Día 8
6:30
Arriba. Todo el césped de la zona de acampada amanece cubierta de una fina escarcha. Hace frío. Pero no hay viento. A diferencia de ayer, hoy el comienzo del día promete ser bueno.
7:30
Salimos del camping. Antes de decidir destino, paramos en la puerta de entrada. En las recepciones de los campings suelen poner información con las predicciones del tiempo. Y para hoy, no lo daban excesivamente malo, ni para el siguiente. Pero… ¿por qué siempre tiene que haber uno pero? En la zona específica del Alpine Crossing, dan mucho aire e intervalos nubosos. Probabilidad de nieve… en fin, que hoy es sábado, y hasta el lunes como pronto, si va el tiempo bien, no se sabe con certeza si se puede hacer el Crossing. Son tres días los que tendríamos que esperar allí… así que tomamos la opción de partir. Cuando regresemos a Nueva Zelanda, haremos otra tentativa.
Y no sería la última vez que tuvimos que dejar algo para “el regreso”.
Ya en camino, nos dirigimos hacia Waiouru. Vamos al encuentro de la SH1. Esta carretera es la arteria que conecta toda Nueva Zelanda. No en vano, comienza en Cape Reinga (al norte de la Isla Norte) y termina en Bluff (al sur de la Isla Sur).
Como el día es bastante bueno, giramos hacia el norte y nos adentramos en la Desert Road. Se llama así al tramo de la SH1 a su paso por la vertiente oriental del Tongariro NP. Esta zona es casi desértica. Y esto sí que es una novedad. Con todo lo verde que es el país, en esta pequeña zona no hay signos de árboles, ni arbustos, ni hierba… Imagino que al estar a la sombra de los tres colosos, estos impedirán el paso de las nubes cargadas de agua. Algo parecido ocurre en la Isla Sur, en la zona de Canterbury… aunque aquí es muchísimo más pronunciado.
Esta zona, es la empleada por el ejército neozelandés para realizar los entrenamientos, prácticas de tiro y demás. Así que el acceso está completamente restringido. En esta zona se rodaron las escenas de “Las Morannon” las negras puertas de Mordor. Y la desolación que se veía desde la carretera, recreaba perfectamente esa sensación.
La verdad, que nuestra incursión por la Desert Road, viene provocada, porque hay unas excelentes vistas de los tres Colosos juntos. Mt Ruapehu, Mt Ngauruhoe y Mt Tongariro, juntos en una misma foto. Esa era nuestra búsqueda.
No habíamos recorrido mucho, cuando apareció la niebla. Una espesa nube, impedía ver nada. Era clara, ya que dejaba pasar los rayos del espléndido sol que alumbraba allá arriba. Pero aquí abajo, no dejaba ver nada más.
Continuamos un trecho, pero viendo que aquello no cambiaba, decidimos darnos la vuelta. Así que solamente pudimos tener la foto de dos de ellos.
9:40
Rumbo sur. Hacia Wellington. Pero por el camino, vamos a visitar algunos escenarios de rodaje más.
El primero que tenemos apuntado es una zona en Rangitikei Gorge, donde rodaron algunas escenas del río Anduin.
Dejamos la carretera principal y nos adentramos por las entrañas de esta zona rural neozelandesa. Rápidamente el asfalto deja paso a la grava. Y tras recorrer toda la zona nos damos la vuelta.
De regreso atravesamos un puente y paramos para echar unas cuanta fotos. Hay unas buenas vistas de la garganta.
La conducción por estas zonas rurales es una gozada. No nos hemos cruzado con nadie en todo el día. La carretera es estrecha, muy estrecha. Es un continuo sube baja. Pero es increíble. Como con la campervan tampoco podemos ir muy deprisa, disfrutamos y saboreamos de todo el paisaje que vamos dejando a nuestro lado.
Vista del Mt Ruapehu.
Camino de Wellington
11:45
Hemos llegado a Waitarere buscando nuestra próxima localización de la peli… pero ha desaparecido. Están talando los bosques en los que se rodaron las escenas. Otra vez será.
Una vez allí, nos acercamos hasta la playa.
Restos arrastrados por el mar
Y allí nos encontramos con unas señales… cuando menos curiosas de ver en una playa.
