las mochilas, pegarnos un buen desayuno, liquidar la cuenta con el hotel (en efectivo ya que en casi todos los hoteles de Vietnam, si pagas con tarjeta tienes que pagar una comisión que va desde el 2 al 4%) y poco más, el autobús que nos tenía que recoger a las 08:00 está allí a menos diez, así que nos montamos y pasamos a recoger a 4 personas más que hacen este mismo trayecto. Para este primer viaje escogimos ir en autobús limousine que son furgonetas de 10-12 pasajeros como máximo, y en el que realmente vas muy cómodo.
No quisimos parar en las atracciones que hay de camino como las Marble Mountain o Lady Buda, no nos atraían demasiado y sólo queríamos desplazarnos lo más rápido posible para aprovechar ese día en Hue y visitar la ciudadela. Así que cuatro horas después de salir, con una parada a mitad de camino para ir al baño y estirar las piernas, nos dejaron frente al callejón de entrada donde estaba nuestro hotel.
Fue una constante durante todo el viaje, que al contratar el transporte, te vienen a recoger y casi siempre te dejan a la puerta de tu hotel en destino. Nuestra experiencia ha sido en general muy, muy buena. Realmente ofrecen un servicio de mucha calidad.
Hicimos el check-in con una de las recepcionistas más simpáticas que nos hemos encontrado en Vietnam y cuidado que no es fácil. Nos recomendó varios sitios para ir a comer/cenar, nos indicó la mejor manera de llegar a la ciudadela, nos arregló el transporte para la noche del día siguiente a Tam Coc y nos dijo que antes de coger el autobús nocturno podríamos ducharnos allí mismo.
Después de dejar las mochilas en la habitación, nos fuimos andando a comer a un sitio que nos había recomendado la recepcionista, está a escasos 5 minutos de nuestro hotel, “Madam Thu”. Nos pedimos dos rollitos de primavera diferente unos frescos y otros fritos y otro plato que nos recomendaron, con dos cervezas y para acabar siempre te traen una fruta de la pasión para cada uno. El sitio es altamente recomendable, comimos por menos de seis euros y la comida estaba deliciosa. Hue es famosa en Vietnam por la alta calidad de su cocina y nosotros podemos dar fe de ello, sin lugar a dudas ha sido el sitio donde mejor y más barato hemos comido en todo Vietnam.

Salimos del restaurante y utilizamos por primera vez la aplicación GRAB, muy fácil e intuitiva, escribes el lugar al que quieres ir y en pocos segundos aparecen las opciones de los vehículos que tienes más cerca y su precio (que varía de unos a otros), seleccionas el que más te interesa y te aparece su matrícula y el lugar de recogida. Sencillo, rápido y económico. Por menos de un euro en diez minutos estábamos en las taquillas comprando las entradas.
Allí compramos las entradas que son válidas durante dos días consecutivos, y dan derecho a visitar la Ciudadela de Hue y tres de las tumbas imperiales que hay diseminadas por los alrededores de la ciudad, las dos entradas nos costaron 1.060.000 DONGS.
Nos dirigimos a la puerta principal de la ciudadela, con sus murallas de dos metros de espesor y 10 kilómetros de perímetro están delimitadas por un foso, constan de 10 puertas y su construcción imita a la ciudad prohibida china, aunque no comparten la orientación. Desde aquí podemos ver la bandera más alta de Vietnam.


Hoy nos tuvimos que poner el poncho, el día estaba amenazante y de vez en cuando caía una pequeño chirimiri, pero nada que nos impidiese seguir con la visita. Aquí se notaba mucho turismo de interior, mucha gente que venía a tener su recuerdo en forma de álbum de fotos.

Hue, ubicada en el centro de Vietnam, en la ribera del rio Perfume, fue hasta 1945 la capital imperial de Vietnam y la Ciudadela es un conjunto de edificios en los cuales residían los miembros de la familia real y consta de tres recintos uno dentro del otro: La Ciudad Cívica o Capital, La Ciudad Imperial que se encuentra dentro de la Ciudad Cívica y la Ciudad prohibida o Ciudad Púrpura, dentro de la Ciudad Imperial y de uso exclusivo del emperador. Es patrimonio de la Humanidad y todavía siguen restaurándola.
Atravesamos diferentes palacios, salas, explanadas, templos, jardines y puertas. Llevábamos un mapa y poco a poco y perdiéndonos de vez en cuando, fuimos completando la visita.



Hasta que llegamos a la zona de jardines una zona muy bucólica con decenas de bonsáis decorándola.


Seguimos hacia delante, nuestra sensación es que la combinación de templos, patios, palacios, hace que la visita fluya, no se convierta en repetitiva o pesada.




Cuando nos marchamos habían pasado tres horas desde que entrábamos a la ciudadela y la verdad es que nos gustó bastante, para nosotros es una visita imprescindible en Hué.
Llevábamos apuntado que el café con sal era originario de Hue y la cafetería Muoy, autora de esta maravilla, no se encontraba muy lejos de la puerta norte de la ciudadela, así que googlemaps y allí que nos fuimos. Y estaban realmente deliciosos, con el punto justo de sal, dos cafés 30.000 DONGS.

Después de disfrutar nuestros cafés, pedimos un GRAB que nos llevara al mercado Dong Ba. Por allí anduvimos mirando sin apenas agobios por parte de la gente de los puestos, estuvimos ojeando los típicos sombreros cónicos y es que este mercado es famoso por tener los más bonitos del país. Nos sigue pareciendo que los mercados en Vietnam están muy ordenados y limpios. Cuando acabamos, pedimos otro GRAB que nos llevara al centro. Es hora de tomarse unas cervezas en cualquier terraza porque ambiente, tienen todas.
Y después de esto a buscar otro restaurante que traemos apuntado, el Maison Trang, que está ubicado en un callejón y que como curiosidad nos hicieron descalzarnos para comer. Allí nos dejamos aconsejar por la camarera que nos pidió platos tradicionales de Hue, que nos resultaron muy ricos y muy baratos y con esto dimos por terminado el día.

Hotel Sweethouse 2 homestay, excelentemente ubicado, al lado del rio perfume y cercano a todo. Habitación sin lujos, pero con una cama y unas almohadas muy cómodas, una ducha más que correcta y un personal absolutamente encantador que se desviven por ayudar. El desayuno muy bueno, las mejores crepes con banana de todo el viaje fueron aquí. Además el detalle de dejarte duchar antes de coger el autobús nocturno se agradece. Estuvimos muy a gusto aquí. Muy recomendable