Plasencia es una de las ciudades más importantes de la provincia de Cáceres, en la Comunidad Autónoma de Extremadura.
Está situada a 242 km. de Madrid por la A5 hasta Navalmoral de la Mata y desde allí por la AX-1 hasta la misma ciudad de Plasencia.
Este es un viaje que puede realizarse perfectamente aprovechando un fin de semana, saliendo el viernes por la tarde y regresando el domingo. Dadas las altas temperaturas de la zona es mejor realizar el viaje en primavera u otoño. Si, además, se quiere ver la floración del cerezo hay que programar el viaje para últimos de marzo o principios de abril, teniendo en cuenta que los cerezos florecen cuando les parece bien, así que fechas exactas no existen. Lo que si hay es un precio disparado de los alojamientos en esas fechas.
En un principio este viaje estaba pensado para realizarse en un puente, 4 días de duración visitando Plasencia y Coria, el Parque de Monfragüe, el Valle del Jerte y la Vera. Pero el hombre propone y Dios dispones y dispuso temporal para las fechas elegidas así que hubo que anular los hoteles y esperar. Tan sólo tres semanas más tarde el tiempo cambió y pudimos hacer este viaje pero ya sólo en un fin de semana por lo que los sitios a visitar se redujeron a Plasencia el sábado por la mañana, Monfragüe el sábado por la tarde y el Jerte con los cerezos en flor el domingo mientras volvíamos a Madrid.
Nos alojamos en la Casa Rural La Solana, en Malpartida de Plasencia, a 7 km. de la ciudad de Plasencia. Elegimos un apartamento de dos habitaciones con salón-comedor y cocina en una única pieza y cada dormitorio con su baño independiente. La casa tiene un patio común con barbacoa y un jardín rústico muy agradable. Sin ser un alojamiento de lujo estaba bastante bien, cómodo y lo recomiendo. Lo peor la calefacción que es con aire acondicionado calor-frio por lo que de noche molesta el ruido y cuando te vas, como se desconecta la luz también lo hace la calefacción así que llegas y la casa está helada.
Precio de las dos noches 240€ sin desayuno.
Malpartida de Plasencia
Típico pueblo extremeño que gira alrededor de la iglesia en lo alto de un cerro. Cuestas por todos lados y calles estrechas y sinuosas con las casas encaladas. La iglesia es del siglo XVI con varias portadas renacentistas que merecen una visita y nada más.
Es un pueblo grande con varias tiendas para comprar pero nos costó encontrar un restaurante. Muchos bares de pueblo con tapas tipo oreja, morros y demás pero solo encontramos un restaurante ya a la salida del pueblo “Restaurante Rio Tietar “, que no estaba mal, restaurante de los de mantel de papel, cocina casera pero muy bien hecha y dispuestos a darte gusto, si no tienen lo que pides se buscan la vida y te lo ofrecen. Cenamos los dos días, el primero 1 ración de croquetas buenísimas, otra de empanadillas igual de buenas, dos sopas, otro plato que no recuerdo, tres postres y bebidas, 31€. El segundo día 3 menús, un sándwich mixto con huevo frito, 4 postres y bebidas, 34€.
Malpartida es un buen lugar para alojarse si se quiere ver el Parque Nacional de Monfragüe, en caso de que solo se quiera ver Plasencia pues mejor buscar algo en la ciudad.
Plasencia
www.plasencia.es/ ...Itemid=295
www.plasencia.es/ ...amuros.pdf
Se puede circular en coche por el casco antiguo, pero yo aconsejo aparcar en el aparcamiento que hay junto a la Puerta de Trujillo, no en el que hay de pago, sino un poco más adelante en alguna de las calles extramuros. Está muy cerca de la catedral y el casco histórico es pequeño y no se necesita el coche para nada.
Previamente a nuestra llegada había reservado una visita guiada con una guía oficial de la Junta de Extremadura. Normalmente te añaden a algún grupo ya organizado y cobran 5€ por persona, pero esta vez no podía ser porque eran grupos privados y no admitían otra gente, así que lo contraté para nosotros solos, 4 personas 40€ (luego nos hizo un descuento y nos cobró sólo 30€). Me gusta hacer un recorrido con guía porque te lleva a los sitios más importantes y te va contado la historia y el arte de cada lugar y no nos defraudó, hicimos un recorrido de 2 horas, de 10 a 12 de la mañana y luego proseguimos por nuestra cuenta visitando lo que se había obviado o aquello que nos interesaba volver a verlo.
