Después del desayuno tenemos que trasladar las maletas al hotel de enfrente donde tenemos la reserva para esta noche, ya que la Hostería de Anita está completo.
Vienen a recogernos con el bus de la excursión, se presenta Aldo que va a ser nuestro guía hoy, y fue el mejor de cuantos tuvimos durante el viaje y con el que más aprendimos. Nada más dejar Cuzco hacen una parada en el mercadillo de rigor, la verdad es que ya estamos un poco cansados de ver mercadillos, todos tienen lo mismo.
La carretera sigue el curso del río Urubamba y tiene bastantes curvas, pero no por eso el conductor deja de ir como un loco, menos mal que a estas alturas ya no nos asustamos. El Valle sagrado, junto con el Cusco fueron el centro del universo inca, su clima, sus fertilísimas tierras regadas por el rio Urubamba que lo atraviesa a lo largo de 100Kms., sus diferentes altitudes y los conocimientos de ingeniería agrícola que los incas dominaban a la perfección, crearon las condiciones para que este valle fuese la despensa alimentaria del imperio y el lugar de descanso de la corte incaica.
Llegamos a Pisac y desafortunadamente la visita resulta un fraude. Nos dan una amplia explicación al entrar pero no nos dejan tiempo para recorrer las ruinas sino que las tenemos que ver desde lejos y enseguida nos llevan de vuelta al pueblo para que visitemos el mercado de artesanía que, al parecer, es muy famoso. Grrrrrrr, me cabreo bastante por esto.
De camino a Ollantaytambo paramos en un pueblo para comer, como las comidas en Perú son bastante fuertes y además como yo no me puedo resistir al picante, aún no me atrevo a comer nada así que compramos coca-cola y unas patatitas en una tienda del pueblo y esa es nuestra comida.
Llegamos a Ollantaytambo, la única ciudad inca que aún está habitada, perfecto ejemplo de la extraordinaria planificación urbana de los incas cuyo trazado se encuentra intacto. La excursión nos lleva a visitar la fortaleza, que se encuentra inconclusa porque en el momento de su construcción irrumpieron los españoles impidiendo que fuera terminada, pero no por ello deja de impresionar su monumentalidad y la maestría de los incas a la hora de pulir la piedra, sus avanzadas técnicas de cultivo, la canalización de agua, etc. Ahora si que nos dejan el tiempo apropiado para poder recorrer las ruinas y disfrutar con todo lo que vemos.
Nuevamente nos ponemos en camino para llegar a Chinchero, nada más bajarnos del autobús nos asaltan pandillas de niños que intentan vendernos souvenirs. Se está haciendo de noche y tenemos que darnos prisa si queremos hacer la visita de las ruinas, éstas son menos espectaculares que las de Pisac y Ollantaytambo, llaman la atención sus andenes, ya que Chinchero fue un centro de producción agrícola en la época inca, y se doto a todo el complejo de un sistema de regadío muy eficiente.
También visitamos la Iglesia de Nuestra Sra. De Montserrat del S.XVII cuyo interior está ricamente decorado, destacan sobre todo varios retablos barrocos y las pinturas al fresco.
Ya es completamente de noche cuando salimos de la iglesia y nos llevan a un telar para conocer todo el proceso de manufactura de los famosos textiles de Chinchero, desde el esquilado de la alpaca u oveja, pasando por el teñido, el cardado, el hilado y finalmente el tejido.
Hacemos el camino de regreso a Cuzco, más rápido si cabe, y llegamos en el momento en el que una procesión está atravesando la ciudad, nos bajamos en la Plza. de San Francisco no sin antes despedirnos de Aldo y darle las gracias por sus explicaciones.
Prácticamente llevamos más de un día sin comer y estamos muertos de hambre, y como parece que las pastillas están actuando, buscamos un sitio para cenar. Vamos la pizzería Roma Mía, pedimos 1 pizza mediana y 2 cuzqueñas, fue un acierto porque estaba todo buenísimo (45 soles).
Al pasar por la Plaza de Armas de regreso al hotel vemos que hay un concurso de canciones tradicionales y nos quedamos a verlo hasta que acaba. Llegamos al Hotel Casa Mama, está bastante bien para una noche, el único pero es que no tiene agua caliente ni toallas.
