Último día del viaje. Lo bueno es que el avión lo tengo a las 12 de la noche así que puedo aprovechar el día entero. A las 7:30 estaba desayunando en la terracita de mi habitación. La verdad que el hotel sin queja alguna para lo que vale, con el ventilador no he pasado nada de calor por la noche.
A las 8:30 he ido al "Monkey forest". Es un santuario de monos balineses de cola larga. Hay unos 300 monos sueltos por un parque muy cuidado con estatuas de lagartos, monos y dos templos hindúes. Es muy curioso de ver. Los monos son geniales, juegan, se despiojan, se pelean, se tocan el culo y se lo huelen... pero hay que llevar muchísimo cuidado. Están acostumbrados a que se les de comida, venden bananas para que los turistas se las den, por lo que ante cualquier olor que les dé a comida se te echan encima y te pueden quitar cualquier cosa. Encima los adultos tienen mala folla. El problema es que te muerdan o arañen, te dan el viaje por el miedo a la rabia. Yo siendo precavido no me he llevado ni mochila. La cámara en la mano y la cartera en bolsillo con cremallera. Aun así se me ha subido un mono a la espalda cuando estaba echándole la foto a otro. Lo suyo es estarse quieto y si el mono ve que no llevas comida se va, de todos modos he agarrado las gafas que me veía persiguiendo el mono para quitarle las gafas. A una chica mientras echaba una foto, un mono le ha abierto la mochila y le ha cogido las llaves del hostal, cuando se las intentaba quitar el mono le sacaba los dientes, así que no es tontería. El sitio al menos está lleno de guardas y cuando pasa algo de eso se acerca uno, le tira comida al mono y este se va a por la comida. Lo gracioso es que cada dos por tres se escuchaba a alguien gritar porque algún mono se le había subido encima.


A las 9:30 me estaba esperando el coche en la puerta del parque. He ido al hotel, he pagado y hemos ido hasta un templo en el lago Bratan. Ulun Danu. El templo es el que sale en los billetes de 50.000 rupias. Es muy bonito pero pequeño, son dos pagodas en medio del lago. Estaba lleno de excursiones escolares de indonesios y lo flipan con los occidentales, me han pedido hacerse una foto conmigo dos crías y luego tres críos, de uno a uno encima. Me he sentido por una vez futbolista con tanta foto. Los críos súper educados dándote la mano y sonriendo.

Del templo he ido a las terrazas de arroz de Jatiluwih. Antes de hacer la ruta me he metido a comer a un sitio totalmente de turistas, pero no había otra opción. Me han cobrado 8 euros por lo que en cualquier otro lado te cobrarían 2. Lo bonito es que el restaurante tiene unas vistas chulísimas a las terrazas. Una vez comido he hecho una ruta de 5 km por las terrazas. Son muy chulas y menos turísticas a que Talalang. Estas son más amplias y no están en un valle como las anteriores. Puedes pasear entre las terrazas y la verdad que es una ruta muy bonita con un volcán al fondo de las terrazas. El volcán estaba medio cubierto por nubes. El calor que hace en las terrazas es máximo y no puedes parar de sudar, es la norma general en Indonesia y quizá por eso en los baños hay una pegatina que indica el grado de deshidratación según el color del pis. A más de uno le habrá dado una pájara para que hayan puesto los carteles.
Aquí os dejo la ruta exacta que hice por Jatiluwih: GPS TRACK


Por las terrazas he estado dos horas largas. Al terminar he ido al último punto del viaje. El templo de Tanah Lot. Es un templo que se mete en el mar. Es enorme y los atardeceres ahí tienen fama. He estado hasta que ha atardecido con la mala suerte de que no ha sido un atardecer espectacular, junto con la marea baja, a lo que le sumas que es lo más turístico de Bali... Me ha decepcionado un poco.


Después del atardecer para el aeropuerto. Fin del viaje. El aeropuerto la espera se me ha hecho durilla, con hambre, sueño, el caos de los indonesios...
Tres semanas que se pueden resumir en jungla, volcanes, buceo y campos de arroz.