![]() ![]() Mi viaje a Cabo norte en el Ms Lofoten ✏️ Blogs de Noruega
Viaje a Cabo Norte en Barco de HurtigrutenAutor: Jemakal Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (15 Votos) Índice del Diario: Mi viaje a Cabo norte en el Ms Lofoten
01: Preparativos del viaje a CABO NORTE (NORUEGA)
02: DIA 1º: LUNES, 29 /06: BERGEN
03: DIA 2º: MARTES 30/06: SOGNEFJORDEN Y TREN DE FLAM
04: DIA 3º : MIERCOLES 01/07: BERGEN Y ULRIQUEN 643
05: DIA 4º : JUEVES 02/07 ALESUND-GEYRANGER
06: DIA 5º : VIERNES 03/07: TRONDHEIM
07: DIA 6º : SABADO 04/07: BODO E ISLAS LOFOTEN
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Etapas 7 a 9, total 13
Este día amanece (por expresar el hecho de haber dormido unas horas), como dejé el viernes cuando abandoné la cubierta del barco para ir a dormir.: gris, nieblas altas o bajas, islotes, caseríos de cuando en cuando, cabañas de pescadores, etc. Esa noche habiamos pasado por Bronnoysund y Nesna, que me las perdí.
A las 9,15 llegamos a Ornes, una pequeña localidad recién cruzado el Círculo Polar Artico. Aquí solo estuvimos 15 minutos, lo justo para estirar las piernas en el muelle, donde me llevé una gran alegría, pues allí había aparcado un Qasqai igualito que el mio. G Foto:Atracados en Ornes. Después de Ornes, tuvimos un acontecimiento muy curioso, el llamado bautizo Polar. Esto consistió en que, todos reunidos en la popa del barco, y con un frío cojonudo, el que voluntariamente quería se dejaba echar un cazo de hielo y agua por la espalda. En eso consistía el bautizo polar. Todos estábamos abrigados lo mejor que podíamos, pero un marinero del Lofoten estaba en camisa de manga corta. Lo veréis en el video adjunto. Pasamos un rato muy gracioso viendo las reacciones de cada uno. Yo lo sentí mucho, pero no tuve valor para un segundo bautismo en mi vida. Me prometí que sí volvía otra vez sí que lo haría. Después de este entretenimiento, a lo largo de la mañana tal y como indicaba el parte meteoreológico del barco, (que cada día ponen en la recepción, con las previsiones del día siguiente,) el cielo fue clareando y llegamos a Bodo con un sol espléndido a las 12,30 horas.. Pasamos junto a la pista de aterrizaje del aeropuerto y no pude por menos de pensar que, si todo iba normal, allí aterrizaría yo en unos días. Otra curiosidad de ese día, es que una de las veces que bajé al camarote me encontré con un certificado, que dan a todos los pasajeros, que acreditaba el haber cruzado el Circulo Polar Artico. En Bodo nos dio tiempo suficiente para ver el centro de la ciudad, una ciudad muy dinámica, de donde parten los ferriys, entre otros sitios, a las Islas Lofoten, y el punto más al norte donde llega el ferrocarril noruego, y que yo había escogido para tomarlo allí en mi viaje de regreso hacia el sur. A las tres de la tarde partimos para Stamsund, una pequeña, pero bonita localidad en las Lofoten. En este trayecto ya nos alejamos de la costa y se empezó a notar más movimiento en el barco. Llegamos a las siete de la tarde, y solo estuvimos media hora , lo justo para estirar las piernas y ver el pueblo. .JPG fotos: Llegando a Stamsund y Stamsund De Stamsund partimos hacia Svolvaer, la "capital" de las Lofoten. Un recorrido bordeando las siluetas de los picos puntiagudos que forman estas islas, de una belleza admirable. Svolvaer tiene bastante actividad, pues es el centro desde donde parten safaris y lanchas hacia el fiordo de los Trolls (Trollsfjorden) y otras partes de las islas. En la plaza había un mercadillo con las cosas típicas de esa zona, pieles, ropa, productos, etc. Se veían multitud de secaderos de bacalao, pero en esos momentos estaban vacíos. Llegando a Svolvaer A las 22,00 horas nos despedíamos de esta activa localidad para dirigirnos