![]() ![]() TAILANDIA Y CAMBOYA POR MENOS DE 1000€, VIAJE MARCA DE LA CASA ✏️ Blogs de Tailandia
13 días completos y 15 de viaje en estos dos países que tanto habíamos soñado visitar. Organizado todo por nuestra cuenta, sin prisa pero sin pausa.Autor: MarinaW Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (19 Votos) Índice del Diario: TAILANDIA Y CAMBOYA POR MENOS DE 1000€, VIAJE MARCA DE LA CASA
01: Razones, preparativos, presupuesto e itinerario
02: Dia 1 - Llegada a Bangkok
03: Día 2 - Bangkok Completo: 7 Templos, MBK y Mercado Patpong
04: Dia 3 - Ayutthaya, masaje y la mejor azotea de Bangkok
05: Día 4 - Llegada a Camboya con visita a Beng Mealea
06: Día 5 - Templos de Angkor desde el amanecer
07: Día 6 - Últimos templos en Angkor y Muay Thai en Chiang Mai
08: Día 7 - Chiang Mai: Woody Elephant, Tiger Kingdom y Night Market
09: Día 8 - Chiang Mai: Templos en moto y Sunday Night Market
10: Día 9 - Llegada a Koh Phi Phi y primer contacto
11: Día 10 - Koh Phi Phi Leh (Maya Bay) en Long Tail y View Point
12: Día 11 - Llegada a Ao Nang y... Monzón
13: Día 12 - Railay y más lluvia
14: Día 13 - Phuket, despedida y conclusiones
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Etapas 4 a 6, total 14
Aquel día nos permitimos descansar un poco más que el anterior, pero tampoco mucho porque teníamos que salir de Bangkok para conocer la fascinante Ayutthaya, la antigua capital del Reino de Siam.
Desayunamos en el hotel y partimos en taxi hacía Victory Monument para coger una de las famosas vans blancas, la opción más rápida y económica para llegar. Fuimos en taxi hasta la parada por 90 THB, un precio algo más elevado porque el tráfico ralentizaba el trayecto. Fuimos al final del pequeño mercado de la plaza siguiendo las indicaciones de un policía y con solo decir Ayutthaya se abalanzaron sobre nosotros varios conductores. Afortunadamente, nos metimos en la furgoneta más llena y apenas tuvimos que esperar para arrancar, ya que no salen hasta que estén completas. Nos costó 60 THB el trayecto cada uno. Tardamos alrededor de una hora y media en llegar y caminamos fuera de la zona de llegada para encontrar algún tuk tukero que nos acompañara todo el día. Sabíamos que un recorrido de 3-4 horas rondaba los 500 THB y no tardamos en dar con uno que se ajustara a nuestro itinerario por 400 THB. El hecho de ser de los más rezagados había sido una ventaja porque supongo que a esas horas no conseguiría muchas más “presas”. Comenzamos por Wat Yai Chai Mongkhon con una entrada de 20 THB por persona. Nos quedamos alucinados con sus antiguos y altos chedis y budas de ladrillo recubiertos por las lonas amarillas. Sinceramente, no les hace falta la restauración y conservación de los templos de Bangkok para impresionar. ![]() Paseamos por sus alrededores y nos encontramos a un pequeño monje recitando sus oraciones. Adorable. ![]() Terminamos la visita de su buda reclinado, un buen adelanto del que veríamos más tarde. Pasamos después a Wat Maha That. Si bien no es tan alto ni espectacular como el anterior, también tiene su encanto. Su arquitectura es más parecida al estilo khmer de Camboya. ![]() Pero sin duda, la estrella del lugar es la cabeza de buda que se asoma entre las raíces de un árbol. ![]() A continuación visitamos el templo vecino, Wat Ratchaburana, mejor restaurado que el anterior. ![]() La entrada fueron 50 THB por persona y solamente nos cruzamos con 6 turistas en el interior, todos españoles, dicho sea de paso. Subimos hasta el centro de la estructura y descendimos por unas empinadísimas escaleras de diminutos peldaños