Uno de mis principales proyectos viajeros para el año 2025 es visitar Vietnam y Camboya; y, más adelante, también me apetece ir a Sri Lanka y a China. Sin embargo, Tailandia surgió de manera imprevista. De hecho, era un destino que no tenía en mente y al que pensaba que ya no iría. Hasta que en septiembre pasado una amiga que conocí en el viaje a Bulgaria me comentó que se había apuntado a una ruta cultural a Tailandia de las que patrocina la Comunidad de Madrid para personas mayores, y me preguntó si sabía qué tal era el país. Yo no había estado, pero otras amigas volvieron contentas el año pasado y, además, les pareció un destino muy seguro. Así que, comentando esto y aquello, surgió la pregunta crucial: ¿te animas? Pues… no sé.
Bangkok.



El momento (mediados de diciembre) era perfecto en cuanto al clima allí, el itinerario me gustó cuando lo consulté en internet y el precio estaba bien. La única pega del viaje era su duración, pues diez días se quedan muy cortos para un país tan extenso y tan lejano, pese a que no se incluyesen lugares de playa. Pero quizás no se me iba a presentar otra ocasión mejor, considerando que las personas con las que suelo viajar o ya habían estado allí o no tenían interés en ir. Así que… ¿por qué no? Dicho y decidido: a Tailandia.
Ang Thong.
Ayutthaya.



Ubicado en el Sudeste Asiático, Tailandia cuenta con una superficie de 513.120 kilómetros cuadrados (ligeramente superior a la de España), mientras que su población roza los setenta y dos millones de habitantes, lo que le convierte en el 21 país más poblado del mundo. Limita al este con Laos (gran parte de la frontera la forma el río Mekong), al sureste con Camboya y el Golfo de Tailandia, al sur con Malasia y al oeste con Myanmar y el mar de Andamán.


El clima es tropical, caliente y húmedo, con una temperatura promedio de 29 grados. En el norte y el centro del país, se distinguen tres estaciones: seca y fresca, de noviembre a febrero; calurosa, de marzo a mayo; y lluviosa, de junio a octubre. En la costa oeste (Islas de Andamán), la mayor cantidad de lluvia cae de abril a octubre, y en la costa este del Golfo de Tailandia, las tormentas más fuertes se registran entre septiembre y diciembre.



Los vuelos de ida (Madrid-Bangkok) y vuelta (Bangkok-Madrid) eran directos con Evelop (Iberojet), la única compañía que los oferta en la actualidad. El recorrido interno en Tailandia incluía Bangkok, Ayutthaya, Sukhotai, Chiang Rai y Chiang Mai, unos 1.200 kilómetros en autobús. El regreso desde Chiang Mai a Bangkok se hacía en avión.
Itinerario aproximado según Google Maps.


Faltaban tres meses para la fecha de salida y la verdad es que en lo sucesivo me ocupé poco del viaje, salvo suscribir un seguro de anulación, ya que el seguro médico y de accidentes lo contraté un par de días antes de salir. Respecto a la documentación, los españoles para entrar en Tailandia en viaje turístico de hasta 60 días no necesitamos visado, solo el pasaporte en vigor con fecha de caducidad mínima de seis meses a partir de la entrada en el país.
Sukhothai.



Llegando desde España, tampoco se exigen vacunas obligatorias, si bien vi que hay algunas recomendadas. A este respecto, pedí hora en el Centro de Vacunación Internacional, pero me dieron la cita para una semana antes de salir, lo cual se me iba claramente de fecha. Así que pedí consejo a mi médico, quien me indicó que dado el tipo de viaje que iba a hacer no creía necesario prescribirme vacunas si seguía unas pautas básicas: tomar siempre agua embotellada con precinto para beber y lavarme los dientes, comer solo alimentos bien cocinados, evitar los zumos, las ensaladas, los helados y el hielo en los puestos callejeros, vigilar la higiene alrededor, pelar personalmente la fruta, usar un buen repelente de insectos… En fin, las precauciones lógicas en estos destinos. De todas formas, el tema de la salud es complejo y diferente para cada persona. Por eso, de poco valen las prácticas personales ni las recomendaciones. Qué cada cual tome su decisión.
Chiang Rai.
Lago Phayao.



Una de las cuestiones que más me preocupaban eran los mosquitos, ya que suelen picarme bastante. Es cierto que diciembre es la estación más fría y menos lluviosa en la zona de Tailandia que íbamos a visitar, así que los insectos no estarían en su plenitud. De todas formas, tanto en Méjico como en Cuba me vino muy bien el humedecer la ropa con permetrina, así que en esta ocasión lo hice también un par de días antes de salir. En cuanto al repelente, llevé Goibi Xtrem, si bien tenía intención de comprar un repelente local –que suelen ser los más eficaces- una vez allí.
Chiang Mai



Solo faltaba preparar la maleta con un botiquín básico y la ropa apropiada para estos países: pantalones anchos, camisetas de manga corta, camisas de manga larga, un par de fulares de algodón, una sudadera, un par de paraguas, un chubasquero, calzado cómodo y calcetines para entrar en los templos, donde hay que descalzarse.
Bangkok

