Último día (30 de noviembre) en la isla de Pascua y me libraría de los gallos cantarines.
Este día no tenía muy claro qué hacer. Mi vuelo de regreso a Santiago despegaba a las 15:00, así que algo me daba tiempo a visitar por la mañana.
Me lo tomé con tranquilidad y me fui a desayunar al café Eco Taina. En esta ocasión "cayó" un zumo natural de mango y una porción de tarta tres leches. Nuevamente, estaba todo riquísimo. La tarta estaba super esponjosa. La cuenta fue de $6000 con la propina.
Estuve tentado de hacer un tour en bote con suelo transparente por los motus y para ver el moai sumergido. Los $25000 que costaba y tener que pagarme un taxi de ida y vuelta hasta la caleta de la que salía el barco, me echaron para atrás. En su lugar lo que decidí fue ir en taxi hasta el museo Sebastian Englert. Me costó $2000. La entrada al museo es gratuita y como es pequeño se visita en una hora aproximadamente.
Hay varios paneles en los que se explica información sobre cómo se formaron las islas, la fauna y la flora, la población, las costumbres y algunas piezas de interés. Por ejemplo:
- El ojo de moai que fue encontrado durante la restauración de la plataforma Ahu Nau Nau. El ojo es de coral blanco y la pupila está hecha con escoria roja.
- El moai femenino: En principio todos los jefes de las tribus y sus herederos eran hombres, por lo que los moais eran de género masculino. Dicho esto, se encontraron una docena de moais que presentaban algunos rasgos femeninos, como pechos abultados.
- Petroglifo con el Manutara.
- Objetos de tallado.
Para regresar a Hanga Roa pedí que me llamasen un taxi en el museo, porque no tenía cobertura con el móvil. Me cobraron otros $2000. Como el restaurante Makona no abría antes de que me tuviese que ir al aeropuerto, me compré una empanadilla de atún y queso en la panadería O Te Ahi, por $2800.
Tras pagar el alojamiento me llevaron hasta el aeropuerto. El vuelo transcurrió con total normalidad y llegó sobre las 10 de la noche al aeropuerto de Santiago. Como al día siguiente mi vuelo con destino a Punta Arenas partía a las 8 de la mañana, había tomado la decisión de alojarme en un hotel que estuviese más o menos cerca del aeropuerto y que incluyese transporte. Ése era el hotel Diego Almagro Aeropuerto. Este hotel tiene un convenio con la empresa Transvip y el traslado es gratuito.
www.dahotelesaeropuerto.com/
El hotel Diego Almagro Aeropuerto es uno de esos hoteles grandes y completamente impersonales, que tienen la función que tienen: de paso para una noche. La habitación doble que asignaron era grande y enmoquetada, con pinta de estar muy usada, escritorio, TV plana y cama grande cómoda (2 camas tenía). El cuarto de baño recuerdo que era grande y un poco desfasado. Hay wi-fi gratuito y un par de ordenadores en el vestíbulo. Tuve que cenar en el hotel porque llegué cerca de las 11 de la noche y no había más opciones. Pedí salmón al grill con salsa de puerros y verduras. ¡Aceptable! Con la bebida (agua con gas por error) fueron $12000.
Este día no tenía muy claro qué hacer. Mi vuelo de regreso a Santiago despegaba a las 15:00, así que algo me daba tiempo a visitar por la mañana.
Me lo tomé con tranquilidad y me fui a desayunar al café Eco Taina. En esta ocasión "cayó" un zumo natural de mango y una porción de tarta tres leches. Nuevamente, estaba todo riquísimo. La tarta estaba super esponjosa. La cuenta fue de $6000 con la propina.
Estuve tentado de hacer un tour en bote con suelo transparente por los motus y para ver el moai sumergido. Los $25000 que costaba y tener que pagarme un taxi de ida y vuelta hasta la caleta de la que salía el barco, me echaron para atrás. En su lugar lo que decidí fue ir en taxi hasta el museo Sebastian Englert. Me costó $2000. La entrada al museo es gratuita y como es pequeño se visita en una hora aproximadamente.
Hay varios paneles en los que se explica información sobre cómo se formaron las islas, la fauna y la flora, la población, las costumbres y algunas piezas de interés. Por ejemplo:
- El ojo de moai que fue encontrado durante la restauración de la plataforma Ahu Nau Nau. El ojo es de coral blanco y la pupila está hecha con escoria roja.
- El moai femenino: En principio todos los jefes de las tribus y sus herederos eran hombres, por lo que los moais eran de género masculino. Dicho esto, se encontraron una docena de moais que presentaban algunos rasgos femeninos, como pechos abultados.
- Petroglifo con el Manutara.
- Objetos de tallado.
Para regresar a Hanga Roa pedí que me llamasen un taxi en el museo, porque no tenía cobertura con el móvil. Me cobraron otros $2000. Como el restaurante Makona no abría antes de que me tuviese que ir al aeropuerto, me compré una empanadilla de atún y queso en la panadería O Te Ahi, por $2800.
Tras pagar el alojamiento me llevaron hasta el aeropuerto. El vuelo transcurrió con total normalidad y llegó sobre las 10 de la noche al aeropuerto de Santiago. Como al día siguiente mi vuelo con destino a Punta Arenas partía a las 8 de la mañana, había tomado la decisión de alojarme en un hotel que estuviese más o menos cerca del aeropuerto y que incluyese transporte. Ése era el hotel Diego Almagro Aeropuerto. Este hotel tiene un convenio con la empresa Transvip y el traslado es gratuito.
www.dahotelesaeropuerto.com/
El hotel Diego Almagro Aeropuerto es uno de esos hoteles grandes y completamente impersonales, que tienen la función que tienen: de paso para una noche. La habitación doble que asignaron era grande y enmoquetada, con pinta de estar muy usada, escritorio, TV plana y cama grande cómoda (2 camas tenía). El cuarto de baño recuerdo que era grande y un poco desfasado. Hay wi-fi gratuito y un par de ordenadores en el vestíbulo. Tuve que cenar en el hotel porque llegué cerca de las 11 de la noche y no había más opciones. Pedí salmón al grill con salsa de puerros y verduras. ¡Aceptable! Con la bebida (agua con gas por error) fueron $12000.