hacia el interior de su estupa. En el pasado, aquel era el lugar para almacenar tesoros y riquezas, pero en la actualidad no quedaba más que la mágica atmósfera del pasado y algún que otro murciélago revoloteando. No duramos mucho en interior porque aparte de que la estancia era muy pequeña, hacía un calor insoportable. Tomamos de nuevo el tuk tuk dirección Wat Phra Si Samphet (50THB/ pers). Fue el templo que más nos gustó, una pasada. ![]() Pudimos subir hasta sus estupas y echarnos unas fotos muy chulas. Como digo, a Ayutthaya no le hacen falta chedis dorados para impresionar. Pasamos después al templo vecino, Viharn Phra Mongkol Bophit, un templo más reciente que alberga un enorme buda… tan grande es, que primero lo situaron a él y después construyeron el templo. La pena es que el templo original fue arrasado por un incendio y lo que hoy conocemos es una fiel reproducción del mismo. ![]() Recorrimos los jardines de alrededor y pudimos ver por primera vez elefantes caminando y transportando a los turistas. No es una imagen que nos guste, pero hemos de admitir que ver a semejante animal circulando por una ciudad impacta y mucho. El tiempo negociado con nuestro conductor se había agotado prácticamente pero le convencimos para hacer la última parada de la ruta que habíamos diseñado, el Wat Lokayasutharam o templo del buda reclinado, con acceso gratuito. No nos detuvimos mucho por deferencia a nuestro conductor, pero finalmente nos dejó en la zona de las vans y le dimos 500THB, se merecía una propina por la extensión y porque había sido muy amable. Antes de tomar la furgoneta, fuimos a buscar algo rápido de comer. Como la oferta callejera no era mucha, repetimos en el 7/Eleven con nuestros socorridos sandwiches a la plancha. Compramos 3, nuestro té de miel y limón, agua y un mango pelado envasado. Todo por 124 THB. Esta vez tuvimos que esperar algo más a que se llenara la furgoneta aunque ya había bastante gente dentro. Comimos allí mismo, pero calor era insufrible. La gente resoplaba y abanicaba con lo que pillaba hasta que mi chico salió y le pidió al conductor, que se hizo el despistado, que pusiera el aire acondicionado. Todo el mundo respiró aliviado. Lo que no entiendo es como aguantaron así hasta que nosotros, que fuimos de los últimos en llegar, se lo dijimos al conductor. Arrancamos y echamos una “cabezadita” en el camino de vuelta. Y lo entrecomillo porque cada vez que el conductor pillaba un pequeño bache en la carretera, que no eran pocos a pesar de que su aspecto no era ni mucho menos malo, mi cabeza apoyada en el cristal rebotaba de lo lindo. A la velocidad a la que van no es de extrañar que el impacto con baches, por pequeños que sean, se note tanto. Ya en Bangkok y en plena hora punta de la tarde, tuvimos bastante dificultad para encontrar un taxi que nos quisiera llevar al hotel sin ponernos el taxímetro. Al final salimos de la rotonda y dimos con un joven que iba entretenido en el atasco jugando al póker en el movil mientras el tráfico se detenía. La carrera fueron 120 THB. Aprovechamos una horita en la piscina de la azotea del hotel mientras anochecía. No estaba muy elevado pero podíamos tener una perespectiva de esa parte de la ciudad mientras disfrutábamos de un reparador y relajante baño. Después de la ducha, fuimos a mimarnos un poco. Nuestro cuerpo llevaba muchos cambios y kilómetros encima y fuimos a Urban Thai Massage. Yo quise probar el tailandés (160 THB) y mi novio uno de pies (150 THB), ambos de media hora. ![]() A mi me dieron unos pantalones y una camisola y me metieron en un pequeño