Carretera en NZ
Efectivamente, aquí hay playas por las que se puede circular y se emplean como carreteras. Hay que tener cuidado con las mareas, ya que si te pilla dentro, de ahí no te escapas. Todas las compañías de alquiler prohíben taxativamente el acceso a estas playas con sus vehículos. Y en este caso, nosotros hicimos caso. Ya que con el peso de la campervan, seguro que nos quedamos clavados en la arena.
Tras el breve paseo por la playa, continuamos la marcha. Como hoy es día de localizaciones, vamos a por la siguiente. Esta se encuentra en un paraje un poco más apartado que los que hemos visitado hasta el momento. El lugar es Otaki Gorge.
Cogemos la carretera que conduce hasta esta garganta y como suele ser habitual, 6 kms mas adelante, se convierte en una pista de grava.
El camino comienza a subir y nos internamos en un húmedo bosque. Conforme ascendemos, el camino va estrechándose. A un lado, la ladera de la montaña cubierta con una maraña impenetrable de árboles y arbustos. Del otro lado, un barranco escavado por el Otaki river. Genial. Tramos de corrimientos de tierras hacen casi imposible el paso con la campervan… Uffff. El camino sigue y sigue. Curva tras curva. Subida tras subida. Bajada tras bajada. Finalmente llegamos a un aparcamiento.
13:30
Comemos allí mismo. Las vistas son impresionantes. De un lado el rio Otaki en su lento discurrir. Del otro una pared cubierta de árboles. Y más allá del río, una pequeña meseta aluvial.
Nos ponemos las botas y recorremos uno de los paseos que comienzan allí mismo. Por suerte lleva un par de días sin llover, y aunque hay barro en algunas zonas, por lo general está bastante bien.
Ascendemos a una explanada sobre la confluencia del Rangitikei y del Otaki. Vamos paralelos a este último. El paseo nos lleva por unos empinados senderos hasta la orilla del río.
Desde aquí regresamos de vuelta a la campervan. Tenemos todavía un trecho hasta nuestro destino, y no queremos que se nos haga muy tarde.
15:30
Retomamos el camino de vuelta rumbo sur. Una vez que llegamos de nuevo a la SH1, nos reencontramos con el tráfico que discurre despacio. La carretera está en obras y hay alguna retención un poco más adelante. Ante esta perspectiva y tras una rápida consulta al mapa, decidimos tomar un “atajo”. Nuestro destino es Upper Hutt, y hemos tomado una carretera que nos lleva directos hasta allí.
Comenzamos a ascender por la ladera de las montañas, y como casi siempre, cuanto más subimos, más estrecha se convierte la carretera. Esta está asfaltada, pero es casi peor. Ya que por aquí hay más tráfico. Hay ocasiones en las que nos cruzamos con algún coche, en que para poder pasar los dos, tenemos que sacar una rueda de la carretera y el cruce lo hacemos casi detenidos. Y claro, para redondear la jugada, cuanto más ascendemos, mayor y más profundos son los precipicios que se abren a nuestros pies. A diferencia de la carretera de Coromandel, que a fin de cuentas, aunque estrecha, era una estatal. Esta es una secundaria y es rematadamente estrecha. El tramo se hizo eterno y tanto la subida como la bajada fueron casi una penuria. Creo que fue la única vez en todo el viaje, que me alegré de llegar al otro lado y encontrarme con la civilización… y con una carretera un poco más ancha.
Eso sí, en la cumbre las vistas del bosque, el valle y el mar de fondo son impagables.
17:30
Harcourt Holiday Park de Upper Hutt (32$NZ). El único aliciente que tiene es estar en el comienzo de Hutt Valley y tiene buenas conexiones con todos los alrededores sin entrar en la ciudad. Por lo demás, bastante justito.
Seguimos la rutina de todos los días. Visita a las instalaciones del camping. Preparar la comida y la cena. Repasar fotos y vídeos del día. Cenar. Planificar el día siguiente mientras degustamos una buena cervecita.
Tenemos ante nosotros una difícil elección. El día siguiente lo tenemos bastante apretado, pero podemos intentar hacer todo lo planeado. Hacer noche en Wellington y al día siguiente pillar el primer ferry. O bien, andar un poco más relajados y pasar un par de día en la ciudad.
Como no nos atrae especialmente las ciudades, decidimos hacer solo una noche.
21:30
Buenas noches.
Día 9
6:30
Arriba. El día lo tenemos repleto de actividades, así que decidimos comenzarlo cuanto antes.
