Diversión, sol y compras... Florida promete ✏️ Blogs de USA

Una de las mejores maneras de conocer Miami es hacer un tour organizado. Nosotros en concreto con “Miami tour Company”. Como nos recogían en el hotel solo tuvimos que preocuparnos de salir antes para buscar el desayuno ya que no lo teníamos incluido.
Opciones teníamos mil pero parece que no elegimos la mejor. Para no alejarnos mucho, entramos en un sitio casi al lado del hotel. En su puerta tenían carteles que indicaban que café, tostadas y huevos por 5,99$. Pero a nosotros con un café y un croissant nos bastaba. La broma nos salió por 16$, muchas veces es mejor comerte un par de huevos.

Volvimos al hotel a recoger el bono impreso para presentárselo al conductor del bus. Se retrasó un poco pero llegó. Esta vez, nuestros acompañantes de viaje, eran más jovencitos. Ninguno aportaba andador ni silla de ruedas. Una vez estuvimos los 12 turistas dentro de la camioneta empezamos el tour.
El conductor era un señor muy amable pero algo “sosete”. Nos ofreció unos auriculares por si queríamos seguir las explicaciones en otro idioma que no fue inglés. Estos tours piensan en todo.

Comenzamos la visita, pero desde el bus, por el Jardín Botánico en Convention Centre Drive. La entrada a este lugar es gratis y recomendable para desquitarse de la actividad frenética de Miami.


Plantitas y más plantitas


Seguimos por Ocean Drive para ver el distrito Art Decó y conocer curiosidades como la casa donde tirotearon a Versace o dónde se tomó su último café, en el famoso “News Café”. Que es uno de los lugares de moda. Sobre todo para ver y que te vean. Igualmente por delante de la imagen típica del hotel Colony, del restaurante de Danny de Vito y del Museo judío.


Casa Versace


Salimos de excursión


A lo largo de Washington Ave nos cruzamos con la ambientada Española Way hasta llegar al Monumento al Holocausto. Un recuerdo en honor a las víctimas que hace estremecer a cualquiera.
Abandonamos South Beach para cambiar de ambiente. Nos trasladamos a Venecia, atravesamos sus puentes y casas de lujo hasta obligarnos a parar porque uno de ellos tenía que elevarse para dejar pasar un barquito.


Los pelos como escarpias


Abran el puente que vooooyyyyyy!!!


El tour nos paseó por el Down town de Miami, por el barrio de Brickell y por el Cayo Vizcaíno, donde nos detuvimos a la entrada de la casa de Stallone y Madonna.
Pero la primera parada oficial la hicimos en el Fresh Market. Una parada poco común, tiendo en cuenta que no deja de ser un mercado caro de productos ecológicos. En fin, bajamos, nos paseamos y degustamos un café y galletitas que nos ofrecieron por cortesía del mercado.


Que nos inviten a algo que ya hemos comprado suficiente...


Justo al lado de éste estaba la Pan America Seaplane Base y el City Hall. El conductor no invirtió más de 2 minutos en la zona, no sería tan importante como el Market.
Después toco la lujosa zona de Coconut Grove y pasada fugaz por el famoso cementerio donde Michael Jackson grabó su “Thriller”.

En Coral Gables vimos un par de edificios construidos a base de coral, además de trozos de este material repartidos por los jardines a modo de decoración.
La segunda parada oficial tocó en el hotel Biltmore, que es un lujoso establecimiento de 1926 que se encuentra en este barrio de Coral.


Y yo en un hotelillo cutre. ¿Qué habré hecho mal?


El conductor nos hubiese llevado a la piscina Veneciana que hay por Miracle Mille pero la estaban preparando para su próxima apertura en verano. ¡Lástima, no pudo ser! Solo pudimos verla desde el bus.
Vaya ambientes más diferentes a tan poca distancia. Llegamos a la calle Ocho del Little Havana. Nunca hemos estado en Cuba, pero no nos fue difícil hacernos una pequeña idea.


Entrando en cuba


Los nombres de los negocios, las casas, la gente y el club de dominó. Nos tomamos un “autentico café cubano”, un cortadito, pero con productos de Miami. Que ya sabemos todos como está el tema de la exportación cubana…


¿Una partidita?


Abandonamos esa zona de la ciudad para cruzar nuevamente puentes y más puentes hasta llegar a Bayside. El tour mezclaba recorrido por tierra y por agua. Íbamos a comprobar que tal funcionaba el tema inmobiliario en las series de islas exclusivas. Pensábamos que nos daría tiempo a dar una vueltecilla, conocer el ambiente y quizás a comer algo, pero el margen era sólo de 10 minutos, por lo que una bolsa de patatas fue nuestro único alimento mientras aguardábamos en la cola.