Habíamos quedado con la guía en la Plaza de la Catedral e iniciamos el recorrido por las catedrales, después visitamos la Plaza de la catedral en donde nos explicó cada uno de los edificios que la conforman: Catedrales,
Hospital de Santa María, Palacio Episcopal, Casa del Dean, Casa del Doctor de Trujillo.
Desde aquí proseguimos camino hasta la Plaza de San Nicolás, presidida por la iglesia de San Nicolás y el Palacio de Mirabel y luego visitamos el Parador de Turismo, antiguo Convento de Dominicos, así como su iglesia. Normalmente solo se puede visitar el parador si se va en un grupo, pero como nosotros íbamos con guía pues nos consideraron grupo y pudimos acceder a visitarlo.
[/URL
Después seguimos nuestro recorrido pasando por debajo del arco del Palacio de Mirabel
[url=http://imageshack.us/photo/my-images/198/fachadamirabel640x480.JPG/]
por la calle Esparrillas y nos explicó sobre la muralla y la judería, para acabar nuestro itinerario en la Plaza Mayor en donde nos despedimos de la guía
y proseguimos por nuestra cuenta y visitamos la muralla
y callejeamos viendo palacios, casonas y la iglesia de El Salvador.
Para no hacer este diario demasiado largo, pongo el enlace a dos “tips” que he subido, uno sobre las catedrales y otro sobre “visitar Plasencia” en donde encontrareis información detallada para realizar la visita.
www.losviajeros.com/Tips.php?p=910
www.losviajeros.com/Tips.php?p=908
Terminamos la visita comiendo en la Plaza Mayor en Bar Restaurante Español, 1 ensalada de tomate aderezada con pimentón de la Vera, 1 ración de espárragos, 1 sartén de migas, 3 postres pan y bebida, 40€. Comimos 3 personas. Comimos bien y estaba bueno, el servicio desbordado por la afluencia de público y fue un poco lento, sobre todo con los postres, pero bien.
Después nos marchamos a Malpartida a recoger al otro hijo y a esperar a la empresa con la que habíamos contratado la visita al Parque de Monfragüe en 4X4.
Parque Nacional de Monfragüe
www.monfrague.com/
Habíamos contratado una visita en 4X4 pues por mi experiencia en otros parques merece la pena por varios motivos:
1.- Te explican la historia del parque, su formación geológica, la fauna y la flora, así como su conservación.
2.- Se visitan zonas del parque que no están abiertas al público en general y solo son accesibles con las visitas guiadas.
3.- Se pueden avistar aves y otros animales pues los guías conocen el parque, saben dónde se encuentran y llevan telescopios que te permiten verlos, ya que, en muchos casos, no son visibles a simple vista.
4.- Se combinan ratos a pie y otros en vehículo por lo que se hace muy amena la visita.
En este caso no se cumplieron nuestras expectativas pues las zonas accesibles del parque son las mismas vayas por tu cuenta o con visita guiada y, además, no se hizo ningún recorrido a pie, solo bajamos del coche para avistar aves y se nos hizo un poco pesado. De todas formas sigo recomendando la visita pues nosotros pudimos ver al alimoche, una cigüeña negra en su nido, un pollo de buitre y algún otro pájaro de menor tamaño, cosa imposible si hubiéramos ido por nuestra cuenta.
Nos vinieron a buscar a nuestro apartamento (habíamos reservado el viaje en privado, total nos costaba igual que en grupo) y desde aquí nos llevaron hasta el parque. Por el camino el guía nos fue contando la historia del parque y como ha ido evolucionando a lo largo de los siglos.
El parque contiene restos del paso del hombre desde la Edad del Cobre con pinturas rupestres diseminadas por toda su superficie de las cuales solo se podían ver las que estaban en la Cueva de Monfragüe, pero ha habido desprendimientos con las lluvias pasadas y no se puede acceder. También se conservan restos del paso de los romanos, el castillo árabe al que no subimos pues hay que ir andando, un puente medieval que estaba bajo las aguas, un pueblo barroco, Villarreal de San Carlos y 2 presas de los años 60 del pasado siglo.