compartimento a oscuras con un cholchon donde una tailandesa de avanzada edad me dejó como nueva. Se subió a mi espalda y piernas y con ténicas de presión fue relajando todas las tensiones de mis músculos. No lo recomiendo para todo el mundo porque para muchos puede resultar doloroso pero yo tengo mucho aguante en este sentido y lo disfruto bastante. Cenamos en pleno Kao San en un puesto callejero, unos pad thai con bebidas por 180 THB y paramos en una agencia (My Friend`s) que habíamos visto cerca de nuestra calle para organizar el transfer al aeropuerto al día siguiente. El vuelo a Camboya salía a las 10:10 horas desde el aeropuerto de Don Mueang, con lo que teníamos que estar máximo a las 8:10 allí y reservamos para la furgoneta de las 6. Tocaba madrugón. Tuvimos que despertar al chico de la agencia, que estaba durmiendo sobre el escritorio, algo muy habitual en Tailandia. Compramos los dos tickets por 120 THB cada uno. Con los deberes hechos, tomamos un taxi que nos costó 87 THB a la zona de Silom. Queríamos despedirnos por todo lo alto de Bangkok y nada mejor que hacerlo literal y metafóricamente desde una azotea. Llevábamos varios bares apuntados: Scirocco, Above Eleven, Vertigo… pero finalmente nos decidimos por Cloud 47, en el edificio del United Center. ¿Y por qué este? Pues básicamente porque leímos que no existe ningún código de vestimenta, puedes entrar con bolsas, mochilas etc, y los precios son mucho más económicos. Nosotros no llevábamos bultos e íbamos “informales pero arreglados”, pero aún así confiamos en nuestra elección. No pudimos haber escogido otro lugar mejor. ![]() El pub estaba muy tranquilo, con poca gente, buena música y unas vistas para quitar el hipo. Nos sentaron en una mesa para dos justo al lado de la barandilla, en la mejor zona y nos entregaron las cartas. Nuestra idea era tomar algún coctel o similar, pero vimos los precios y la oferta gastronómica y quisimos “recenar”. Lamentablemente, nos informaron que por la hora (eran las 23:00), la cocina estaba cerrada, pero podían servirnos cualquier snack. Pedimos una pizza hawaiana, una pinta de Chang y un combinado (hubo que pedir el Whisky y el red bull por separado). Todo nos costó 940 THB, poco más que lo que tengo entendido que vale un coctel en Scirocco. ![]() Recomiendo fervientemente este lugar. El ambiente y las vistas son espectaculares y podréis cenar estupendamente por menos de 40€ dos personas, el precio de una cena “normalita” en España. Disfrutamos del ambiente, la música, las comidas, las vistas y la breve brisa que soplaba en las alturas. Sin duda, aquella elección puso el boche de oro a nuestra estancia en la capital de Tailandia. Volvimos en taxi por el mismo precio de la ida y organizamos las maletas para salir al día siguiente a primerísima hora. Nos esperaba Camboya. De momento el viaje estaba saliendo a pedir de boca y no había hecho más que empezar. GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS Van i/v a Ayutthaya: 240 THB Entradas a 4 templos: 340 THB Comida 7/Eleven: 124 THB Tuk Tuk en Ayutthaya (3.5hrs): 500 THB (400 +100 propina) Masaje tailandés y masaje de pies: 310 THB Cena en Kao San: 180 Pizza y bebidas en Cloud 47: 940 THB Tickers Van al Aeropuerto: 240 4 taxis: 378 THB TOTAL: 3252 THB Etapas 4 a 6, total 14
El despertador sonó demasiado pronto pero no había tiempo que perder. Íbamos a descubrir un nuevo país. Hicimos el check-out, recogimos en recepción el desayuno para llevar que había encargado el día anterior, y fuimos a la puerta de la agencia. El chico seguía dormido en el mostrador.