hacia el fiordo de los Trolls. Este fiordo es muy pequeño, en comparación con otros, pero de una gran belleza también. Se entra por un estrecho pasillo, justo para barcos como los de Hurtigruten, pues los grandes cruceros no pueden, además dar la vuelta en su final les resultaría muy peligroso. Pongo unas fotos para dar idea de como es este precioso fiordo: Una vez que dejamos atrás el Trollfjorden, fuimos navegando por estrechos pasadizos entre las numerosas islas, con mucha vegetación y salpicadas de solitarias viviendas y pequeñas poblaciones, de cuando en cuando algún típico puente de hormigón de los muchos que hay por aquí, pero siempre escoltados por los majestuosos picos de las Lofoten. Etapas 7 a 9, total 13
Y así fuimos avanzando de nuevo hacia el continente, pasando por algunas localidades ( Stormakness, Sortland, Risoyhamn, Harstad ) que me pillaron durmiendo. A las 11,15 de la mañana llegamos a Finnes, otra pequeña localidad donde estuvimos media hora, justo para para bajar y observar una pequeña concentración de vehículos antiguos, que se ve que al ser domingo, se reúnen allí para mostrar sus caprichos:
Dejamos Finnes, tras pasar bajo su puente característico y entre canales más o menos amplios, salpicados de pequeños caseríos y solitarias construcciones , rodeados de una vegetación limpiamente verde y húmeda, nos fuimos aproximando a Tromso, la capital más grande al norte de Noruega. A las 14,30 horas , llegamos a a esta bonita y gran ciudad, con su blanca y moderna catedral , y su majestuoso puente (como no, de hormigón), desde donde todo se divisa. Aquí ya no cometí el error de Trondheim y no me apunté a la excursión organizada desde el barco. Como disponíamos hasta las 18,30, lo primero que hicimos algunos, fue dirigirnos hacia la catedral Ártica, situada en la margen contraria del canal. Para ello había que cruzar el puente, desde el cual, debido a su altura había unas vistas fenomenales. La catedral me pareció bastante simple, debido a que es una construcción moderna de grandes paneles de hormigón, eso sí muy blanca y original, pero que se ve de un vistazo. Posteriormente el recorrido que hice por el centro de la ciudad, me pareció muy tranquila, no sé si porque era domingo o qué, pero no había trafico, y muy poca gente por las calles, con unas construcciones en madera de todos los colores, preciosas. La verdad que me encantó y me la imaginaba con la nieve en invierno que tendría que ser espectacular. Diversas imágenes de Tromso. Alas 18,30 dejamos Tromso y seguimos ascendiendo hacia el Norte, entre preciosos canales y cumbres nevadas, para recalar en Skjervoy a las 22,30. A esas horas solitario, con un sol bajo, dando al ambiente unos tonos dorados de una belleza espectacular. aquí estuvimos lo justo para dar un paseo rápido por la localidad y estirar las piernas. Foto tomada a las 23 horas Seguimos navegando, observando el sol de media noche en todo su esplendor, pero con un frío considerable a esas horas ya de la madrugada. Me fui a acostar con pena, porque me iba a perder el paso por Oksforj y Hammerfest, Pero no quedaba otra, en algún momento había que ir a descansar. Etapas 7 a 9, total 13
Amanecí el lunes en cubierta con día soleado y curiosamente por estas latitudes apenas había nieve en las montañas. Tampoco había arboles y escasa vegetación, dando prueba de las bajas temperaturas que impiden el desarrollo de una flora exuberante, como habíamos tenido hasta allí. A Havoysund llegamos a las 8,45 en una mañana magnifica de sol, donde dispusimos de media hora para ver esta pequeña población tan aislada de todo. Aquí me llevé otra agradable sorpresa al ver "mi coche" aparcado en el puerto, mucho más al norte de Hornes, donde lo vi por primera vez.