Nos explicó también como en este parque es muy importante la acción del hombre, que ha conformado su identidad con su presencia, dando lugar a la formación de las dehesas y otras zonas. También nos contó cómo en los años 70 se procedió a arrancar amplias zonas de monte mediterráneo para plantar eucalipto pensando en dar servicio a una papelera que se iba a construir en Navalmoral para reactivar económicamente la zona. Nunca se llegó a construir pero el daño ecológico ya estaba hecho y ahora se está arrancando el eucalipto y volviendo a repoblar con árboles autóctonos.
Por el camino vimos una falla geológica, un lugar en donde han chocado dos capas terrestres y se ha formado una “montaña”, de poca altura, bien es cierto, pero ilustra muy bien lo que sucede cuando chocan dos capas.
Desde aquí fuimos directos al mirador del Salto del Gitano, lugar de anidamiento de buitres negros. El lugar impresiona con el río en medio de dos enormes farallones de piedra llenos de buitres por todos lados.
Volaban tan bajo que parecía que te iban a rozar la cabeza, estaban ahí mismo, casi a tu alcance.
Y esto es lo que se ve a simple vista, pero como llevaban telescopios pudimos ver a los buitres es sus nidos, algunos con pollos.
Y vimos un precioso pajarillo azul, solito en lo alto de una roca, como si estuviera vigilando la zona. Me hizo mucha gracia al saber su nombre: Roquero solitario. Ahora veréis si se merece o no el nombre.
Después fuimos al Puente del Cardenal en donde nos estuvo explicando la historia del puente, pero no pudimos verle pues las últimas lluvias han hecho crecer las aguas y se lo han tragado (ocurre todos los años). Aquí vimos una pareja de milanos volar tan, tan cerca, que se podía ver el dibujo de las alas, pero volaban tan deprisa que no hubo forma de sacarles una foto.
Desde aquí fuimos a otro de los miradores, famoso porque aquí anidan los alimoches y, con suerte, alguna que otra cigüeña negra. Y tuvimos suerte, vaya que sí, pues pudimos ver a los dos y en los dos nidos había inquilino. En el caso del alimoche había un polluelo pero las fotos son de tan mala calidad que no me atrevo a ponerlas, pero si que os pongo la de la cigüeña negra empollando.
Luego fuimos a ver las dos presas, la del Tajo y la del Tietar en donde pudimos ver las zonas más húmedas del parque.
Después estuvimos en Villarreal de San Carlos viendo los chozos y recogiendo un folleto con las rutas que pueden hacerse por el parque. Y desde aquí nos dirigimos a las zonas más colonizadas por el hombre, en donde pudimos ver las dehesas de alcornocales tan propias de este parque.
Por el camino tuvimos ocasión de ver al abejaruco, uno de los pájaros más bonitos de nuestra península, con su alegre colorido y que tiene la particularidad de horadar las zonas arenosas para hacer galerías en donde aloja su nido. Como su nombre indica se alimenta de abejas, así que no es un ave muy apreciada por los apicultores.
Y con esto terminamos la visita del parque y regresamos a nuestro alojamiento.
Os pongo un enlace sobre un artículo específico sobre el Parque Nacional de Monfragüe, por si queréis saber más sobre este parque.
www.losviajeros.com/Tips.php?p=914
El Cerezo en flor
En nuestro plan de viaje estaba regresar por el Valle del Jerte para poder ver la floración de cerezo que llevaba varios años queriéndola ver. Así que el domingo por la mañana enfilamos hacia Plasencia para poder tomar la carretera que conduce al Jerte y, en especial, al pueblo de Valdastillas pues el guía nos había recomendado visitar este pueblo por estar en una zona muy protegida y ser el lugar donde la floración estaba en su apogeo.
Como ya os conté al principio este no ha sido un buen año pues hizo mucho frío en marzo y la floración se retrasó y se perdió bastante y, a la vez, la flor ha salido al mismo tiempo que la hoja y el efecto no es el mismo. Pero de todas formas ha sido impresionante.
Ya antes de llegar a Valdastillas se veían los cerezos en flor y un poquito antes del pueblo vimos el letrero “Garganta Marta” y decidimos parar en cualquier lado y verlo, pensando que estaría allí mismo. Pero no fue así, por allí estaba la Garganta, eso era obvio por el sonido que se escuchaba, pero no el mirador, así que hicimos unas cuantas fotos a los cerezos y nos marchamos hasta el pueblo.