Lo bueno de levantarte a esas horas es que ves cosas como esta. ![]() Esperamos un buen rato a que pasara la furgoneta y finalmente nos recogió cargada de otros turistas. Afortunadamente aún no había tráfico y llegamos al aeropuerto a la hora estimada. Facturamos el equipaje e hicimos tiempo comiéndonos los deliciosos sandwiches del hotel hasta las 10:10. En una hora, aterrizamos en el minúsuclo aeropuerto de Siem Reap, todo desierto y paseando por la pista. Hicimos poca cola para obtener el visado. Se puede tramitar desde España por 5$ más, pero entre unas cosas y otras no lo hicimos, así que llevábamos preparados los dólares y una foto de carnet. Por 30$, en pocos minutos lo teníamos en nuestras manos. Recogimos las maletas y fuimos en busca de Bunrat Chan, que nos esperaba en el hall con un cartel de mi nombre. Conseguí los datos de Bunrat en las sugerencias de conductores de tuk tuk en Camboya de Los Viajeros. Contacté con varios conductores antes, pero me costaba bastante que se ajustaran al itinerario de templos que ya llevaba diseñado con ayuda del forero Joamra, al que desde aquí mando miles de agradecimientos. Todos los conductores me ponían trabas e intentaban imponerme su itinerario hasta que di con Bunrat, que fue todo amabilidad y flexibilidad desde el primer momento. Respuestas rápidas y comunicación muy fluida por mail y Whatsapp y en no más de un mail cerramos el trato por 80$. Fue tal su predisposición que ni siquiera regateé y no me equivoqué. La magnífica impresión que nos llevamos de Camboya fue en gran parte gracias a Bunrat. Montamos en nuestro tuk tuk y nos dirigimos al hotel, que por cierto, incluía traslado gratuito que declinamos por contar ya con Bunrat. El impacto nada más salir del aeropuerto fue brutal. Habíamos pasado de un entorno urbanizado a uno completamente rural. Palmeras, campos verdes e infinitos arrozales era todo lo que veían nuestros ojos. Ni un solo edificio. Para nosotros, este paisaje era completamente nuevo y nos fascinó desde el minuto uno. ![]() Bunrat se paró un momento en la carretera para comprar un impermeable en un puesto. Amenazaba lluvia. Nosotros mientras seguíamos disfrutando del paisaje y del ir y venir de los colegiales en bici. Dejamos el equipaje en el hotel y justo cuando llegamos se desató el diluvio universal. El monzón en estado puro ¡Qué manera de caer! Temimos por nuestra excursión, que además este día comprendía un trayecto de 60 km, y consultamos con Bunrat. Él estaba de lo más despreocupado, bajo las lonas del tuk tuk y nos dijo que todo estaba OK y que en el norte no llovía. Con cierto escepticismo subimos al vehículo y vimos como para los camboyanos aquello era el pan de cada día. A pesar del aguacero, iban descalzos y seguían su vida con total normalidad. Salimos de la ciudad en dirección Beng Mealea, circulando por pistas de tierra. Nos estaba dando muchísimo apuro por Bunrat, pero él, descalzo y cubierto con su impermeable insistía en que estaba bien. El trayecto hasta Beng Mealea fue puro deleite. Muchos insistieron en que me centrara en los templos de Angkor teniendo en cuenta el poco tiempo que tenía. Hoy puedo asegurar que no pudimos tomar mejor decisión no sólo por el templo, que nos pareció impresionante, sino porque por el camino pudimos ver la verdadera vida cotidiana de los camboyanos: poblados de casas de madera con gente humilde que se asomaba a nuestro paso, niños felices jugando a tirarse en plancha a los charcos que había dejado la tormenta, infinitos campos de arroz… Eso para mí es impagable además de suponer quizá el mayor choque cultural que haya experimentado hasta hoy. ![]() Al filo de las 3 de la tarde paramos a comer en Beng Mealea Kitchen. Le dijimos a Bunrat que comiera con nosotros pero declinó amablemente la oferta. Éramos los únicos en el restaurante y pedimos agua, unos noodles de pollo al estilo khmer y Amok, el plato tradicional de Camboya y que yo estaba deseando probar. ![]() No me defraudó en absoluto. Se trata de una especie de curry suave, con mucha leche de coco, acompañado de verduras. Delicioso, de verdad. Pagamos la cuenta de 17.50$ y seguimos unos minutos más hasta la entrada de Beng Mealea. Pagamos 5$ cada uno (recordad que esta entrada no entra dentro de la que se obtiene para los templos de Angkor) y recorrimos el camino de acceso presidido por