Caos de carreteras


El personal del barco fue muy simpático y fueron instantáneamente traduciendo de inglés a español y francés. Pasamos por: Fischer Island, Flagler, Watson, Hibiscus, Palm, Monument o Star Island.
Nos contaron quién ocupaba cada casa, desde Julio Iglesias hasta el propietario de la cadena de farmacias CVS, pasando por Paulina Rubio, Gloria Estefan o P. Daddy. También conocimos algunas de sus excentricidades, como gastarse más de 80 mil dólares en poner aire acondicionado en el jardín (comorrrrrrr????).


Qué bonito se ve todo desde el agua


No entiendo para qué quieren tanta casa...


Estábamos de vuelta en el puerto a las 16:30 y nuestro conductor nos esperaba para devolvernos a cada uno a su hotel.
Teníamos tanta hambre que nos fuimos directamente a Lincoln Road a por una Pizza y una ensalada. El tamaño de la pizza fue tan descomunal que no pudimos comernos más de 2 trozos, pero como en América la costumbre de preparar para llevar lo que pagues y no te comas es tan normal, nos unimos a la causa y nos llevamos las sobras para el hotel.

Estábamos un poco agotados, no tanto por el tour sino por el solazo que nos había estado dando durante todo el trayecto en barco.
El plan de la tarde lo teníamos medio organizado. Un amigo de la infancia vive en Miami y era el día del reencuentro. Así que desde las 19:00 hasta media noche fuimos suyos. Para cenar las opciones no eran muchas pero ganó por mayoría “HOOTERS”, sus alitas tiran mucho. Bajamos la comida andando por la zona (Coconut Grove) y nos volvimos a saciar con un helado de yogurt natural al que le podías añadir los extras que quisieras: gominolas, m&m, trozos de fruta, etc…

Una día lo bastante completo como para quedarnos dormidos a la primera vuelta en la cama.

---

¡Ponga un aligátor en su vida!
A las 8:00 estábamos apagando el despertador y a las 8:30 comprando el desayuno en Walgreens (Supermercado donde se puede encontrar de todo y a todas horas). Donuts y café a un precio obviamente razonable.

Los Everglades están relativamente cerca de Miami, pero es un territorio que se extiende desde el lago Okechobee, casi en el centro de la Península de la Florida, hasta casi el final de la misma. Unos 30.000 km cuadrados. Cuando te estás aproximando a la zona los tour organizando viajes te lo avisan y no hace falta adentrarte mucho para encontrarte con las extensiones infinitas de manglares inexplorados, con las zonas pantanosas donde árboles gigantescos hunden sus raíces en el agua y donde es fácil cruzarse con especies animales en vías de extinción.

Se empieza a acelerar el pulso... Nos acercamos al destino


Como nuestro plan continuaría hasta el otro extremo de la península llegamos al final de la carretera, donde se encontraban los últimos carteles de Everglades. Sorprendiéndonos a nuestro paso con señales de aviso de serpientes y caimanes cruzando la carretera.

Aparcamos sin coste y contratamos el tour con “Captain Doug´s” 40$ por persona en un maravilloso recorrido de 45 minutos. (Descubrimos más tarde, en un folleto de cosas que hacer en Miami, un cupón de descuento de 5 $ por pareja para este mismo tour).

Ya no hay vuelta atrás

Mejor será no darse un bañito en esas aguas


Nos montamos 5 personas más el conductor en un Airboat, acompañados, en la mayor parte del crucero, por unos pelícanos. Cruzamos una zona de manglares a toda velocidad para llegar a lugares recónditos donde nadaban plácidamente unos ejemplares de Aligator descomunales.

Nuestro compañero de viaje


El conductor paró a su lado, los tocó y alimentó mientras todos como locos grabábamos el momento. Vimos a mapaches y otras especies de aves. Una visión de la naturaleza en primera persona.

Eso no se toca, quita con eso no se juega, dale...

Estos no dan ningún miedo... pero yo no los toco por si acaso...


A las 12:00 terminó nuestra aventura verde para dirigirnos a un lugar completamente diferente. Un abandono del mundanal ruido. Kilómetros y kilómetros de arena blanca, de azul infinito y de pelícanos buscando el descuido de los turistas. Eso es lo que ofrecían las Islas de Sanibel y Captiva.

Un buen día de pesca


Tras pasar un maravilloso puente sobre el mar llegamos a este increíble lugar, dos islitas como sacadas de un cuento de hadas tropical. En sus playas estuvimos durante un par de horas, fotografiando las incesantes hazañas de los pelícanos, las famosas conchas y los increíbles colores. Aparcar es estas playas es toda una misión imposible. Están bastante saturadas por su reducido tamaño y abundan los parquímetros.

Caminante no hay camino... Se hace camino al andar

Compartiendo momentos con la fauna autóctona


El atardecer nos habían recomendado que lo viésemos desde una playa en concreto pero lo cierto es que se veía desde todos los lugares igual de bien.
Éramos varios los turistas que esperábamos disfrutar de ese momento y el sol no nos defraudó.