7:30
Salimos del camping y paramos en la puerta de al lado. Es el Harcourt Park. Un parque público de Upper Hutt. En una de sus verdes avenidas, se rodaron las escenas de los jardines de Isengard.
Hace frío. Una leve capa de hielo cubre todo el césped. Una ligera niebla otorga un aire fantasmagórico a la visita. Recorremos las avenidas y las explanadas mas alejadas, que fueron las empleadas en el rodaje.
8:45
Hemos salido del parque y nos dirigimos al Kaitoke Regional Park. Al norte de Wellington, se encuentra una zona boscosa que sirve de pulmón y de abastecimiento de agua a la ciudad.
Tomamos uno de los senderos más próximos. Nos internamos por una senda entre el bosque. Aquí abajo apenas consiguen pasar los rayos del incipiente sol que empieza a despertar. La niebla va subiendo poco a poco y le confiere un look de fantasía a la zona.
Bosques de Rivendell
El paseo que hemos elegido es de una hora. Al término, el sol ya ha salido del todo. El hielo se comienza derretir sobre el césped.
Y encontramos la localización que hemos venido a ver: Rivendell. El hogar de Elrond.
Unos paneles te explican y muestran los decorados durante el rodaje. Y como es evidente, desmontaron y dejaron exactamente igual a como lo encontraron. Por lo que estos paneles, son el único signo de lo que allí rodaron.
10:00
Salimos hacia Wellington y vamos directos a las oficinas del ferry. Hemos cogido con Interislander ya que con la tarjeta del Top 10 te hacen un 10% de descuento. Al final son 200.7$NZ, la campervan y nosotros dos.
De allí vamos al camping que hemos escogido para pasar la noche. De las distintas opciones que había en Wellington hemos escogido esta por ser el que mejores conexiones tenía. Capital Gateway Motor Inn (35$NZ). Realmente es un hotel que además tiene preparado un aparcamiento con tomas de electricidad. Tiene una zona común bastante limitada… pero el bus al centro para casi en la puerta.
En la recepción tienen unas hojas con los horarios de los buses, con los números que te dejan en la puerta.
4$NZ y 20 minutos después, estamos en el centro de Wellington. Y aquí es donde cometemos el error que arrastraríamos todo el día.
Nos acercamos paseando hasta el Te Papa Tongarewa. Este es el museo nacional de Nueva Zelanda. Son, creo recordar, 7 plantas. Y vas visitando representaciones de la flora y fauna del país. Un repaso por la historia de los maorís, los primeros colonos. En otra zona hablan de los grandes desastres naturales, tsunamis, terremotos, lluvias torrenciales… La verdad que no es un museo a la usanza. Muy interesante, y recomendable también si se visita con niños.
13:30
Comemos algo en el restaurante del propio museo.
Con los depósitos llenos, nos damos una vuelta por el paseo marítimo y cruzamos por un puente en forma de barco a la Civic Square.
Allí vemos el i-site, y nos acercamos. La intención que tenemos es contratar el tour de El Señor de los Anillos, que te lleva por las localizaciones de la ciudad y alrededores y para terminar visitas Weta Cave, el cuartel general de Weta Digital, la compañía creada para elaborar los efectos especiales de las películas.
- Buenas, queremos hacer el tour de ESDLA. ¿Cuándo sale el próximo?
- Tendrán que esperar a mañana, ya que este tour solo sale por las mañanas. Tendrán que hacer la reserva y hasta las 12 pueden salir.
La decepción invadió mi cara. ¿Cómo había podido ser tan imbécil? Lo primero que hay que hacer siempre es acercarse a las oficinas de turismo para informarte…
Y allí estábamos, sin tour y sin posibilidad de alargar la estancia en la ciudad, pues ya teníamos sacados los billetes para el ferry.
Como ya era tarde para lamentarse, decidimos dar un paseo por la ciudad y conocer los puntos más emblemáticos. Así que ni cortos ni perezosos nos encaminamos hacia el Cable Car. Es un tranvía que salva el enorme desnivel que hay desde la zona baja hasta los jardines botánicos. Por supuesto, tal como iba el día no nos sorprendió. Estaba averiado.
Media vuelta y hacia la zona de los edificios gubernamentales, con el Beehive como icono. Estos edificios son contrapuestos arquitectónicamente hablando. Uno es completamente moderno y el otro es antiguo. Y están pegados, lo que hace una curiosa mezcolanza de estilos. No estuvo exenta de polémica la construcción del Beehive por su innovador diseño, llamado también el nido de abejas.