Llegando a Havoysund Cruzándonos con el Trollfjord de Hurtigruten Ya a estas alturas estaba muy cerca de la meta que me había marcado, pues Honningsvag que era la siguiente parada, marcaba para mí el abandono del MS Lofoten, que tan grato y acogedor me había resultado desde que me embarqué en él. Ultimo canal, antes de llegar y primera vista de Honningsvag. Las bajas temperaturas que nos deparaba la cubierta del barco mientras navegábamos debido sobre todo al viento polar que recibíamos, se veían mitigadas cuando llegábamos a puerto, normalmente situados en lugares recogidos y al abrigo de los vientos nórdicos. Así ocurrió al llegar a Honningsvag, que aunque cambiante, la temperatura era más llevadera que navegando. Así ocurrió a las 11,15 de la mañana que fue el momento que pisé Honningssvag por primera vez. Del barco salían excursiones para cabo Norte y el Safari Birds, pero yo preferí hacer esos recorridos por mi cuenta con mayor tranquilidad ya que iba a estar hasta el miércoles allí. Cuando llegué lo primero que hice fui dirigirme a la oficina de turismo, al lado mismo de donde atracamos, pues aunque Honningasvag es una localidad bastante extensa, lo que es el centro (los aledaños del puerto) es muy pequeño y está todo a mano. En la oficina de turismo saqué los billetes para el autobus, el 330, a Cabo Norte, y para el SafaryBirds en la pequeña localidad de Gesvaer. No los había sacado por Internet, pero me dí cuenta que los precios eran los mismos, y de haberlos llevado ya, me hubiera evitado ese trámite en la oficina de turismo. De allí ya me dirigí al hostal Nordkapp Vendrerhjem, situado a las afueras, en el fondo de la bahía, a unos 2 Kms. del centro. Cogí este hostal, pues a pesar de estar un poco alejado del centro no me importaba ir caminando, observando y disfrutando del paseo, pues era lo que iba buscando. Además esta a mitad del camino entre el aeropuerto y el centro, lo cual el día de irme ya tenía hecho la mitad del recorrido. Otra razón es que era el más económico de los alojamientos allí. Una habitación individual, correcta. que era lo que buscaba. Y como había leído por Internet, en recepción una señora polaca muy amable. Camino del hostal, al fondo a la derecha. Secaderos de bacalao, camino del Hostal. Nordkapp Vendrerhjem Hostel Una vez que había tomado posesión de la habitación y me había liberado de la mochila y repuesto fuerzas, regresé al centro, tranquilamente, disfrutando del paseo, haciendo fotos por el camino y observándolo todo con curiosidad y admiración: las casas de madera de llamativos colores, la bahía y los montes circundantes, a ratos cubiertos de niebla. Un verdadero placer. Pensar que me hallaba en el paralelo 71, me producía una satisfacción enorme y todo lo veía con la avidez de saber que era algo probablemente irrepetible. A las cuatro de la tarde tomé el bus 330 camino de cabo Norte. Una carretera ascendente, estrecha y sinuosa, salpìcada de pequeños lagos y regatos de agua procedentes de montoneras más o menos grandes de nieve, praderas donde los renos pacían tranquilamente.... Como en el autobús íbamos cuatro personas, al ir en primera fila era más fácil ver el recorrido. Dos eran dos chicas jóvenes que habían llegado en bicicleta y las habían metido en el portamaletas del bus, se ve que para evitar las difíciles subidas que le esperaban. En el momento de salir de Honningsvag, llegaba a puerto un gran crucero. Sin duda el turismo es el medio de vida de esta localidad. A medida que íbamos ascendiendo y la tarde iba avanzando, el cielo se fue encapotando y la temperatura bajando, por lo que al llegar arriba hacía un frío de cojones (como diría mi tío Augusto que.e.p.d.). Y ahí estaba la meta. No era el lugar más bello ni el más espectacular de los que había visitado durante el recorrido, pero sí el más mágico, el que daba sentido a todo lo que había soñado. Esa era la mística del viaje: pisar cabo Norte. No importaba el frío, ni la falta de sol, el ausente sol de media noche que no llegaría. Lo importante era pisar aquel pedregal baldío que ponía fin a Europa por el norte, mirar el mar y saber que más arriba ya no había nada. Las fotos bajo la esfera armilar eran imprescindibles, y en ese momento no hubo problemas para hacerlas, no ocurriría así más tarde con los autobuses que traían la invasión de los cientos de visitantes del crucero que había llegado por la tarde. Hasta ese momento pude disfrutar del complejo subterráneo, viendo la película que ponen sobre las cuatro estaciones en Cabo Norte, y viendo las diversas exposiciones y atractivos que hay en el complejo bajo tierra. Luego pasear y hacer fotos por los alrededores al borde de los acantilados y las esculturas del niño y la mujer y las medallas conmemorativas.. Todo ello antes de que fueran llegando las hordas del crucero, sobre las ocho de la tarde. Diversas tomas de Cabo Norte Así es que como el sol brillaba por su ausencia, el frío era considerable y la plaga de turistas del crucero seguían llegando, ya no esperé a coger el autobús de las 24,15, sino que me fui en el de las nueve y cuarto ( de la tarde-noche) y a las 10 ya estaba en el hostal, totalmente satisfecho, aún sin haber podido disfrutar del famoso sol de media noche. Pero allí es una lotería. Lo normal es que el cielo esté nublado, así es que ¡lo dejaré para la próxima vez!. Como información diré que el bus ida y vuelta y entrada al complejo Nordkapp, cuesta 590 Nok. (unos 75 euros.). Etapas 7 a 9, total 13
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