Vienen a recogernos con el bus de la excursión, se presenta Aldo que va a ser nuestro guía hoy, y fue el mejor de cuantos tuvimos durante el viaje y con el que más aprendimos. Nada más dejar Cuzco hacen una parada en el mercadillo de rigor, la verdad es que ya estamos un poco cansados de ver mercadillos, todos tienen lo mismo.
La carretera sigue el curso del río Urubamba y tiene bastantes curvas, pero no por eso el conductor deja de ir como un loco, menos mal que a estas alturas ya no nos asustamos. El Valle sagrado, junto con el Cusco fueron el centro del universo inca, su clima, sus fertilísimas tierras regadas por el rio Urubamba que lo atraviesa a lo largo de 100Kms., sus diferentes altitudes y los conocimientos de ingeniería agrícola que los incas dominaban a la perfección, crearon las condiciones para que este valle fuese la despensa alimentaria del imperio y el lugar de descanso de la corte incaica.
Llegamos a Pisac y desafortunadamente la visita resulta un fraude. Nos dan una amplia explicación al entrar pero no nos dejan tiempo para recorrer las ruinas sino que las tenemos que ver desde lejos y enseguida nos llevan de vuelta al pueblo para que visitemos el mercado de artesanía que, al parecer, es muy famoso. Grrrrrrr, me cabreo bastante por esto.
De camino a Ollantaytambo paramos en un pueblo para comer, como las comidas en Perú son bastante fuertes y además como yo no me puedo resistir al picante, aún no me atrevo a comer nada así que compramos coca-cola y unas patatitas en una tienda del pueblo y esa es nuestra comida.
Llegamos a Ollantaytambo, la única ciudad inca que aún está habitada, perfecto ejemplo de la extraordinaria planificación urbana de los incas cuyo trazado se encuentra intacto. La excursión nos lleva a visitar la fortaleza, que se encuentra inconclusa porque en el momento de su construcción irrumpieron los españoles impidiendo que fuera terminada, pero no por ello deja de impresionar su monumentalidad y la maestría de los incas a la hora de pulir la piedra, sus avanzadas técnicas de cultivo, la canalización de agua, etc. Ahora si que nos dejan el tiempo apropiado para poder recorrer las ruinas y disfrutar con todo lo que vemos.
Nuevamente nos ponemos en camino para llegar a Chinchero, nada más bajarnos del autobús nos asaltan pandillas de niños que intentan vendernos souvenirs. Se está haciendo de noche y tenemos que darnos prisa si queremos hacer la visita de las ruinas, éstas son menos espectaculares que las de Pisac y Ollantaytambo, llaman la atención sus andenes, ya que Chinchero fue un centro de producción agrícola en la época inca, y se doto a todo el complejo de un sistema de regadío muy eficiente.
También visitamos la Iglesia de Nuestra Sra. De Montserrat del S.XVII cuyo interior está ricamente decorado, destacan sobre todo varios retablos barrocos y las pinturas al fresco.
Ya es completamente de noche cuando salimos de la iglesia y nos llevan a un telar para conocer todo el proceso de manufactura de los famosos textiles de Chinchero, desde el esquilado de la alpaca u oveja, pasando por el teñido, el cardado, el hilado y finalmente el tejido.
Hacemos el camino de regreso a Cuzco, más rápido si cabe, y llegamos en el momento en el que una procesión está atravesando la ciudad, nos bajamos en la Plza. de San Francisco no sin antes despedirnos de Aldo y darle las gracias por sus explicaciones.
Prácticamente llevamos más de un día sin comer y estamos muertos de hambre, y como parece que las pastillas están actuando, buscamos un sitio para cenar. Vamos la pizzería Roma Mía, pedimos 1 pizza mediana y 2 cuzqueñas, fue un acierto porque estaba todo buenísimo (45 soles).
Al pasar por la Plaza de Armas de regreso al hotel vemos que hay un concurso de canciones tradicionales y nos quedamos a verlo hasta que acaba. Llegamos al Hotel Casa Mama, está bastante bien para una noche, el único pero es que no tiene agua caliente ni toallas.