Estando allí, y como nos hemos quedado con ganas de algo de pateo, nos decidimos a subir hasta los jardines botánicos. Siguiendo el mapa, nos acercamos a la zona donde están las vías del Cable Car. Y las calles se empiezan a empinar… y se siguen empinando… y empinando… Uffff esto es demasiado. Cuando llegamos a la parte superior de una de las cuestas más pronunciadas, da casi vértigo mirar hacia abajo. Rebuscando hasta le último gramo de oxigeno que soy capaz de encontrar en mi cuerpo, lo cojo de la cabeza, jejeje, por lo que no se me alcanzó a tirar unas fotos.
De pronto aparecemos en una zona, donde nos sentimos casi como en casa. Pasamos por la Salamanca Road, la Toledo Terrace, la San Sebastián Road…
Y finalmente llegamos a los jardines Botánicos. Nos perdemos un poco por sus avenidas y disfrutamos de los últimos rayos de sol de la tarde. Las vistas desde allí de la bahía y de la ciudad son inmejorables.
Para descender, seguimos un sendero marcado con florecitas moradas. Así que florecita tras florecita nos conduce de vuelta a la ciudad.
Volvemos a pasar por los edificios gubernamentales.
Vamos hacia la parada del bus. Pasamos por la zona comercial de Wellington. Y las calles están completamente desiertas. Increíble. De vez en cuando nos cruzamos con una pareja. Una chica sola. Un grupo de amigos. Pero en ningún momento sentimos inseguridad.
Llegamos a la zona de Cuba Street. Y aquí es donde se concentran las zonas de restaurantes y bares. Así que se ve mas gente por aquí.
Llegamos a la parada y fuimos testigos involuntarios de una de las tradicionales danzas maorís. Pero esta no fue ninguna turistada preparada para sacarnos los cuartos...
Estábamos esperando al bus, unas cuantas personas. Una pareja de edad avanzada, un grupo de tres chicas jóvenes, un chico con rasgos maorís, un par de chicos mas.
De repente calló por allí un tío de unos 35 ó 40 años, andando de lado a lado por la acera. Llevaba síntomas de ir completamente borracho. Se paró, y comenzó a decir cosas a las chicas. Estas intentaron ignorarlo. Pero ahí estaba el tío erre que erre.
El bus no aparecía.
Se giró hacia la pareja. Y volvió a comenzar a molestar. Intentaron ignorarle. Y él se dio pronto por vencido.
Los siguientes éramos nosotros. Desde luego que lo último que quiero es tener una pelea por aquí. Así que me hago el despistado. Se dirigió hacia nosotros. Os hacéis cargo de la situación. Si de normal, entendemos lo justito el inglés, imaginaos hablando un tío babeando y sin vocalizar apenas.
El caso que como vió que tampoco le prestábamos atención, paso al siguiente de la fila.
Estaba claro. Estaba buscando pelea y no pararía hasta encontrarla.
Se encaró con el chico maorí. Este estaba tranquilamente apoyado en la pared. Una tabla de skate en una mano y la otra en el bolsillo. Estaba escuchando música. Y miraba fijamente al otro tío.
- wuachu... wuachu... wuachu...
Comenzaba la provocación. Lo que decía no debía ser nada agradable. La pareja de mayores que estaba allí, se fue rápidamente. Las chicas se apartaron un poco mas. El resto lo mismo.
Yo por mi parte estaba intranquilo. De momento el tío se mantenía a distancia.
Retiré a mi mujer un poco para atrás. Y me preparé para ayudar en cuanto se torciesen las cosas del todo.
A todo esto, el chico maorí, de unos 18 ó 20 años, seguía apoyado tránquilamente en la pared. Sin inmutarse. Sin retirar la mirada ni un instante del otro tío. Me pareció que mi ayuda no iba a ser necesaria. Y de repente hizo un movimiento.
Léntamente dejó la tabla apoyada en la pared.
Se retiró los auriculares.
Dió un paso al frente y flexionó las rodillas.
El borracho dió un paso para atrás.
De repente, la cara del chico sufrió un cambio radical. Agrandó los ojos. Y la mirada de loco.
Comenzó a golpearse los mulos. Y comenzó a cantar:
KA MATE! KA MATE! KA ORA! KA ORA!
Traducción: ¡MUERO! ¡MUERO! ¡VIVO! ¡VIVO!
