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Último madrugón en Busan. El termómetro marcaba 7 °C y el cielo estaba parcialmente nublado. Hoy nos íbamos hacia Gyeongju, pero antes, queríamos visitar el templo de Haedong Yonggungsa, famoso, entre otras cosas, por estar a orillas del mar.
Tras desayunar, nos despedimos de las personas de recepción agradeciéndoles el trato que nos habían dispensado y recogimos las llaves del coche. Sin lugar a dudas ha sido el alojamiento con mejor calidad/precio del viaje, sobre todo, teniendo en cuenta que Busan, es la segunda ciudad más importante de Corea del Sur.
Lo primero que nos sorprendió al llegar al templo de Haedong Yonggungsa, fue la cantidad de gente que había. Aunque eran poco más de las 9h30 y entre semana, las escaleras que bajaban hacia el templo estaban “petadas”.
Tras desayunar, nos despedimos de las personas de recepción agradeciéndoles el trato que nos habían dispensado y recogimos las llaves del coche. Sin lugar a dudas ha sido el alojamiento con mejor calidad/precio del viaje, sobre todo, teniendo en cuenta que Busan, es la segunda ciudad más importante de Corea del Sur.
Lo primero que nos sorprendió al llegar al templo de Haedong Yonggungsa, fue la cantidad de gente que había. Aunque eran poco más de las 9h30 y entre semana, las escaleras que bajaban hacia el templo estaban “petadas”.

El templo Haedong Yonggungsa, fue fundado por el gran monje Naong en el año 1376, quien fue consejero del rey Gongmin. Mientras practicaba el ascetismo (práctica espiritual o filosófica que consiste en renunciar voluntariamente a los placeres materiales y a las comodidades del mundo con el fin de alcanzar una vida más pura y disciplinada) en el templo Bunhwang de Gyeongju, una gran sequía asoló el país: los cultivos se secaron y la gente sufrió hambre, lo que provocó gran inquietud y reproches hacia los dioses por no enviar lluvia.
Un día, un Dios marino se le apareció a Naong en sueños y le dijo que, si construían un templo en el borde del monte Bongrae y oraban allí, todas estas dificultades desaparecerían y volvería la felicidad. Desafortunadamente, el templo fue destruido por un incendio durante la invasión japonesa, pero fue reconstruido por el monje Ungang del templo Tongdo a principios de los años 30 del siglo XX.
El lema del templo Haedong Yonggungsa es: “Al menos uno de tus deseos será concedido aquí mediante tus oraciones sinceras.”
Un día, un Dios marino se le apareció a Naong en sueños y le dijo que, si construían un templo en el borde del monte Bongrae y oraban allí, todas estas dificultades desaparecerían y volvería la felicidad. Desafortunadamente, el templo fue destruido por un incendio durante la invasión japonesa, pero fue reconstruido por el monje Ungang del templo Tongdo a principios de los años 30 del siglo XX.
El lema del templo Haedong Yonggungsa es: “Al menos uno de tus deseos será concedido aquí mediante tus oraciones sinceras.”


... continuará
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