dos serpientes o “nagas”. ![]() Hacía bastante rato que ya no llovía y pudimos disfrutar más así de la visita. Dede el inicio, nos acompañó un local que en pocas palabras en inglés nos iba guiando y explicando las partes del templo. Le dejamos hacer. ![]() Beng Mealea es un lugar con un encanto especial. El templo está derruído pero precisamente es ahí donde reside su encanto. Para nosotros era una maravillosa locura estar en medio de la selva en un templo antiquísimo engullido por la naturaleza. Había leído que bajo las piedras había serpientes y yo tengo autentica fobia, por lo que le iba diciendo al guía antes de pasar que comprobara si había alguna. Por suerte, no hubo sustos durante todo el recorrido. Cuando dimos media vuelta al templo, el guía nos dejó. Le dimos una propina de 5$ y continuamos explorando los alrededores con calma por nuestra cuenta hasta que comenzó de nuevo una ligera lluvia. ![]() Nos llevamos una magnífica sensación de este templo. La magia que desprendía no la sentimos en ningún otro y eso, creedme, es mucho decir. Sentir aquella soledad, aquel silencio sólo interrumpido por el sonido de la lluvia y el repentino zumbido de las cigarras es una sensación digna de ser experimentada. Nos rencontramos con Bunrat y en el camino de vuelta paró un segundo a mirar algo de la moto. En ese momento nos miraban varios niños desde una casa de madera y le preguntamos a Bunrat si estaría bien que les diéramos unos caramelos. Nos dijo que sin problema, avisó a la madre y animó a los niños a que se acercaran. Les dimos unos chupa chups que mi novio había comprado en España y al más rezagado le tocó un pompero. Parecía no saber qué era eso, así que le mostré cómo se hacían las pompas… el niño abrió los ojos como platos al tiempo que entonaba un ¡GUAUU! Creo que nosotros estábamos mucho más emocionados que él. Seguimos el camino y cuando vimos otro grupo de niños jugando al lado de otras casas le pedimos a Bunrat que parara. Cuando vieron que llevábamos chupa chups salieron en tromba a por nosotros y agotamos todas las existencias. A la última niña también le tocó un pompero así que directamente fui a enseñarles cómo funcionaba aquello. Gritos y saltos de alegría, caras llenas de felicidad… de ellos y de nosotros. Se me pone la carne de gallina al recordarlo. Qué gran cura de humildad y qué gran enseñanza para nosotros. Aquellos niños nos mostraron aquello que todos parecemos saber pero que no tenemos tan presente como debiéramos: La felicidad reside en las pequeñas cosas. Lo que para nosotros no es nada, para otros puede ser todo un mundo. Antes de llegar a Siem Reap, Bunrat nos llevó por iniciativa propia a Preah Koh, un pequeño templo gratuito que recorrimos en solitario y que nos sirvió para ir abriendo boca para todo lo que nos esperaba al día siguiente. ![]() Ya de noche, le pedimos a Bunrat que nos dejara en Pub Street. Recorrimos el mercado local y también el nocturno comprando algunos souvenirs entre los que destacaba la camiseta de la Selección Camboyana de Futbol, con un diseño precioso. Muchas veces pagábamos en dólares y nos devolvían el cambio en rieles camboyanos, es algo común. ![]() Pasamos por la siempre animada Pub Street y cenamos en Khmer Kitchen. Pedimos un curry de pollo y unos dumplings, ambos al estilo khmer. ![]() Los dumplings no nos hicieron mucha gracia, demasiada masa para nuestro gusto. Pagamos 10.50$ por la cena y fuimos en busca de la versión camboyana de los pancakes. Aquí se elaboraban de la misma forma que en Tailandia pero los presentaban enrollados. Dos nos costaron 2$. Compramos desayuno en un 24h para el día siguiente por 3,20$ y nos retiramos a descansar en un tuk tuk que nos dejó en el hotel por 2$. Teníamos un día larguísimo por delante y no veíamos la hora de seguir descubriendo Camboya. El primer día en estas tierras había sido de 10. GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS Visado para Camboya: 60 $ Comida: 17,50$ Entradas a Beng Mealea: 10$ (+ 5 $ propina al guía) Cena: 10,50$ Postre: 2$ Desayuno para el día siguiente: 3,20$ Tuk Tuk: 2$ TOTAL: 105,20 $ (Souvenirs aparte) Etapas 4 a 6, total 14
Ver amanecer en Angkor Wat es algo que todo viajero tiene en su lista de cosas por hacer en Camboya. Nosotros, además de en esa lista, lo teníamos en la de “Cosas por hacer en la vida” y ahí íbamos.