En el pueblo paramos y compramos algunos productos típicos extremeños y nos dijeron como llegar a las dos gargantas: la Garganta Marta y la Garganta Bonal, este última con la Cascada Couzo.
Garganta Marta
Está situada a menos de 1 km. del pueblo, por un camino fácil para andar aunque también se puede ir en coche. No lo recomiendo en días de mucha afluencia porque el sitio para aparcar es escaso y a pie no se tarda ni quince minutos.
Una vez que se llega hay que recorrer un sendero estrecho entre árboles siguiendo el curso del arroyo que conduce hasta el mirador, situado junto a un antiguo lagar.
En este lugar hay un pequeño salto de agua que puede admirarse perfectamente desde el mirador
Y regresamos al coche y pusimos rumbo hacia nuestra siguiente meta
La Garganta Bonal y la Cascada Caozo
Solo hay que seguir la carretera que se tomó al principio para llegar a Valdastillas y nos lleva directamente hasta la Garganta Bonal, aquí hay todavía más problema para aparcar, pero está más alejada que la primera, aunque se puede ir a pie, había gente que hacía el recorrido.
Lo primero que llama la atención nada más bajarse del coche es el sonido del agua, no es el fluir tranquilo de un río ni tan siquiera el sonido más salvaje de un arroyo o un torrente, es algo muy especial.
La cascada te sorprende desde un principio pues se ve desde la misma carretera de la que parte un pequeño sendero que nos conduce hasta la misma cascada. Impresionante es la palabra adecuada.
Para mi gusto demasiada gente, pero claro yo era parte de ese demasiado. Esto pasa cuando vas a verlo un domingo de abril, el primero de buen tiempo después de tanta lluvia.
Y no puedo resistirme a contaros que aquí he podido fotografiar al Narciso, delicada flor primaveral que crece en zonas húmedas y umbrías y que nos es muy común.
Después de estar un buen rato viendo la cascada y disfrutando de su sonido nos marchamos hacia Garganta la Olla, pues era nuestra intención volver a Madrid por Navalmoral y nos pillaba de camino.
Una carretera de infarto, curvas y mas curvas, a cual más cerrada y con un firme muy poco firme, casi un camino de cabras, vamos. Pero en el camino, más cascadas. Yo creo que no era tanto una cascada como el agua de estos días que bajaba por donde podía.
Garganta la Olla
Hace ya muchos, muchos años, hicimos un campamento scout en este pueblo, 15 días de julio que pasamos con los muchachos en uno de los campamentos más agradables que recuerdo, sin ninguna anécdota que contar. Eso, aunque no os lo parezca, es señal de que todo fue perfectamente, bueno, si acaso, contaros que en este campamento tuve la destreza de caerme encima del perolo de patatas de la cena, cuando estaba en el fuego. Sólo me calenté un poco el trasero, que tenía buenos reflejos y me levanté como alma que lleva el diablo.
Bueno, a lo nuestro. Tanto mi marido como yo recordábamos este pueblo con añoranza pues no habíamos vuelto a él desde entonces, así que hicimos un alto para recordar viejos tiempos. Poco ha cambiado el pueblo desde entonces, me refiero a los edificios, siguen siendo los mismos que recuerdo
pero también recuerdo un pueblo semi desierto, bastante pobre y con ningún turista y me encontré con uno de los pueblos más turísticos de la zona, lleno de mirones con cámara al hombro, restaurantes en cada esquina y un gran número de comercios especializados en productos de la tierra.
Este es uno de esos pueblos extremeños perdidos en ninguna parte y cuya economía les daba apenas para sobrevivir así que la consecuencia es que no tenían dinero para edificar casas nuevas, malo para ellos pero bueno para nosotros porque eso ha permitido que lleguen a nuestros días los edificios antiguos, algunos del siglo XVI, como bien dicen los dinteles de sus puertas.
Como particularidad os cuento que en esta zona hubo una enorme actividad de la Inquisición en su particular persecución de los conversos. En general, cuando en España se ve un dintel con la inscripción “Ave María Purísima” o cualquier otra de este estilo, se debe a que en esa casa vivía un converso o descendiente de ellos y se apresuraban a dejarlo bien claro en sus puertas para evitar la persecución. Y este pueblo está lleno de casas con esas inscripciones.
Y con esto terminamos nuestro viaje por tierras extremeñas y volvimos para Madrid con la constante presencia de la Sierra de Gredos en nuestro camino.