Estas son las primeras estrofas de la danza maorí por escelencia, la Haka. Esta es una danza maorí de guerra. Ahora, la suelen representar los All Blacks antes de sus partidos de rugbi. Aparte de esto, la "turistadas" también hacen una recreación de esta danza.
Pero claro, esto no era ni lo uno, ni lo otro.
Sabía que el chico se estaba preparando para lo que viniera. Y no le temblaría el pulso. Como sus ancestros, iba a la guerra...
He de decir que la sangre no llegó al río.
Con el primer Ka Mate, al borracho también se le cambió la cara. Pero el miedo le invadió el rostro. Y se alejo corriendo.
Una buena forma de bajar la borrachera.
El chico dejó de cantar. Y su cara volvió a ser la tranquila y mirada serena que tenía antes.
Instantaneamente todos los presentes rompimos a aplaudir.
Y con un ligero y apenas audible "Thank you", casi avergonzado, se volvió a apoyar en la pared. Se puso los auriculares y recogió su tabla.
En ese instante llegó el bus.
De película.
18:30
Pillamos el bus de vuelta al “camping”. Tras una refrescante ducha (el agua caliente se negaba a salir), encargamos la cena en el restaurante del hotel. Nos la ponen en unas cajas y la llevamos a la campervan. Allí damos buena cuenta de todo.
22:00
Se baja el telón de la Isla Norte. Mañana a las 8, parte el ferry hacia la Isla Sur. Por lo que hemos terminado nuestro primer periplo por esta parte del país. Y la verdad, aunque todo el mundo ha hablado maravillas de la Isla Sur, esta que acabamos de visitar no desmerece en absoluto.
Del primitivo itinerario que confeccionamos desde España con la ayuda de “Los viajeros”, podemos decir que la mayor parte del tiempo hemos ido a remolque. Con un día perdido. Pero finalmente, el fiasco del Alpine Crossing, y las malas decisiones tomadas el día de hoy, han producido que hayamos ganado un día para disfrutarlo en la Isla. Nuestra primera parte del viaje termina con tradiciones maorís incluidas. Veremos que sorpresas nos depara la Isla Sur. Pero para ver esto, habrá que esperar a la siguiente etapa.
*** NOTAS X ANIVERSARIO ***
Etapa puramente friki de seguidores de El Señor de los Anillos. Nos salimos de la ruta principal, y pasamos todo el día buscando localizaciones de rodaje. La primera que intentamos localizar es una de las muchas tomas que se ven en La Comunidad del Anillo del Río Anduin.
A continuación, buscábamos los bosques en los que Gandalf se despide de Frodo y Sam, cuando estos se ponen en camino y abandonan La Comarca.
Al día siguiente, paseamos por los jardines de Isengard.
Después vamos a buscar Rivendell. La habitación en la que Frodo es curado por Gandalf y Elrond.
De las imágenes que acabas de ver, nosotros no vimos ninguna. Por lo tanto, se podría suponer que esta etapa fue un fiasco. Pero no es así. Esta es la primera etapa del viaje, y no sería la última, en la que pudimos comprobar que aunque no salgan los planes previstos, el camino puede disfrutase igual o más que el destino. Y al igual, que la Tierra Media es mucho más grande de lo que aparece en El Señor de los Anillos, también Nueva Zelanda es mucho mas grande que El Señor de los Anillos. Lo importante es no lamentarse por lo que no hemos podido ver, sino disfrutar lo que hemos visto.
Si en Wellinton hubiéramos realizado el tour de ESDLA o el city tour, o si el cable car hubiera estado en funcionamiento, no habríamos pateado por las callejuelas altas de la ciudad. No habríamos visto la parte posterior de los botanic gardens. No nos habríamos paseado al anochecer por mitad del cementerio urbano de Bolton Street Cemetery... son cosas que no llevamos planificadas. Que ni tan siquiera sabíamos que estaban ahí. Y sin embargo, lo disfrutamos y fue increíble.
Así que deja los lamentos, y disfruta del presente, sea donde sea. Estés donde estés.
Y aquí echamos el telón de la Isla Norte. Visto lo visto. No es tan exuberante o tan grandiosa como la Isla Sur. Pero en absoluto desmerece el tiempo invertido aquí. Eso sí, como opinión personal, recomiendo visitar primero la Norte y luego la Sur y distribuir los días dedicando 1/3 a la Norte y 2/3 a la Sur.