Bunrat nos estaba esperando en la puerta del hotel a poco más de las 4 de la mañana y fuimos directamente a comprar las entradas acompañados de decenas de tuk tuks. Adquirimos las de 3 días aunque sólo fueramos a estar 2. El precio era el mismo, pero más práctico tener una para todo. Minutos después, aparcábamos justo enfrente del lago y cruzamos la pasarela que da acceso al complejo principal ya con las primeras luces. ![]() Nos situamos frente al pequeño estanque junto a los muchos turistas que ya habían colocado sus trípodes y comenzamos a disfrutar del espectáculo. No pudimos ver una gran gama de colores, pero el momento fue alucinante. ![]() Otra experiencia más en el bolsillo. Caminamos hacia Angkor Wat y comenzamos a recorrer el templo siempre buscando los lugares menos transitados. Disfrutamos muchísimo de sus grabados, sus formas y dimensiones preguntándonos una y otra vez como fue posible su construcción con los medios de antaño. ![]() Más adelante, pudimos subir por unas empinadas escaleras a lo alto de sus grandes estupas y disfrutar del paisaje que rodea a esta maravilla. A esta parte del templo es necesario llevar cubiertos hombros y rodillas, nosotros íbamos preparados pero hubo gente que se quedó abajo. ![]() A la salida del templo, nos encontramos con una simpática familia de monos. ![]() Reunidos ya con Bunrat, nos dirigimos al templo de Banteay Srei o “The Lady’s Temple”, pero antes, hicimos una parada en Pre Rup al ver que estaba casi vacío. Una gozada poder gozar de un entorno así en solitario. ![]() Y de nuevo en el tuk tuk, desayunamos nuestros peculiares artículos del día anterior y disfrutamos del trayecto. Eran más de 25 km, pero no nos importaba si mientras podíamos observar los campos de arroz y la vida cotidiana de los camboyanos. Nos tenía maravillados, era algo totalmente nuevo para nosotros. Llegamos a Banteay Srei, un templo construido íntegramente por mujeres. Es de los más pequeños pero cuenta con los grabados y esculturas más espectaculares que se pueden ver en Camboya. ![]() Los detalles de los grabados eran sencillamente increíbles, muy minuciosos. ![]() Además, pudimos ver el templo con poquísima gente, cosa que enriqueció mucho la visita y nos marchamos justo cuando llegaba una gran marabunta de turistas chinos. Antes de marcharnos observamos algún que otro campesino y nos topamos con varios niños. Son una monada, vais a querer ayudarlos a todos… pero no se puede. De hecho, en el reverso de las entradas te advierten de no comprarles nada porque si los padres ven que pueden ganar dinero con ellos, no los llevan al colegio. Resulta bastante violento rechazarles, pero hay que ser firme cuando se ponen insistentes y te miran con esas caritas. Es lo correcto. Bunrat nos esperaba en el tuk tuk echándose una siestecita y a la vuelta nos preguntó si queríamos probar algo típico. Nos paró al lado de una mujer que junto a la carretera estaba preparando dulce de palma de azúcar. Nos dio a probar y nos encantó, así que compramos para regalar y un bote para nosotros, todo por 2$. La siguiente parada fue el templo de Banteay Kdei. Esta visita nos encantó porque fue el primer lugar donde pudimos ver aquellos enormes árboles con sus raíces engullendo buena parte de los templos y pudimos hacerlo sin apenas turistas aldederor. ![]() Y siguiendo con árboles, después nos tocaba Ta Phrom, famoso por aparecer en la película de Tomb Raider. Y si aparece en alguna película es sinónimo de hordas de turistas y así fue. ![]() Es un templo magnífico, pero no disfrutamos tanto como en el anterior por ese motivo. La siguiente parada fue Ta Keo. Subir y bajar su empinada escalera de estrechos peldaños debería