Se va el sol y toca volver


A las 18:30 de camino a casa. Prometía ser una vuelta dura. El día había sido tan impresionante como agotador y el cansancio no tardó en hacer mella. 4 horas de coche, copilota dormida y conductor haciendo un esfuerzo sobrehumano por mantenerse despierto.

Poco antes de las 22:00 ya teníamos el coche en el parking y nuestros cuerpos atrapados por la cama. El esfuerzo había merecido la pena. ¡Sarna con gusto no pica!

---

Después de tanto ajetreo nos íbamos a permitir un día de relax. No teníamos ningún plan cuando nos levantamos, así que tras ir a por el desayuno económico en Wallgreens nos fuimos de compras. Nos preguntamos qué nos encontraríamos diferente en los Ross de Miami. Buscamos el más cercano con aparcamiento gratis y en menos de 30 minutos estábamos curioseando entre sus pasillos.

Era el primer Ross que encontrábamos dentro de un centro comercial cerrado, así que dedicamos tiempo a vichear el resto de tiendas. Salimos con pantalones, zapatillas y calcetines a muy buen precio. (Pero para comprar, como Orlando, no hay otro sitio).

La vuelta de las compras fue rápida y como el tiempo no estaba del todo mal nos dividimos para disfrutar cada uno de nuestros gustos: una a aprovechar solete de Miami y otro al montaje de la superproducción.
El rato de playa no duró mucho, pero fue el suficiente para disfrutar con el turquesa del mar. El cielo se cubrió rápidamente de nubes para dejar claro que en Miami llueve y bastante. Nos estuvo lloviendo durante una hora y las temperaturas cambiaron bestialmente. Imposible volver a estar en camiseta. El fresco calaba demasiado.

Todo un lujo para pasar la mañana


Tanto la guía de viajes como el conductor del tour hablaron sobre un restaurante, “Big Pink”. Famoso por el tamaño de sus hamburguesas y con un precio asequible. Como no teníamos ninguna otra opción, una vez que dejó de llover, nos encaminamos hacía allí.

Mucho ruido y pocas nueces... pero con propina

Personalmente no nos gustó. La comida no es nada del otro mundo. Lo que sí es destacable es el precio para ser un sitio de comida rápida. Lo más curioso fue el tamaño de la carta. Cuando llegamos, el lugar, estaba bastante concurrido. A pesar de todo pedimos y comimos rápido. Durante la comida nos había estaba atendiendo un chico que sólo hablaba inglés. Al pedirle la cuenta tuvo el detallazo de escribir una frase en un perfecto castellano junto con la cantidad a pagar : “La propina no está incluida en el precio (con acentos y todo). 15%: xx$, 20% xxx$”. ¡Qué vivos son!

Como esa zona de South Beach está repleta de tiendas el paseo no se hace largo. Las firmas más caras y conocidas tienen su espacio aquí. Como el estudio de Tatuaje de Miami Ink en MTV, que es un referente de la zona. O los clubs de playa como Nikki Beach. Nosotros lo evitamos, porque si no nos gusta pasear el tipazo por el que tenemos en casa, el Nikki de Marbella, ¿para qué visitar el de Miami? Si es que todo allí es un inmenso plató de cine: persecuciones, divas y mucha acción. El santuario del placer y del glamour.
Si uno va mirando al suelo es increíble la cantidad de monedas que se puede llegar a encontrar. Ese día tuvimos suerte, porque además de las monedas rutinarias, un billete de 20$ esperaba en el suelo. Después de esto el sablazo de la comida no dolía tanto.

Sigo pensando que he hecho algo mal en mi vida....


Tuvimos tarde de relax y, tras asegurarnos un día más de parking para nuestro coche, nos fuimos a cenar a casa de estos amigos de la infancia.
La comida para la cena la compramos en el Fresh Market, (una de las paradas del Tour por Miami) y la calidad es destacable.

Probamos por primera vez el famoso postre Key Lime Pie y nos gustó. (Receta a tener en cuenta para volver a repetir). Fue una cena muy agradable. Hasta media noche estuvimos hablando sentados. Nos comentaron que por mucho que se hable del Joe´s Stones Crabs no es para nada tan increíble como dicen, que abusan de su popularidad y el producto no está a la altura. Aun así, no podíamos irnos de Miami sin probar su marisco.

La noche me confunde


Al volver al hotel nos acordamos que teníamos pendiente una visita a Ocean Drive en plena actividad nocturna. Consideramos que ese era el momento. Nos dimos una vuelta por la zona y las luces, la música y los aparcacoches destacaban sobre todo. Nuestro objetivo era conseguir una de las típicas fotos del célebre hotel Colony de noche, con su letrero de neón iluminado. Como hacía bastante frío tras conseguir nuestras fotos nos volvimos a la cama. Dejamos el protagonismo para las celebrities, modelos y personajes del momento.

Como en las revistas!!!!

---