ser considerado deporte de riesgo, pero es precisamente esto lo que lo hizo especial. A pesar de la dificultad, había bastantes turistas en la cima y todos nos esforzábamos por encontrar un pedacito de sombra que nos dejara recuperarnos lejos del sol, que pegaba fuerte. ![]() Más tarde, visitamos brevemente Chau Say Theboda y Thommanon y nos dirigimos a otro plato fuerte: Angkor Thom. Paramos en la entrada, flanqueada por dos balustradas en forma de Naga, la famosa serpiente de 5 cabezas que tantas veces vimos representada y que nos fascinaba, y atravesamos la puerta de la Victoria. ![]() Comenzamos el recorrido por Bayon, el templo de las caras. Lo habíamos visto miles de veces en fotos pero jamás nos imaginamos sus dimensiones. ![]() Lo recorrimos lentamente, recreándonos en todos los grabados aprovechando que el sol daba una tregua para pasar después a Baphuon, un templo de 5 plantas nada menos al que accedimos por su larga pasarela. ![]() Recorrimos todas ellas y ya en la cima comenzó a llover. Era una lluvia ligera que incluso se agradecía aún sin tener donde refugiarse. Aproveché el momento para disfrutar del silencio sólo interrumpido por el choque de las gotas. Era algo que me encantaba hacer, sentirme en un templo milenario en medio de la jungla envuelta en el sonido de la naturaleza. Es mágico. ![]() Viendo que la intensidad de la lluvia aumentaba ligeramente, nos pusimos los chubasqueros para recorrer la Terraza de los Elefantes, que se utilizaba de escenario real para celebrar las victorias. ![]() El cansancio y el hambre hacían ya mella. Bunrat nos esperaba por la zona y nos recomendó un restaurante justo enfrente de la Terraza de los Elefantes. Ya eran más de las 15:30 y le dijimos que si quería comer con nosotros pero lo declinó de nuevo. Pedimos piña frita con gambas y Lok Lak, un plato típico camboyano a base de ternera y verduras que nos gustó mucho. ![]() Con bebidas, el total fue de 13.50$. Bunrat nos tenía preparada la visita a Phnom Bakheng para ver el atarceder pero entre el cansancio y la lluvia, que aunque no era muy intensa no cesaba, decidimos retirarnos. Habían sido más de 12 horas andando con sol, humedad y lluvia y necesitábamos reponernos, que al final resultó ser lo más adecuado porque las nubes no se fueron en toda la tarde aunque la lluvia fue suave. No hubiesemos podido disfrutar del atardecer. La siesta nos sentó de maravilla. Ya de noche, nos acercamos andando a Pub Street, hicimos unas últimas compras en el night market y fuimos a cenar en un sitio que nos dio muy buena impresión: Khmer Cuisine, al lado del Pura Vida. Cenamos estupendamente. Nos decidimos por un menú familiar para 2 compuesto de una selección de 4 deliciosos amok, rollitos y de postre, calabaza estofada en hoja de plátano ¡Sorprendentemente rica! Con bebidas, 23$. ![]() Quisimos terminar de reponernos de la paliza de aquel día con un masaje de pies y fuimos al local de al lado, ya era tarde y muchos estaban cerrando. Nos sentamos en los sofás y las dos chicas que nos atendieron borraron en media hora los vestigios de las caminatas de aquel día. Fueron 4$ cada uno y les dimos además 2$ de propina por el buen servicio a pesar de la hora que era. Volvimos caminando al hotel y paramos a comprar el desayuno del día siguiente por 3$ en el 24 horas. Otro día increíble más para guardar en el recuerdo. GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS Entradas 3 días para Angkor: 80$ Comida: 13,50$ Dulce de palma: 2$ Cena en Khmer Cuisine: 23 $ Masajes de pies + propin: 10$ Desayuno para día siguiente: 3$ TOTAL: 131,15$ (Souvenirs Aparte) Etapas 4 a 6, total 14
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